dimarts, 25 de febrer del 2014

Antonio Machado y la educación


http://www.eldiario.es/catalunya/educacion/Antonio-Machado-educacion_0_231327517.html

Este sábado 22F se cumplen 75 años de la muerte del poeta, que era también maestro y reflexionó sobre la educación.
El Ayuntamiento de Soria declarará Hijo Adoptivo al poeta Antonio Machado
Busto del poeta sevillano elaborado por Antonio Barral
El interés de Machado (Sevilla 1875 - Colliure 1939) por la educación, que fue creciendo hasta convertirlo en pasión, le viene de familia: su padre era amigo de Joaquín Costa y de Francisco Giner de los Ríos, el alma de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), donde se educó Antonio Machado. Giner fue su maestro y a él le dedicó un poema tras su muerte en 1915: “Allí el maestro un día/ soñaba un nuevo florecer de España.”
También profesa una gran admiración hacia Manuel B. Cossío, el profesor y pedagogo de la ILE que más contribuyó a que las ideas liberales -nada que ver con los liberales y neoliberales de hoy-, de modernización y renovación escolar cuajaran en diversas iniciativas de gran calado educativo. En él se inspira Machado, por ejemplo, a la hora de escribir el artículo “Sobre Pedagogía”, donde recoge la recomendación del ilustre institucionista  de enviar los mejores maestros a las escuelas del campo: “Pero no basta con enviar maestros; es preciso también enviar investigadores del alma campesina, hombres que vayan no sólo a enseñar sino a aprender”. Y termina insistiendo en la necesidad de europeizar España, enviando al extranjero a jóvenes estudiosos para familiarizarse con las nuevas ideas vanguardistas.
Machado fue catedrático de francés en los institutos de Soria, Baeza, Segovia y Madrid. Durante todo este tiempo le acompaña la huella institucionista y la firme convicción que la cultura y la educación, con el consiguiente combate contra la ignorancia y a favor de la construcción de más y mejores escuelas, eran el principal instrumento para la regeneración social y moral del país. Un deseo que pudo materializarse parcialmente -porque el tiempo fue muy escaso- durante la II República, también conocida por la República de los maestros. Machado mostró una gran admiración por el proyecto de las Misiones Pedagógicas, asistiendo a varias reuniones de su Patronato, colaborando en la organización del Teatro del Pueblo.
El recuerdo de la infancia, de la enseñanza y aprendizaje, de la escuela y del maestro están presentes en la obra literaria de este poeta e intelectual sevillano. Así, en “Recuerdo infantil”, un poema muy divulgado,  se hace una crítica al modelo tradicional de enseñanza, con sus inútiles rutinas de la recitación y la memorización, protagonizadas por un maestro de aspecto nada agraciado -un tópico muy característico de la llamada literatura pedagogizada- que generan hastío y aburrimiento en el alumnado. “Una tarde parda y fría/ de invierno. Los colegiales/ estudian. Monotonía/ de lluvia tras los cristales/ Es la clase. En un cartel/ se representa a Caín/ fugitivo, y muerto Abel/ junto a una mancha carmín./ Con timbre sonoro y hueco/ truena el maestro, un anciano/ mal vestido, enjuto y seco,/ que lleva un libro en la mano/ Y todo un coro infantil/ va cantando la lección;/ mil veces ciento, cien mil;/ mil veces mil, un millón”…
Juan de Mairena fue uno de los heterónimos apócrifos utilizado por Antonio Machado -de él decía que era su yo filosófico-. Sus reflexiones más maduras sobre arte, literatura, política, filosofía, cultura y educación se plasman precisamente, en su libro en prosa: “Juan de Mairena. Sentencias, donaires y recuerdos de un profeso apócrifo.” (1936). Ha sido muy citado el diálogo  con un alumno en su clase de Retórica y Poética donde se ironiza sobre la ampulosidad del lenguaje y la palabrería hueca a la que tanto se oponía el poeta, partidario siempre de la escritura limpia y sencilla: “Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: “Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa.” / El alumno escribe lo que se le dicta./ - Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético./ El alumno, después de meditar, escribe: “Lo que pasa en la calle”./ Mairena –No está mal”.
En otro texto de Antonio Machado-Juan de Mairena se comenta el respeto que merece el maestro y las influencias mutuas que se establecen entre éste y el alumno: “Cómo puede un maestro, o, si queréis, un pedagogo, enseñar, educar, conducir al niño sin hacerse algo niño a su vez y sin acabar profesando un saber algo infantilizado? Porque es el niño quien, en parte hace al maestro (…) El niño nos revela que casi todo lo que él no puede comprender apenas si merece ser enseñado, y, sobre todo, no acertamos a enseñarlo es porque nosotros no lo sabemos bien todavía.”
Sabias lecciones pedagógicas para el profesorado de ayer, de hoy y de mañana por parte de un escritor sabio y sensible que, como tantos otros, tuvo que exiliarse al término de la Guerra Civil.


Antonio Machado i l’educació

Aquest dissabte es compleixen 75 anys de la mort del poeta, que era també mestre i va reflexionar sobre l'educació.

Jaume Carbonell
 
Placa en record d'Antonio Machado a l'institut on va impartir classes a Baeza / Zarateman (Wikimedia Commons) 
Placa en record d’Antonio Machado a l’institut on va impartir classes a Baeza / Zarateman (Wikimedia Commons)
L’interès d’Antonio Machado (Sevilla 1875 – Cotlliure 1939) per l’educació, que va anar creixent fins convertir-lo en passió, li ve de família: el seu pare era amic de Joaquín Costa i de Francisco Giner de los Ríos, l’ànima de la Institució Lliure d’Ensenyament (ILE), on es va educar Machado. Giner va ser el seu mestre i a ell li va dedicar un poema després de la seva mort el 1915: “Allí el maestro un día/ soñaba un nuevo florecer de España”.
També professa una gran admiració cap a Manuel B. Cossío, el professor i pedagog de la ILE que més va contribuir a que les idees liberals –res a veure amb els liberals i neoliberals d’avui–, de modernització i renovació escolar quallessin en diverses iniciatives de gran calat educatiu. S’hi inspira Machado, per exemple, a l’hora d’escriure l’article “Sobre Pedagogía”, on recull la recomanació de l’il·lustre institucionista d’enviar els millors mestres a les escoles del camp: “Pero no basta con enviar maestros; es preciso también enviar investigadores del alma campesina, hombres que vayan no sólo a enseñar sino a aprender”. I acaba insistint en la necessitat d’europeïtzar Espanya, enviant a l’estranger joves estudiosos per familiaritzar-se amb les noves idees avantguardistes.
Machado va ser catedràtic de francès als instituts de Sòria, Baeza, Segòvia i Madrid. Durant tot aquest temps l’acompanya l’empremta institucionista i la ferma convicció que la cultura i l’educació, amb el consegüent combat contra la ignorància i a favor de la construcció de més i millors escoles, eren el principal instrument per a la regeneració social i moral del país. Un desig que va poder materialitzar parcialment –perquè el temps va ser molt escàs– durant la II República, també coneguda com la República dels mestres. Machado va mostrar una gran admiració pel projecte de les Missions Pedagògiques, assistint a diverses reunions del seu Patronat, col·laborant en l’organització del Teatre del Poble.
El record de la infància, de l’ensenyament i aprenentatge, de l’escola i del mestre són presents en l’obra literària d’aquest poeta i intel·lectual sevillà. Així, a “Recuerdo infantil”, un poema molt divulgat, es fa una crítica al model tradicional d’ensenyament, amb les seves inútils rutines de la recitació i la memorització, protagonitzades per un mestre d’aspecte gens agraciat –un tòpic molt característic de l’anomenada literatura pedagogitzada– que generen tedi i avorriment en l’alumnat. “Una tarde parda y fría/ de invierno. Los colegiales/ estudian. Monotonía/ de lluvia tras los cristales/ Es la clase. En un cartel/ se representa a Caín/ fugitivo, y muerto Abel/ junto a una mancha carmín./ Con timbre sonoro y hueco/ truena el maestro, un anciano/ mal vestido, enjuto y seco,/ que lleva un libro en la mano/ Y todo un coro infantil/ va cantando la lección;/ mil veces ciento, cien mil;/ mil veces mil, un millón”…
Juan de Mairena va ser un dels heterònims apòcrifs utilitzat per Antonio Machado –d’ell deia que era el seu jo filosòfic–. Les seves reflexions més madures sobre art, literatura, política, filosofia, cultura i educació es plasmen precisament, en el seu llibre en prosa: “Juan de Mairena. Sentencias, donaires y recuerdos de un profeso apócrifo.” (1936). Ha estat molt citat el diàleg amb un alumne en la seva classe de Retòrica i Poètica on s’ironitza sobre l’ampul·lositat del llenguatge i la xerrameca buida a la qual tant s’oposava el poeta, partidari sempre de l’escriptura neta i senzilla: “Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: “Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa.” / El alumno escribe lo que se le dicta./ – Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético./ El alumno, después de meditar, escribe: “Lo que pasa en la calle”./ Mairena –No está mal”.
En un altre text d’Antonio Machado-Juan de Mairena es comenta el respecte que mereix el mestre i les influències mútues que s’estableixen entre aquest i l’alumne: “Cómo puede un maestro, o, si queréis, un pedagogo, enseñar, educar, conducir al niño sin hacerse algo niño a su vez y sin acabar profesando un saber algo infantilizado? Porque es el niño quien, en parte hace al maestro (…) El niño nos revela que casi todo lo que él no puede comprender apenas si merece ser enseñado, y, sobre todo, no acertamos a enseñarlo es porque nosotros no lo sabemos bien todavía.”
Sabies lliçons pedagògiques per al professorat d’ahir, d’avui i de demà per part d’un escriptor savi i sensible que, com tants altres, va haver d’exiliar-se al final de la Guerra Civil.

A continuació, pots consultar els actes d’homenatge al poeta que se celebren a les ciutats on va deixar-hi emprempta: