dissabte, 28 de setembre del 2024

Comienzan los trabajos para localizar a los fusilados por el franquismo en Alcalá de Guadaíra

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El objetivo principal es la búsqueda, localización, delimitación y exhumación de una fosa común del cementerio de San Mateo con numerosos vecinos represaliados


Visita al cementerio por parte de las autoridades municipales de Alcalá de Guadaíra.

El delegado de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, Christopher Rivas, ha visitado el Cementerio Municipal de San Mateo para comprobar las intervenciones que se están desarrollando dentro del proyecto alcalareño para la localización de la fosa común del cementerio, uno de los principales objetivos de la Delegación de Memoria Democrática e Identidad Andaluza.

El objetivo principal es la búsqueda, localización, delimitación y exhumación de una fosa común que, según diversas fuentes, contiene los restos de personas fusiladas durante los primeros días tras el golpe sublevado del 18 de julio. Este proyecto se enmarca en la campaña de Memoria Histórica de 2024 y responde a una necesidad urgente de reparación y justicia histórica.

Tal y como ha explicado Rivas, “durante la Guerra Civil, miles de personas fueron víctimas de la represión franquista y enterradas en fosas comunes sin identificación ni respeto. La intervención en el Cementerio de San Mateo busca devolver la dignidad que les fue arrebatada a estas personas y ofrecer a sus familias la posibilidad de recuperar los restos de sus seres queridos para darles un entierro digno”. “Esta exhumación no es solo un acto técnico, sino un proceso de reparación moral y de justicia, que permite a las víctimas y a sus descendientes conocer la verdad”, ha añadido.

Este proyecto refleja el compromiso del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra con la Ley de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, que establece la obligación de localizar, exhumar e identificar a las víctimas de la represión franquista. A través de esta iniciativa, Alcalá de Guadaíra contribuye activamente a la reparación histórica y al cumplimiento del mandato legal de devolver la dignidad a quienes fueron silenciados y olvidados durante décadas.

Acceso al cementerio de San Mateo de Alcalá de Guadaíra.
Acceso al cementerio de San Mateo de Alcalá de Guadaíra.

La intervención incluye una serie de actuaciones técnicas en el Cementerio para localizar y exhumar la fosa común. En una primera fase, se realizó un estudio mediante georádar durante el pasado año y que aportó distintos puntos en los que el terreno presentaba anomalías compatibles con este tipo de fosas.

Ahora, con estos trabajo, se realizarán catas del terreno en seis puntos distintos del cementerio municipal en los que las investigaciones tecnológicas han indicado que pudieran encontrarse estos enterramientos. Una vez culminadas las catas podrá determinarse con mayor exactitud la ubicación o ubicaciones de estos espacios en los que podrían haber sido depositados los restos mortales de las víctimas de 1936.

Las labores contemplan la retirada de la solera de hormigón, la excavación de la fosa, el relleno y compactación del área, y la pavimentación posterior con una nueva solera de hormigón. El área de actuación abarca aproximadamente 280 m² y se estima que los trabajos tendrán una duración de un mes y medio.

El delegado ha explicado que “uno de los aspectos más relevantes de este proyecto es su capacidad para contribuir a la reconciliación y cerrar heridas históricas. Muchas familias han vivido en el dolor y la incertidumbre durante generaciones, sin saber qué ocurrió con sus seres queridos. La identificación y el reconocimiento de estas víctimas no solo alivian el sufrimiento de estas familias, sino que también fortalecen los lazos sociales y permiten que nuestra sociedad avance hacia un futuro basado en el respeto, la justicia y la memoria”, ha concluido.

Piden a Exteriores que traiga muestra de ADN en valija diplomátioca para identificar a una víctimas del franquismo

 https://www.tercerainformacion.es/articulo/memoria-historica/27/09/2024/piden-a-exteriores-que-traiga-muestra-de-adn-en-valija-diplomatioca-para-identificar-a-una-victimas-del-franquismo/

Solicitan al Ministerio de Asuntos Exteriores que transporte una muestra de ADN en valija diplomática. Se trata de la muestra del familiar de un desaparecido por la represión franquista que reside en México. Países como Argentina tienen sus valijas diplomáticas al servicio de las víctimas de la dictadura.

Piden a Exteriores que traiga muestra de ADN en valija diplomátioca para identificar a una víctimas del franquismo
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha registrado una petición ante el Ministerio de Asuntos Exteriores para poder traer desde México una muestra de ADN dentro de la valija diplomática. Se trata de la primera vez que la ARMH, que inició las exhumaciones e identificaciones científicas de víctimas del franquismo en el año 2000, se dirige al ministerio para solicitar su colaboración de ese tipo.

En su escrito la ARMH explica al ministerio que en estos momentos se encuentra trabajando en la identificación de una persona que ha sido exhumada en una fosa común, junto a otras víctimas del franquismo, y la muestra de ADN que mejor puede servir para llevar a cabo una identificación genética la tiene que entregar un familiar que reside en México.

Para facilitar la seguridad y la buena custodia de la citada muestra la ARMH solicita su colaboración al ministerio de Asuntos Exteriores, como hacen habitualmente las autoridades diplomáticas de países como Argentina, que a través de las valijas diplomáticas han transportado huesos, muestras de ADN y han facilitado el transporte oficial.

Aunque no es la primera vez que la ARMH necesita muestras de ADN de familiares en el extranjero la petición forma parte de las exigencias al Estado de implicarse en la búsqueda de los desaparecidos y reclamar que todos los ámbitos del Estado deben hacer esfuerzos por ayudar a las familias.

Para Emilio Silva, presidente de la ARMH, “es necesaria la implicación del Estado en diferentes administraciones porque estamos tratando de derechos humanos y nosotros luchamos para que el Gobierno dejé de decir que garantiza los derechos de las víctimas mediante la convocatoria de unas subvenciones cuando Naciones Unidas le ha recordado en numerosas ocasiones que los Derechos Humanos no se subvencionan, que los Derechos Humanos se garantizan”.

a familia del vigués Xosé Humberto Baena, fusilado en 1975, exige al gobierno de España una disculpa pública

 https://cadenaser.com/galicia/2024/09/27/la-familia-del-vigues-xose-humberto-baena-fusilado-en-1975-exige-al-gobierno-de-espana-una-disculpa-publica-radio-vigo/

Amnistía Internacional participa este viernes en el homenaje que la familia y las amistades organizan en el cementerio de Pereiró


De izquierda a derecha y de arriba a abajo: José Luis Sánchez Bravo, Xosé Humberto Baena, Ramón García Sanz, Ángel Otaegi y Juan Paredes

Vigo

Flor Baena, hermana del vigués Xosé Humberto Baena, fusilado por el franquismo hace hoy 49 años, remitió el jueves una carta al Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, a la Vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz y al Ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, en la que pide una declaración y una disculpa oficial que restablezca la dignidad, la reputación y los derechos de Xosé Humberto Baena, que reconozca los hechos y acepte las responsabilidades, tal como establecen las normas internacionales.

Más información

“Decidí solicitar la Declaración de Reconocimiento y Reparación Personal prevista en la Ley de Memoria Democrática de 2022, que menciona la nulidad de los procesos judiciales para facilitar que el gobierno de España repare a mi hermano”, declaró Flor Baena.

Homenaje en Pereiró

Amnistía Internacional participa en el homenaje que la familia y las amistades de Baena organizan en el cementerio vigués de Pereiró a las 18.00 h. Xosé Humberto Baena y José Luis Sánchez Bravo, ambos vigueses, fueron ejecutados hace ahora 49 años en la última etapa de la dictadura franquista, después de ser sometidos a juicios injustos.

“Amnistía Internacional valora positivamente la Ley de Memoria Democrática de 2022 que supone una mejora respeto de la ‘Ley de Memoria Histórica’ de 2007”, señaló Isabel Flores, Coordinadora de Amnistía Internacional Vigo, que destacó que “la ley incluye medidas importantes y necesarias como reconocer la responsabilidad del Estado respeto de las tareas de búsqueda, exhumación e identificación de personas víctimas de desaparición forzada, así como la restitución de sus restos a las familias, una labor que lleva recayendo durante décadas nos propios familiares y asociaciones privadas y la declaración de nulidad de las sentencias dictadas en el marco de procedimientos injustos durante la Guerra Civil y el régimen franquista”.

“Con todo, lamentamos que la Ley no garantice el acceso a justicia de las víctimas porque no elimina los obstáculos a la investigación judicial de los crímenes de derecho internacional cometidos en España en el pasado, algo que recomendó Naciones Unidas en numerosos informes desde 2008, al señalar la necesidad de privar de efectos a la Ley de Amnistía de 1977 de forma que no pueda ser aplicada por los tribunales españoles para impedir el enjuiciamiento de estos crímenes”.

En julio de 2023, el Comité Contra la Tortura de la ONU pidió la derogación y casos de torturas. El pasado 10 de septiembre se produjo el archivo de la querella por torturas a Julio Pacheco en agosto de 1975, que un año antes había declarado ante un juzgado. En septiembre pasado, la Fiscalía de Memoria Democrática se mostró a favor de la admisión de la querella por torturas del franquismo del sindicalista Carles Vallejo.

La asociación de víctimas de bebés robados cifra en 8.000 los enterrados en el cementerio de Alicante

https://alicanteplaza.es/victimas-bebes-robados-enterrados-cementerio-alicante

nueva campaña de exhumaciones


25/09/2024 - 

ALICANTE (EFE). La Asociación Víctimas de Alicante Bebés Robados y Adopciones Irregulares sostiene que hay "más de 8.000 bebés enterrados en fosas comunes" del cementerio municipal Nuestra Señora del Remedio de Alicante, según una investigación de esta entidad basada en las inhumaciones infantiles realizadas entre 1951 y 1990 en este camposanto. Según la entidad, los datos registrados en los libros de la necrópolis "indican 10.226 inhumaciones de fetos y bebés en todo el cementerio" en el referido periodo de casi cuarenta años.

De esta cifra, "8.076 fueron enterrados mayoritariamente en fosas comunes de la parcela 12", otras inhumaciones se llevaron a cabo en "fosas de la parcela 19" y el resto, en "fosas individuales, en nichos y panteones", ha afirmado la asociación, conocida como AVA Alicante, en un comunicado.

La nota de prensa señala que las parcelas 12 y 19 "están destinadas a fosas comunes" y concreta que la primera y mayor de ellas "contiene alrededor de 250". "A esta parcela se destinaron los restos de represaliados del franquismo, algunos restos de víctimas del bombardeo fascista en el Mercado Central de Alicante, pobres de solemnidad, fetos y restos de quirófanos", según AVA Alicante.

La entidad ha recordado que en los "los años 2011, 2012 y 2013 se realizaron tres exhumaciones judiciales en búsqueda de los restos de tres bebés presuntamente fallecidos en 1962, 1982 y 1980, respectivamente". "En el primer caso se encontró la caja pero no contenía restos de bebé" al estar "vacía. En el segundo se halló la caja con los restos enterrados en su día, aunque las pruebas de ADN evidenciaron que el bebé fallecido no pertenecía a la familia biológica; es decir, le cambiaron su bebé sano por otro moribundo", ha asegurado.

AVA Alicante ha precisado que en el tercero caso," tras localizar la caja identificada por la persona que la había adquirido", había "en su interior un sudario, que contenía la pulsera del hospital que le pusieron al bebé al nacer, pero en lugar de los restos" del neonato había los "de un brazo amputado de adulto".

A juicio de la entidad, se trata de "tres casos claros de presunto robo de bebés". La asociación ha expuesto que desde hace pocos años se iniciaron exhumaciones en varias fosas comunes de esta parcela número 12 en busca de restos de represaliados del franquismo" y "en una de estas apareció una caja de bebé que contenía restos de ladrillo, probablemente simulando el peso" de la criatura, lo que supondría un cuarto caso de presunto robo de bebé. "También han aparecido improntas de cajas de bebés sin restos de bebés y otras cajas que sí los contienen", sostiene.

Según la entidad, "ayer se inició, en la parcela 19, una nueva exhumación en busca de represaliados del franquismo" en una fosa común, donde a la asociación le consta que "debería haber 33 restos de inhumaciones de bebés, de los que no se ha avisado a ninguna familia". AVAAlicante insta a las instituciones públicas a "la exhumación total de las parcelas 12 y 19 del cementerio municipal Nuestra Señora del Remedio de Alicante" y "a que contacte con todas las familias afectadas para que, a aquellas en que sí sea cierto que su bebé falleció, les sean entregados sus restos; en cambio, aquellas que no encuentren restos, puedan donar su muestra de ADN en búsqueda de familiares biológicos. Quizá haya alguna persona que les esté buscando".

CAMPO DE CONCENTRACIÓN FRANQUISTA DE ORDUÑA, UN INFIERNO POR EL QUE PASARON 50.000 PRISIONEROS REPUBLICANOS.

 

El Campo de Concentración de Prisioneros de Orduña fue uno de los primeros que Franco abrió. Se estableció en el antiguo colegio de los jesuitas.
Permaneció abierto durante 27 meses, entre julio de 1937 y septiembre de 1939, para recluir de forma preventiva, clasificar y "reeducar" a los prisioneros hechos por las tropas franquistas en los frentes de Bizkaia, Aragón y Cataluña, fundamentalmente.
Con una capacidad máxima asignada de 5.000 personas, Orduña fue uno de los campos más grandes. Por él pasaron 50.000 prisioneros, muchos de ellos fueron gudaris del Ejército vasco, el otro gran grupo de prisioneros estuvo compuesto por milicianos, catalanes sobre todo.
El traslado y el ingreso
Los prisioneros llegaban a Orduña en trenes de mercancías utilizados normalmente para el transporte de ganado, que iban y venían a cualquier hora del día o de la noche. Los traslados solían ser masivos. Sin agua, sin comida y sin conocer su destino, los prisioneros eran obligados a viajar durante infinidad de horas en condiciones deplorables, hacinados en el interior de vagones de madera cerrados, sucios y oscuros, que carecían de asientos, ventanas y retretes.
Fueron sometidos a unas condiciones de la más absoluta indefensión y sin ningún tipo de garantía judicial, apaleados y humillados sin cesar, sin ropa de abrigo, ateridos de frío, hacinados, enfermos, infestados de piojos, y medio muertos de hambre.
Como se reconoció oficialmente en varias ocasiones, la alimentación que se suministraba a los concentrados en Orduña era muy escasa y deficiente. Las carencias fueron tales que la población reclusa se depauperaba y debilitaba día a día, hasta el punto de que los propios guardianes advirtieron de la situación a sus superiores diciendo que ni con la mejor voluntad era posible mantener a los prisioneros debidamente.
Pero la principal amenaza —al menos durante el primer período— no fue el hambre. Ni el frío, ni la suciedad, ni los piojos. El mayor peligro era un guardián violento, cruel y siniestro a quien los prisioneros llamaban ‘El Manco’, porque era un lisiado de guerra al que le faltaban tres dedos de la mano derecha. Solo conservaba el pulgar y el índice, pero su discapacidad no le impedía dar palizas de muerte con el garrote. Su inseparable garrote blanco.
Entre estacazos, castigos, vejaciones, carencias e insultos, los derrotados empezaron a vislumbrar cuál sería el precio que iban a pagar por haber «traicionado a la Patria», y el lugar que ocuparían en la «nueva España» que estaba surgiendo. Su única obligación era obedecer y callar. Habían perdido la guerra y estaban a merced de su enemigo, sin derecho a nada.
El día a día en el Campo de Concentración de Prisioneros de Orduña se caracterizó por la rutina, el tedio y la falta de actividad de la inmensa mayoría de los cautivos. Su quehacer diario se limitaba a deambular por el patio o a buscar un rincón para resguardarse de la lluvia y el frío, matándose los piojos, huyendo de los golpes e intentando engañar al hambre.
La monotonía del cautiverio solía ser interrumpida por soflamas que difundían la propaganda social, política y religiosa del régimen. Lo que se perseguía, en definitiva, era doblegarlos por medio de la violencia física y psicológica, y reprogramar sus mentes.
Los únicos que podían ver medianamente alterado su cautiverio eran los que salían fuera del campo. Eran esclavos que trabajaron en multitud de obras públicas y privadas locales. Orduña, por otro lado, obtuvo un ingreso económico directo de su presencia, gracias a un acuerdo por el que el Ayuntamiento cobró 0,70 céntimos de peseta por prisionero al mes en concepto de arbitrios municipales.
Tan solo se registraron 24 fallecimientos en 27 meses. Aunque realmente cuesta creer que se produjeran tan pocas muertes entre las aproximadamente 50.000 personas internadas en Orduña en esas condiciones extremas, teniendo en cuenta, además, que los inviernos de 1938 y 1939 fueron especialmente duros. Los testigos, por su parte, afirman que las muertes eran muy habituales, sobre todo las producidas como consecuencia del hambre, del frío, de la falta de asistencia médica o de los golpes de los guardianes. Todas esas de las que no hay rastro en los registros.
-Joseba Egiguren, autor del libro "Prisioneros en el Campo de Concentración de Orduña (1937-1939)".

La masacre franquista del maquis en Tama

 https://www.publico.es/politica/masacre-franquista-maquis-tama.html#md=modulo-portada-bloque:2col-t4;mm=mobile-big

La imaginación popular dice que los maquis vivían continuamente en el monte. Pero la realidad nos cuenta que buscaban refugio muchas veces en casas de familiares y enlaces, personas que quedaban marcadas como objetivos del franquismo.


Chozo de la guerrilla situado en un campamento de la Ciudad de la Selva.
Chozo de la guerrilla situado en un campamento de la Ciudad de la Selva.  Sputnik Labrego

Eran, sus techos, celajes.

Y así eran.

Las paredes, ramas de cagiga, colchón con escajos su crujir al caminar. Y así eran. A veces, solo a veces, joyus de piedra gris y boca negra, joyus con sapuletus y vacarizus. Pasos cortos sobre brezo humeante por el frío, hilillos que salen de fogata (breve, muy breve). Agua y rozadas color raposa. Un bote metálico donde ahumar hierbas verdes.

Y así eran.

Con sus techos de celajes.

Hay, por los Montes de Casaio, un sitio al que dicen Ciudad de la Selva. Así, en castellano. Hay, allí, restos, arqueología. Tenedores, cajas, enseres. También tapias, y cartuchos, porque eran importantes, sí, en el monte, las tapias y los cartuchos. La Ciudad de la Selva fue, durante décadas, casi leyenda, susurros de hace ochenta años, bisbisear de sarrujanes y vecinos. La megalópolis del maquis. Remoto, en lo más profundo de Valdeorras. Existían documentos firmados allí, órdenes, circulares. Es, cuentan, yacimiento más importante sobre guerrilla en la Europa Occidental. Pueblos más que pueblo, aldeas y barriadas a ojo de loma, a yelso que ves.

Nos dicen en Ciudad de la Selva. Historia e Arqueoloxía da guerrilla nos Montes de Casaio (Ediciones Positivas, 2024) que entre Morteiras y A Bruña existieron hasta seis campamentos: Fraga Merela, Pinguela, Burgozos, dos en Morteiras, otros dos en A Bruña. De uno a otro... camberucas fragosas, orografía con tallado de hoz. De uno a otro hay sendas entre rebollos y toxos, entre salces de hojas verdeoliva y hayedos que ululan con viento sur. Allí, en esos seis sitios, vivieron, de 1941 a 1946, unas cincuenta o sesenta personas. Unos cincuenta o sesenta guerrilleros. Porque en la Ciudad de la Selva ondeaba bandera con tres colores... Fue, explican, la agrupación que más quebraderos dio al cruel franquismo.

Eran en mitad del monte, en un espacio al que aun hoy cuesta llegarse. Vehículos todo terreno, luego pateadas de tres horas, dicen quienes estuvieron. Los autores del estudio, los arqueólogos, aquellos que colaboraron en un documental sobre esta Cibola sin riquezas (o de riquezas colmada). Solo ahí, entre los buitres y el corzo, era posible vivir, organizarse, planear, puede, sobre retornos y victorias. Solo ahí. Cuentan que los aliados avanzan, cuentan que ya llegan hasta Roncesvalles. Esperar.

Eso toca.

Esperar. En montaña, aislados, tiritando por los fríos. Lobos más allá de los lobos. Esperar.

Nos describe, al menos, el tópico. Que así, que así vivían. Cada crepúsculo de cada amanecer. Ellos, los que se echaron al monte. Los que habitaron dignidades húmedas, fragilidad de tos y tisis. Quienes, rendidos, dijeron de no rendir. A los que rastrearon como alimañas. A los que cazaron entre mentiras y miedos.

Porque la realidad es, la realidad fue, otra bien distinta. Al menos las más veces. Se durmió, sí, en cuevas encaramadas por picachos, cuevas que permitiesen ver sin que te viesen, castrum de caliza y glauca. Pero, también, usaban bodegas o socarreñas de quienes apoyaban al fascismo. Soluciones rápidas, para noche, quizá algún pequeño hurto. Lo contaba José Marcos Campillo en Del mito a la historia. Guerrilleros, maquis y huidos en los montes de Cantabria (Editorial de la Universidad de Cantabria, 2009), escrito por Valentín Andrés Gómez. Que tenían llaves distintas, de calibre diferente. Que iban probando, lima aquí y allá. Que, cerraduras de pueblo y prao, tampoco costaba mucho hacerle click. También pasaban noches en casetas de camineros, como esa donde capturaron a Alejandro Martínez, en pleno Monte Palombera de Celis... O invernales, las chozas donde pastores y mesguerías buscaban refugios al caer noche por seles y majás. Cuatro piedras, silbos de aire entre huecos, tiritonas bajo piel y pellejo...

Con todo, lo más común dentro de este universo tan poco común era refugiar en casucas o cuadras. Vivir, si es que vivir se puede, donde el primo o el cuñao, donde aquel que mira el mundo como nosotros miramos. Molinos donde enlazar y, a veces, dormir tres horas. Construcciones casi en ruinas, el cuarto que quedó libre de bardas. Recuerdos. A veces, incluso, una vivienda afín que estuviera algo alejada del barrio. Sin miradas que no queremos. Sin susurros que pueden matarte.

Como en Tama.

Lo de Tama fue ya tarde, en el cincuenta y dos. Mes de octubre, que viene por Liébana con viento sur y seca frutos del castaño y el nogal, esos que guardas para pasar eneros. Lo de Tama fue en el cincuenta y dos, sitio que llaman El Coterillo. Apartado, como está, del pueblo, apenas a unos kilómetros de Potes, capital lebaniega. Epicentro, sí, de los maquis en Cantabria. Los que quedaban, los que querían quedar. Los que aguantaron.

Uno de ellos se llamaba Hermenegildo Campo, pero todos le llamaban Gildo El Tresvisano (no engaña, no, ese "Campo"). Por la casuca de Tama se refugiaban, a veces, Gildo y los suyos. Por la casuca de Tama, donde vivían Dominador Gómez, y Carmen de Miguel, y Carmen, la hija de diecisiete años. Allí abrigaban los del monte, allí abrigaban. Allí se vino la tragedia.

Porque llegaron los agentes, y era veinte de octubre, lunes, feriado en Potes. Llegaron los agentes, que llevaban ya un tiempo, en cantinas y colmaos, diciendo que algo ha de pasar, que una muy gorda se espera. Llegaron los agentes, con sus manchas de tinta y de cera. Eran cuatro, ellos; eran tres los del monte. Gildo, Pin El Asturiano y Joaquín Sánchez, a quien todos decían Andaluz. Cuatro eran ellos, tres los otros. Cuatro que llegan, que llaman a la puerta, que les abre Carmen. Registro. Ella, tranquila, empiecen ustedes por el desván, empiecen por el desván. Negación. Mejor aquí, la planta baja. Miran, remiran, no hay suerte cuando la suerte se echó. Un cancelo que no abre, disparos. Huyen por la bodega, alguien espera, agazapado, tras la higuera que huele a fruto dulzón. Sargento Sanz, se llama, y lleva fusil ametrallador. Hay más tiros, hay muertos. Cuentan que uno de los huidos, Joaquín Sánchez, logra volver a huir, y que se pierde entre bardas, y que va dejando cicatrices en el bosque, cicatrices de color sangre y miedo.

Muere, en el ataque, el sargento Sanz. Mueren, también, Gildo El Tresvisano y Pin El Asturiano.

Morirá más gente.

Porque hay furia, hay nervios, hay frustración. Hay sed de la que solo aplacas con dolores. Dicen que pusieron, los tres guardias, la familia justo frente a su casa, en la misma puerta. Dicen que estaba, allí, Dominador, y también Carmen. Dicen los decires, y son casi ya susurros, que la niña se abraza, temblando, a su madre, que no se separa. Y, entonces, dispararon. Tres cuerpos caen, dos adultos, la mozuca. Tres cuerpos caen, tres cuerpos suben a un carro, tres cuerpos llevan hasta Potes, que está lleno, Potes, que es día de feria, en Potes. Tres cuerpos llevan, en ese carro, hasta el cuartel, y todo el mundo puede ver tres cuerpos, todo el mundo ve.

La casa, para entonces, ardía con fuego de mal.

No termina ahí, la historia. No termina ahí, porque hay detenciones. Entre familiares, entre conocidos de unos y otros. Crudeza y agresividad. Tortura. Hasta Laureano Campo, que era alcalde de Tresviso, sufrió consecuencias. Curioso hombre, este Laureano, que fue luchador por la República y, apenas década más tarde, lo nombran regidor en su pueblo. El mismo gobernador civil, dicen, presionó para que acepte. Si no coges el ayuntamiento después pasará lo que pase... Y eso que era, pásmense, cuñado de Gildo, el guerrillero...

Pero qué importa. Tras lo de Tama cogieron a Laureano, lo llevaron a Potes, le rompieron costillas. Estaba preso en la cuadra, entre caballos nerviosos que soltaban coces y daban mordiscos. Luego a Laureano le confrontaron con su mujer. Medio muerto pareció, muerto pensaba ella que quedó allí, y se le quiebran los sentires, y deja de razonar. Acaba, ella, en un centro de salud mental. Acaba, él, tres años en la prisión provincial. Por muy alcalde que fuese...

Eso fue tras lo de Tama. Ahora quedan, en ese sitio, restos, recuerdos, matorrales con forma de historia, tres o cuatro sonsonetes y romances de media voz.

Eso queda en ese sitio.

Y el silencio.