diumenge, 31 de desembre del 2017

El reencuentro de las hijas de Guillermina, perdidas 69 años por culpa del franquismo

http://www.publico.es/politica/guillermina-palenzuela-reencuentro-hijas-guillermina-perdidas-69-anos-culpa-franquismo.html

GUILLERMINA PALENZUELA

'Público' ha logrado, a través de un reportaje, completar la historia de una bebé adoptada durante el franquismo y cuya familia biológica ha podido conocer su existencia gracias a un artículo publicado en la sección de 'Memoria Pública' el pasado mes de junio.

Guillermina Fernández (izquierda) y Carmen García Palenzuela (derecha), dos hermanas que se conocen tras 69 años en los que la una no sabía de la existencia de la otras.- MEMORIA PÚBLICO (PÚBLICO)


Las hijas de Guillermina Palenzuela López han logrado por fin completar su historia. 69 años después de que su madre diera en adopción a una hija con su mismo nombre en el Hospital Clínico de Barcelona, el reportaje de Público en el que aportó su testimonio ha permitido a la niña adoptada contactar con su familia biológica.
Guillermina madre, protagonista de esta historia, nació en 1913 en Almería. Fue una de aquellas mujeres agotadas por la feroz represión del régimen franquista. Tras su muerte, con tan solo 54 años de edad, dejó una historia oculta: desconocida: la existencia de una hija nacida tras su llegada a Barcelona en marzo de 1948. Tuvo que pasar ocho años en prisión por ser esposa de un importante dirigente comunista en Almería, Juan García Maturana.
Casi 70 años después de su adopción, Guillermina Fernández, la niña adoptada, ha logrado completar una biografía inconexa, las posibles circunstancias que llevaron a su madre a darla en adopción a una familia de militares catalanes. En plena posguerra franquista. “Me puse en contacto con el centro de Estudios Almerienses para saber si conocían algo más de mi madre biológica que salía en mi partida de nacimiento y aparecía en un libro de la represión durante la guerra civil en Almería”, escrito por el historiador Eusebio Rodríguez. El pasado mes de junio Público rescató su historia y publicó un reportaje pese a la poca información que esta mujer de 69 años tenía sobre su madre biológica.
Carmen tenía ocho años cuando vivó en primera persona la detención de su 
madre en la 
Almería franquista
Carmen García Palenzuela, hermana desconocida para la Guillermina adoptada, no olvida la desgracia que marcó desde el estallido de la guerra la vida de su madre. Hoy tiene 89 años de edad y en su memoria nítida no hay ni un recuerdo de la pequeña Guillermina. La historia no es fácil de narrar sin que se perciba el dolor en el hilo telefónico desde Vilanova y la Geltrú. “Ojalá mi madre lo hubiera dicho, habríamos buscado a mi hermana y le hubiéramos contado que mi madre tenía hijos y que somos sus hermanos”, aclara emocionada a Público.
Carmen tenía solo ocho años cuando vivó en primera persona la detención de su madre en la Almería franquista, colapsada por refugiados republicanos. “Era muy pequeña cuando la vi salir de mi casa de Almería”. Mi padre, Juan García Maturana, era un importante dirigente comunista en la ciudad y había huido la noche anterior a la entrada de las tropas franquistas. A ella se la llevaron presa dos guardias por ser la mujer de quien era”. La noche antes de que todo cambiara, Carmen recuerda una gran cena de despedida. Nunca podría imaginar lo que iba a venir después.
Guillermina madre estaría presa dos años en la prisión provincial de Almería, cuatro en el penal de Málaga y otros dos en Granada. Así lo dictaba su condena de doce años de los que tuvo que cumplir ocho. Carmen no era la única hija de Guillermina y Juan García Maturana. Sus otros dos hijos menores, Juan y Rafael sufrieron en primera persona la crudeza de ser hijos de un dirigente comunista y el desprecio de los que se creyeron por derecho vencedores.

La cruda historia de Guillermina Palenzuela

Guillermina Palenzuela entra en prisión con tan solo 27 años. Su delito, tal y como constan en Consejo de Guerra fue un supuesto robo de joyas. El historiador almeriense Eusebio Rodríguez relata cómo “su encarcelamiento terminó en el año 1947”. Tenía 34 años de edad. “Nunca tuvo juicio por aquella causa ni un abogado defensor que interviniera en los ocho años de reclusión”, aclara el investigador. Mientras pasaron los años de hambre, Carmen, Juan y Rafael vivieron en la casa de su abuela en Almería. “Nos venía a ver la policía para saber si había venido correspondencia de mi padre. Yo fui durante aquellos años la única pista para encontrar a mi padre que se había marchado a Rusia”. Los hijos de Maturana estaban vetados de comedores sociales, tuvieron que dormir incluso en cuevas alguna noche por “el temor que mi abuela tenía de los vecinos”, recuerda Carmen.

Hambre, miseria y desprecio de los vencedores 

Una de las anécdotas más tristes para esta niña de la guerra fue el día que un guardia le llegó a golpear con un fusil por no dar paradero de su padre. “Nunca te dejaban en paz”, narra Carmen. La más amarga de todas fue una de las visitas que logró hacer a su madre al finalizar uno de aquellos eternos interrogatorios. “Me dijeron que podía ir a verla, pero no veía a mi madre. Era una mujer morena y muy guapa, pero estaba amoratada sin fuerzas y solo sabía decirme que no me preocupara”.
Su matrimonio con un dirigente comunista llenó su vida de persecuciones, vejaciones y prisión
Al finalizar de la condena, Guillermina Palenzuela busca trabajo en Almería. Un reto que parecía imposible por su pasado reciente. “Su afán era estar con nosotros y seguir con su vida pero no la iban a dejar por ser esposa de Maturana”, declara. A los pocos meses se marcharía a Granada para trabajar en una casa. Carmen se iría con ella para trabajar a los 14 años de edad.
Las extremas condiciones de aquella Andalucía de posguerra llevaron a Guillermina madre a partir en barco a Barcelona, apenas con lo puesto. Era 1947. Carmen pierde la pista de su madre. “Me dijo que me avisaría cuando pudiéramos reunirnos con ella y me quede con mis hermanos”, señala.

La historia de Guillermina hija

Sin conocer con detalle las circunstancias de su vida en la ciudad condal, Guillermina Palenzuela daría a luz a una niña en marzo de 1948. Guillermina Fernández y Grau tiene hoy 69 años de edad. Y el mismo nombre que su madre biológica.
El nacimiento se produjo en el hospital clínico de Barcelona. A los pocos días se tramitó la adopción. Tanto Eusebio, el investigador, como la hija pierden el rastro biográfico de Guillermina. “Tras la salida de mi madre en el hospital y tramitar la posible adopción de mi hermana, mi madre nos llamó para venir hasta Barcelona”. Carmen narra con amargura como su madre se llevó este secreto a la tumba, sin que haya podido ser desvelado hasta 69 años después.
"Nunca me olvidaré cuando me enteré de que tenía varios hermanos"
La joven Guillermina hija se crío en el colegio de las Teresianas de Barcelona. “Mi padre adoptivo era militar y mi madre regentaba la cantina del cuartel militar de caballería Numancia número 9 en la calle de Lepanto de Barcelona”.
Sin saberlo, muy cerca en una habitación del Paral.lel, sus tres hermanos y su madre continuaron una vida de esfuerzos y sacrificio para salir adelante como emigrantes en una ciudad sacudida por la posguerra y la autarquía del régimen.
Guillermina Fernández logró el pasado 5 de octubre conocer su historia. O al menos a la familia que su madre le dejó. “Nunca me olvidaré cuando me enteré de que tenía varios hermanos, que mi madre había muerto muy joven. Sufrió muchísimo y me ha dado mucha pena conocer lo que tuvo que pasar en vida”.
Juan García Maturana rehízo de nuevo su vida casándose en Rusia. Nunca volvió a ver a la madre de sus hijos con vida. Carmen relata cómo Maturana regresó a España al final del régimen franquista solamente de visita a Barcelona. Guillermina madre ya había muerto de cáncer, con tan solo 54 años, fruto del sufrimiento y las dificultades que esta almeriense había pasado en vida.

Un reencuentro fortuito

El pasado mes de octubre, los nietos de Carmen García Palenzuela rastrearon por internet el nombre de su abuelo, García Maturana dando en el buscador de Google con el reportaje de su desconocida hermana Guillermina, publicado en este medio el pasado mes de junio. Ernesto, uno de los hijos de Carmen esperó junto a sus hermanos conocer de cerca la veracidad de la existencia de Guillermina. Hoy Carmen tiene 89 años y la otra Guillermina 68. El reencuentro se produjo por fin en Vilanova hace escasas semanas.
Las dos hermanas durante su reencuentro.- MEMORIA PÚBLICA
Guillermina relata cómo desde entonces su hermana Carmen y ella “hablan a diario de las pequeñas cosas del día a día”. No guardan rencor a su madre a pesar de que ha sido una absoluta casualidad la que les ha permitido conocerse. “Será el destino o un golpe de suerte pero conocernos ha sido una de las mejores cosas que me han ocurrido en la vida”, afirma emocionada la protagonista de esta historia.
A pesar de la emotividad del encuentro, a Guillermina hija le quedan lagunas en su historia. La identidad de su padre, las circunstancias que llevaron a su madre a darla en adopción en el clínico de Barcelona. El por qué no contó a su hijos la existencia de una niña que era hermana suya y vivía en la misma ciudad.
Estas preguntas sin resolver para Guillermina refuerzan la lucha de este medio por la búsqueda de la memoria y la verdad. Carmen ha encontrado el testimonio de una mujer perdida, el de su hermana pequeña, que buscaba su identidad y que gracias a una solicitud de búsqueda en el Instituto de Estudios almeriense ha desvelado parte de su historia.
Que la memoria nos siga regalando estos reportajes con final feliz en medio de una etapa tan dura como fue el franquismo. 

Lo más destacado de 2017 en ‘La Marea’: memoria histórica



https://www.lamarea.com/2017/12/31/102845/


La memoria histórica está en el ADN de ‘La Marea’ y hemos dado fe de ello durante todo el año.
31 diciembre 2017
11:22
Lo más destacado de 2017 en ‘La Marea’: memoria histórica
Sin duda, este ha sido el año en que Ascensión Mendieta encontró a su padre. La memoria histórica está en el ADN de La Marea y hemos dado fe de ello durante todo el año. Este verano, además, publicamos un dossier sobre rutas de la memoria, aquellos lugares a los que a veces hemos ido sin saber qué había ocurrido, como la fosa en el mar del cabo Peñes, en Asturias, o el campo de concentración en la isla de Saltés, en Punta Umbría (Huelva).

Las víctimas del franquismo lucharán para que se elimine el Ducado de Franco tras la muerte de la hija del dictador


http://www.eldiario.es/politica/victimas-franquismo-lucharan-Ducado-Franco_0_724077931.html


"Deseando dar una muestra de mi Real aprecio a doña Carmen Franco Polo (…) y en atención a las excepcionales circunstancias y merecimientos que en ella concurren…". Estas fueron las palabras con las que el Rey Juan Carlos I justificó, en un decreto del 26 de noviembre de 1975, la concesión a la hija del dictador recién fallecido de "la Merced Nobiliaria de Duquesa de Franco, con Grandeza de España, para sí, sus hijos y descendientes…". 42 años después, la muerte de la titular del Ducado abre el debate sobre la conveniencia o no de mantener un título nobiliario que nació con el único objetivo de honrar a los descendientes del hombre que tiranizó España durante 40 años.
"En Alemania sería impensable que existiera un Ducado de Hitler o en Italia un Marquesado de Mussolini —señala el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva—. Sin embargo aquí llevamos cuatro décadas de democracia con un título que simbólicamente ensalza al dictador". De hecho, tal y como explica a eldiario.es Marcial Martelo de la Maza, abogado especializado en Derecho Nobiliario, "a día de hoy los ducados y el resto de títulos solo tienen un valor simbólico; representan un valor honorífico. No conllevan ningún privilegio fiscal ni de ningún otro tipo. De hecho, más bien es al contrario porque para ejercer el derecho de sucesión se debe pagar un impuesto". Impuesto que, excepcionalmente, no tendrá que pagar el sucesor o sucesora de Carmen Franco porque D. Juan Carlos estableció una exención fiscal para la primera vez que se heredara el título.
Decreto de 26 de noviembre de 1975 en el que se concede a Carmen Franco el título de Duquesa
Decreto de 26 de noviembre de 1975 en el que se concede a Carmen Franco el título de Duquesa
"El procedimiento para solicitar la sucesión es sencillo —señala Martelo de la Maza—. Tras el fallecimiento se abre un periodo de un año para presentar las solicitudes. La Ley es muy clara: hereda la línea descendiente y sin prevalencia del hombre sobre la mujer". Todo apunta, por tanto, a que la nueva Duquesa de Franco será la nieta mayor del dictador, Carmen Martínez Bordiú, salvo que eludiera voluntariamente solicitar ese privilegio para permitir así que el título recayera en su hermano Francisco.

La ARMH acudirá a la Fiscalía para impedir la sucesión

Sea como fuere las asociaciones que agrupan a familiares y víctimas del franquismo no están dispuestas a que la sucesión se consume. La ARMH prepara ya una denuncia ante la Fiscalía General del Estado. Emilio Silva, explica a eldiario.es los motivos: "Mantener este reconocimiento a un criminal de guerra que violó sistemáticamente los derechos humanos no solo puede atentar contra la Ley de Memoria Histórica, sino que va en contra de los principios fundamentales de la democracia recogidos en la Constitución y supone una falta de respeto para las víctimas de la dictadura".
Los expertos, sin embargo, creen que jurídicamente es prácticamente imposible detener el proceso de sucesión.  Martelo de la Maza recuerda que "todas las sucesiones son una prerrogativa regia. La sucesión es automática, de padres a hijos. La cuestión es si, en este caso, hay colisión con la Ley de Memoria Histórica. Pero lo lógico es que la sucesión se consume". Más categórico es el también experto en derecho nobiliario y procesal Álvaro López Becerra: "La Ley de Memoria Histórica no dice absolutamente nada al respecto. Podían haber incluido en ella alguna referencia a los títulos nobiliarios concedidos a personalidades vinculadas con la dictadura, pero no lo hicieron. Si no se cambia la ley, no se puede hacer nada".  Ambos letrados coinciden también en que el actual Rey, Felipe VI, tiene poco margen de maniobra en este asunto: "Se podría excluir la sucesión si el Rey declarara indigno al sucesor —afirma Martelo de la Maza—. Sin embargo aquí no está claro que fuera aplicable la «indignidad» porque lo que está en cuestión no es la valoración personal del sucesor sino lo que el título pueda tener en sí mismo de desprecio hacia las víctimas del régimen".
La ARMH, aún así, cree que debería ser una tarea de todos, incluido el Rey, el impedir que se perpetúe el Ducado de Franco: "Todas las instituciones del Estado deberían preservar los valores democráticos e impedir los reconocimientos que la dictadura franquista se otorgó para darse autobombo. Si la Casa Real participó en la concesión de ese título debería intervenir para que años después no se renueve y no suponga una forma de humillar a las víctimas de la dictadura, dando honores a quien encabezó un golpe de Estado, fue aliado de Hitler y cometió incontables violaciones de Derechos Humanos".

dissabte, 30 de desembre del 2017

El farero fusilado de Torre del Mar y el almirante ministro Salvador Moreno

https://elsaltodiario.com/los-nombres-de-la-memoria/el-farero-fusilado-de-torre-del-mar-y-el-almirante-ministro-salvador-moreno



La historia del protector y del ejecutor de la población civil en la masacre de La Desbandá.
Lugar donde se encontraba el faro de Torre del mar (derecha) y Antonio Anselmo Vilar, el farero fusilado por los golpistas de 1936 por proteger a la población civil de la masacre fascista (izquierda).

PUBLICADO
2017-12-29 10:11:00

Hace semanas supimos del almirante Salvador Moreno, que tenía una calle en Pontevedra donde vivió M. Rajoy, sin que nuestro presidente del Gobierno supiera por qué se le cambió el nombre a esa calle en aplicación de la Ley de Memoria Histórica, que acaba de cumplir diez años ante el total menosprecio del Ejecutivo vigente.
El almirante Moreno fue un militar que se rebeló contra la República y cañoneó desde el buque de guerra Almirante Cervera la ciudad de Gijón durante la Guerra Civil. También intervino en la masacre de la aviación italiana y los cruceros franquistas contra la población civil cuando esta huía de Málaga a Almería, hace ochenta años, ante la entrada en la primera ciudad de las tropas golpistas.
Las más de 120.000 personas que integraron esa desesperada caravana humana que en febrero de 1937 huía de Málaga fue un episodio conocido como La Desbandá, que encontró a su paso por la localidad de Torre del Mar un aliado digno de recordr: el farero que apagó la luz las noches del 6 y 7 de febrero, evitando con ello la muerte de cientos de personas. Leímos este episodio hace poco en un medio de información y me parece oportuno contraponerlo al del almirante Moreno, ministro repetidor de Franco durante la primera y más cruel etapa de la dictadura, en atención sin duda a sus méritos de guerra.
En esa localidad de Vélez-Málaga, donde se concentraron las personas que escapaban desde Málaga y los que venían del interior de la comarca de la Axarquía, no se produjeron bombardeos ni ametrallamientos por parte de la aviación italiana y la marina golpista. Anselmo Antonio Vilar, el farero de Torre del Mar, natural de Lugo e hijo del que fuese a su vez primer farero de la población, mantuvo apagado el faro durante dos días, dificultando con ello que los aviones y los barcos pudiesen ubicarse y localizar a la población que huía.
"Vilar salvó a muchas personas de las ametralladoras y las bombas, pero su decisión le costó la vida, ya que pocos días después de la entrada de las tropas nacionales fue fusilado", según ha explicado Jesús Hurtado, vecino de Vélez-Málaga e investigador de este suceso. Hurtado, que ha publicado varios escritos sobre este hecho, ha presentado una iniciativa impulsada por el grupo municipal de IU para homenajear y distinguir al farero y que su acción no quede olvidada.
Hurtado asegura que Vilar fue un héroe, que al incumplir la principal obligación de su cometido y dejar sin referencia a los aviones salvó a las miles de personas que se ocultaban en la zona en la que se encontraba el antiguo faro de Torre del Mar, actualmente encajonado entre unos edificios en la avenida Toré Toré. Ante la falta de referencia, los barcos utilizaron el faro de Torrox, que sí funcionó en los días en los que se produjo La Desbandá y se ubicaron frente a este punto del litoral, que recibió el grueso de los bombardeos, según los partes de guerra estudiados por Hurtado".
El portavoz de IU, Miguel Ángel Sánchez, ha explicado que Vilar tuvo el arrojo de apagar la luz del faro de Torre del Mar y de "dar luz a la población" que se refugiaba en este punto de la costa, "mientras escapaba de la barbarie". La intención de IU es que el homenaje vaya más allá del municipio en el que Vilar desempeñó su labor y acabó sus días y, en este sentido, Sánchez ha precisado que su homólogo en el Concello de Lugo ha conseguido el consenso de la corporación municipal para reconocer al farero en la ciudad gallega."Queremos conseguir el máximo consenso, como ya ha pasado en Lugo, y que este gesto supremo de humanidad quede en los anales de la historia".
Habría sido un acierto que el Ayuntamiento de Pontevedra, al cambiar el nombre de la calle Salvador Moreno, hubieria elegido para sustituirlo el de ese otro gallego lucense llamado Anselmo Antonio Vilar, ejemplo de humanísimo celo en la protección de una población civil aterrorizada por la metralla y la muerte, según testimonian documentos varios. Gamel Woolsey, esposa del hispanista Gerald Brenan, describió de este modo el horror de aquellas jornadas en su libro El otro reino de la muerte: "Un siniestro rumor que nos hizo olvidar a todos la quema de casas se propagó por el pueblo: ¡El tercio, que viene el tercio! Por el tono de las voces que oímos en la calle, era como si hubieran dicho: 'Se ha abierto el infierno, Lucifer y su legión están sobre nosotros. Esta legión, digna de Lucifer, era lo que esperaban y la expectativa corría como una ola fría de horror sobre el campo. Nadie se acostó, todos estaban fuera en la carretera, viendo la llamarada roja de Málaga e intentando escuchar a lo lejos los pasos del enemigo que acercaba".
El número de víctimas mortales se calcula entre 3.000 y 5.000, aunque también se dan cifras mayores. El diario The Manchester Guardian publicó entonces: "La evacuación de Málaga comenzó cuando la población supo de las dificultades de los frentes, pero nadie creyó que el éxodo voluntario iba a asumir el carácter de un cataclismo humano desconocido en la historia de Europa. Pronto se convirtió en una sangrienta realidad. El camino se tornó un infierno bombardeado por los barcos fascistas españoles y los aviones alemanes e italianos. (...) Pronto el camino quedó cubierto de muerte”.
He aquí una página de bochorno más para un país que, durante cuatro decenios de democracia bajo la restauración borbónica, ha mantenido una calle a uno de los mandos ejecutores de aquellos brutales ataques contra la población civil, sin que que el jefe de Gobierno sepa por qué se le cambió el nombre, mientras el farero Anselmo Antonio Vilar permenecía en el olvido: cuarenta años de olvido, tras otros cuarenta de condena a la infamia.

Paralizada la recuperación de los cuerpos de los represaliados del 36


http://andaluciainformacion.es/economia/725632/paralizada-la-recuperacion-de-los-cuerpos-de-los-represaliados-del-36/


SAN FERNANDO | MEMORIA HISTÓRICA
29/12/2017 17:47
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TEMAS: fosa comunrepresaliadoscementerio San Fernando
Desde AMEDE se reclama "voluntad política" para seguir avanzando y poder recuperar la totalidad de los cuerpos
La zona afectada es la denominada como sector A en la que hay entre 14 y 16 cadáveres y de los que sólo se podrán recuperar tres.
La intervención Arqueológica y Antropológica en las Fosas Comunes de los Represaliados del Franquismo en el Cementerio de San Fernando se ha topado de lleno con un revés inesperado que, a día de hoy, deja muy en el aire la recuperación de los restos humanos de al menos diez represaliados de la guerra de 1936. Y es que la fosa común del denominado como sector A se ha topado de frente con el muro vertical que separa la misma de los nichos de una de las calles laterales con la que linda la citada fosa. Eso se ha traducido en la aparición de restos de cuerpos incompletos, puesto una parte de los mismos si que se puede observar a simple vista, pero la otra parte queda precisamente tapada por detrás del muro vertical.
Una situación que ha llevado a la Asociación de Recuperación de la Memoria Democrática, Social y Política de San Fernando (AMEDE) a lanzar casi un SOS para evitar que los restos hallados hasta ahora sean tapados sin ser recuperados.
Cabe recordar que el proyecto de Intervención Arqueológica y Antropológica en las Fosas Comunes de los Represaliados por  el Franquismo en el Cementerio Municipal de San Fernando se inició allá por el mes de agosto y ha constado de dos fases. Durante la primera se procedió a la localización de las fosas entre los meses de noviembre a diciembre, mientras que la segunda, con los decretos y permisos oportunos en la manos, supone el trabajo específico sobre los restos localizados.
Se han dividido en varios sectores y las principales actuaciones se están llevando a cabo en el denominado como sector A, que es la fosa en la que se localizan los represaliados del año 1936.
Llegados a este punto, Félix Urra, representante de AMEDE, indicaba que “ha habido momentos de buena coordinación con las distintas administraciones para que siguiéramos avanzando, lo cual no quiere decir que esa relación haya sido siempre fluida. Ha habido momento que, para nosotros como asociación, han sido muy irritantes. Hemos ido teniendo distintas reuniones que no han ido avanzando al nivel que nuestra entidad consideraba que debía de haberse llevado. Nos hemos encontrado ahora que estamos a finales de 2017 y se deberían de haber acabado los trabajos en el sector A…”.
Los motivos por los que no se ha podido finalizar dicha actuación es que hay varios cuerpos que no pueden ser exhumados, ya que en extensión no se ha podido llegar a lo que es el límite de la fosa común del sector A, puesto que choca de frente con una pared vertical que delimita la propia fosa con los que son los nichos de unos de los laterales del cementerio que la flanquean. Ello ha conllevado que, a simple vista, hayan quedado al descubierto una parte de los restos de las personas que se encuentran enterradas en las fosas, mientras que el resto queda tapada por la citada pared vertical.
“Este descubrimiento nos está indicando claramente que debemos de avanzar en dirección hacia los nichos”, señala Urra, quien añade que “hemos mantenido reuniones y conversaciones con el Ayuntamiento para ver si esto realmente va a poder avanzar, pero nos hemos encontrado que se acaba el año 2017 y no podemos seguir exhumando restos de personas represaliadas”. Y es que, según indica el representante de AMEDE, en el sector A puede haber restos de entre 14 y 16 personas, de los que en la actualidad y dada la situación, sólo se podrían exhumar dos o tres como máximo.
Félix Urra insiste en que, a día de hoy, “no podemos seguir avanzando en lo que es la extensión de la fosa puesto que no se nos ha permitido que nos acerquemos a los nichos, o lo que es lo mismo, no podemos conocer realmente cuál es la extensión de la fosa. Esto hace que, lamentablemente, los trabajos estén en la actualidad paralizados”.
Por todo ello, AMEDE entiende que está habiendo “una cierta falta de respeto” y, según Urra, debería de haber “una voluntad política clara” que dijera “si realmente estamos por esta labor, tenemos que ir a por ella. Eso es algo que no lo estamos percibiendo y tenemos la sensación de que quieren que nos conformemos con los mijititas”.
El representante de la asociación tiene claro que el proyecto en el sector A se encuentra paralizado por falta de voluntad de las administraciones implicadas, es decir, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de San Fernando. “Si hubiese habido esa voluntad, en las reuniones que hemos celebrado hubiese quedado todo claro y los decretos bien definidos detallados punto por punto”.
Y es que la situación parece harto complicada si se atiende a que el permiso que existe por parte de la Dirección General de Memoria Democrática establece que los trabajos tienen que cesar con fecha del 31 de diciembre de 2017, es decir, ya mismo. “Es lamentable y penoso con todo lo que tenemos que trabajar ahí. Después de todo el trabajo que se ha hecho, ahora que tenemos que tapar y listo…”, indica Urra.
Desde AMEDE son consciente de que si no hay una ampliación o un nuevo decreto en el que se les dé permiso para seguir trabajando en el sector A con los represaliados del 36, el proyecto se queda parado.
Félix Ulla indica que “es cierto que ahora puede llegar la administración y decirnos que tenemos otros sitios para trabajar, pero nosotros lo que nos preguntamos es porqué no terminamos con este sector, ya que lo que nosotros no podemos hacer es tener todo el patio levantado, eso es imposible de controlar. Esto es tan sencillo como ir trabajando, terminando y tapando, y así sucesivamente”.
Añade que “en cierto modo hemos seguido trabajando, en silencio y sin querer generar ningún tipo de tensión, que las cosas fluyan como deban de fluir, ya que ni mucho menos queremos crear un ambiente incómodo ya que reconocemos que dependemos de la administración para poder seguir avanzando. Ahora bien, hay que decir que las condiciones que nos está poniendo la administración son lamentables”.
“Si por aquí se acercaran los representantes de las administraciones implicadas un poco más, tomarían realmente conciencia de lo que hay en esas fosas comunes y de cómo fueron tratadas esas personas en aquella época”, dice Ulla, quien, visto lo visto, asegura que “a las alturas que estamos de este año 2017 sólo puedo decir que se da por cerrada la fosa del 36, un hecho que desde la asociación consideramos lamentable”.
Desde la asociación se ha solicitado al Ayuntamiento la realización de unas catas y unos sondeos de la zona afectada por la pared de la fosa común para que se pueda definir exactamente hasta donde alcanzan las fosas en extensión. “Sería a partir de ahí cuando el Ayuntamiento debería de ponerse a trabajar para buscar una solución, pero si a ese primer paso que nosotros pedimos el Ayuntamiento hace oídos sordos nos quedamos en que por parte de ellos no puede haber una solución en principio. No nos dan la posibilidad de saber hasta donde llegan”, indica Félix Ulla.
Insiste en que “con esas dos actuaciones que le pedimos, por ejemplo, podríamos saber a la distancia exacta a la que se queda la fosa de los nichos y, a partir de ahí, es el momento en el que el Ayuntamiento y equipo técnico se pueden poner a trabajar en buscar soluciones”.    
Otro de los puntos de conflicto que se ha generado desde que se iniciaron los trabajos en la fosa común del Cementerio isleño es el que salpica al equipo técnico. Desde la asociación se denuncia que todavía no ha percibido un solo euro por parte de la Junta de Andalucía por la labor que han venido desempeñando. “Están ahí trabajando a destajo todos los días, aguantando las inclemencias del tiempo, y saben que si tienen que realizar una ralentización que sea precisamente por dichas inclemencias, no por problemas con las administraciones implicadas. Lleva trabajando a diario desde el mes de agosto y tiene debajo del brazo unas facturas de sus obligaciones con Hacienda a las que tienen que hacer frente pero que, sin embargo, a día de hoy no han recibido un duro, ni tampoco saben cuándo van a cobrar”, indica Félix Urra.  
Desde que en el mes de agosto se iniciaran los trabajos hasta la actualidad, el número de cuerpos que han sido exhumados alcanza las diez personas, es decir, sacados de la fosa. Desde AMEDE entienden que si las actuaciones se hubiesen desarrollado con normalidad, sin interrupciones, “y con la voluntad política que es necesario que haya”, se hubiesen sumado muchos más.