Las torturas que sufrió Julio Pacheco en la Dirección General de Seguridad serán investigadas gracias a la decisión del Juzgado número 50 de Madrid, un hito en la lucha de las asociaciones de víctimas.
uenas noticias para la lucha contra la impunidad del franquismo. La coordinadora por la Querella Argentina CEAQUA, que agrupa a víctimas de la dictadura, celebra la admisión a trámite de una querella por torturas. Es la emitida por Julio Pacheco, quien fue detenido por la Brigada Político Social en Madrid, y podrá declarar en sede judicial para relatar las torturas vividas junto a la testigo, también víctima del franquismo, Rosa García Alcón.
Uno de los policías encausados es José Manuel Villarejo, tal y como se refleja en el auto al que ha tenido El Salto. Junto a él aparece Álvaro Valdemoro, José Luis Montero Muñoz y José María González Reglero, hasta hace poco comisario de Leganés. Reglero fue relegado de su cargo poco después de que la Querella Argentina comenzó a andar y las protestas vecinales pusieran su nombre, que aparecía en el sumario, en tela de juicio.
“Me tuvieron tres días en los despachos secuestrado, sin que nadie pudiera saber mi paradero. Hubo torturas, golpes, malos tratos y amenazas de muerte. Villarejo era uno de ellos”
Al otro lado del teléfono, Julio Pacheco confiesa a El Salto sentirse contento y esperanzado porque “se ha dado un paso adelante”. Y, aunque hay que guardar cautela porque la fiscalía podría recurrir, afirma que el auto es muy positivo y en él se refleja que la querella sigue hacia adelante por posibles crímenes de lesa humanidad, y, por tanto, imprescriptibles. Además se le cita para declarar el próximo 14 de julio.
Por ello, aunque el auto puede ser recurrido, es momento de mostrar júbilo entre las asociaciones memorialistas. Una resolución “excepcional” y “muy positiva” que viene a contrarrestar la tendencia imperante.
Más de un centenar de querellas han sido archivadas en el Estado, las dos últimas tras la entrada en vigor de la nueva Ley de Memoria Democrática. Si la fiscalía no lo impide, la de Julio Pacheco podría desencadenar una investigación y también fue puesta tras la entrada en vigor de la nueva norma.
Siete días entre torturas
Pacheco explica que fue detenido el 24 de agosto de 1975. Cuatro policías vinieron hasta su casa, sita en la calle San Cosme y San Damián de Lavapiés. “Me encañonaron, me pusieron las esposas y me llevaron hasta la Dirección General de Seguridad, en Sol”, explica Pacheco, cuyo único delito era ser militante del Frente Revolucionario Antifascista y Patriora (FRAP). Estuvo siete días detenido. “Me tuvieron tres días en los despachos secuestrado , sin que nadie pudiera saber mi paradero hasta que el cuarto día me hicieron la ficha en el calabozo. Hubo torturas, golpes, malos tratos y amenazas de muerte. Villarejo era uno de ellos”, explica.
“Sería la primera vez que un juzgado español, en el orden jurisdiccional penal, toma declaración a un querellante que sufrió graves violaciones de derechos humanos durante la dictadura franquista”
“En caso de consolidarse el contenido de dicho auto- señalan desde CEAQUA- sería la primera vez que un juzgado español, en el orden jurisdiccional penal, toma declaración a un querellante que sufrió graves violaciones de derechos humanos durante la dictadura franquista”.
Por otro lado, el juzgado acuerda oficiar al Archivo Histórico Nacional para que envíe al juzgado los antecedentes documentales del caso denunciado y a la Dirección General de la Policía para que remita el expediente policial completo del denunciante y los datos de filiación de los cuatro policías denunciados.
Archivado en: Coordinadora estatal de apoyo a la Querella Argentina contra crímenes del franquismo (CEAQUA) ‧ Ley de Memoria Histórica ‧ Memoria histórica
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