dissabte, 16 de novembre del 2024

El barranco de Víznar (I y II):.

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El barranco de Víznar (I): Donde «Lorca» son «todas y todos»

ArtículosMemoria LibertariaFuente: Rojo y Negro17/10/2024
El barranco de Víznar (I): Donde «Lorca» son «todas y todos»

Artículo publicado en Rojo y Negro nº 393, octubre 2024

Víznar es un municipio de unos 1.000 habitantes situado a 9 km al NE de la ciudad de Granada, al pie de la Sierra de La Alfaguara. Es tristemente conocido porque en sus inmediaciones se asesinó y enterró al poeta García Lorca; pero no sólo a él.
Desde los primeros momentos en que triunfa el golpe de Estado del 36, Granada fue un escenario de violencia y terror para borrar todo rastro de la República. Los responsables eran el ejército, la oligarquía económica, la Iglesia y los partidos políticos de derechas; pero los ejecutores fueron militares, policías, guardias civiles, falangistas y civiles voluntarios integrados en las Escuadras Negras. La ladera de la montaña recorrida por el camino entre los pueblos de Víznar y Alfacar, junto con las tapias del cementerio de Granada, se convirtieron en lugar de horror, represión y aniquilación de centenares de personas que habían defendido y hecho uso de los derechos y valores conseguidos en la República. Se estima que en Granada fueron asesinadas unas 3.000 personas en tiempos de la Guerra Civil, y otras 3.000 en los años posteriores.
Las víctimas solían ser detenidas sin garantías jurídicas en sus domicilios, por la noche, con gran estruendo y griterío para amedrentar y aleccionar a familias y vecinos. Luego eran conducidas a Gobernación o a Comisaría, donde eran interrogadas y torturadas durante días. Después pasaban a alguna de las cárceles o bien eran conducidas en camiones al cementerio de Granada o a la carretera de Víznar a Alfacar. Los que a este segundo lugar llegaban, pasaban unas horas en “La Colonia” (un antiguo molino que en la etapa republicana fue habilitado como lugar de vacaciones de hijos de obreros), antes de ser “paseados” (sinónimo fascista de muerte) y ejecutados en algún paraje junto a la carretera. Los cuerpos eran abandonados en el campo y, al día siguiente eran ocultados bajo tierra, sin ningún tipo de ceremonia, por un grupo de masones, presos también en La Colonia que actuaban como enterradores. Los que eran subidos al cementerio eran fusilados en sus tapias y arrojados a fosas comunes. La Falange y las Escuadras Negras también hacían “sacas” sin control de presos de las cárceles o “paseaban” a gentes desde sus domicilios; al día siguiente los cuerpos tiroteados eran encontrados por los caminos en las afueras de la ciudad.
Los enterramientos en las laderas de La Alfaguara comenzaron en la zona de Puerto Lobo y después en diferentes áreas de Alfacar: Cañada del Colmenar, el Caracolar, campo de las Pepinas, para continuar finalmente en el paraje de Los Pozos, hoy conocido como “Barranco de Víznar”.
Bajo el yugo del miedo, el franquismo ocultó el recuerdo de aquellos asesinatos. La zona fue repoblada de pinos para disimular las fosas donde yacían las víctimas, rodeada de alambradas y vigilada de cerca por la Guardia Civil.
Ya desde finales de los años 40, algunos extranjeros, investigadores de Lorca, se acercaron a la zona en busca de la posible ubicación de los restos del poeta (Gerald Brenan, Claude Couffon, Agustín Penón, Ian Gibson), aunque sólo reunieron informaciones contradictorias. No es hasta 2009 cuando comienzan las primeras excavaciones en la zona, sin encontrar fosa alguna. En 2013, a propuesta del Ayuntamiento de Víznar, se comienza a investigar por el paraje de Los Pozos y comienza a testificarse la existencia de fosas con restos humanos con signos de violencia; la zona es declarada como Lugar de Memoria Histórica. No es hasta 2021 cuando se presenta el ambicioso proyecto “Barranco de Víznar, Lugar de Memoria Histórica”, auspiciado por la Universidad de Granada y la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. Está financiado por el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática y el Comisionado de la Concordia de la Junta de Andalucía. Y en él están plenamente involucrados la Universidad de Granada, con todo su cuerpo de personal técnico y científico, y el Ayuntamiento de Víznar, que ha puesto algunas de sus instalaciones municipales al servicio de la investigación y de la custodia de los restos exhumados. Es, por tanto, una colaboración modélica entre instituciones públicas al servicio de la recuperación de la Memoria y la Justicia.
El equipo de investigación está dirigido por el arqueólogo de la UGR Francisco Carrión; y está compuesto por arqueólogos, historiadores, antropólogos físicos y forenses, sociólogos y el Departamento de Genética de la UGR, de gran prestigio a nivel internacional. El objetivo no es sólo recuperar los restos humanos allí depositados, su memoria y su dignidad, sino que, a través del proceso de investigación científica y multidisciplinar, actuar como garante de veracidad y acumular todas las pruebas para que se investiguen como delitos de lesa humanidad los asesinatos de las personas cuyos cuerpos han sido hallados.
El resultado de estas 4 campañas de excavación ha sido la exhumación de 132 cadáveres de 18 fosas; 101 hombres y 31 mujeres. Las víctimas fueron profesores universitarios, maestros, políticos, feministas, miembros de asociaciones, sindicalistas, trabajadores de diversos gremios: dependientes de comercios, mecánicos, ferroviarios, fontaneros, albañiles, costureras, trabajadores de la fábrica de explosivos de El Fargue, trabajadores públicos… e incluso militares republicanos.
En general, hombres y mujeres se encuentran en fosas separadas, aunque hay fosas mixtas. El 90 % fueron asesinados por disparos en la cabeza, hasta 4, lo que demuestra el ensañamiento con que actuaron los ejecutores; el resto, por proyectiles en otras partes del cuerpo.
El mayor impacto causado en el equipo fue encontrar los restos de un niño de entre 11 y 14 años, con un lapicero y una goma de borrar en su bolsillo; quizá traído aquí junto a su padre o asesinado porque a él no lo encontraron. Turbador también fue el hallazgo de una fosa con 10 hombres maniatados a la espalda. Y muy emotivo fue el levantamiento de la fosa del “Sindicato de la Aguja”, donde han aparecido los restos de 12 mujeres (una de ellas de entre 15 y 19 años) que militaban en este fuerte y reivindicativo sindicato de costureras, de gran participación en actos públicos, algo que la conservadora sociedad granadina no toleraba. Es posible que algunas de las mujeres aquí yacentes en estas fosas sufrieran antes violaciones y torturas; se han encontrado cadáveres con fracturas en brazos, cráneos y costillas.
Se han tomado muestras óseas de todos los cadáveres para su identificación genética, que pasarán a bancos, andaluz y estatal, de ADN para futuras identificaciones. También se han tomado muestras a unas 70 familias que reclaman los restos de sus desaparecidos en la Guerra Civil.
Los informes de las investigaciones han sido enviados a la Fiscalía de Derechos Humanos y Memoria Democrática (sin competencia jurisdiccional; es decir, que no puede acometer investigaciones ni presentar querellas); la cual los ha remitido a la Fiscalía de Granada. Ésta ha realizado una primera calificación como “indiciariamente constitutiva de delitos de homicidio, asesinato, detención ilegal y/o desaparición forzada cometidos en el contexto de crímenes contra la humanidad”. No se conocen más actuaciones de la Fiscalía provincial; sólo conocemos otras sentencias en las que los jueces se niegan a investigar torturas y asesinatos de la guerra civil y el franquismo, alegando que la Ley de Amnistía de 1977 está vigente e impide su labor, ignorando el Derecho Internacional sobre delitos de lesa humanidad y las recomendaciones que la ONU ha hecho al gobierno de España.
La campaña de 2024 finalizó con la devolución a los familiares de las primeras 2 víctimas identificadas: Juan de Dios Díaz Adarve, trabajador de la fábrica de El Fargue, y de Antonio Rosales Ruiz, enfermero; y con la celebración de las I Jornadas de Memoria Histórica en Víznar.
La próxima campaña en 2025 continuará con la excavación de otra fosa que ya está localizada y la prospección arqueológica en los alrededores en búsqueda de otras posibles. El equipo de investigación estima que se llegará a la recuperación de aproximadamente 200 cadáveres de víctimas.
(Y Lorca no ha sido encontrado).

J. Ángel Moreno
CGT-Granada


Fuente: Rojo y Negro



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Artículo publicado en Rojo y Negro nº 394, noviembre 2024

Ante el abandono y la indiferencia de la clase política hacia las víctimas de la represión franquista y sus familiares, algunos de éstos, en las últimas décadas del pasado siglo, decidieron actuar por su cuenta y se atrevieron a extraer cuerpos de algunas fosas para darles digna sepultura. La cuestión es que estas exhumaciones se hicieron mal: sin personal ni medios adecuados, saltándose los preceptos legales, sin presencia judicial y sin indagar a quién pertenecían aquellos restos humanos y, evidentemente, sin acumular pruebas que demostrasen la forma, circunstancias, fechas en que habían sido asesinados ni indicios para incriminar legalmente a sus verdugos. Sin embargo, la difusión de fotografías de los restos mortales en los medios de comunicación hizo que en la sociedad calase la necesidad de la recuperación y dignificación de las víctimas de la guerra civil y del franquismo.
Un hito fue el levantamiento de una fosa llevada a cabo por la ARMH en Priaranza del Bierzo en el año 2000; es el inicio de las exhumaciones con criterio científico, las actuaciones se hacen públicas, adquieren un importante significado político y se señala al Estado como responsable de esta tarea. En 2007 se aprobó la insuficiente Ley de Memoria Histórica en la que sólo se esbozaron algunas líneas a seguir para la localización e identificación de víctimas; siendo la financiación y la colaboración de las administraciones públicas los principales obstáculos para las exhumaciones, entre otras graves carencias de la Ley.
Estamos en otra nueva fase que se abrió en 2020 con la creación de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática y con la aprobación en 2022 de la Ley de Memoria Democrática y la creación de la Fiscalía de sala en materia de Derechos Humanos y Memoria Democrática. Aun con defectos contra los que la ciudadanía y las asociaciones memorialistas debemos combatir (en cgt.org.es, con fecha 06/09/22, tenemos una valoración crítica de la ley), supone un salto en el reconocimiento de las víctimas y en la necesidad de justicia y reparación. Por fin, es el Estado, a través de la AGE, el que asume la responsabilidad de búsqueda e identificación de las víctimas. Punto muy crítico sigue siendo la financiación de los proyectos, que se hacen a través del reparto de fondos presupuestarios a las comunidades autónomas y a través de una subvención nominativa a la Federación Española de Municipios y Provincias y no con una asignación presupuestaria propia, que sería lo adecuado. Esto compromete la financiación a futuro tal como ocurrió con el expresidente Rajoy que presumía de no haber dedicado ni un euro a Memoria Histórica en todo su mandato. La colaboración entre administraciones es otro punto débil de la Ley, ya que dependerá de la “buena voluntad” de los partidos políticos que las gobiernen. Las asociaciones memorialistas colisionaban frecuentemente con algún partido (y no siempre de derechas) que dificultaba u obstruía sus proyectos de exhumación.
En 2021, la Secretaría de Estado de Memoria Democrática elaboró un plan cuatrianual para la excavación de 114 fosas en todo el Estado; el Barranco de Víznar es una de ellas. En el anterior artículo ya describimos una cuestión singular de este proyecto, que es la modélica y deseable colaboración entre las tres administraciones: estatal, autonómica y local.
También hablamos del equipo de investigación, compuesto por arqueólogos, historiadores, antropólogos, físicos y forenses, sociólogos y el Departamento de Genética de la UGR tal como exige el Protocolo de actuación en exhumaciones de víctimas de la guerra civil y la dictadura. Pero hay que resaltar el compromiso que ha adquirido todo el grupo, tanto con la recuperación de la dignidad y memoria de los ejecutados como con los familiares, con los cuales tienen reuniones periódicas y se les informa casi a diario de cualquier novedad. Los resultados de su trabajo han servido para que la Fiscalía de Derechos Humanos haya incoado el primer expediente para investigar como delitos de lesa humanidad los crímenes registrados en el Barranco de Víznar, una actuación pionera.
Hay que destacar la implicación de la Universidad de Granada poniendo sus investigadores al servicio de este proyecto y también de las exhumaciones en los cementerios de Córdoba y Huelva, ya en marcha, y en el Barranco del Carrizal (Órgiva) que comenzará a finales de 2024. Así mismo, esta Universidad tiene el propósito de crear la “Cátedra Salvador Vila” (rector de la Universidad de Granada en julio del 36, amigo de Unamuno, asesinado y enterrado en el Barranco) que estará dirigida a formar nuevos investigadores de diversas disciplinas en la recuperación de la Memoria Democrática. Será la primera de estas características en todo el Estado.
Muy relevante ha sido el impacto que estas campañas han supuesto para los vecinos de Víznar que han seguido muy de cerca las exhumaciones. Este pueblo fue una víctima más de la represión; un cuartel del ejército quedó allí instalado por la proximidad del frente de guerra y los soldados se alojaban y comían en las casas de los vecinos que eran obligados a formar por la noche, y que desde sus casas oían los disparos de las ejecuciones. Ha sufrido una estigmatización y desarrollado un sentido de culpabilidad por las atrocidades cometidas en sus inmediaciones. La implicación del gobierno municipal y la calurosa acogida que el vecindario ha hecho al proyecto y al equipo científico han convertido a Víznar en sinónimo de Dignidad y Memoria.
Otra singularidad que tiene el Barranco es que se conocen casi todos los nombres de las víctimas ya que, a partir de cierta fecha, el capitán Nestares, jefe militar de los golpistas en este sector de Granada, ordenó que se anotaran todos los nombres de los ejecutados; lo cual facilitará la identificación de los cadáveres.
Valiosas han sido las visitas que numerosas personalidades realizan a las exhumaciones ya que dan visibilidad a una realidad tanto tiempo ocultada. Pero más importantes y pedagógicas son las visitas que han recibido de estudiantes de secundaria acompañados de profesores implicados en transmitir lo sucedido para que las nuevas generaciones sepan que aquello ocurrió realmente, que no es una ficción como pretenden los revisionistas del franquismo y para que comprendan los abusos a los que se puede llegar bajo un régimen político totalitario. Mostrar las evidencias e impartir esta materia en las aulas es una vía para garantizar que no se repitan este tipo de crímenes.
Claro que todo no ha sido positivo en las campañas 2021-2024. Además del vandalismo que continuamente sufre la señalética del Lugar de Memoria han ocurrido tres incidentes muy graves. El primero tuvo que ver con el robo de herramientas y de una mandíbula de un cadáver. El segundo fue también la sustracción del maxilar superior e inferior de los restos de otra víctima que tenía 11 dientes de oro que, presumiblemente pudieron ser el objeto de la profanación; esto supone la pérdida de la posibilidad de hacer una identificación cráneo-facial, aunque se puede llevar a cabo la genética. Un último suceso que denunciamos es la agresión a un familiar de una de las víctimas enterradas que con frecuencia visita las excavaciones. El agresor dijo: “Pocos hay ahí enterrados”, comenzando a golpear y a amenazar de muerte al agredido que tuvo que ser atendido en el hospital de traumatología.
El final deseable de todo el proceso sería la identificación y devolución a sus familiares del mayor número de restos, que la Fiscalía Provincial de Granada hiciera una investigación de los hechos y que un tribunal de justicia los condenara como delitos de lesa humanidad. Para el alcalde de Víznar la culminación del proyecto estaría en construir un mausoleo digno en el cementerio de su pueblo para acoger los restos que no hayan podido ser identificados y de los identificados que sus familiares quieran depositarlos en él. El alcalde también desearía poder adquirir el paraje con los restos de “La Colonia” para crear un centro de interpretación de la Memoria, recreando el aspecto que tuvo lugar en los días en que aquí pasaban sus últimas horas los que iban a ser ejecutados. El lugar es propiedad de la Junta de Andalucía que no contesta a las instancias del consistorio.

J. Ángel Moreno
CGT-Granada


Fuente: Rojo y Negro