dijous, 27 de març del 2025

Donde habita el olvido: Manuel Chaves Nogales.

 https://www.inclusion.gob.es/web/cartaespana/-/donde-habita-el-olvido-manuel-chaves-nogales#:~:text=Cuatro%20a%C3%B1os%20despu%C3%A9s%2C%20en%20mayo,si%20alguna%20vez%20quieren%20visitarle%2D.



Cuando se cumplen 80 años del fallecimiento del reportero más importante del exilio español en Reino Unido, Carta de España recupera el recuerdo de la figura del periodista que fue emblema de la lucha por la libertad y la igualdad.

En una tumba sin lápida del cementerio londinense de North Sheen, relegado al olvido durante décadas, yacían los restos del escritor Manuel Chaves Nogales (1897-1944), una de las voces más lúcidas y honestas de la literatura española en el siglo XX.

Desconocido quizás para las nuevas generaciones, este alabado periodista de origen sevillano, ha sido reivindicado en las últimas décadas por numerosos intelectuales debido a su gran calidad literaria y a su compromiso cívico.

Su carrera durante el periodo de entreguerras fue prolífica. El gusanillo del periodismo le venía de familia. Su padre Manuel Chaves Rey le llevaba a la redacción del diario donde escribía importantes crónicas. Y así, en 1918, tras concluir sus estudios de Filosofía y Letras, Chaves Nogales comenzó a ejercer como redactor de El Noticiero Sevillano y La Noche. Dio el salto a Madrid para trabajar en El Heraldo y en la revista Estampa y ganó el más prestigioso de los galardones del periodismo español, el Premio Mariano de Cavia. Con la llegada de la República, se convirtió en director de Ahora, un diario republicano de centro izquierda, que se encontraba entre los más importantes de nuestro país. Viajó, escribió y articuló toda una red de reporteros a escala internacional. Él mismo se desplazó por toda Europa para entrevistar a las grandes personalidades de aquel tiempo.

Cuando llegó la guerra, a finales del 36, se exilió con su mujer y sus hijas a París. Cuatro años más tarde, con la invasión de las tropas alemanas a la capital francesa, se vio obligado a exiliarse de nuevo, esta vez a Londres, donde retomó sus escritos.

Desde la capital británica Chaves testimonió la contienda como “historiador”, luchando contra el totalitarismo y defendiendo los valores democráticos como mejor sabía, como periodista. Tanto desde su trabajo en la agencia de prensa Atlantic Pacific Press, como desde sus columnas del periódico Evening Standard o sus participaciones en los servicios informativos de la BBC, entre otros muchos, realizó una constante defensa de la libertad y la igualdad de todos. Cuatro años después, en mayo de 1944, hace ahora 80 años, fallecía en Londres.

Desde ese mayo de 1944 reposa en una tumba sin nombre y sin fechas, cien pasos a la derecha de la capilla del camposanto del barrio londinense de Richmond, -por si alguna vez quieren visitarle-.

Curiosamente, cuando su familia dio con él, decidieron dejarlo así, “sin nombre ni piedra”, declinando las ofertas de adecentar la parcela o de devolver sus restos a Andalucía por un motivo muy claro: “Donde habite el olvido, como el poemario de Luis Cernuda, -aseguraron- porque si jamás se dejó utilizar por un político estando vivo, tampoco va a servir a la propaganda estando muerto.”

En el 2019, el Instituto Cervantes de Londres y la Embajada Española le homenajearon con un acto sobrio para remediar simbólicamente la caída en el olvido en el que estuvo sumido durante años. El embajador Carlos Bastarreche y uno de los diez nietos de Chaves Nogales, Antony Jones, depositaron una sencilla corona de flores sobre el innombrado pedazo de tierra, simbolizando el recuerdo de todos los exiliados españoles en Reino Unido.


Cartel del “Cielos tan distintos a los suyos” del Instituto Cervantes

“Es emocionante participar en este homenaje a todos los exiliados españoles y especialmente al gran periodista y escritor, nuestro `pater familias´, Manuel Chaves Nogales”, afirmó su nieto. “A veces se podría pensar que estamos viviendo momentos en que predomina la disminución de valores democráticos y una falta de comprensión que nos podría incluso llevar a una fractura democrática de nuestra sociedad europea. En una época aún más revuelta y enfrentada, mi abuelo seguía su oficio de andar, y contar luchando con las mejores armas inventadas en el mundo, su pluma y su máquina de escribir, su lucidez, visión internacional y compromiso con la democracia y la verdad”, subrayó finalmente conmovido.

En ese acto, el director del Cervantes Theatre en Londres, Jorge de Juan, puso voz a la obra cumbre de Chaves Nogales `A sangre y fuego´, su libro más representativo y reeditado, un impresionante testimonio de la guerra civil donde denunció las atrocidades cometidas por ambos bandos.

Palmeando la tapa del libro, su nieto remató con un mensaje indiscutible: “Veis que esta tumba no tiene lápida. No la tiene porque la verdadera lápida de mi abuelo es ésta, la exhumada verdad sobre las dos Españas. Fue un `ciudadano de mundo´ que recorrió tierras lejanas pero cuyo mensaje vive en sus textos.”

El escritor Andrés Trapiello cerró aquel homenaje con un texto escrito para la ocasión: “Ningún escritor español ha sido más víctima de las dos Españas que Manuel Chaves Nogales. Perdió la guerra y perdió los manuales de literatura al mismo tiempo. Esas dos Españas casi lograron silenciar para siempre sus escritos, aquellos precisamente que denunciaban el horror de los totalitarismos, comunismo y fascismo, que se aprontaban a destruir Europa en la guerra más devastadora de la historia de la Humanidad, iniciada precisamente en España con la Guerra Civil más cruel de las muchas que España había conocido hasta entonces. Pero no lo han conseguido.”

Y es que la tumba silente de Manuel Chaves Nogales representa la memoria de todos y cada uno de los exiliados españoles, ese recuerdo anónimo sobre ese lamentable tiempo de nuestra historia que Chaves Nogales tan bien supo atesorar para que no olvidáramos la tragedia ni la verdad ni la historia y más ahora cuando España necesita imperiosamente recuperar la concordia.


 Momento del homenaje al exilio español ante la tumba de Chaves Nogales

La memoria del recuerdo

80 años después de su fallecimiento conmemoramos su recuerdo y perseveramos en la idea de que el deber cívico de la memoria supone recordar algunas de las verdades incómodas que acompañan como una sombra, los relatos de nuestra historia y nuestros éxodos.

Fueron muchos nombres… Si en el siglo XIX llegaron a tierras inglesas figuras como Agustín Argüelles, Espronceda o Alcalá Galiano, en el siglo XX, con la Guerra Civil, y al tiempo que los propios británicos se preparaban para afrontar la Segunda Guerra Mundial, llegarían también intelectuales españoles como Madariaga, Castillejo o Martínez Nadal, poetas como Cernuda, editores como Joan Gili o escritores como Arturo Barea. Y no debemos olvidarlos.

Hace diez años el Instituto Cervantes de Londres cedió el archivo de Arturo Barea a la biblioteca Bodleiana de Oxford como gesto para homenajear al exilio español. Hace cinco, honró y reivindicó la memoria de muchos como la traductora Ilsa Barea, el escritor Vicente Soto o el pintor Ramón Gaya mediante un programa titulado “Cielos tan distintos a los suyos.”

Desde entonces otras ciudades como París, Argel o Moscú se han sumado a este tipo de conmemoraciones y dieron pasos para reparar esa desmemoria injustificada de los españoles exiliados para que nuestra historia no habite en el olvido.

POR MARINA FERNÁNDEZ CANO