dilluns, 15 de juliol del 2024

“Las mujeres tuvieron una muerte civil en el franquismo”

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Los historiadores Beatriz García y Enrique Javier Díez hablan de víctimas, verdugos y mujeres en 'La memoria histórica democrática de las mujeres: Segunda República, Guerra Civil y Exilio'

El 18 de julio se cumplen 88 años del golpe de estado que desembocó en la Guerra Civil, acabó con la Segunda República y condujo a cuarenta años de dictadura. Los historiadores Beatriz García y Enrique Javier Díez hablan de víctimas, verdugos y mujeres

Lo que intentan Beatriz García y Enrique Javier Díez con La memoria histórica democrática de las mujeres: Segunda República, Guerra Civil y Exilio es que este periodo de nuestra historia se conozca en los colegios y así, a través de estas unidades didácticas se recuperar la memoria histórica democrática.


Sobre el porqué es difícil llegar a explicar la Guerra Civil durante el curso, tienen claro que en 2ª de Bachillerato está la EBAU y no da ‘tiempo’. “Pero, también hay un objetivo de invisibilizar esa etapa de la historia y si se cuenta, centrarse más en la parte desarrollista, más avanzada y no en la etapa puramente represiva del franquismo que, aunque estuvo presente toda la dictadura, en los primeros 20 años, mucho más”, explica Beatriz García.

Por su parte, Enrique Javier Díez apunta que el profesorado señala que no le da tiempo y el alumnado que nunca se llega. “Cuando vamos a ver el documental El silencio de los otros con los alumnos, al salir, nos dicen que nadie les ha contado esto. Los escolares saben más del nazismo que del franquismo. De hecho, la nueva Ley de Educación habla de conocer el holocausto judía y no del holocausto español. No hay forma de incluirlo”, apunta Díez.


Si los hombres fueron perseguidos, las mujeres más, teniendo en cuenta que durante la Segunda República las mujeres comenzaron a tener voz y voto, en el sentido más amplio de la palabra. Llega la Guerra Civil, la dictadura y “la mujer tiene una muerte civil en el franquismo. Habían conquistado derechos y libertades, tanto en el ámbito de la Educación como instrumento de transformación de la sociedad, más para las mujeres, como el acceso a trabajos en los que estaba restringida su entrada, sobre todo en el terreno público y político. Tuvieron ese avance y sufrieron una regresión en derechos”, matiza Beatriz García.

Lo que quiso el franquismo es tener a la mujer como ‘ángel del hogar’, recluirla otra vez en casa y subordinarla al hombre, ya fuera su padre, marido, hermano… “En Castilla y León se está dando un retroceso brutal con estas leyes de ‘Discordia’ y el profesorado se autocensura, porque muchos profesores han sido denunciados a través del pin parental. Suelen pasar un poco de puntillas por esta época de la historia para no tener más problemas de los que tienen. Por eso, cuando hablan de derechos humanos, feminismo o igualdad, hay familias que los denuncian. Tenemos que confiar en el trabajo profesional del profesorado de la escuela pública, porque es cierto que la educación concertada tiene una ideología propia y educan según su ideología”, especifica Enrique Javier Díez.  

Beatriz García, Enrique Javier Díez y José Antonio Gallego, durante la presentación.

En enero del pasado año, Juan García Gallardo, hasta este viernes vicepresidente de la Junta de Castilla y León dejó estas frases: “Piensen ustedes en cuántas mujeres habrán acudido a su médico pidiendo interrumpir por presión y coacciones de su entorno familiar, social, pareja… ¿Por qué les asusta tanto que [ellas] tengan la posibilidad de escuchar el latido del feto? Eso refuerza el derecho de información de las madres embarazadas“.

No solo fue esto, durante meses ha habido en Castilla y León críticas a la conciliación, a las medidas de Igualdad para seguir rompiendo techos de cristal o de cemento… En cambio, rara vez oímos hablar del terrible comportamiento que se exhibe en las redes sociales por parte de generaciones jóvenes, de esos alumnos que no han llegado a conocer la historia reciente de nuestro país. “Hemos avanzado, pero algunas cosas que se ven dan pavor en cuanto a celos, control… Eso que se veía en el franquismo que la mujer tenía que estar atada a la pata de la cama… esperemos que no haya tantos pasos atrás”, apunta la historiadora.

Además de profesora, Beatriz García es secretaria de Memoria y Justicia del PSOE en Castilla y León y cuando oyó hablar de la Ley de Concordia sintió que no podía llamarse así, porque sola la proponían PP y Vox sin tener en cuenta el resto del arco parlamentario e intentaba eliminar una ley aprobada por consenso entre grupos muy diferentes. “Es imposible que haya concordia, si se hace desde la discordia. Además, lleva de nuevo a las víctimas a la invisibilidad. No se busca la verdad objetiva. Incluso pone en duda la historia científica”, señala.

Extraña, porque durante los años del franquismo, la historia de nuestro país se contó desde el lado de los vencedores y de los mitos: El mito de la Cruzada; el de anti España asociado a la República; el mito de la rebeldía de los republicanos, cuando el golpe de estado lo dio una parte del ejército. “Cuarenta años de dictadura, algo queda. Cuando se intenta crear una memoria pública, dicho desde la neutralidad, aparecen ellos con un discurso revisionista que no se adapta a la objetividad que llevamos como ciencia histórica, van más a la politización”, matiza.

Mientras otras dictaduras, como pudo ser la Argentina, no apuntaron sus atrocidades, el franquismo tiene datados todos sus hechos en los archivos. “No hace falta ni siquiera comprobar las leyes de represión que tuvo el franquismo con la masonería, el comunismo… en la justicia civil se detecta, porque los jueces no dejaban de ser franquistas, donde hay casos muy llamativos en los archivos, como pudo ser la violación de presas, que lo ponían. También que le raparan el pelo u otras vejaciones y están todas documentadas”, explica Beatriz García.

Asistentes a la presentación, entre ellos la subdelegada del Gobierno Rosa López y Luisa Vicente Martin, ex presidenta de la Asociación Salamanca Memoria y Justicia.

Parece extraño, pero por la Ley de Secretos Oficiales aún hoy en día, a punto de cumplirse 88 años desde el golpe de estado del 18 de julio de 1936, hay cierta documentación que no se pueden consultar al haber nombres propios. Las víctimas se pueden investigar más fácilmente, pero los verdugos no. “Todo lo que tiene que ver con la Guardia Civil es un fondo muy difícil de investigar”, apunta García.

Durante los años del franquismo, las familias de los republicanos fueron humilladas, machacadas, estigmatizadas… al morir Franco se está teniendo ‘pañitos’ calientes con los que fueron sus verdugos que en su mayoría han muerto. “Aquí entra la transición, con sus luces y sus sombras. Creo que intentó basarse en el olvido del pasado, en el reencuentro y como si los cuarenta años de dictadura no hubieran pasado”, analiza la historiadora.

Hay una frase que se repite cuando se habla de las víctimas que están enterradas en cunetas o las que fueron asesinadas en la Guerra Civil o la dictadura, incluso los que tuvieron que exiliarse, esa frase es: ‘No remováis en la historia’. “Critican que se dignifique a las víctimas, pero no les gusta que se investigue quiénes eran los que hacían las torturas. Podemos saber quién participaba en los piquetes de fusilamiento, pero cuando nos ponemos a investigar ‘paseos’, que sacaban a las personas de sus casas para matarlos, hay veces que es difícil saber quiénes hacían esa violencia extrajudicial. Es complicado conocer quiénes eran estos pistoleros. Era una violencia radical y sin control. El general Mola animaba a que se hiciera este tipo de violencia. En el caso de mujeres, tenemos constancia que por el hecho de rechazar a algún pretendiente, fueron perseguidas por estos hombres. Están documentadas delaciones por cuestiones personales, no ideológicas”, concluye Beatriz García.