Los forenses tratan de determinar la identidad de los cuerpos en el laboratorio del templo

Madrid
El lunes pasado los forenses anatomopatólogos y técnicos en medicina mortuoria extrajeron de la cripta del sepulcro en la Abadía del Valle de Cuelgamuros los columbarios que contienen los restos de los hermanos Lapeña y otras víctimas asesinadas por falangistas en la comarca de Calatayud en 1936, nueve años después de que una sentencia fijara la devolución de esos restos a su familia. La búsqueda en el interior de la cripta del sepulcro ha concluido. Ahora esos restos permanecen en el laboratorio forense instalado en el templo.
Todo esto nace tras el aval de La Justicia para proceder con las exhumaciones de víctimas del franquismo de la basílica de Cuelgamuros, antes conocido como Valle de los Caídos. En 2016 los familiares de los hermanos Lapeña consiguieron, tras luchas en el juzgado, que se reconociera el derecho a recuperar los restos de sus familiares, fallecidos durante la Guerra Civil. Ya a partir de 2023, en julio, fueron identificados los primeros restos de represaliados por la dictadura.
Se están realizando análisis genéticos y también antropológicos para determinar la identidad de Ramiro y de Manuel. Fueron fusilados junto a otras víctimas de la represión y después enterrados en una fosa en la tapia del cementerio de Calatayud. En 1959 sin ningún tipo de permiso fueron extraídos y trasladados al Valle. Un lugar en el que permanecen todavía 34.000 españoles. El pasado día 12, el Gobierno Central entregó los restos de otras cuatro víctimas también asesinadas en Aragón y que han sido localizadas en esa cripta del sepulcro.
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