diumenge, 23 d’octubre del 2016

¿Y si Lorca no está enterrado?



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Publicado: 22.10.2016 23:10 |Actualizado: Hace 12 horas


Siguen surgiendo nuevas interpretaciones sobre dónde podría estar el cuerpo del poeta. Una reciente localización por un grupo de arqueólogos ha permitido abrir nuevas conjeturas. Pudo ser desenterrado, tras ser asesinado el 17 de agosto de 1936


Lugar donde se estaban realizando la pesquisas para encontrar la fosa de Lorca.- MARÍA SERRANO

SEVILLA.- Los resultados fallidos del cuarto intento de búsqueda de la fosa de Lorca y sus tres compañeros, el maestro Dióscoro Galindo y los banderilleros anarquistas Joaquín Arcollas y Francisco Galadí, generan aún, si cabe, más expectación en Alfacar (Granada), ya que han destapado nuevas líneas de investigación no contempladas con tanta fuerza hasta el momento. Miguel Caballero, asesor histórico en el último proyecto de localización apunta a Público las “importantes evidencias sobre la teoría de que Lorca fuera desenterrado de su propia fosa”.

Ni en el Peñón ni en Fuente Grande

El grupo del arqueólogo Javier Navarro ha trabajado, sobre el terreno, bajo las indicaciones del hijo del capitán Nestares, el también general Fernando Nestares García-Trevijano, hasta el pasado jueves. Miguel Caballero señala en su libro 13 últimas horas del poeta Federico García Lorca que este militar “era el jefe del frente de Víznar en aquellos días”, donde campaba a sus anchas ejerciendo “justicia militar”. Para el régimen franquista, fue uno de los máximos responsables en la muerte del poeta y mantuvo en vida la certeza de la ubicación de la fosa frente al Peñón Colorado. “Allí se encontraban los campos de instrucción y los pozos que hemos sondeado en la tercera etapa de nuestro proyecto, desarrollado entre 2013, 2014 y 2016”, aclara Caballero. La entrevista, hecha al general en los años sesenta por el escritor falangista Molina Fajardo, fueron las pesquisas utilizadas para iniciar la búsqueda.

Navarro añade “la compleja dificultad técnica que han tenido en las últimas operaciones” con un relleno sobre la superficie del nivel de 1936 muy elevado. El motivo: la construcción de un campo de fútbol en los años noventa, que acabó borrando demasiadas pistas. Aun así, el equipo de voluntarios (arqueólogos, geógrafos e investigadores) ha luchado para no decaer, a pesar de la ayuda “inexistente” de las propias administraciones. Navarro recuerda el inicio de la paralización de su proyecto, en otoño de 2014, “por culpa de un trámite jurídico con la Junta”. La petición de exhumación de Nieves García, nieta deDióscoro Galindo para conocer el paradero de su abuelo, hizo a Caballero retomar las ganas de volver a Alfacar. “Buscábamos los restos de Galindo pero, en el tercer pozo, a seis metros del perfil actual sólo hemos encontrado cerámica y restos balísticos”. Como zona de frente de guerra, era fácil asesinar sin presencia de vecinos. Balas de fusiles soviéticos, un Mosin-Nagant del año 37, restos cerámicos y un pozo muy deteriorado, que no ha logrado hallar huesos. Ni de Lorca, ni de ninguna de las 2.000 víctimas que pueden estar en este paraje, a siete kilómetros de la ciudad de Granada.

Las indicaciones fallidas de Manolo 'El Comunista'

Los trabajos se han realizado a 400 metros de la localización indicada en 2009 por el hispanista Ian Gibson. Seis años atrás, la Dirección de Memoria andaluza sí se había implicado. El presupuesto ascendía a 70.000 euros. “La Junta quería encontrar a Lorca y todo el mundo buscó sin dudas de que podría salir”, destaca Cecilio Gordillo, representante entonces de la familia política, por la CGT, de los banderilleros Arcollas y Galadí.
El Instituto andaluz de Geofísica en Alfacar localizó en Fuente Grande, tal y como evidenció al hispanista el mítico personaje de Manuel Castilla, Manolo el Comunista, la ubicación de seis posible fosas. En uno de aquellos enterramientos se encontrarían, en teoría, los restos de Lorca. Se instaló hasta una carpa para preservar la privacidad de la búsqueda, pero el resultado fue negativo. Los testimonios que apuntaban el fusilamiento, al pie de un olivo, no tenían viabilidad. La teoría del primer investigador que llegó a Víznar en 1955, Agustín Penón, revalidaba la historia de su enterrador, El Comunista, que nunca dejó de expresar que “Lorca estaba bajo aquel olivo”. Hoy sin resto alguno.

Ian Gibson apuntaría la “necesidad de retomar pruebas”, como fue el hallazgo en 1986 de posibles restos óseos en el Parque Federico García Lorca. Ernesto Antonio Molina Linares, segundo de la Diputación de Granada en aquella etapa del PSOE, declararía en el año 2008 el hallazgo de restos óseos y una muleta, que podía corresponder al maestro Galindo. Aquellas evidencias serían desenterradas y supuestamente ubicadas en otro lado del parque para “su investigación en el futuro”, aclara el hispanista. Este supuesto traslado ilegal no llevaría, en ningún momento, la firma de un juez. Tampoco el equipo local socialista daría más indicios de la ubicación de estos restos. Si es que lograron encontrarse.

Teorías y más teorías

El científico Luis Avial ahonda en otra vertiente. Convencido de que la fosa fue removida "poco después de la muerte del poeta", investigaría la zona del parque con georradar, meses antes de la búsqueda en 2009. La Universidad de Granada apoyaría su proyecto, apuntando la veracidad de la remoción “a tan sólo dos metros y medio de profundidad”.

El periodista Fernando Guijarro apoya los argumentos de Avial en su obra A Lorca lo desenterraron. En declaraciones a Público, destaca que “el régimen de Franco obligó a los padres de Lorca a estar en el momento de su desenterramiento para llevarse el cuerpo” y que “el Gobernador Militar, Antonio González Espinosa, intentó remediar así lo irremediable”. Guijarro señala que “el padre del poeta pagaría previamente 300.000 pesetas de la época como rescate de su hijo cuando las autoridades ya lo habían fusilado”. Según su versión, “nunca pudo recuperar aquel importe”. Además, sentencia que “Lorca fue, más tarde, enterrado en la Huerta de San Vicente, pero la familia nunca va a querer sacar a la luz la noticia para no perder el mito del poeta”, concluye.

Las conjeturas abundan. Mientras, la familia Lorca ahonda en la “morbosidad” que supone para ellos esta búsqueda. Extraña familia. Y extraña situación. La pregunta que cabe es: ¿de quién es Federico García Lorca? Los portavoces familiares parecen tenerlo claro. El legado del poeta es para el pueblo. Sin embargo, sus huesos y el misterio soterrado parecen seguir quedando de puertas para dentro.