divendres, 29 de gener del 2021

San Simón, el archipiélago de las mil vidas: Antojo de monjes y piratas, escenario de Julio Verne, lazareto y cárcel franquista, estas pequeñas islas guardan la memoria histórica de la ría de Vigo.

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Centro monástico, anhelo de piratas, emplazamiento en las Veinte mil leguas de viaje submarino de Julio Verne, lazareto y leprosería, campo de concentración franquista, colonia de descanso, orfanato. Son las mil vidas del pequeño archipiélago de San Simón, en la ría de Vigo, que se ha movido en una constante dicotomía entre la absoluta fascinación de un entorno inigualable y el trágico destino que, en distintos momentos históricos, han protagonizado estas islas. Hoy, rebautizadas como Illa do Pensamento, buscan reconciliar su pasado con un futuro marcado por la cultura.

Un primer vistazo a estas dos islas –San Simón, la más grande, y San Antón– dibujan un paraje agreste con una conmovedora atmósfera que se condensa en el Paseo Os Buxos, una alameda cuya cúpula arbolada cuenta más de una centuria y media. Hace algún siglo más, a principios de la Edad Media, otros árboles observaron los paseos templarios que protagonizan los primeros registros de estas islas, cuando fue centro monástico de diversas órdenes religiosas.

Su aislada ubicación, a la vez que su cercanía al importante monasterio de Poio, convirtió a San Simón en lugar predilecto de los monjes pero también en ansiado botín de los piratas. Hasta aquí llegó el célebre Sir Francis Drake, sanguinario pirata para los españoles, valeroso héroe y audaz navegante para los ingleses. Drake asaltó y saqueó las islas no en una sino en dos ocasiones provocando el incendio y la destrucción del convento.

Tuvieron que pasar casi 20 años para que de nuevo los monjes se decidieran a volver, ocupándose de restaurar los edificios devastados. La austera capilla de San Simón es el edificio más antiguo que se mantiene en la isla, en su interior solo se conserva una imagen del santo al que le faltan ambas manos.

Isla de San Simón

LA BATALLA Y EL TESORO DE RANDE

Dejando atrás la capilla de San Simón y al final del enigmático Paseo Os Buxos se encuentra el Mirador da Boca da Ría con una de las vistas más privilegiadas de la ría de Vigo, el lugar en el que se produjo, en 1702, una de las batallas más conocidas de la zona y que lleva siglos alimentando leyendas tanto dentro como fuera de Galicia: la batalla de Rande, en el marco de la guerra de Sucesión española.

Frente al archipiélago, unos 40 barcos españoles y franceses, cargados con el mayor tesoro procedente de América, fueron atacados por casi medio centenar de navíos ingleses y holandeses. En menos de diez horas, estos últimos vencieron, saqueando de paso la vecina Redondela así como la isla de San Simón. En cuanto al tesoro, algunas versiones sostienen que hubo tiempo de descargarlo pero, según las leyendas, losespañolesprefirieron hundir los barcos y mandar al fondo del mar lospreciados cargamentos antes que rendirlo.

Estos relatos llegaron al mismísimo Julio Verne, quien eligió este tesoro hundido como fuente de aprovisionamiento de oro, plata y joyas del Nautilus, el submarino de sus Veinte mil leguas de viaje submarino. Tal honor fue ensalzado con una estatua del escritor en el puerto de Vigo y otra del propio capitán Nemo que custodia la llegada a San Simón, emergiendo de las aguas acompañado por dos buzos, solo visibles cuando lo permite la marea baja.

Unas figuras que llegaron a este pequeño paraíso cuando a este archipiélago le quedaba por vivir sus momentos más oscuros, primero como lazareto o leprosería y posteriormente como campo de concentración franquista.

LA HISTORIA MÁS NEGRA DE SAN SIMÓN

La mejor forma de acercarse a estos funestos recuerdos de San Simón es visitando la avenida de Teruel y el actual Centro de Interpretación. Este último fue el antiguo lazareto, construido a principios del siglo XIX en la isla de San Antón, dedicado a los contagiados y los enfermos sin cura. Además, se levantó también el que hoy es el auditorio, en San Simón, empleado para las cuarentenas de los navegantes que querían entrar en la ría, intentando evitar así que la lepra o el cólera llegasen al puerto de Vigo. Fue entonces cuando se construyó el puente de tres arcos que actualmenteune las dos islas. 

En cuanto a la avenida de Teruel es la forma más serena de profundizar en el pasado de San Simón como uno de los campos de concentración y exterminio más terribles del franquismo. Este paseo alrededor de la isla fue construido por los presos republicanos encarcelados aquí. Con el comienzo de la guerra, a San Simón se trasladó a los presos de la zona pero, tras finalizar la contienda, fueron llegando reos de otras cárceles de España, que se hacinaban en su mayoría en la construcción principal, el actual Edificio de Cursos. Si lo permite el ánimo, una visita al cementerio, donde aún se conserva alguna bala en el muro recuerdo de los fusilamientos, permite hacerse una idea del horror vivido aquí.

Imagen de la Isla de San Simón en 1930

Cuando el campo se cerró, en 1943, se dedicó por breves periodos a centro de descanso de la guardia de Franco –quienes sufrieron un accidente marino con 43 fallecidos y a quienes recuerda un cruceiro situado en uno de los islotes cercanos– y a orfanato para hijos de marineros. Después, San Simón cayó en desuso y en casi total abandono durante décadas.

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ILLA DO PENSAMENTO

En la actualidad, tras la rehabilitación realizada por César Portela en 2003 orientada al uso cultural, el archipiélago de San Simón ha sido rebautizado en varias ocasiones, la más reciente como Illa do Pensamento buscando “la reflexión, el diálogo y la cultura”. La isla se encuentra salpicada de estatuas realizadas por diversos artistas, cuidadosamente integradas en el paisaje, entre las que destaca la dedicada a los trovadores Meendinho, Martín Codax y Johán de Cangas.

También, en aquel momento en el que la palabra coronavirus solo era pronunciada por virólogos, este archipiélago era el entorno privilegiado que acogía el Sinsal, un festival con una clara vocación diversa, sostenible y de género. No en vano, este espacio natural está ahora protegido; por una parte, al ser considerado Bien de interés cultural, y por otra al pertenecer a una Zona de especial protección de la Red Natura 2000.

Visitar hoy San Simón tiene un punto sobrecogedor en el que se entremezclan, a través de cada uno sus rincones, su espléndido y hermoso carácter salvaje con una irremediable huella histórica.


https://blogs.publico.es/memoria-publica/2016/10/25/san-simon-la-isla-de-la-muerte/

San Simón: la isla de la muerte.


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Sol López-Barrajón

Ningún enclave tan pequeño de Galicia acumula tanta historia, tanta belleza y tanto horror. San Simón es una isla diminuta en medio del Atlántico. Mira a la ría de Vigo y como extendiendo la mano, con un puente, se acerca a la pequeña isla de San Antón.

A lo largo de su historia, la isla de San Simón, fue empleada como monasterio, lazareto y hogar para niños huérfanos. Fue habitada y abandonada en numerosas ocasiones. Saqueada e invadida y desde octubre de1936 a marzo de 1943 convertida en el uno de los mayores mataderos franquistas.San Simón fue un campo de concentración temido, oscuro y siniestro donde la muerte era la salvación para dejar de padecer.

Piensen en los barracones de los campos de concentración de Auschwitz o Mauthausen, magen repetida de judíos escuálidos hacinados en lo que fue su corredor de la muerte, pues eso era San Simón, un lugar de exterminio de presos republicanos procedentes de todo el territorio español.La isla de San Simón va a significar para el franquismo represión, tortura y muerte. Un lugar para deshacerse de una parte de los miles de presos que no caben en las cárceles.

Cercados por las grandes olas de la represión y la guerra, miles de prisioneros se enfrentaron a las más duras condiciones de vida. Dormían amontonados, en filas prietas que les impedían el movimiento. Comían lo que podían: la mayor parte de las veces un rancho pobre cocinado a base de mondas de patatas. El agua era escasa, la comida inexistente, la ropa se fue rompiendo convirtiéndose en girones, los zapatos, se rompieron o se perdieron de manera que iban descalzos. Los presos de San Simón, deambulaban por la isla como fantasmas. Los que ya no podían arrastrar su cuerpo, se acurrucaban entre los piojos, la lluvia, y la humedad esperando morir para que terminara aquel calvario.images-jpgmemoria

Cientos, miles de hombres de todo el Estado español, acusados de delitos que nunca habían cometido, de hombres inocentes que verán sus vidas truncadas y que nunca podrán olvidar, los que quedaron vivos, esa isla, en la que pasaron los años más terribles de sus vidas.

Pero el frío y el hambre y la sarna no eran lo peor de San Simón. Quienes por allí pasaron sufrieron la peor de las torturas: un permanente estado de miedo. Miedo a que su nombre resonase alguna noche, envuelto en la oscuridad del paseo y la muerte. Un miedo alimentado por las falsas esperanzas de libertad comprada al que durante un tiempo fue el director de la prisión, Fernando Lago Búa, "El carnicero de San Simón", un miedo acrecentado por las voces, los insultos y los malos tratos propinados por un hombre de Dios: el padre Nieto, un jesuita vigués que oficiaba la misa con su pistolón al cinto, era el encargado de dar el tiro de gracia. Según recogen los comentarios de algunos presos que quedaron vivos, este jesuita, llegó a machacar la cabeza con un enorme crucifijo a un preso que estaba a punto de ser fusilado El motivo, no quiso confesarse.

En las primeras semanas de la guerra San Simón fue una especie de cárcel provisional para presos gubernativos que aún no habían sido encausados por la jurisdicción militar, con el propósito en muchos casos de sacarlos, bien entrada la noche, y conducirlos a juicios militares o directamente asesinarlos. En esa época, muchos de los detenidos de San Simón fueron víctimas de sacas organizadas por elementos de Falange y por los llamados "cívicos", y ejecutados en las cunetas de las carreteras y ante los muros de los cementerios.

La podredumbre moral que envolvió la isla en aquellos años: los fusilamientos masivos, las condiciones inhóspitas de los presos, las enfermedades y el hambre que convirtieron San Simón en el centro penitenciario más terrible del franquismo, ya que se decía que de San Simón no se regresaba vivo.
Al finalizar la guerra a los franquistas se les planteó el problema de qué hacer con los no aptos --bien por desnutrición o bien por su avanzada edad para trabajar. Desde 1936 hasta 1944, 6000 enfermos crónicos, viejos, inútiles y discapacitados que se habían convertido en un estorbo fueron concentrados en un único centro penitenciario, en el que pagaran muchos, con su propia vida por su doble condición de parásitos sociales y de enemigos de la Patria. La Isla de San Simón fue el lugar escogido para encerrar a este colectivo.

Hambrientos, enfermos y tristes, aquellos nuevos inquilinos del infierno fueron prisión y azuzo el hambre de todos los que allí se encontraban. La gran hambruna que se vivió a principios de los cuarenta causo estragos entre la población de reclusos. En San Simón murieron 450 presos de hambre.
El 12 de febrero de 1943, coincidiendo con el principio del fin del régimen nazi, se evacua la isla de "despojos humanos", mediante decreto de Franco en el que se posibilitaba que los reos pudieran escoger destino penitenciario. Por decreto de 17 de Diciembre de 1943, 274 septuagenarios, pueden ir libremente a morir a sus casas. Algunos no llegaron fallecieron por el camino.

El campo de concentración de San Simón fue un antro donde se practicó la tortura física y moral con tanta saña como lo hiciera la pasada Inquisición. Acostumbrada aquella soldadesca a un comportamiento cruel e inhumano en todos los conceptos, se habían formado un complejo de superioridad y los prisioneros para ellos eran cosas tan insignificantes que los mataban con tanta facilidad y desenfado como si se tratara de simples muñecos de entrenamiento. Eran los vencidos, los derrotados, los que a nada tenían derecho. Fueron tratados como animales atacados por una enfermedad contagiosa, todo rodeado de alambradas y unos guardianes ebrios de venganza y odio.

El sufrimiento y la muerte de aquellos que han quedado por el camino en aquella maldita isla,arrimados a los camposantos, con los huesos entreverados de suicidas, represaliados o marineros devueltos por el mar, se ha cementado con cal viva, para que se pierda su rastro. La de San Simón es una de las historias de la guerra que ha sido silenciada. Pero, poco a poco, la capa de olvido comienza a desaparecer. Y las olas que cercaron una parte de la verdad histórica ya no son tan altas. Es un deber moral no arrinconar tanto sufrimiento, aunque muchos no quieran oírlo y otros prefieran olvidarlo.


El campo de concentración y exterminio de la isla gallega de San Simón

En la ría de Vigo junto a la isla de San Antón y otros islotes, se encuentra la isla de San Simón, cuya historia ha pasado inadvertida pese a los horrores que allí acontecieron entre los años 1936 y 1943. Esta isla fue un campo de concentración y exterminio para presos republicanos, comunistas, socialistas y anarquistas. Llegaron a pasar por él hasta 6.000 personas, llegando a coincidir 600 al mismo tiempo.

Anteriormente en su ubicación había habido un monasterio, un lazareto, un orfanato y finalmente una leprosería. Cuando en 1936 estalló la Guerra Civil, San Simón fue convertida por los golpistas en una cárcel y campo de concentración donde los franquistas llevaban los presos políticos para asesinarlos.

>>¡Qué sangren las heridas! La recuperación de la memoria es necesaria<<

Al principio de la guerra, muchos presos eran llevados allí para ser sacados durante la noche y dirigidos a juicios militares o asesinados en cunetas o entradas de cementerios. Principalmente iban presos de Vigo, Pontevedra, Orense y Villagarcía de Arosa.

Más tarde, una vez los franquistas  ganaron la guerra, también de Asturias, León, Cantabria y País Vasco y finalmente ya en plena dictadura presos de todos los rincones del país. Éstos últimos eran presos políticos que ya no servían al régimen como mano de obra por su edad o condición física y eran llevados allí para morir después de sufrir todo tipo de penurias.

San Simón fue la cárcel más terrible del franquismo. En ella los presos pasaban hambre, frío, enfermedades varias, sufrían torturas de todo tipo y tenían la certeza de que no saldrían de allí con vida. Fue definida como la peor cárcel de la dictadura y se decía que “de San Simón no se regresaba vivo”.

>>El campo de concentración de Montijo<<

Cabe destacar dos figuras que formaron parte de ese terror. En primer lugar el que durante un tiempo fue director de la prisión Fernando Lago Búa, “el carnicero de San Simón” y en segundo lugar el padre Nieto. Este fue un jesuita vigués que como en tantas otras prisiones franquistas era el encargado de dar el “tiro de gracia” a los condenados a muerte. El cura daba misa y torturaba sin ningún tipo de piedad a los reos que por allí pasaban.

Los presos vivían en un estado permanente de miedo y angustia esperando a que los llamaran para darles el “paseo”. La isla era famosa por los fusilamientos masivos que en ella se llevaban a cabo.

La isla de San Simón fue un verdadero matadero franquista, un campo de exterminio como los que hemos visto cientos de veces en películas que retratan el nazismo desde la persperctiva de Hollywood, como si los horrores del fascismo fueran exclusivos de los nazis.

El fascismo en España se cobró muchas víctimas, tantas que es el segundo país después de Camboya en número de desaparecidos de todo el mundo. La falta de información acerca de los horrores vividos por los presos de los franquistas solo se solucionará aplicando una Ley de Memoria Histórica que haga justicia con las víctimas y sus familiares.

>>España suspende en Memoria Histórica<<

En el año 1.999 las islas de San Simón y de San Antón fueron declaradas Bien de interés cultural y San Simón en concreto “centro de recuperación de la memoria histórica”. Actualmente se está trabajando para que la isla sea un centro de actividades culturales y artísticas y ha sido rebautizada con el nombre de “la Illa do Pensamento”. En su página web oficial se puede encontrar toda la información relacionada.