Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme.....
"Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
Las actividades se desarrollarán a lo largo de los tres días en distintos espacios del municipio
Redacción | 4 de junio de 2025
Inicio de la tercera campaña de exhumaciones de víctimas del franquismo en el barranco de Víznar en imagen de archivo de mayo de 2023 (ÁLEX CÁMARA-EUROPA PRESS )
El Ayuntamiento de Víznar, en colaboración con el equipo Universidad y Memoria y la asociación feminista local, organiza los próximos 13, 14 y 15 de junio las II Jornadas de Memoria Histórica. El evento pondrá el foco en los avances científicos de las tareas de exhumación que el equipo de la Universidad de Granada lleva desarrollando en el municipio durante los últimos cinco años.
Estas jornadas tienen como objetivo principal dar a conocer el progreso de las exhumaciones, pero también reivindicar la memoria de los cientos de víctimas inocentes ejecutadas en distintos parajes de Víznar y propiciar espacios de reflexión y debate sobre la memoria histórica.
Tras la gran acogida del año pasado, la edición de 2025 contará de nuevo con un variado programa de actividades, entre las que destacan charlas informativas, mesas redondas, teatro, música y, como novedad, un espacio dedicado a la reflexión y la creación artística.
Las actividades se desarrollarán en diferentes espacios del municipio y culminarán con el espacio ‘Mujer y memoria’, organizado por la Asociación Feminista de Víznar. La asistencia será gratuita y libre hasta completar aforo, invitando a vecinos y visitantes a participar en este encuentro de memoria, ciencia y cultura.
El lunes 9 de junio, a las 18:30 horas, la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) realizará un acto de reconocimiento y petición de perdón a las supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer, una institución franquista que encerró a millas de mujeres por motivos vinculados a la moral sexual del nacionalcatolicismo.
Ecologistas en Acción celebra este paso de reconocimiento y reparación a estas víctimas del franquismo, entre las que se encuentra Paca Blanco, integrante de la organización ecologista, activista antinuclear y por los derechos a la vivienda.
La asociación Desterradas Hijas de Eva tiene como objetivo exigir a la Iglesia Católica Española y al Gobierno de España medidas de reparación y memoria histórica. Denuncian el olvido de las Administraciones y de las instituciones religiosas durante más de cuarenta años, y exigen medidas de reparación para las millas de mujeres de entre 16 y 25 años que durante el franquismo quedaron recluidas en los centros adscritos al Patronato de Protección a la Mujer por razones vinculadas a la moral sexual del nacionalcatolicismo.
La asociación de mujeres víctimas celebra este paso dado ahora por la CONFER, ya que en sus demandas se incluye el señalamiento claro de la responsabilidad de los crímenes cometidos a organizaciones religiosas que participan de manera activa en el sistema represivo, y no solo a personas individuales.
Ecologistas en Acción se suma a la satisfacción mostrada por la asociación y recalca que la recuperación de la memoria y el reconocimiento a las personas que sufrieron la represión de la dictadura y del machismo estructural es necesario para la construcción de una sociedad democrática, equitativa y justa, pilares del ecologismo social.
Además, la organización ecologista quiere reconocer la labor de todas las mujeres víctimas del Patronato de Protección a la Mujer, entre las que se encuentra Paca Blanco, miembro de Ecologistas en Acción desde su fundación y activista antinuclear, feminista y por los derechos de la vivienda.
El acto, en el que estará presentado la ministra de Igualdad, Ana Redondo García, tendrá lugar en la sede de la Fundación Pablo VI en Madrid.
La CONFER ruega confirmar asistencia a través de este formulario .
¿Qué? Acto de reconocimiento y petición de perdón a las mujeres supervivientes del Patronato de Protección a la Mujer.
¿Quien? Conferencia Española de Religiosos (CONFER) y asociación Desterradas Hijas de Eva.
¿Cuándo? Lunes 9 de junio de 2025, a las 18.30 horas.
¿Dónde? Fundación Pablo VI, paseo Juan XXIII, número 3, Madrid.
La Junta dedica más de un millón de euros a exhumación e identificación de víctimas y avanza que en breve se constituirá el Consejo de Memoria Histórica
Trabajos de exhumación en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud de Córdoba. | MANUEL MURILLO
Europa Press
Sevilla
La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, remarcó ayer «el compromiso del Gobierno andaluz con la exhumación e identificación de víctimas de la Guerra Civil y la dictadura», destinando más de un millón de euros -el presupuesto destinado a Memoria Democrática, casi en su integridad- a ambas tareas. En concreto, la partida destinada en 2025 a identificaciones alcanza los 660.000 euros, cuadriplicando la cantidad dirigida a este mismo fin en 2018, según detalló la consejería en una nota.
Según los datos ofrecidos por Del Pozo en comisión parlamentaria este martes, solo en 2024 se han exhumado en Andalucía un total de 298 víctimas de las fosas de Córdoba (149), del Barranco de Víznar, en Granada (77), de Osuna, en Sevilla (71) y del municipio cordobés de Adamuz (una).
Por su parte, se analizaron un total de 564 muestras de ADN de víctimas exhumadas y 516 muestras de ADN de familiares, una cifra que dista del global analizado por el anterior gobierno entre 2015 y 2018, cuando se analizaron las muestras de 216 víctimas y 423 familiares.
Balance
La consejera detalló que desde 2019 se han exhumado en Andalucía un total de 4.910 víctimas y se han analizado muestras de ADN de 3.103 víctimas y de 3.223 familiares. «Esto es compromiso y esto es priorizar en lo importante», subrayó Del Pozo, quien insistió en «la necesidad de seguir trabajando cada día con las familias para intentar completar las identificaciones y, de este modo, poder darles consuelo». «La Consejería de Cultura y Deporte asume casi en su totalidad el coste de los análisis genéticos de todas las víctimas, también de las exhumadas en colaboración con otras administraciones públicas», recordó Del Pozo, quien destacó que «se trata de un trabajo complejo que desafortunadamente arroja menos resultados positivos de los que nos gustaría, pero cada caso que se logra resolver hace que merezca la pena el esfuerzo».
La titular del ramo resaltó la importancia de la colaboración entre las administraciones públicas para financiar las actuaciones en materia de Memoria Democrática, destacando la fosa de Pico Reja en el cementerio de San Fernando de Sevilla -con un total de 1.786 víctimas exhumadas- y las de los camposantos de La Salud y San Rafael, en Córdoba (con 138, hasta la fecha).
En otro orden de cosas, la consejera ha anunciado que en próximas fechas estará constituido el Consejo de Memoria Histórica y Democrática de Andalucía, que será el que emita el informe sobre el nuevo Plan de Memoria Democrática para poderlo elevar al Consejo de Gobierno. Asimismo, cuando este órgano esté constituido se dará impulso al mapa de fosas y a las nuevas inscripciones en el inventario de Lugares de Memoria Democrática de Andalucía.
Una mujer realiza trabajos de exhumación de un cuerpo en el cementerio de La Salud de Córdoba. / MANUEL MURILLO
Por último, la consejera enumeró algunas de las actividades diseñadas para el próximo 14 de junio, coincidiendo con el Día de recuerdo y homenaje a las víctimas del golpe militar y la dictadura en Andalucía. Así, en el catálogo colectivo de las bibliotecas de Andalucía, se mostrará una bibliografía dinámica con el título ‘Memoria para la concordia: autores andaluces silenciados, donde se pondrá en valor la obra de escritores andaluces que sufrieron represión o exilio’. La selección bibliográfica, que se exhibirá en formato físico en la Biblioteca de Andalucía y en otras bibliotecas provinciales, incluirá autores andaluces.
Isabel Ambrosio critica «falta de compromiso» por parte de la Administración
Desde la oposición, la diputada del PSOE-A Isabel Ambrosio acusó al Gobierno andaluz de «falta de compromiso» con la Ley de Memoria Histórica y Democrática, asegurando que desde la llegada de Moreno Bonilla «las políticas públicas en materia de memoria han decaído en su totalidad». Durante su intervención, Ambrosio lamentó que el Ejecutivo autonómico haya optado por «esconder esta materia en el último rincón oculto del Gobierno andaluz», relegando la gestión de la memoria democrática a una viceconsejería y limitándose a ofrecer cifras que, según la diputada, «no llegan ni siquiera al 100% de los 4.000 desaparecidos en Córdoba que aún están pendientes de reconocimiento».
Ni el hospital, ni la fecha ni los apellidos que figuran en su partida de nacimiento son reales. Paqui lleva más de treinta años buscando la verdad, como miles de personas arrancadas de sus madres durante el franquismo y la Transición
Francisca Bria Clérigues, conocida como Paqui, nació –o eso consta en los documentos oficiales– el 9 de abril de 1961 en el Hospital Provincial de Valencia. O al menos eso dice su partida de nacimiento. Pero ni el hospital, ni la fecha, ni los apellidos que la identifican son seguros. “Yo supuestamente nací en ese hospital, supuestamente en esa fecha. Y digo supuestamente porque nada es cierto y todo puede ser verdad”.
Su caso, lejos de ser aislado, forma parte de una red oculta durante décadas. Durante el franquismo y los primeros años de la democracia, miles de niños y niñas fueron separados de sus madres al nacer y entregados a otras familias. A veces por razones ideológicas –como castigo a mujeres republicanas o consideradas "de mala vida"–, y otras como parte de un negocio estructurado: una red de adopciones ilegales y tráfico de menores.
“Durante años, en España, conseguir un bebé de manera ‘ilegal’ dentro de la normalidad era algo conocido por los trabajadores de muchos hospitales implicados, donde las monjas ejercían de personal sanitario”, explica Paqui.
Pero el entramado iba más allá de los hospitales. “Las ambulancias y los taxis eran los enlaces. Los que transportaban a los bebés. Se llevaban un tanto por ciento. Si se moría alguno, lo tiraban en las cunetas. Éramos mercancía”, denuncia.
Etiquetada y entregada como mercancía
Paqui fue entregada a sus padres adoptivos con tan solo 40 días de vida. Recuerda que su caso no fue único. “Otra chica que tiene una partida de nacimiento prácticamente idéntica a la mía fue entregada un día antes. Misma semana, mismo hospital, mismos firmantes, incluso la misma madrina. Había un cargamento. Una carga de bebés. Se sabía a qué hospital iban. Y cómo se repartían”.
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La escena que guarda en la memoria tiene el sello del horror administrativo: “Tengo aún un medallón de plomo que llevaba colgado cuando me entregaron. Pone ‘Hospital Provincial de Valencia’, cuna número 13. Nos etiquetaban, como si no fuéramos personas”.
Medallón de plomo que Paqui llevaba colgado en su entrega
Una infancia con preguntas silenciadas
El descubrimiento de su adopción no llegó por boca de su familia, sino a través de la crueldad de otros. “Me enteré de que fui adoptada a base de burlas en el colegio. Mis padres nunca me lo dijeron”.
A partir de ahí comenzó un camino tortuoso lleno de documentos que no conducen a ninguna verdad. “Buscas en el Registro Civil, ves tus apellidos y crees que se ha abierto la puerta a la verdad. Pero no. Nada es real. Los apellidos no son de tu madre ni de tu padre biológico. Son para identificarte, como si fueras el número de habitación de un hotel. Nos han mentido desde el principio. Y con nosotros se lucraron muchos”.
“En casi todos los pueblos había un facilitador. Si un matrimonio no podía tener hijos, sabía a quién acudir. Mis padres dijeron que querían una niña. Para que les cuidara en la vejez. Y ese hombre les apuntó en una lista”.
La elección tampoco era casual. “La edad idónea para adoptar en esa época era que los padres, casados por supuesto, tuvieran 40 años. Se consideraba que así su vida era estable y ejemplar, especialmente desde una perspectiva cristiana”, explica.
El silencio institucional y la búsqueda solitaria
Con el paso del tiempo, Paqui se lanzó a reconstruir su historia. Lo hizo sola, sin ayudas públicas. “No puedes denunciar porque, ¿en base a qué? Vas completamente a ciegas. Por eso digo que soy una supuesta bebé robada. O vendida. O dada en adopción. Nunca lo sabremos. Siempre hemos tenido que buscarlo todo por nuestra cuenta. Sin ayuda. Manifestaciones, concentraciones, pedir papeles… Y mientras tanto, las madres se mueren. Los hijos se hacen mayores. Y quienes quieren que esto se silencie, ganan”.
La sociedad tampoco lo ha puesto fácil. “Te humillaban. Era como si pidieras algo que no te pertenece. Te miraban como si no tuvieras derecho. Como si buscar a tu madre fuera traicionar a la familia que te crió. Y eso no es así”.
Y añade con emoción contenida: “Yo no odio a mi madre de sangre. Le estoy agradecida. Me trajo al mundo. Y me gustaría haber podido verla cinco minutos. Aunque solo fuera para despedirme. Pero hasta ese derecho se nos ha negado”.
ADN extranjero y una esperanza tardía
Ante el abandono institucional, muchas personas como Paqui han recurrido a bancos de ADN extranjeros. “Aquí el ADN no es habitual. Lo ven como algo raro. Pero en otros países es distinto. Allí no tienen miedo a reconocer delitos. Allí se investiga. Y si hay una coincidencia, te lo dicen. Aquí no”.
Hace tres años, Paqui se hizo la prueba en una base de datos estadounidense. Los resultados le devolvieron pistas inesperadas: coincidencias con personas de Asturias, Bélgica y Suiza. “Una vecina mayor me dijo una vez que yo venía de ‘allá arriba’. Y cuando me salió Asturias en la prueba, me quedé helada”.
Poco después, localizó una posible familia en un pueblecito asturiano. Decidió escribirles a mano. “No quería usar el teléfono. Tenía miedo de que me bloquearan por pensar que era una estafa. Quería que supieran que era una persona real, que solo buscaba la verdad”.
Quince días más tarde, recibió respuesta. “Me llamó una mujer. Me dijo que su madre había vivido en Valencia, que tuvo muchos hijos, y que al marcharse lejos de su familia, no se tenía conocimiento de que hubiese tenido una niña. Cuando vio mi foto, se puso a llorar. Me dijo: ‘Te pareces mucho a mi madre’. Y me ofreció hacerse el ADN. En diez minutos ya lo había pedido”.
Ahora, Paqui espera el resultado. “Si esa mujer fuera mi madre, murió en 2018. A veinte minutos de mi casa. Sola. Sus hijos habían muerto. Yo podría haberla visto cinco minutos. Decirle que no le reprochaba nada. Pero ya es tarde”.
El propósito de una vida: “Queremos morir en paz”
“Esto no es una obsesión. Es un propósito de vida. Lo hacemos con dignidad, con perseverancia. Queremos morir en paz. Saber quiénes somos. No estamos pidiendo herencias. Solo verdad”.
Y añade, frente a quienes cuestionan sus motivaciones: “Hay quien dice que todo esto es para buscar una herencia. No. Lo que queremos es poder despedirnos. Poder decir: esta fue mi madre. Y si no quiere saber nada, lo aceptamos. Pero que nos nieguen eso, también, es una crueldad. Y es ilegal”.
A la juventud: “Esto no ha sido un cuento”
Paqui tiene un mensaje claro para las nuevas generaciones: “Lo primero que les voy a decir es que esto no ha sido un cuento. Cuando la gente dice que es imposible que le cojan un niño a una madre sin que ella lo sepa o sin que los que están al lado lo sepan, sí que es posible”.
Explica que hubo confianza ciega en las instituciones. “Había inocencia, pero también mucha confianza. Nadie podía dudar de una monja o de un médico. Eran sagrados. Y además, en aquella época, la mayoría de edad era a los 21 años. Hasta entonces, tu padre mandaba sobre ti, tu marido, tu suegra, tu madre, tus hermanos mayores. Una mujer no tenía ninguna decisión, ni siquiera voto ni voz ni voto. Si ellos pensaban que ese niño tenía que darse, tu voluntad era cero”.
Una verdad aún por reconocer
Para Paqui, todo se resume en una lucha por lo esencial: “Con la Iglesia hemos topado. En España, la Iglesia tiene más poder que el Estado. En sus manos estaban nuestras vidas. Ellos ejercieron de Dios”.
Y concluye con la frase que resume el sentido de su vida: “Buscamos la verdad para vivir en paz. La verdad no es un privilegio. Es un derecho. El amor de los padres adoptivos y la verdad sobre tu origen deben crecer juntos. Muchos adoptados mantenemos el latido del corazón de la madre que nos trajo al mundo. Y el cordón nunca se cortó del todo”.
El siguiente paso es identificar los cuerpos mediante ADN para ser entregados a sus familiares, mientras tanto los restos permanecerán en el cementerio de esta localidad
Familiares con las fotos de las víctimas represaliadas de la Guerra Civil.
Concluye los trabajos de exhumación que se han realizado en las fosas comunes encontradas en los extramuros del cementerio de Encina Reales. En total se han hallado once cuerpos en las tres fosas que se han excavado. Los cuerpos presentan distintos estados de conservación y podrían pertenecer a víctimas represaliadas de la Guerra Civil y a vecinos de Encina Reales y de otros como Rute, Benamejí, Cuevas Bajas o Cuevas de San Marcos. Los promotores de los trabajos han sido los familiares de las víctimas franquistas.
En concreto, Araceli Vinuesa es familiar de víctimas de Rute y es una de las personas que ha liderado esta búsqueda. Araceli Vinuesa es nieta de Francisco Rafael Vinuesa y sobrina nieta de Mariano y Luis Gutiérrez del Pino. Los tres fueron víctimas del franquismo. Ahora, Vinuesa, confía en que “los cuerpos encontrados pertenezcan a alguno de sus familiares”. Las catas arqueológicas se han llevado a cabo con georadales y han corrido a cargo de una empresa de Antequera. El proceso ha sido largo y complejo, afirma Vinuesa, con “muchas piedras en el camino y multitud de trabas administrativas o burocráticas”.
Un de las fosas excavadas en los extramuros del cementerio municipal.
Además, ha recordado que “todo esto nace de la voluntad de encontrar a los suyos y de cerrar el dolor abierto hace 89 años”. Todo comenzó, recuerda, gracias a la subvención otorgada, en su día, por la Diputación de Córdoba, siendo entonces presidente de la institución provincial y alcalde de Rute, Antonio Ruiz. De ahí que Araceli Vinuesa se haya mostrado “agradecida” con el ex alcalde ruteño. Pues, asegura que “no siempre han encontrado apoyo institucional e interés político”. Los trabajos que han concluido se han estado llevando a cabo hasta el pasado viernes.
Sin embargo, aún hay que seguir esperando “al menos un año más” para identificar los cuerpos. Ahora, corresponde llevar a cabo la identificación de los cuerpos mediante ADN. Dicha parte de la investigación va a correr del equipo arqueológico y enviadas a la Universidad de Granada, único centro autorizado para estos cotejos en Andalucía. Mientras tanto, los cuerpos van a permanecer custodiados en el cementerio de Encina Reales. Finalmente, cuando los cadáveres sean identificados serán entregados a sus familiares.
Las intenciones, según acordaron los descendientes, son enterrar los cuerpos en sus respectivos municipios. No obstante, según Vinuesa, el Ayuntamiento de Encina Reales no descarta situar un monolito y una zona ajardinada en el lugar de la excavación, “en memoria y recuerdo” a estas víctimas. Además, Araceli Vinuesa también espera que si los cuerpos identificados son de ruteños el Ayuntamiento de Rute les rinda el tributo que merecen, independientemente de que estas víctimas sean enterradas en los panteones familiares o conjuntamente en el cementerio municipal
La cubierta que se ha puesto a una de las tres fosas en la que han hallado cuerpos