Uno de los grandes esfuerzos de Franco, lo centró en la educación. Tras derrocar el gobierno republicano, se encargó de eliminar todos los avances educativos. Dejando en manos de la Iglesia esta tarea, dividiendo la educación por sexos, cambiando la enseñanza y, por supuesto, adoctrinando a los niños y niñas en las ideas fascistas del régimen.
El sistema educativo franquista ya comenzó a desarrollarse durante la guerra. Esta transformación educativa, comenzó con la persecución, encarcelación y fusilamiento de los maestros que habían apoyado públicamente a la República.
Tras la sublevación se constituyó la Junta Técnica del Estado, y dentro de ésta la Comisión de Cultura y Enseñanza presidida por José María Pemán. Entre las primeras medidas que se toman figuran la supresión del laicismo, la coeducación y la enseñanza de lenguas distintas al castellano.
La religión católica se identifica con el Nuevo Estado y se impone como obligatoria, impregnando toda la vida del alumno dentro y fuera de la escuela. También debía impregnarse la mente del niño de un intenso patriotismo: cantos, himnos, subida de la bandera… Y todo ello exaltando los valores castrenses de la nueva España: disciplina, valor, jerarquía, sacrificio, servicio… Se impone una rígida censura en los libros de texto y se suprime la libertad de cátedra del profesorado.
Además, la educación se divide en dos: por un lado la educación Primaria, destinada a la clase trabajadora que duraba hasta los 12 años; y por otro, se encontraba el Bachillerato, pensado para las clases medias y acomodadas. Este sistema estaba pensado para un país, en el que el trabajo no cualificado no requería educación, por lo que solo las clases más altas podían aspirar a trabajos de categorías superiores.
Por supuesto desaparece la educación mixta, separando las aulas por sexos. A las niñas había que educarlas “en la feminidad rotunda” que las condenaba a una posición subordinada en la sociedad. Decía Pilar Primo de Rivera que “Las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho”.
Todo este sistema educativo, poco varío durante la dictadura, y los Cara al Sol de los patios de los colegios permanecieron hasta la llegada de la democracia.
Autor: Fernando Aguilar Rigaud
Recuperando Memoria T2 – 3 #RMSocialismo
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