(Publicado en Ronda Semanal el Sábado 01.04.2017)Desde Algeciras de mi querido amigo Luís Antonio García Bravo, que es el mejor investigador de nuestros guerrilleros antifascistas y por ende un enamorado de Ronda y su Serranía, he recibido un escrito que por espacio sintetizo:“Ya habíamos organizado el primer encuentro sobre la guerrilla antifascista en el Campo de Gibraltar los días 12-14 de abril del año 2002, cuando me llamó mi gran amigo e investigador Jesús Castro para presentarme a Benito Muñoz y Jerónimo Cózar, los dos hijos de padres asesinados por el franquismo.En aquella primera entrevista ya comenzaron a aportarnos datos a través de sus testimonios orales, de cuánto les tocó vivir a ellos y a sus familias, así nació una gran amistad, que apenas unos días después se vería incrementada con quien fue un gran luchador anarquista Francisco Serrano, todo un personaje quien también nos dejó un gran legado de lo que fue su vida cuando ya había cumplido 101 años. Los tres nos aportaron sus testimonios y vivencias, unos como hijos y el otro como combatiente en primera persona. Agradecido para siempre han quedado en mi recuerdo y en lo más profundo de mi corazón.Es por lo que he querido recordarles, en estas fechas tan cercanas al 14 de abril. Hoy quiero empezar mi reseña con Jerónimo Cózar, por estar su historia muy relacionada con aquella tragedia de la carretera de Málaga, lo que conocemos por "la huía" y de la que hace ya 80 años.Jerónimo, nombre que tuvo que adoptar obligado por la prudencia, ya que el nombre que su padre escogió era el de Progreso. Su padre era anarquista miembro de la CNT y policía municipal en la Villa de Los Barrios (Cádiz) fue detenido el 23 de julio de 1936 por las tropas franquistas y recluido en el Cuartel de Escopeteros en Algeciras. Sería fusilado el 31 de agosto de 1936, junto a otros cinco compañeros.Cuando se conocieron le contó Francisco Serrano a Jerónimo Cózar que coincidió con su padre en la cárcel de Algeciras y que le llamó la atención el mal aspecto que traía y su mal estado físico por la violencia de los interrogatorios. Aquel relato le sorprendió a Jerónimo quien además de quedar impresionado quedó muy triste porque él nunca supo que, antes de ser asesinado, a su padre lo maltrataron de aquella manera tan cruel.De esta forma el fascismo dejo a un niño con apenas un año de edad huérfano de padre y sin nombre, al amparo de su madre viuda y señalada. Huyeron de Algeciras hacia Málaga y una vez más la tragedia siguió ensañándose con ellos y tuvieron que huir como tantas familias por la carretera de Málaga a Almería en lo que todos conocemos como "la huía". Y contaba Jerónimo con los ojos llenos de lágrimas, cómo su madre pudo salvarle la vida, relatos que su madre le contaría cuando él ya pudo comprender y ante sus preguntas de por qué mataron a su padre.La madre herida por el dolor de la muerte de su marido y ante los acontecimientos que sucedían una vez iban siendo los pueblos de la comarca del Campo de Gibraltar ocupados por las tropas rebeldes, y la represión que se ejercía contra la población civil, decidió huir hacia Málaga, que aún estaba en poder de la república, siempre con su hijo Jerónimo en brazos. A la llegada de las tropas rebeldes a la capital Málagueña, huyó hacia Almería por aquella carretera de muerte y desesperación, donde los barcos fascistas y la aviación se ensañaron con una población civil, cansada y hambrienta. Su madre se quedó sin leche para amamantarlo, pero cuando podía, mientras caminaba cogía caña de azúcar y apartándose del camino, hacía una parada y con una piedra machacaba la caña de azúcar y el zumo se lo iba untando en sus pezones secos, acercándolo a su boca para que chupara el zumo, así fue, decía Jerónimo, como mi madre consiguió salvarme no sólo de las metrallas de las aviones fascistas y de los cañonazos de los barcos, sino también del hambre.Aquel relato de la vida de mi amigo Jerónimo, me dejó impresionado y haciendo este poema para todas las madres que tuvieron que afrontar aquel camino de muerte y sinrazón que fue la carretera de Málaga” (Poema en Facebook: Memoria Histórica Ronda).Francisco PimentelFacebook: Memoria Histórica de Ronda
Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
dissabte, 1 d’abril del 2017
MEMORIA / CAÑAS DE AZÚCAR. Francisco Pimentel.
BANCO DE ADN EN EUSKADI.
BANCO DE ADN EN EUSKADI.
Bilbao, 29 de marzo de 2017.
GOGORA, el Instituto para la Memoria, la Concivencia y los Derechos Humanos del Gobierno Vasco, ha puesto en marcha el proyecto para la ampliar el banco de ADN de personas desaparecidas durante la Guerra Civil en Euskadi.
Con esta ampliación arranca la campaña de recogida de muestras de ADN de los familiares que atestigüen haber perdido algún familiar durante la Guerra Civil, de cara a que puedan ser cotejados en el presente y en futuras exhumaciones.
PROCEDIMIENTO :
1. TOMA DE MUESTRAS SE REALIZARAN A:
• hijos/as
• hermanos/as
• sobrinos varones vía paterna
• nietos varones vía paterna.
• hijos/as
• hermanos/as
• sobrinos varones vía paterna
• nietos varones vía paterna.
2. ATESTIGUAR HABER PERDIDO UN FAMILIAR DURANTE LA GUERRA CIVIL
• Cualquier documento que informe o acredite el parentesco entre la persona desaparecida y el/la donante de muestra de ADN.
Ejemplo: libro de familia, partidas de nacimiento, o cualquier otro documento oficial que acredite el parentesco.
• Cualquier documento que informe o acredite el parentesco entre la persona desaparecida y el/la donante de muestra de ADN.
Ejemplo: libro de familia, partidas de nacimiento, o cualquier otro documento oficial que acredite el parentesco.
• Las personas interesadas en la extracción y análisis de su ADN se tendrán que poner en contacto con Gogora a través del teléfono 94-403 28 46 o en la dirección de email :
gogora.idazkaritza2@euskadi.eus
gogora.idazkaritza2@euskadi.eus
• Una vez remitida la documentación de parentesco al Instituto Gogora (vía correo electrónico, o vía correo postal), el Instituto conectará a la persona solicitante con el equipo de profesionales de Biomics de la UPV/EHU.
• El equipo de Biomics de la UPV/EHU recogerán la muestra en su domicilio (en los casos que tengan problemas de movilidad), en la sede de Gogora o en los mismos laboratorios de la Universidad. Esta muestra estará debidamente documentada y recogerá además datos de la persona a la que se está buscando.
• Todas las muestras se depositarán en los laboratorios de Biomics y la base de datos de la información extraída se depositará y coordinará en Gogora.
• En el caso de que haya una coincidencia entre la muestra realizada a un familiar a través de este procedimiento y la muestra obtenida de los restos exhumados, el Instituto Gogora se lo transmitirá a la persona interesada.
JORNADAS SOBRE EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939 EN ARGELIA.
https://www.facebook.com/groups/recuperandomemoria/permalink/756013417907734/
Jueves 20 y viernes 21 de abril de 2017
Sala de Grados de la Facultad de Letras de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)
VIERNES 21
JORNADAS SOBRE EL EXILIO REPUBLICANO DE 1939 EN ARGELIA
Jueves 20 y viernes 21 de abril de 2017
Sala de Grados de la Facultad de Letras de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB)
JUEVES 20
16:00 Inauguración
Barcos y puertos (modera: Cecilio Alonso)
Barcos y puertos (modera: Cecilio Alonso)
16.30 Juan Martínez Leal (Universidad de Alicante), “El Stanbrook y los barcos del exilio en el Norte de África”.
17:00 José Luis Morro Casas (------), “Alicante, Orán, Marsella, Casablanca; puertos de esperanza del exilio republicano español de 1939”.
17.30 Debate
Acogida y campos de concentración (modera: Juan Rodríguez)
Acogida y campos de concentración (modera: Juan Rodríguez)
18:00 Cristina Cazorla Herrero (Universidad Complutense, Madrid), “La labor del consulado español en Orán (1939-1962)”.
18:30 Victoria Fernández Díaz (Universitat de València), "El exilio de los Marinos de la IIª República: del mar al desierto".
19:00 Debate
Campos de concentración y epistolarios (modera: Francisca Montiel Rayo)
Campos de concentración y epistolarios (modera: Francisca Montiel Rayo)
19:30 Eliane Ortega (-------), “Los campos de concentración en Argelia de 1939 a 1943”.
20:00 Bruno Vargas (---------), « Grandezas y miserias del exilio socialista a Argelia. El epistolario de Rodolfo Llopis y otros dirigentes socialistas alicantinos (1939 – 1942)”.
20:30 Debate
VIERNES 21
Literatura I (modera: José-Ramón López García)
9:30 Manuel Aznar Soler (GEXEL-CEFID-UAB), “Desde la otra orilla. Memorias del exilio”, de Helia y Alicia González Beltrán”.
10:00 Esther Lázaro (GEXEL-CEFID-UAB), "Max Aub y su contacto epistolar con Djelfa".
10:30 Saliha Zerrouki (Universidad de Argel 2), “Caminos de la interculturalidad en la literatura del exilio español en Argelia. La mirada del otro en la poesía de Max Aub”.
11:00 Debate
Literatura II (modera: Yasmina Yousfi López)
Literatura II (modera: Yasmina Yousfi López)
12:00 Danae Gallo (Institut für Romanistik, Justus-Liebig Universität Gießen), "El exilio republicano en Argelia en los escritos (auto)biográficos de la familia Blanca".
12:30 Bernard Sicot (Universidad París Ouest Nanterre La Défense) "Antonio y Antoine Blanca: un destino franco-argelino".
13:00 Debate
13:30 Testimonios (moderan: Esther Lázaro y Eliane Ortega)
Gerardo Bernabeu (-------), “Vivencias de una familia republicana exiliada en Argelia”.
Josep Lluís Vañó Mataix (----------), “Vicente Mataix, la repatriación de un exiliado desde el norte de África".
Gerardo Bernabeu (-------), “Vivencias de una familia republicana exiliada en Argelia”.
Josep Lluís Vañó Mataix (----------), “Vicente Mataix, la repatriación de un exiliado desde el norte de África".
14:30 Comida
16: 30 Proyección del documental Cautivos en la arena, de Joan Sella, y de un vídeo sobre el Transahariano de Carmen Ródenas.
Literatura III (modera: Raúl Fernández de la Rosa)
18:00 José Ramón López García (GEXEL-CEFID-UAB), "La poesía de Harry Bann. El exilio en Argelia de Antonio Verardini Díez-Ferreti".
18:30 Yasmina Yousfi López (GEXEL-CEFID-UAB) "La Argelia que miraba hacia España. El círculo de Emmanuel Roblès".
19:00 Debate
El exilio republicano en Túnez (modera: Manuel Aznar Soler)
El exilio republicano en Túnez (modera: Manuel Aznar Soler)
19:30 Béchir Yazidi (Universidad de la Manouba, Túnez), El exilio republicano en Túnez: entre represión y resistencia.
20:00 Clausura
Comité organizador: Manuel Aznar Soler, Raúl Fernández de la Rosa, Esther Lázaro, José-Ramón López García, Francisca Montiel Rayo, Juan Rodríguez y Yasmina Yousfi López (GEXEL-CEFID-UAB).
EL ABUSO SEXUAL DE LA MUJER COMO ARMA DE GUERRA EN LA ZONA NACIONAL.
http://jerezrecuerda.blogspot.com.es/2017/03/el-abuso-sexual-de-la-mujer-como-arma.html
Aquellos mismos días, concretamente el 4 de septiembre, la expedición republicana que había intentado conquistar Mallorca a las órdenes del capitán Bayo se retira precipitadamente de la isla y deja en tierra a cinco enfermeras (...) que se habían embarcado en Barcelona junto con los milicianos. Poco después fueron detenidas e interrogadas por las tropas franquistas que ordenaron, además, que todas fueran examinadas “para controlar su virginidad”. Tras ello fueron brutal y repetidamente violadas por un grupo de falangistas en Manacor y se cree que al día siguiente las asesinaron en el cementerio de Son Coletes de dicha localidad mallorquina.
En el mes de marzo de este año, precisamente, se ha publicado un libro del historiador Antoni Tugores Moriren dues vegades (Lleonard Muntaner Editor, 2017) que “rescata” del olvido la historia de estas enfermeras y rehabilita su imagen ya que los sublevados propalaron el bulo de que eran prostitutas.
En el resto de territorios donde había triunfado el golpe del 18 de julio, afirma Paul Preston, se repetía, con mayor o menor intensidad, el mismo escenario. En Zamora, por ejemplo, las palizas, las tortura, la mutilación y las violaciones de las prisioneras estaban a la orden del día. En Salamanca, Unamuno denunciaba las torturas y las vejaciones públicas de las mujeres las cuales eran obligadas a ir por la calle con el pelo cortado, humillación que también tuvo lugar en Ávila. En Galicia fue común someter a las republicanas a violaciones y palizas, a raparles la cabeza, a obligarlas a beber aceite de ricino y a separarlas de sus hijos.
En el otoño de 1936, las tropas que, desde Andalucía, habían ocupado la mayor parte de Extremadura y de la provincia de Toledo, en su avance hacia Madrid, pasaron por la localidad de Navalcarnero. Allí se las encontró el periodista norteamericano John Whitaker que en unas declaraciones a la revista Foreign Affairs en octubre de 1942 puso en evidencia la connivencia de los mandos militares con los abusos sexuales que llevaban a cabo sus tropas.
"Nunca me negaron que hubiesen prometido mujeres blancas a los moros cuando entrasen en Madrid. Sentado con los oficiales en un vivac del campamento les oí discutir la connivencia de tal promesa; sólo algunos sostenían que una mujer seguía siendo española a pesar de sus ideas “rojas”. Esta práctica no fue negada tampoco por El Mizzian, el único oficial marroquí del ejército español. Me encontraba con este militar en el cruce de carreteras de Navalcarnero cuando dos muchachas españolas, que parecían no haber cumplido aún los veinte años, fueron conducidas ante él. Una de ellas había trabajado en una fábrica de tejidos de Barcelona y se le encontró un carné sindical en su chaqueta; la otra, de Valencia, afirmó no tener convicciones políticas. Después de interrogarlas para conseguir alguna información de tipo militar, El Mizzian las llevó a un pequeño edificio que había sido la escuela del pueblo, en el cual descansaban unos cuarenta moros. Cuando llegaron a la puerta, se escuchó un ululante grito salido de las gargantas de los soldados. Asistí a la escena horrorizado e inútilmente indignado. El Mizzian sonrió afectadamente cuando protesté por lo sucedido diciendo: “Oh, no vivirán más de cuatro horas".
Esos castigos públicos iban acompañados a veces de palizas y, en ocasiones, las mujeres eran expuestas semidesnudas, lo cual agravaba el daño psicológico en las personas y las familias hacia las que se dirigían.
Las autoras se refieren, asimismo, a la existencia de relatos sobre mujeres que, siendo presas del ejército golpista, se negaron a aceptar relaciones sexuales con miembros de fuerzas militares, aún bajo la amenaza de fusilamiento. Circularon de boca en boca y se convirtieron en símbolo y ejemplo de resistencia a la represión.
"Y luego mi madre nos contaba que había chicas muy guapas, también jóvenes, que como no querían ir con los guardias, las fusilaban. Por la noche, porque no querían ir con ellos, preferían morir antes que ir con ellos". Encarnación Santamaría (Sestao, 1932).
Durante la ofensiva en el frente catalán iniciada a finales de 1938 las mujeres republicanas, como en el resto de territorios que habían caído en manos de las tropas rebeldes, fueron objeto de brutales vejaciones. Preston destaca, al respecto, lo acontecido en la localidad leridana de Unarre. Allí, una chica de 17 años fue obligada a presenciar la ejecución de su madre y, posteriormente, fue violada en grupo antes de matarla también a ella.
No se trataba de un hecho puntual. El día de Nochebuena de 1938, al ocupar Maials, en el extremo sur de Lérida, al menos cuatro mujeres fueron violadas. Una de ellas tuvo que soportarlo delante de su marido y su hijo de siete años, obligados, a punta de pistola, a presenciar el acto. En Callús (Barcelona), un hombre que vivía con su esposa, su hija y la prima de esta, fue ejecutado por unos Regulares, que violaron a las tres mujeres y luego las mataron a punta de bayoneta.
Fuentes:
https://serhistorico.net/2017/03/29/el-abuso-sexual-de-la-mujer-como-arma-de-guerra-en-la-zona-nacional/
https://castelaonarede.wordpress.com/
http://jerezrecuerda.blogspot.com.es/2011/07/se-cumplen-en-estos-dias-el-75.html
http://jerezrecuerda.blogspot.com.es/2017/03/el-abuso-sexual-de-la-mujer-como-arma.html
SÁBADO, 1 DE ABRIL DE 2017
EL ABUSO SEXUAL DE LA MUJER COMO ARMA DE GUERRA EN LA ZONA NACIONAL
ARTÍCULO RECOMENDABLE PARA ENTENDER EL ALCANCE DE LA REPRESIÓN GOLPISTA DE JULIO DE 1936
No queremos dejar pasar el mes de marzo sin retomar una vez más la cuestión de la mujer en el contexto de nuestro campo de estudio, pero esta vez como víctima objetivo de los conflictos bélicos en general y, en particular, como botín de los golpistas del 36 quienes no dudaron en utilizarla como parte de una especie de "solución final" hispánica para ampliar la difusión del terror entre la población civil española contra la que se mezclaban el salvajismo sexual y el odio ancestral propios de mentes psicópáticas.
El siguiente artículo de Francesc Tur es un buen ejemplo de lo que afirmamos; una muestra desagradable y olvidada hasta hace relativamente poco; uno de tantos tabúes del período golpista, casi olvidado muy convenientemente por la historiografía oficial y relegado a un segundo plano -por no decir tercero, cuarto o último-, con el fin de mantener una escrupulosa asepsia políticamente correcta construida para no afrontar la terrible realidad que supuso la represión golpista en el estado español.
El siguiente artículo de Francesc Tur es un buen ejemplo de lo que afirmamos; una muestra desagradable y olvidada hasta hace relativamente poco; uno de tantos tabúes del período golpista, casi olvidado muy convenientemente por la historiografía oficial y relegado a un segundo plano -por no decir tercero, cuarto o último-, con el fin de mantener una escrupulosa asepsia políticamente correcta construida para no afrontar la terrible realidad que supuso la represión golpista en el estado español.
EL ABUSO SEXUAL DE LA MUJER COMO ARMA DE GUERRA EN LA ZONA NACIONAL
A lo largo de la historia las mujeres han sido y siguen siendo objeto prioritario de las fuerzas militares en su ataque a objetivos civiles. Sucedió con las violaciones de coreanas por parte de las tropas de ocupación niponas, con la violación masiva de mujeres alemanas por parte de soldados del Ejército Rojo en 1945 o, mucho más recientemente, los hutu abusaron de las mujeres tutsi en Ruanda en 1998 y son todavía masivas las violaciones en la región del Kivu, al este de la República Democrática del Congo (RDC) (donde prosiguen los combates entre el gobierno de Kinhasa y los rebeldes del M23). La violencia contra las mujeres de un territorio se ha dado incluso por parte de soldados de las tropas que, supuestamente, lo liberaban, como sucedió en Normandía en 1944 con los ataques sufridos por muchas francesas por parte de soldados norteamericanos.
La Guerra Civil Española no fue una excepción a la regla. Se produjeron abusos sexuales entre los dos bandos contendientes, aunque la mayoría de historiadores consideran que fue en la llamada zona nacional donde se dieron de forma más sistemática y contaron, si no con la complicidad, al menos con la tolerancia de los mandos. Algunos autores, sin embargo, como José Luis Mena en su libro Los moros de la Guerra Civil Española (Actas, 2004) aseguran que los milicianos abusaron sexualmente de centenares de mujeres las cuales acabarían siendo brutalmente asesinadas. En la misma línea se manifiesta José Javier Esparza en El terror rojo en España (Áltera, 2005). Ahora bien, la propia Causa General de 1940 solo cuenta un único caso de violación a una monja en toda la guerra La cuestión podría ser objeto de otro estudio, pero en este, vamos a centrarnos en los abusos sexuales que padecieron las mujeres por parte de las tropas a las órdenes de los sublevados.
Guillermo Rubio Martín afirma que en la primera fase de la guerra, desde el golpe de julio de 1936 hasta noviembre del mismo año, con la estabilización de los frentes, la violación sistemática siguió la estela del avance de las tropas rebeldes. Este historiador granadino distingue entre dos tipos de violaciones. En primer lugar, las perpetradas por el ejército africanista, veterano de élite, compuesto por la Legión Extranjera y las tropas indígenas de los Regulares. En segundo lugar, había las que llevaban a cabo falangistas y requetés. Establecer tal distinción es importante, subraya Rubio Martín, porque el carácter y el número de violaciones que realizaron los sublevados varían, según se trate del primer o del segundo tipo de tropa. Para el primero, los crímenes sexuales contra la población femenina se cometen en primera línea, junto a los fusilamientos sobre el terreno y el saqueo de las propiedades. Las mujeres son violadas dentro del frenesí de destrucción y, normalmente, asesinadas con posterioridad. Son habituales las violaciones en grupo y las de menores. Tales hechos son característicos de la guerra colonial que el ejército de África importó a España desde Marruecos. Es imposible, sin embargo, hacer un recuento del número de mujeres violadas de esta forma pues solían ser asesinadas después de los abusos y no se hacían comprobaciones de tipo forense.
Los soldados falangistas, al contrario, actuaban como tropa de retaguardia. Llegaban una vez que los combates habían finalizado o a lugares donde ni siquiera se habían producido. De entrada, llevaban a cabo una gran variedad de acciones humillantes contra las republicanas como raparlas, obligarlas a beber aceite de ricino y propinarles brutales palizas. Luego, mandaban a estas mujeres, esposas de fusilados o huidos, a féminas que hubieran votado a la izquierda o sospechosas de cosas como “mostrar simpatía pública por Roosevelt” a trabajar en los cuarteles y campamentos de las tropas. Allí las obligaban a limpiar, cocinar, eran violadas y, en muchos casos, asesinadas. En otras localidades, como ocurrió en algunos pueblos andaluces, las recientes viudas eran llevadas en un camión a un paraje en donde eran violadas, fusiladas y enterradas. Después y como colofón de tan macabro modus operandi, sus asesinos desfilaban con su ropa interior en los fusiles.
Según afirman Belén Solé y Beatriz Díaz en Era más la miseria que el miedo (Asociación Elkasko de Investigaciones Históricas, 2014) había una forma de represión dirigida a las mujeres que buscaba la destrucción psicológica de la persona:
"Consistía en rapar el pelo y obligar a tomar aceite de ricino para provocar la defecación espontánea de la mujer castigada. Esto se realizó de forma sistemática por todas las localidades que el ejército franquista iba ocupando a lo largo de la guerra. Tras aplicar este castigo vejatorio a una o varias personas, se les obligaba a pasear por las calles de su pueblo o barrio. Al tratarse de un castigo sencillo y hacerse en público, tomaba un valor ejemplarizante para la comunidad transmitiendo el mensaje de que a todas las personas que no aceptaran la norma imperante les podía tocar".
"Consistía en rapar el pelo y obligar a tomar aceite de ricino para provocar la defecación espontánea de la mujer castigada. Esto se realizó de forma sistemática por todas las localidades que el ejército franquista iba ocupando a lo largo de la guerra. Tras aplicar este castigo vejatorio a una o varias personas, se les obligaba a pasear por las calles de su pueblo o barrio. Al tratarse de un castigo sencillo y hacerse en público, tomaba un valor ejemplarizante para la comunidad transmitiendo el mensaje de que a todas las personas que no aceptaran la norma imperante les podía tocar".
Que no se trataba de hechos puntuales o aislados, lo evidencian las alocuciones radiofónicas del jefe de la sublevación militar en Sevilla, Gonzalo Queipo de Llano, el cual .nada más controlada la situación en la capital hispalense, empezó a utilizar los micrófonos de Radio Sevilla donde cada noche daba una de sus “charlas” propagandísticas. Sus discursos exaltados solían ser reproducidos por el ABC sevillano, La Unión, El Correo de Andalucía y, más adelante, por gran parte de la prensa de la España franquista. Su objetivo era amedrentar y ridiculizar al enemigo y enaltecer a las fuerzas propias. Queipo hablaba de los asesinatos cometidos por sus hombres durante el día, de los que cometerían al día siguiente al entrar en tal pueblo o ciudad, de lo que habían hecho con las mujeres e hijas de los republicanos así como de lo que iban a hacer con las mujeres e hijas de los rojos de las localidades liberadas y no se privaba de llamar a La Pasionaria prostituta de burdel. En sus diatribas se refería a los republicanos como “la canalla marxista” y, en algunas de ellas, ponía en telo de juicio su valentía y virilidad.
"Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad y de paso también a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen (…) Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil. Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar que si lo hiciereis así quedareis exentos de toda responsabilidad".
"Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad y de paso también a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen (…) Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable: ¡Morón, Utrera, Puente Genil. Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar que si lo hiciereis así quedareis exentos de toda responsabilidad".
Las brutalidades cometidas contra las mujeres en aquellos días en la provincia de Sevilla y en las zonas andaluzas controladas por los sublevados han sido recogidas por historiadores como Pura Sánchez en Individuas de dudosa moral (Crítica, 2009) o José María García Márquez en Las víctimas de la represión militar en la provincia de Sevilla (1936-1939) (Aconcagua Libros, 2012).
García Márquez narra, una terrible escena que tuvo lugar en la localidad de Brenes y que el historiador localizó en los archivos militares de Sevilla:
"A La Trunfa le dieron una paliza y, sin dejar de maltratarla, la introdujeron en un cuarto del cortijo, donde la intimidaron tendiéndola en el suelo, obligándola a remangarse y exhibir sus partes genitales; hecho esto, el sargento, esgrimiendo unas tijeras, las ofreció al falangista Joaquín Barragán Díaz para que pelara con ellas el vello de las partes genitales de la detenida, a lo que este se negó; entonces, el sargento, malhumorado, ordenó lo antes dicho al guardia civil Cristóbal del Río, del puesto de El Real de la Jara. Este obedeció y, efectuándolo con repugnancia, no pudo terminar y entregó la tijera al jefe de Falange de Brenes, que terminó la operación. Y entre este y el sargento terminaron pelándole la cabeza".
García Márquez narra, una terrible escena que tuvo lugar en la localidad de Brenes y que el historiador localizó en los archivos militares de Sevilla:
"A La Trunfa le dieron una paliza y, sin dejar de maltratarla, la introdujeron en un cuarto del cortijo, donde la intimidaron tendiéndola en el suelo, obligándola a remangarse y exhibir sus partes genitales; hecho esto, el sargento, esgrimiendo unas tijeras, las ofreció al falangista Joaquín Barragán Díaz para que pelara con ellas el vello de las partes genitales de la detenida, a lo que este se negó; entonces, el sargento, malhumorado, ordenó lo antes dicho al guardia civil Cristóbal del Río, del puesto de El Real de la Jara. Este obedeció y, efectuándolo con repugnancia, no pudo terminar y entregó la tijera al jefe de Falange de Brenes, que terminó la operación. Y entre este y el sargento terminaron pelándole la cabeza".
Fernando Romero, miembro del grupo de trabajo “Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía “, de la CGT, explicó en el 2010 en Público el alcance de la represión en pueblos como El Gastor (Cádiz) donde al menos cuarenta mujeres fueron vejadas. Entre ellas, María Torreño, la esposa de un concejal socialista y su hija Fraternidad Hidalgo. A Fraternidad, de veintiún años , la maltrataron con tanta saña que perdió el hijo que esperaba, la dejaron ciega y murió al poco tiempo como consecuencia de las torturas.
A Frasquita Avilés, una mujer que rechazó a un falangista que se había enamorado de ella, la violaron en el cementerio después de muerta,. El 27 de agosto, cinco jóvenes ,casi niñas, de entre 16 y 22 años de Fuentes de Andalucía fueron violadas, asesinadas y arrojadas a un pozo en El Aguacho. Son las llamadas “niñas de El Aguacho”.
Así narraba su detención y torturas el periodista Juan Miquel Barquero en el 2103 en eldiario.es:
"El crimen se cometió el 27 de agosto de 1936. Varias personas del bando franquista secuestraron a María león Becerril. La mayor del grupo, con 22 años, junto a María Jesús Caro González, Joaquina Lora Muñoz y Josefa García Lora, todas con 18 años. También a la hermana de esta última, Coral García Lora, de solo 16 años. Las montaron en un camión y se dirigieron al pueblo vecino de La Campana, aunque detuvieron su camino en la finca conocida como El Aguacho. Allí las obligaron a bajar, hacerles de comer, cantar y bailar mientras sus captores las insultaban y amanazaban, bebían y se emborrachaban… Hasta que, al atradecer, estos se pasearon de nuevo por las calles fontaniegas, ahítos de venganza y sin las jóvenes, aunque sí con su ropa interior, que enarbolaban como banderas ensartadas en las puntas de sus fusiles y escopetas".
Paul Preston en el prólogo de su libro El Holocausto Español (Debate, 2011) pone de relieve el alcance y, a la vez, la subestimación de los abusos contra las mujeres. El hispanista británico refiere múltiples ejemplos de los mismos en su relato del avance desde Andalucía hasta Extremadura de los soldados de África llegados a la Península en agosto del 1936:
"Una parte importante de la campaña represora de los rebeldes aunque subestimada -la persecución sistemática de las mujeres-, no queda reflejada en los análisis estadísticos. El asesinato, la tortura y la violación eran castigos generalizados para las mujeres de izquierdas (no todas pero sí muchas), que habían emprendido la liberación de género durante el periodo republicano. Las que sobrevivieron a la cárcel padecieron de por vida graves secuelas físicas y mentales. Otras miles de mujeres fueron sometidas a violaciones y otras formas de abuso sexual, a la humillación de que les raparan la cabeza o de hacerse sus necesidades en público tras la ingesta forzosa de aceite de ricino".
Preston habla de violaciones o de “humillaciones” de mujeres al ocupar los militares de la llamada “Columna de la Muerte” las localidades pacenses de Zafra, Almendralejo, Mérida, El Casar de Escalona, Puebla de la Calzada y la misma ciudad de Badajoz, entre otras. En la capital provincial, además, los Regulares y la Legión mutilaban a los heridos y las castraciones de cadáveres estaban a la orden del día. La periodista Sol López.Barrajón en un artículo publicado en Memoria Pública en 2016 se refiere a ello es estos términos:
"Algunos oficiales alemanes, al servicio del general Franco, se dieron el gusto de fotografiar cadáveres castrados por los moros y fue tal la sacudida de espanto que produjeron los cadáveres castrados, que el general Franco se vio en la obligación de mandar a Yagüe que cesaran las castraciones y los ritos sexuales con el enemigo muerto. Pero siguieron haciéndolo".
Preston afirma que el uso del terror no fue espontáneo sino que respondía a un cálculo minucioso de sus efectos colaterales. Los Regulares y la Legión mutilaban a los heridos, les cortaban las orejas, la nariz, los órganos sexuales y hasta los decapitaban. Tales prácticas, en combinación con la matanza de prisioneros y la violación sistemática de las mujeres, fueron permitidas en España por los oficiales sublevados como antes lo habían sido en Marruecos por Franco y otros mandos militares.
El escritor fascista francés Robert Brasillach se refirió, asimismo, a montones de cadáveres con ”los órganos sexuales cercenados y una cruz trazada a cuchillo en el pecho.
Llegaron a la ciudad prisioneros de otras zonas de Extremadura y entre ellos había mujeres que trabajaban como costureras en casas de los ricos y que en la primavera de 1936 habían intentado agruparse en un sindicato. Los abusos sexuales fueron el castigo que recibieron estas jóvenes como escarmiento.
Al entrar en tierras toledanas, concretamente entre Navalmoral de la Mata y Talavera de la Reina, fueron capturadas un grupo de mujeres republicanas. Preston señala que las sospechas generalizadas de que los rebeldes las entregaban a bandas de mercenarios marroquíes para que las violaran en grupo se vieron alimentadas por la charla de Queipo de Llano del 29 de agosto. En ella, el cabecilla del golpe en Sevilla así lo dio a entender:
"Han caído en nuestro poder grandes cantidades de municiones de Artillería e Infantería, diez camiones y otro mucho material; además de numerosos prisioneros y prisioneras. ¡Qué contentos van a ponerse los Regulares y qué envidiosa la Pasionaria!".
Preston habla de violaciones o de “humillaciones” de mujeres al ocupar los militares de la llamada “Columna de la Muerte” las localidades pacenses de Zafra, Almendralejo, Mérida, El Casar de Escalona, Puebla de la Calzada y la misma ciudad de Badajoz, entre otras. En la capital provincial, además, los Regulares y la Legión mutilaban a los heridos y las castraciones de cadáveres estaban a la orden del día. La periodista Sol López.Barrajón en un artículo publicado en Memoria Pública en 2016 se refiere a ello es estos términos:
"Algunos oficiales alemanes, al servicio del general Franco, se dieron el gusto de fotografiar cadáveres castrados por los moros y fue tal la sacudida de espanto que produjeron los cadáveres castrados, que el general Franco se vio en la obligación de mandar a Yagüe que cesaran las castraciones y los ritos sexuales con el enemigo muerto. Pero siguieron haciéndolo".
Preston afirma que el uso del terror no fue espontáneo sino que respondía a un cálculo minucioso de sus efectos colaterales. Los Regulares y la Legión mutilaban a los heridos, les cortaban las orejas, la nariz, los órganos sexuales y hasta los decapitaban. Tales prácticas, en combinación con la matanza de prisioneros y la violación sistemática de las mujeres, fueron permitidas en España por los oficiales sublevados como antes lo habían sido en Marruecos por Franco y otros mandos militares.
El escritor fascista francés Robert Brasillach se refirió, asimismo, a montones de cadáveres con ”los órganos sexuales cercenados y una cruz trazada a cuchillo en el pecho.
Tras la partida de Yagüe, la represión en Badajoz quedó en manos del nuevo gobernador civil, el coronel Eduardo Cañizares y el teniente coronel Manuel Pereita Vela enviado por Queipo de Llano como comandante de la Guardia Civil y delegado de Orden Público el cual, según Paul Preston, sería el responsable de 2.580 muertes hasta la fecha de su relevo el 11 de noviembre. Arcadio Carrasco Fernández-Blasco, jefe provincial de la Falange fue otro de los artífices de la represión.
Al entrar en tierras toledanas, concretamente entre Navalmoral de la Mata y Talavera de la Reina, fueron capturadas un grupo de mujeres republicanas. Preston señala que las sospechas generalizadas de que los rebeldes las entregaban a bandas de mercenarios marroquíes para que las violaran en grupo se vieron alimentadas por la charla de Queipo de Llano del 29 de agosto. En ella, el cabecilla del golpe en Sevilla así lo dio a entender:
"Han caído en nuestro poder grandes cantidades de municiones de Artillería e Infantería, diez camiones y otro mucho material; además de numerosos prisioneros y prisioneras. ¡Qué contentos van a ponerse los Regulares y qué envidiosa la Pasionaria!".
Aquellos mismos días, concretamente el 4 de septiembre, la expedición republicana que había intentado conquistar Mallorca a las órdenes del capitán Bayo se retira precipitadamente de la isla y deja en tierra a cinco enfermeras (...) que se habían embarcado en Barcelona junto con los milicianos. Poco después fueron detenidas e interrogadas por las tropas franquistas que ordenaron, además, que todas fueran examinadas “para controlar su virginidad”. Tras ello fueron brutal y repetidamente violadas por un grupo de falangistas en Manacor y se cree que al día siguiente las asesinaron en el cementerio de Son Coletes de dicha localidad mallorquina.
En el mes de marzo de este año, precisamente, se ha publicado un libro del historiador Antoni Tugores Moriren dues vegades (Lleonard Muntaner Editor, 2017) que “rescata” del olvido la historia de estas enfermeras y rehabilita su imagen ya que los sublevados propalaron el bulo de que eran prostitutas.
En el otoño de 1936, las tropas que, desde Andalucía, habían ocupado la mayor parte de Extremadura y de la provincia de Toledo, en su avance hacia Madrid, pasaron por la localidad de Navalcarnero. Allí se las encontró el periodista norteamericano John Whitaker que en unas declaraciones a la revista Foreign Affairs en octubre de 1942 puso en evidencia la connivencia de los mandos militares con los abusos sexuales que llevaban a cabo sus tropas.
"Nunca me negaron que hubiesen prometido mujeres blancas a los moros cuando entrasen en Madrid. Sentado con los oficiales en un vivac del campamento les oí discutir la connivencia de tal promesa; sólo algunos sostenían que una mujer seguía siendo española a pesar de sus ideas “rojas”. Esta práctica no fue negada tampoco por El Mizzian, el único oficial marroquí del ejército español. Me encontraba con este militar en el cruce de carreteras de Navalcarnero cuando dos muchachas españolas, que parecían no haber cumplido aún los veinte años, fueron conducidas ante él. Una de ellas había trabajado en una fábrica de tejidos de Barcelona y se le encontró un carné sindical en su chaqueta; la otra, de Valencia, afirmó no tener convicciones políticas. Después de interrogarlas para conseguir alguna información de tipo militar, El Mizzian las llevó a un pequeño edificio que había sido la escuela del pueblo, en el cual descansaban unos cuarenta moros. Cuando llegaron a la puerta, se escuchó un ululante grito salido de las gargantas de los soldados. Asistí a la escena horrorizado e inútilmente indignado. El Mizzian sonrió afectadamente cuando protesté por lo sucedido diciendo: “Oh, no vivirán más de cuatro horas".
El 27 de mayo del año pasado se inauguró en Beni Ensar, un suburbio de Nador, en Marruecos, un museo dedicado a El Mizzian (...) en la casa que le regaló Franco en la misma localidad en donde nació, acto al que acudieron algunas autoridades españolas.
Los abusos sexuales y las humillaciones en contra de las mujeres no se limitaron a los primeros meses de la guerra. Ya en el verano de 1937, el mismo tipo de vejaciones se produjo en Vizcaya al ser ocupada por las tropas nacionales. Belén Solé y Beatriz Díaz en Era más la miseria que el miedo (Asociación Elkasko de Investigación Histórica, 2014) recogen los testimonios de mujeres de Barakaldo, Sestao y Portugalete.
"(…) yo tenía una tía que vivía en la calle Chávarri, y bueno…Vecinas suyas las raparon que para qué…Y en Barakaldo, eso me lo contaba mi madre, en Barakaldo también. Que las (sic) rapaban el pelo, a unas las llevaban por ahí, a otras no las llevaban… Es que ocultaba todo lo que se podía, pero de rapar el pelo…¡Bueno!.. A las mujeres, es que además obsesión con las mujeres". Clara Zabalo (Sestao, 1940).
Solé y Díaz subrayan el fuerte componente simbólico del rapado de pelo ya que, en el contexto de los valores de la época, se ponía en tela de juicio la condición femenina de las víctimas.
Las autoras se refieren, asimismo, a la existencia de relatos sobre mujeres que, siendo presas del ejército golpista, se negaron a aceptar relaciones sexuales con miembros de fuerzas militares, aún bajo la amenaza de fusilamiento. Circularon de boca en boca y se convirtieron en símbolo y ejemplo de resistencia a la represión.
"Y luego mi madre nos contaba que había chicas muy guapas, también jóvenes, que como no querían ir con los guardias, las fusilaban. Por la noche, porque no querían ir con ellos, preferían morir antes que ir con ellos". Encarnación Santamaría (Sestao, 1932).
Durante la ofensiva en el frente catalán iniciada a finales de 1938 las mujeres republicanas, como en el resto de territorios que habían caído en manos de las tropas rebeldes, fueron objeto de brutales vejaciones. Preston destaca, al respecto, lo acontecido en la localidad leridana de Unarre. Allí, una chica de 17 años fue obligada a presenciar la ejecución de su madre y, posteriormente, fue violada en grupo antes de matarla también a ella.
No se trataba de un hecho puntual. El día de Nochebuena de 1938, al ocupar Maials, en el extremo sur de Lérida, al menos cuatro mujeres fueron violadas. Una de ellas tuvo que soportarlo delante de su marido y su hijo de siete años, obligados, a punta de pistola, a presenciar el acto. En Callús (Barcelona), un hombre que vivía con su esposa, su hija y la prima de esta, fue ejecutado por unos Regulares, que violaron a las tres mujeres y luego las mataron a punta de bayoneta.
A modo de conclusión, se puede decir que la represión ejercida sobre las mujeres- como afirma la historiadora andaluza Pura Sánchez Sánchez- es una categoría relevante, diferenciada de la ejercida sobre los hombres y que no debe entenderse, por tanto, como una variante de la represión masculina sino como un fenómeno que tiene sus rasgos propios.
A las mujeres se las reprimió, básicamente, por haber transgredido el modelo tradicional femenino que el nacionalcatolicismo quería perpetuar acabando con los avances obtenidos durante la Segunda República. Su humillación pública, con castigos que no se aplicaban a los hombres, responde a los patrones de una sociedad patriarcal de cuya moral se erigían en defensores los sublevados...
https://serhistorico.net/2017/03/29/el-abuso-sexual-de-la-mujer-como-arma-de-guerra-en-la-zona-nacional/
https://castelaonarede.wordpress.com/
http://jerezrecuerda.blogspot.com.es/2011/07/se-cumplen-en-estos-dias-el-75.html
http://jerezrecuerda.blogspot.com.es/2017/03/el-abuso-sexual-de-la-mujer-como-arma.html
Publicado por JEREZ RECUERDA en 2:06
# 93 Butlletí Memòria Democràtica Memorial Democràtic
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