“Españoles del éxodo y del llanto
levantad la cabeza
y no me miréis con ceño.
Porque yo no soy el que canto la destrucción
sino la esperanza”
El Sinaia hacia México el Stanbrook hacía Argelia, o el Winnipeg hacia Chile entre los más conocidos, pero hubo otros muchos barcos que se dedicaron al transporte de republicanos españoles en el exilio francés hacia otros países, la mayoría hicieron no uno, sino varios viajes entre Europa y America llenando de esperanzador futuro el ánimo de los refugiados españoles.
Salvo el Champlain que se averió y hundió sin llegar a salir del puerto, otros buques hicieron varias veces la travesía llenando de esperanza el futuro de los hijos del exilio Republicano español: Ipanema, Nyassa, Serpa Pinto II, Voledam, Mexique, Sao Thomé, Quanza, Sinaia, Flandre, Siboney, Santo Domingo, México, Orinoco, Isere, Statendam, Orizaba...
Ell secretario de Gobernación mexicano, Ignacio García Téllez, recibía al exilio español con éstas palabras de bienvenida:
"No os recibimos como náufragos de la persecución dictatorial a quienes misericordiosamente se arroja una tabla de salvación, sino como a defensores aguerridos de la democracia republicana y de la soberanía territorial, que lucharon contra la maquinaria opresora al servicio de la conspiración totalitaria universal. El Gobierno y pueblo de México os reciben como a exponentes de la causa imperecedera de las libertades del hombre. Vuestras madres, esposas e hijos, encontrarán en nuestro suelo un regazo cariñoso y hospitalario".
Entre el 23 de Mayo de 1939 y el 1 de Octubre de 1942, de 20 a 30.000 españoles protagonizaron uno de los mayores éxodos de nuestra historia reciente procedentes de los campos de refugiados del mediodía francés, entre ellos un ingente número de intelectuales. Lázaro Cárdenas del Río abrió las puertas de México a los españoles que huían de la barbarie franquista y el pueblo mexicano acogió con agrado a sus hermanos españoles en un acto de soldaridad sin parangón.
Desde siempre se ha hecho manifiesta la aversión del fascismo hacia la cultura de cualquier tipo: pintura, escultura, ciencia, escritura, arte... persiguiendo la intelectualidad por aquello de que un pueblo inculto es más fácilmente sometido.
Científicos, Directores de Cine, Pintores, Periodistas, Escritores, Catedráticos, Músicos, Actores, Actrices, Ingenieros, Médicos, Poetas, Escultores, Abogados... la inmensa mayoría de la intelectualidad española, fiel al gobierno de la II República se vió abocada al exilio, tanto para salvar su legado intelectual como su vida.
Much@s hicieron patria en sus países de acogida, aunque llevaron a España en el corazón hasta el fín de sus días, otr@s no regresaron sino tras la muerte del dictador, en el ocaso de su propia existencia.