A finales de 2017, dos arqueólogos Jorge Cepillo y Pepe Gener iniciaron en el cementerio gaditano de San José, en desuso desde los años 80, la mayor exhumación de restos de recién nacidos realizada hasta ahora en España dentro de la trama de bebés robados. Los familiares llevaban esperando desde 2013 la apertura de este camposanto para buscar 46 supuestos “bebés robados”, y conocer así si los restos están en las cajas o si las familias deben continuar la búsqueda interminable de su paradero.
Cepillo y Gener están realizando mano a mano este trabajo de campo “lento y minucioso” gracias a la financiación cedida por la empresa Cemabasa del Ayuntamiento de Cádiz. Los investigadores están analizando en un solar del viejo cementerio pequeños féretros de apenas 60 centímetros de ancho, y una profundidad que puede llegar a los 4 metros. Los arqueólogos han contabilizado un total de 46 pequeñas tumbas, gracias a la documentación existente en los libros de enterramientos. El objetivo, al finalizar la exhumación será realizar las pruebas de ADN a los familiares para cotejar los restos que se vayan encontrando.
Dos casos que muestran evidencias de la trama
Chary Herrera, presidenta de la asociación SOS Bebés Robados Cádiz, relata a Público como “esta primera exhumación masiva ya ha evidenciado que la lucha tenía un sentido y que las dudas de las familias eran más que razonables". Los arqueólogos ya han analizado dos resultados negativos, un féretro vacío y otro ataúd que no ha aparecido, a pesar que se ubicaba en la zona de las 23 sepulturas ya examinadas. La asociación ha informado que estos dos bebés fueron enterrados por los registros existentes, pero en el camposanto de San José no hay indicios de ello. “La espera, el desconcierto de haber esperado tantos años nos sigue mereciendo la pena a pesar de la angustia diaria. Es un proceso muy importante para nosotros que llevamos buscando a esos niños toda nuestra vida”.
Herrera recuerda la reunión familiar en la que su padre le contó a todos sus hermanos la desaparición sin pruebas de una hermana que nació muerta en el año 1975. Desde que conoció la noticia Chary, cuatro años menor que ella, no ha descansado buscando sus restos. Decidió implicarse hasta el fondo y ayudar al resto de víctimas del colectivo, aunque a veces la tarea haya resultado agotadora y haya recibido más de un centenar de llamadas diarias de familias buscando una respuesta.
La prensa local se hacía eco de centros implicados en la trama
Herrera señala que fue en el año 2009 cuando comenzaron a conocerse los primeros casos de supuestos bebés robados en Cádiz. Un año más tarde comenzaron a sonar el nombre de viejos hospitales. La prensa local se hacía eco de centros implicados en la trama; el Hospital Moreno de Mora o el Hospital Puerta del Mar, entre otros. El número de familias fue creciendo y en 2011 trescientas madres denunciaban ante la fiscalía el supuesto robo masivo de niños en Cádiz. “Fuimos hasta Madrid, nos manifestamos, luchamos para que la denuncia saliera adelante pero los Juzgados gaditanos han archivado la totalidad de las denuncias por prescripción del delito”, aclara Herrera.
Margarita Díaz. Encuentra la caja vacía del feto de su hijo fallecido en 1976
La primera caja vacía se localizó a finales del 2017. Era el segundo féretro que se abría dentro de la exhumación. En él supuestamente debía estar enterrado un niño nacido durante la Nochebuena de 1984 en un hospital de la capital gaditana. La sospecha de su madre, que no ha querido dar su nombre, ha estado siempre presente desde que le dijeron que su hijo había fallecido a las pocas horas de nacer.
La búsqueda de este “bebé robado” es uno de los pocos que no ha prescritodentro de la Fiscalía gaditana al tener menos de 33 años de antigüedad. La asociación SOS Bebés Robados Cádiz espera que el hallazgo de su féretro vacío permita que la justicia reabra el caso en 2018, como ya ha ocurrido en otras ciudades como Sevilla ante la aportación de nuevas pruebas.
Margarita Díaz ha encontrado hace pocas semanas la segunda caja vacía. Su hijo podría estar vivo, tras 42 años de angustia. Margarita tuvo de adolescente a su hijo en el viejo hospital militar. Ha encontrado en el patio tercero, en la sepultura número 29 una caja vacía sin ningún resto del posible feto de su bebé, fallecido supuestamente antes de las 24 horas de su nacimiento
“Yo tuve un niño en 1976 con 17 años recién cumplidos. Mi marido no estaba porque hacía el servicio militar y me llevaron al hospital militar de Cádiz. Sola en aquellas habitaciones atendidas por monjas fue cuando empezó todo este calvario”. En menos de dos horas, tras haber salido del paritorio Margarita recibió las primeras noticias de que su hijo estaba muy enfermo.
Margarita Díaz: “Mi familia se lo creyó todo y no nos dieron ni la oportunidad de asistir al entierro”
“Me asusté porque veía que de repente mi hijo estaba muy mal de salud”. Esta adolescente fue sometida a un interrogatorio por parte de una monja que quería saber todo lo posible sobre los padres del bebé. La adopción ya estaba pactada. La angustia de aquellos días no le permiten hoy entender cómo no lucharon por verlo al fallecer con menos de 24 horas de vida. “Mi familia se lo creyó todo y no nos dieron ni la oportunidad de asistir al entierro”, aclara a Público.
Esta madre no ha logrado hasta 2016, tener la historia clínica de su feto. “Sale el parte de defunción de mi hijo pero no mi ingreso en el hospital. Toda es una incongruencia que te lleva a pensar toda la manipulación de datos a las que hemos estado sometidos” las víctimas de esta trama.
Sin apenas descanso y a pie de obra, Margarita esperó durante dos meses a que los arqueólogos llegaran a la zona del patio tercero, la sepultura 29 donde podía estar el cuerpo de su hijo. “Los arqueólogos lo encontraron registrado y en la fila de pequeñas sepulturas había 48 enterramientos. El mío estaba en el lugar 19 de esa sepultura del patio tercero”. La caja estaba vacía completamente y el registro del cementerio lo delimitaba de forma muy clara su ubicación.
Ahora empieza otra búsqueda para Margarita. “No sabemos bien por dónde voy a empezar pero habrá que esperar a la última prueba el cotejo de ADN para saber si mi hijo no lo enterraron por error en otra caja”, aclara.
Más fondos para terminar la exhumación
A pesar de los avances realizados, los trabajos están resultando muy lentos por la falta de fondos y apoyo técnico. Chary señala que "actualmente nos hemos quedado sin voluntarios, sólo están trabajando en el cementerio los dos arqueólogos y el operario público de Cemabasa por lo que necesitamos a colaboradores que puedan ayudar a los profesionales haciendo trabajos menores como quitar cubos de arena o ayudar a medir las cotas para agilizar el trabajo a los dos investigadores. Solo esperamos que no tardemos años en tener una respuesta”
La asociación SOS Bebés Robados Cádiz ha realizado un último comunicado pidiendo ayuda, colaboración ciudadana y sobre todo rapidez a las administraciones para agilizar este proceso en el que se encuentran implicados 46 familias que llevan demasiado tiempo esperando.
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