'La Vanguardia' visita la excavación con los restos de las víctimas abatidas en 1945, tras ser delatados a la Guardia Civil
“Pensamos que hemos encontrado lo que buscábamos: una fosa con cuatro individuos abatidos en 1945. Fueron asesinados e inhumados aquí”, explicaba hace dos semanas la arqueóloga Marta Pujol, al pie de la excavación que ha dirigido del 21 de mayo al 12 de junio, para recuperar, por encargo de la Generalitat, los restos de cuatro víctimas del franquismo.
Estaban enterrados en un hoyo en el exterior del cementerio municipal de Castellnou del Bages (Barcelona), en el lugar indicado por la memoria oral. A la espera de que concluyan en el laboratorio los análisis antropológicos y genéticos, todo indica que se trata de dos guerrilleros antifranquistas y el matrimonio que les dio cobijo en su masía, confirma la dirección general de Memòria Democràtica del Departament de Justícia.

Un equipo de arqueólogas, trabajando en la excavación donde aparecieron los restos de las cuatro víctimas; en el centro y hacia la derecha, los esqueletos de los dos maquis
“Antes de abrir la fosa se hizo un trabajo de documentación, se recogieron testimonios de vecinos y familiares, sabíamos que los encontraríamos aquí”, aseguraba Pujol, el pasado 5 de junio, cuando La Vanguardia pudo visitar la excavación.
Les delataron, tras comprar la mujer siete pares de alpargatas, y el aviso a la Guardia Civil propició la matanza de los cuatro
En una zona ahora ajardinada, junto a la antigua casa rectoral, la memoria democrática se abría camino con el trabajo meticuloso de cuatro arqueólogas. En aquel momento, habían localizado ya dos esqueletos, que identificaron con los maquis. “A la altura del bolsillo del pantalón, que no se ha conservado, había una moneda francesa de 1942, y hemos encontrado una hebilla y restos de cuero, posiblemente de un cinturón”, detalló la directora de la excavación. También localizaron junto a ellos una bala. “Estos chicos venían de Francia, de haber luchado en la resistencia francesa, tanto la moneda como la bala podían ser objetos simbólicos para ellos”, explicó.

Detalle de los objetos encontrados durante las labores de excavación, entre estos, botones y una hebilla y un trozo de cuero, probablemente de un cinturón
En aquellas fechas se seguía excavando los restos de uno de los civiles y había aparecido ya una articulación del segundo. En las recomendaciones previas a la exhumación, se advertía que la mujer, según las fuentes, estaba embarazada, aunque no llegaron a encontrar ninguna evidencia arqueológica del nonato. Entre los objetos encontrados junto a los restos óseos hay también unos pendientes y un anillo.
En la fosa se encontraron botones, una moneda francesa, una bala, restos de un cinturón, un anillo y unos pendientes, entre otros objetos
Los cuerpos de las cuatro víctimas habían sido enterrados por los vecinos, que fueron obligados a cavar una fosa para darles sepultura. Era una práctica habitual. “Los cuerpos no han aparecido como si hubieran sido tirados, están bastante bien colocados para la rapidez con que les hacían enterrarlos. Pero uno de los individuos presenta fracturas en cada fémur, que son perimortem, es decir, que se han hecho con el hueso fresco. Posiblemente cuando lo colocaron aquí en la fosa tenía ya la rigidez, a lo mejor lo forzaron un poco, no lo sabemos, hay que esperar a que el laboratorio haga los estudios de paleontología pertinentes”, explicó la directora de la excavación. También se encontraron fracturas en el cráneo y heridas compatibles con disparos de arma de fuego.
Además, en la fosa aparecieron restos de un tejido que concuerdan con el testimonio de una vecina que relató que, con posterioridad a los asesinatos, vio pasar un carro con cuerpos sin vida envueltos en una manta, explicó Marta Pujol.
La memoria oral recoge que los vecinos enterraron los cuerpos envueltos en una manta; se han hallado restos de tejido
La tragedia sucedió la noche del 24 de febrero de 1945. En la documentación de la fosa se incluyen fuentes que explican que los dueños de la masía, con tres hijos pequeños, eran colaboradores habituales de los guerrilleros. Los maquis pagaban generosamente por el refugio y comida, y para ellos la masía tenía una ubicación estratégica, en La Creu del Perelló: al sur, las montañas de Montserrat y al norte, los Pirineos. “Todo el pueblo lo sabía y les habían avisado del riesgo que corrían”, detallan. Un tendero de un pueblo vecino al que la mujer compró siete pares de alpargatas les habría delatado. El aviso a la Guardia Civil propició una emboscada con la matanza del matrimonio y dos guerrilleros alojados en la masía.

Detalle del proyectil encontrado en la fosa
Sin embargo, dos familiares de los civiles, presentes en la visita a la excavación del pasado 5 de junio, plantearon dudas sobre esta versión: “No podemos saber si los escondían voluntariamente o les habían amenazado, no estábamos allí. Ellos eran civiles que no podían defenderse y los maquis iban armados”.
La identificación de los restos
Un banco de ADN de familiares
En el marco del vigente Plan de Fosas 2023-2025, una de las líneas estratégicas se orienta a mejorar la búsqueda de personas inscritas en el censo de desaparecidos, con el objetivo de localizar los lugares de desaparición o de inhumación, proporcionar esta información a las familias y, en la medida de lo posible, obtener información sobre qué personas podrían estar enterradas en las fosas localizadas en Catalunya. En el programa participan equipos interdisciplinares, integrados por historiadores, arqueólogos, antropólogos y genetistas. Para facilitar los trabajos antropológicos y genéticos de identificación de las víctimas existe un banco de ADN con muestras de los familiares de desaparecidos de la Guerra Civil y el franquismo. La extracción de la muestra genética es gratuita y consiste en un frotis bucal, un procedimiento indoloro y rápido que se puede llevar a cabo en el Laboratorio genético del hospital Vall d'Hebron, o bien mediante un kit que se envía por correo postal. Cualquier pariente puede aportar ADN para contribuir al proceso de identificación, aunque la muestra del familiar más cercano a la persona desaparecida ofrece más posibilidades de identificación.
Una vez finalizados por el laboratorio los trabajos de identificación de los restos óseos exhumados de una fosa, estos se entregan a los familiares. Los restos óseos analizados y no identificados procedentes de exhumaciones se devuelven para que sean inhumados en los cementerios de las localidades donde fueron hallados.


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