Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme.....
"Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
Parole et musique de Michel Ronchi (auteur compositeur)
Ils étaient des milliers, ruminant sur le sol
Essayant de lutter, contre ces années folles
Ils venaient de nulle part, ou bien d'un autre monde
Où depuis leur départ, ils vivaient comme une ombre
Ils avaient tout quitté, ou on leur a tout pris
Les frères qu'ils aimaient, jusqu'à leur propre vie
Ils n'avaient plus d'espoirs, de revoir leurs pays
Ils signaient dans l'histoire, leurs derniers jours de vie
Peu importe le temps, les mois ou les années
On ne pourra jamais savoir ce qu’ils vivaient
Dans ce camp de misère, ils se sont retrouvés
Par cette triste guerre au regard des armées
Portant sur son épaule, l’incrédule soldat
Un fusil dont pour rôle était d’ouvrir le pas
A ces gens épuisés et figés par le froid
Et sans s’imaginer vivre ces choses-là
Que l'on soit espagnol, juif, ou polonais
Y avait-il une raison pour qu'ils soient déportés
Avaient-ils fait du mal, ou est-ce qu'ils dérangeaient
Tous ces hommes et ces femmes, ces enfants du passé
Que faut-il aujourd'hui, ou bien même à jamais
Retenir de ces cris, des pleurs qu'ils ont versés
Garder en nos mémoires, pour que nos héritiers
Puissent sécher les larmes que ces gens ont versées
Garder en nos mémoires, pour que nos héritiers
Gravent enfin cette histoire, pour ne pas oublier.
La II edición de LA IMAGEN DE LA MEMORIA, ya está aquí, tenemos cerrado el programa que tendrá lugar del 7 al 20 en Zaragoza
Gracias al patrocinio de Turismo de Aragón, nos lo prometieron en la I edición y han cumplido. Y la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza.
También tenemos que agradecer a la Pantera Rossa, Editorial Comuniter, Editorial Norma, Silvia Garcia, La boveda del abergue, Iñaki Alfoja, Herminio Lafoz, Diego Gaspar, Asociación Amical de Mauthausen, por su colaboración altruista, y a los funcionarios municipales que nos han facilitado la labor para contar con los espacios municipales donde celebrar los eventos.
Fué una grata coincidencia que el Ayuntamiento de Zaragoza, ya tuviera programada la obra Mundo Obrero para estas fechas.
Esta II edición esta dedicada básicamente al EXILIO, y por eso el día 5 nos vamos a presentarla a Oloron, gracias a la colaboración de la Asociación Terres de Mémoíre(s) et de Luttes especialmente a Raymond Villalva y el día 6 en Toulouse, con la colaboración de Association Fredd en la persona de Antonin Haddad. Contaremos con la presencia en Francia de D. Jorge Marqueta, Director Gerente de la Sociedad de Promoción y Gestión del Turismo Aragonés, S.L.U.
Como en la primera edición tendremos, documentales, presentaciones de libros, cuentacuentos, obras de teatro, conciertos, charlas y homenajes, Todos los actos son de entrada libre excepto la obra de teatro Mundo Obrero.
Os invitamos a visitarla y sobre todo a acudir a dichos actos a participar en ellos y a difundirlos para que llegue a la máxima población. Venid, opinar, discrepar, sois bien venidos. No todos pensamos igual, nos encanta que penséis y opinéis.
La presentación de dichas jornadas será el día 8 por la mañana en rueda de prensa en el IACC Pablo Serrano, y por la tarde en el barrio de Torrero, con la proyección de un documental de producción propia en la Sala Venecia, y las exposiciones sobre el exilio en el CC Torrero. Nos gustaría como colofón a la presentación poder inaugurar la sede que el Ayuntamiento de Zaragoza a cedido a las Asociaciones Memorialistas, la antigua sede de la policía de barrio sita en la Avenida América. 105. Pero por problemas burocráticos no sabemos si será posible.
Aquí os dejamos un resumen de lo que va a acontecer:
Performance, Sergio Muro, Lucio Cruces, Pilar Marqués y Huguette Sidoine
Como documentales tendremos: El silencio de otros. Angel, una enfance en exil. Un padre. Generación: Buñuel, Lorca, Dali. Un exilio: Película familiar. El pueblo en Armas, de las milicias a la 43ª división. Apátridas, resistir o morir.
Libros: Eloisa y su huerto entre manzanos, y el cómic El Fotógrafo de Mauthausen
Para los pequeños: La obra de teatro La niña azul, y el cuentacuentos El castillo de Arena
Conciertos D’Colorao, Silvia Solans y David Mas
Mesa Redonda con mujeres, Esperanza Martinez “La Sole”, Paquita Hernando y Rosarito Clemente.
Para finalizar las jornadas y como broche final, HOMENAJE A REPRESALIADxS ANTIFRANQUISTAS, con la colaboración de Luisa Gavasa, Ángel Petisme y María Confussión
– Entrevista con Sonia Subirats, hija de exiliados en México, presidenta de la Asociación de Hijos y Nietos del Exilio Republicano y codirectora del documental ‘Desde el silencio. El exilio republicano en el Norte de África’
Sonia Subirats compara los exilios en México y el Norte de África, destacando cómo en ambos los republicanos que se vieron forzados a huir solían crear distintas asociaciones marcadas por las diferencias ideológicas (socialistas, comunistas, anarquistas, etc.), pero manteniendo el denominador común de la cultura laica y la esperanza en la caída de Franco para regresar a España, algo que se diluyó tras comprobar cómo las potencias occidentales decidieron mantener al dictador en el poder al final de la Segunda Guerra Mundial pese a la derrota de sus aliados del Eje, Hitler y Mussolini.
Los exiliados españoles en el Magreb normalizaron su vida allí tras haber sido recluidos en durísimos campos de concentración con trabajos forzados hasta que se produjo la independencia de Marruecos, Argelia y Túnez, una situación que obligó a la inmensa mayoría a abandonar esos países -otro exilio-, pese a que por su ideología progresista habían respaldado los movimientos anticolonialistas.
En otro orden de cosas más reciente, en 1977 un grupo de vecinos de Triana, en su mayoría mujeres, cortaban el tráfico en la calle San Jacinto de Sevilla para reclamar un semáforo. Este hecho da pie a que en la sección La Cultura de la Memoria, Susana Aguilar entreviste a Eloisa Baena, directora del archivo andaluz de CCOO, cuya documentación histórica está siendo digitalizada. La canción que interpreta Rafa Álvarez en directo para finalizar el programa es ‘Si me quieres escribir’.
Emisión.- Viernes, 28 de diciembre de 2018, a las 21 horas en Radio Andalucía Información.
Descarga en internet.-Los últimos programas, a través de www.rtva.es por “radio a la carta” y el histórico de todos los programas emitidos, a través del blog del programa “La Memoria”: http://blogs.canalsur.es/lamemoria/
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El Consejo de Ministros emitió una declaración de “reparación” a la memoria del president de la Generalitat Lluis Companys y era la primera vez que el Gobierno de España hacía un reconocimiento de este tipo
Miles de sentencias políticas aplicadas por los tribunales franquistas siguen vigentes, sin embargo, incluida la que condenó a muerte a Companys
El Congreso trabaja en una reforma de la ley de Memoria Histórica que abre la vía a la anulación de la justicia de la dictadura, una tarea ingente que se abre en la guerra civil y llega al tardofranquismo
El Gobierno de España rechaza la condena a muerte de Lluis Companys. La dictadura de Francisco Franco ejecutó al presidente de la Generalitat en 1940. Pero el Consejo de Guerra que mandó al paredón al político catalán sigue vigente. ¿Cómo se anulan los juicios del franquismo? ¿Y para qué serviría que el Estado asuma esta revisión?
La ley de Memoria Histórica declara la "ilegitimidad" de los tribunales franquistas. El Congreso de los Diputados fue un poco más allá y en septiembre de 2017 señaló como "radicalmente nulas e injustas" las sentencias dictadas en este marco jurídico.
Queda el gran paso, reclamado por las asociaciones memorialistas como una reivindicación básica: anular la parafernalia judicial franquista. Requiere una modificación del marco legal que está en trámite en el Parlamento gracias a un acuerdo de PSOE y ERC, como aclaran fuentes de Moncloa.
¿Para qué serviría la anulación de la justicia de Franco? Como elemento reparador, y quizás solo simbólico, para las víctimas y sus familiares. Que el propio Estado subraye el carácter ilegítimo de aquellas sentencias declarando, por tanto, que los condenados por la judicatura golpista eran inocentes.
La justicia al revés
Los golpistas de Franco, rebeldes contra el Gobierno de la República, juzgaron por un delito de rebelión a quienes defendían la democracia. Era la justicia al revés. De ahí, el régimen franquista quedó asentado sobre una encarnizada matanza fundacional que nació de la aplicación de los Bandos de Guerra que permitía ejecuciones extrajudiciales y arbitrarias.
Es decir: quienes dan el golpe de Estado matan sin abrir juicio, emitir sentencia, ni otorgar capacidad de defensa para los asesinados. Como sucedió con el Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante, por ejemplo, y decenas de miles de personas que siguen tiradas en centenares de fosas comunes y cunetas.
Desde febrero del 37 los rebeldes intentan vestir con un halo de legalidad a las ejecuciones por motivos ideológicos, sociales y políticos. Pasan de la represión caliente a celebrar una suerte de juicios farsa: los Consejos de Guerra. Como el que condenó a Companys. Y, de nuevo, a otros miles de republicanos.
Los 'juicios sumarísimos' son una carta común en los cajones de miles de familias en España. Mientras la justicia franquista siga viva, aquellos asesinados, torturados, encarcelados, depurados profesionalmente… seguirán siendo, de manera oficial, delincuentes.
Única vía: reformar la ley
La declaración de "reparación" a Lluis Companys ha dejado encima de la mesa, de nuevo, el asunto. El reconocimiento aprobado en el Consejo de Ministros celebrado en Barcelona es el primero de este tipo que realiza un Ejecutivo español.
El Gobierno de Pedro Sánchez proclama "su reconocimiento y la restitución de la dignidad de Companys como presidente de la Generalitat". Y rechaza y condena el Consejo de Guerra que sentenció a muerte al político catalán, como apuntó en rueda de prensa la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá.
La postura gubernamental casa con la ya adoptada en el Congreso, señaló la ministra de Política Territorial, Meritxell Batet. La nulidad de los juicios franquistas, no obstante, "requiere una previsión normativa y legal" que está contemplada en la propuesta de reforma de la ley de Memoria Histórica que ya tramita el Congreso.
Un retoque a la legislación memorialista que, eventualmente, puede ser aprobada, subrayó. La memoria de las víctimas, y sus familias y las asociaciones de derechos humanos, esperan. Como en el caso de Companys, detenido por los nazis en colaboración con el 'cazados de rojos', el espía de Franco que también rastreó a Manuel Azaña.
Miles de casos en espera
Como espera la memoria de Blas Infante. Y la del poeta Miguel Hernández, del comunista Julián Grimau, el socialista Julián Besteiro o el anarquista Salvador Puig Antich, condenados a muerte, encarcelados, ejecutados... O los presos políticos que acabaron siendo torturados por Billy el Niño, los dirigentes de Comisiones Obreras juzgados en el Proceso 1001… Y tantos otros.
Pero hay más. Miles de víctimas anónimas. Decenas de miles de casos que esperan respuesta. Como aquellos generados en la maraña represora que significó el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo (de 1940 a 1971). O centenares de cajas con expedientes condenatorios del Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas (de 1936 a 1945).
Y la represión continuada en el tardofranquismo, asumiendo lo que la dictadura consideraba "delitos políticos" desde el Tribunal de Orden Público (TOP), creado en 1963 y que en 1977 mutó a Audiencia Nacional. O todos los afectados por la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social del año 70 que sustituía a la Ley de Vagos y Maleantes, aplicada contra los "antisociales": mendigos, homosexuales, "vándalos", consumidores de drogas, prostitutas… e inmigrantes ilegales.
La memoria espera una decisión final, anular la justicia franquista, que no es fácil de ejecutar por la magnitud del aparato judicial y represor de la dictadura de Franco. Pero que dejaría a cambio un elemento reparador que, aunque simbólico en muchos casos, sigue siendo un reclamo de las familias de las víctimas y las asociaciones memorialistas. Un camino que muestra el Gobierno con la declaración de "reconocimiento" a Companys y sobre el que se siguen dando pasos en el Congreso con la reforma de la ley de Memoria Histórica.
El documental 'De la cruz al martillo' cuenta la lucha de unos 800 sacerdotes que desde los años 60 lucharon por las libertades democráticas
Los conocidos como 'curas obreros' renunciaron a sus salarios y acabaron trabajando en el campo y la construcción, junto a las clases más populares
"No bastaba con ayudar a los más necesitados", había que "compartir la vida" del pueblo, decían, en un proceso unido a organizaciones como la Hermandad Obrera de Acción Católica o el Sindicato de Obreros del Campo
Bajaron del púlpito para meterse en el tajo. De la quietud noble de los recintos eclesiásticos a la algarabía empobrecida de los excluidos. Tomaron partido por el pueblo y, por esto, fueron conocidos como los curas obreros. Unos 800 sacerdotes que desde los años 60 del siglo XX lucharon por las libertades democráticas renunciando a su salario oficial para vivir, y trabajar, junto a los más necesitados.
Es la historia que cuenta el documental De la cruz al martillo, una cinta que recupera la memoria olvidada de un compromiso social con génesis en la iglesia y raíz en el campo. Porque los curas obreros optaron por cumplir aquello que marca el Evangelio: estar con los pobres.
Algunos destacados protagonistas de aquellas protestas recuerdan en De la cruz al martillo, un puñado de décadas después, cómo rompieron con la tradición del nacionalcatolicismo. Cómo decidieron ir más allá de los dogmas, en plena dictadura, y cómo pagaron la osadía con represalias, cárcel y multas.
Es el caso de religiosos como Antonio Quitián, Ángel Aguado y los hermanos Joséy Manuel Ganivet. Comparten testimonio junto a la exmonja Encarnación Olmedo y con Elías Alcalde, Enrique Priego y Esteban Tabares. O con la historiadoraBasilisa López y el teólogo José María Castillo. Además de los exdirigentesIsidoro Moreno, del Partido del Trabajo de España (PTE), el expresidente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), Alfonso Alcaide, y Francisco Casero, del Sindicato de Obreros del Campo (SOC).
Curas a la vendimia
Un titular de prensa: ‘Cien mil españoles a la vendimia’. Y Diamantino García Acosta pregunta a las puertas de la parroquia donde acaba de aterrizar. ¿Dónde van todos? A trabajar, le responden. Durante la campaña en el pueblo solo quedan los niños, los viejos y el cura. “Pues a partir de ahora tampoco quedará el cura”, decide.
“La reforma agraria es una tomadura de pelo”, queda titulada una entrevista al cura Diamantino. De estas luchas acompañando a los jornaleros andaluces nace el SOC. Cuando estos curas obreros acaban siendo también braceros, comiendo en el tajo, calmando la sed bajo el mismo sol, secando el sudor en las mismas pobres vestimentas.
‘La tierra para el que la trabaja’ es el lema al que agarrarse en los estertores de la dictadura de Francisco Franco. Las ocupaciones de fincas son un campo de lucha entre finales de los 70 y comienzos de los 80. Ahí queda el cortijo de El Humoso como recuerdo, y emblema, de Marinaleda (Sevilla).
Ese rastro de libertades conquistadas a destajo está en el documental De la cruz al martillo, dirigido por José Antonio Torres, que firma el guión de la obra con el periodista Rafael Guerrero, también narrador, y cuenta con la realización dePablo Coca y música de Pablo Peláez. El audiovisual está producido por Plano Katharsis con la colaboración de Canal Sur Radio y Televisión.
“Desde los años 50 en Andalucía, y en el resto de España, movimientos minoritarios de curas y seglares lograron anticiparse a la llamada transición política impulsando el movimiento obrero y ciudadano”, señalan los autores de la pieza. “La influencia, que les llegaba de los curas obreros franceses de la posguerra, les hizo evolucionar más deprisa que la propia sociedad y evidentemente que la jerarquía eclesiástica”, apuntan.
Cambiar el franquismo desde la iglesia
“Me di cuenta de que había que cambiar las cosas, la sociedad tal como estaba” diseñada por el franquismo, cuenta en la cinta el cura obrero Antonio Quitián. Y este objetivo “requería una posición personal”. Un compromiso claro que chocaba con el nacionalcatolicismo reinante en un país donde todavía resonaba el eco de la represión fascista y la colaboración de la Iglesia católica con el régimen de Franco sigue siendo intensa.
“Yo no quería ser monja de rezar y cosas de esas, quería estar cerca de la gente humilde y que pasaba necesidades”, rememora Encarnación Olmedo. “No bastaba con ayudar a los más necesitados”, sino que había que “compartir la vida con los más necesitados”, subraya uno de los curas obreros.
“La gente se da cuenta de que el régimen franquista no tiene salida en términos de evangelización”, dice el expresidente de la HOAC. La visión de muchos barrios del extrarradio de las ciudades, de muchos pueblos, es de miseria congénita. “¿Qué puedo hacer yo en Venezuela que no pueda hacer aquí en Granada?”, se pregunta un jesuita.
Desde las iglesias, los curas obreros asumen la vida humilde y contactan con el movimiento obrero. Eran “aquel joven clero que se encontraba abierto al cambio” como una suerte de “visionarios de unas transformaciones que ya se estaban produciendo lentamente en la sociedad española”.
Tres muertos en la huelga de los 70
Los curas obreros dejaron una profunda huella en los movimientos reivindicativos surgidos durante el tardofranquismo y en la Transición. De manera especial en Andalucía. Y muchos de ellos vinculados a la Hermandad Obrera de Acción Católica.
La huelga de la construcción de los años 70 fue un paradigma. La manifestación recorre las calles de Granada cuando las autoridades piden que se disuelva la marcha. Un grupo responde lanzando piedras. La policía con disparos. Tres obreros caen asesinados: Antonio Huertas Remigio, Cristóbal Ibáñez Encinas y Manuel Sánchez Mesa.
O los encierros en la Curia granadina en 1975 para protestar por la dramática situación provocada por los altos índices de paro. Otro grupo de sacerdotes participaba de forma activa desde Sevilla. Y el propio Francisco Casero, Paco, quedaba hospitalizado tras un mes en huelga de hambre.
Había, también, “lucha por las viviendas”, rescata la exmonja. Como en la Huerta de la Virgencica “de Graná”. ‘Obreros sin hogar’, refiere un titular a cinco columnas. Eran peleas por un alojamiento digno para los trabajadores. “O para que llegara el autobús” al barrio, en palabras de Olmedo.
Trabajo y techo como reivindicaciones básicas. Igual que ahora, siguen pensando. “La pobreza y la exclusión siguen reinando”, lamenta Alfonso Alcaide. Una asignatura pendiente, dice, “y en eso hemos ido para atrás”. La sociedad está “perdiendo la memoria”, enlaza Paco Casero en el preestreno de De la cruz al martillo, en la sede sevillana de la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo.
Curas obreros, poco "reconocidos"
"En los años 70 la lucha no era nada fácil pero teníamos muy claros conceptos como dignidad y libertad", asegura el exdirigente del Sindicato de Obreros del Campo, Paco Casero. Hoy, un proyecto análogo, "costaría mucho llevarlo adelante", subraya. Porque tenían "como sueño una democracia diferente a la que se ha ido desarrollando".
Pretendían crear otro relato distinto al que gobierna "estos tiempos de incertidumbre, no sólo en España sino en Estados Unidos, Brasil…". Rescata la historiadora Basilisa López durante el metraje la historia de "un cura que lee en el frente de La Alpujarra a Marx, Bakunin…", mientras las balas silban sobre las cabezas.
Como dicen los autores del documental, acaso estos curas obreros hicieron una "gran e influyente labor" por la que nunca fueron "suficientemente reconocidos". Siquiera, entienden, "por sus 'compañeros de viaje' laicos de partidos de izquierda”. Una rémora en la memoria a más de cuatro décadas de la génesis de aquel protagonismo histórico que fue del púlpito al tajo.