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Com a fervorós catòlic que és, no sap el ministrillo que anirà a l'infern per a tota l'Eternitat? Déu ho sap tot, Federico, i ni tu ni el PP ni Aznar ni Telemadrid no el podeu enganyar!
Jo, però, com a fervorós ateu que sóc, vull que se'l jutgi i se l'engarjoli. Confesso que cada vegada tinc més dubtes sobre la intenció -prevaricadora?- del Tribunal de jutjar només subordinats: afortunadament, s'ha vist forçat a permetre el testimoni dels forenses turcs. Que si no, ni això.
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Trillo movilizó al Estado para intentar anular el caso
El PP trató de declarar ilegal la pruebaclave tras perder las elecciones de 2004
MIGUEL GONZÁLEZ - MADRID - 15/04/2009
El juicio por las falsas identificaciones de las víctimas del accidente del Yak-42, que hoy se reanuda en la Audiencia Nacional, nunca se habría celebrado si hubieran tenido éxito las maniobras del entonces ministro de Defensa, Federico Trillo. Incluso después de perder las elecciones generales de 2004, con el Gobierno Aznar en funciones, los responsables del PP movilizaron al aparato del Estado para intentar anular la prueba clave del proceso que ahora se ventila ante los tribunales: el acta que demuestra que las autoridades turcas entregaron a la delegación del Ministerio de Defensa español, encabezada por el general Vicente Navarro, 32 cadáveres identificados y 30 sin identificar. Y que Navarro se comprometió a identificar a estos últimos en España.
Un forense turco ratifica que los cadáveres del Yak viajaron sin identificar
Federico Trillo
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La catástrofe del Yak-42
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Llegan a Madrid dos forenses turcos a los que el tribunal no quiere escuchar
El acta fue publicada el 2 de marzo de 2004 por EL PAÍS y El Heraldo de Aragón. A pesar de que el Ministerio de Defensa jamás había reconocido su existencia y de que Navarro aseguró no haberse traído copia del mismo, el Gobierno difundió esa misma madrugada una nota en la que calificaba el documento de "preliminar y parcial" y acusaba a los periodistas de tergiversarlo.
Ese mismo día, el número tres de Trillo, Javier Jiménez-Ugarte, remitió una carta a las familias en la que tildaba la noticia de "campaña sensacionalista y cruel hacia el dolor de los parientes de las víctimas". Y añadía: "Sin duda, responde a los momentos electorales que vive nuestro país".
Cuando Trillo se convenció de la inutilidad de negar la evidencia, inició otra estrategia: tratar de anular legalmente el acta, para impedir que pudiera presentarse ante la Justicia española, como efectivamente sucedió.
El 24 de marzo de 2004 [y no de 2003 como consta por error en la carátula] el secretario general de Política de Defensa, Jiménez-Ugarte, remitió un Fax al embajador de España en Ankara, Manuel de la Cámara, en el que le recordaba: "Sigo pendiente de los dos temas que comenté con el cónsul en Estambul: legalidad de la entrega del acta sobre identificación de cadáveres incluida en el sumario secreto sobre la investigación del accidente y normativa nacional turca que hubiese sido violada por una entrega precipitada de cadáveres insuficientemente identificados por no haberse procedido a las pruebas de ADN".
Un informe del embajador De la Cámara, en poder de EL PAÍS, revela que, en marzo de 2004, consultó efectivamente al Ministerio de Justicia turco la legalidad de la entrega del acta, que había realizado el fiscal de Maçka, a la letrada Belkis Baysal, representante en Turquía de las familias españolas.
"El Ministerio de Justicia turco manifestó que consideraba válida la entrega en aplicación de la ley de Procedimiento Criminal de Turquía. Afirmaba que los que tienen derecho a estar presentes en el procedimiento de examen de cadáveres tienen derecho a obtener una copia de las actas", explica el informe.
La Embajada no se contentó con esa respuesta. Contrató a un despacho de abogados, Oz & Oz, (el documento no detalla el coste), según el cual "la entrega de copias de las actas a la abogada Baysal fue irregular", pues en Turquía no había ningún procedimiento penal abierto.
El asunto lo zanjó la Asesoría Jurídica del Ministerio de Defensa, que en un informe explicó que, "aunque la obtención de los documentos hubiera sido irregular [en Turquía], ello no afectaba a su validez en posibles procedimientos judiciales [en España]". Es decir, el acta no podía anularse como prueba ante los tribunales españoles, por lo que toda la maniobra puesta en marcha carecía de interés.
A la vista de este chasco, Trillo buscó otra estrategia: echarle la culpa a los forenses turcos. La Embajada en Ankara encargó otro informe al bufete Oz & Oz (de nuevo se ignora la minuta) que subrayaba el incumplimiento del Acuerdo sobre Traslado de Cadáveres, que exige un salvoconducto mortuorio. No obstante, el mismo informe advertía de que los turcos habían cedido, a petición española, la responsabilidad sobre la custodia y traslado de los cadáveres. Por tanto, la culpa no podía ser suya.
Jiménez-Ugarte viajó a Turquía el 9 de marzo y se reunió con el jefe del Instituto de Toxicología de Estambul, Keramettin Kurt, a quien intentó convencer de que los forenses turcos asumiesen la responsabilidad de las 30 identificaciones erróneas. Se negó de plano.
Dos de estos forenses -que el día del siniestro se trasladaron desde Estambul a Trabzon para dirigir las autopsias-, Bülent Sam y Omer Muslumanoglu, llegaron anoche a Madrid atendiendo a la demanda de la asociación que agrupa a la mayoría de las familias de las víctimas del siniestro. Su esperanza es que el tribunal, que preside el magistrado Javier Pérez Bermúdez, cambie de criterio y les permita finalmente declarar.
En varias entrevistas, estos forenses han revelado que se comunicaban con Navarro en inglés, que éste era plenamente consciente de que se llevaba 30 cadáveres sin identificar y que les confesó que tenía prisa porque se preparaba una ceremonia militar en Madrid.
El tribunal rechazó estos testimonios por considerarlos innecesarios y sólo admitió los de Fátima Mukaddes, que cotejó muestras de ADN en el laboratorio de Estambul; y de dos de los forenses de Trabzon, Mustafa Gündüz y Bülent Savran, quienes según sus colegas turcos tuvieron un papel menos relevante. Está previsto que los tres declaren hoy por videoconferencia.
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'Prometieron acabar de identificarlos en España'
La Audiencia Nacional admite el testimonio de dos forenses turcos, que dicen que los responsables militares “insistieron en llevarse (los cadáveres) sin identificar porque tenían que llegar al funeral”
El juez acepta la declaración de dos médicos locales, invitados por las familias, que hicieron las autopsias.- "Querían firmar el acta cuanto antes y salir para llegar al funeral", declara uno de los especialistas
ELPAÍS.com - Madrid - 15/04/2009
El presidente del tribunal que juzga las identificaciones erróneas del accidente del Yak 42, Javier Gómez Bermúdez, ha admitido la declaración de los forenses turcos Bülent Sam y Omer Muslumanoglu, que participaron en la identificación de los 62 militares fallecidos y que mantienen que las autoridades españolas se llevaron los cuerpos sabiendo que 30 de ellos no pudieron ser reconocidos. Ambos aterrizaron anoche en Madrid atendiendo a la demanda de la asociación que agrupa a la mayoría de las víctimas del siniestro. El magistrado desestimó su presencia, como solicitaba la fiscalía y las acusaciones, el pasado 31 de marzo, pero hoy ha reconsiderado su decisión. "Se pueden proponer nuevas pruebas. Las defensas no pueden declararse sorprendidas porque sabían que las acusaciones proponían a estas personas", ha explicado Gómez Bermúdez tras la nueva petición del fiscal.
Trillo movilizó al Estado para intentar anular el 'caso Yak'
Un oficial asegura que informó a Defensa de que "había 30 cuerpos por identificar"
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"Éramos un equipo de cuatro médicos forenses que dirigía yo y en todo momento estaban presentes los militares españoles", ha afirmado ante el juez Bülent Sam, el primero en comparecer. "Hubo 30 cadáveres que no pudimos identificar. Les dijimos que había que hacer el test de ADN pero los responsables españoles insistieron en llevárselos incluso sin identificar porque aseguraban que tenían que llegar al funeral. Prometieron que terminarían el trabajo de identificación en España y firmaron el acta". Bülent Sam ha confirmado que advirtieron a la delegación española de que tendrían que desplazarse familiares directos para efectuar pruebas biológicas pero respondieron que no podían esperar. Este testimonio contrasta con el que esgrimió el primer día del juicio el general Vicente Navarro, que atribuyó los errores a las autoridades turcas durante "el trasvase" de las bolsas con los cuerpos.
Presencia de traductor
En varias entrevistas, los forenses turcos han revelado que se comunicaban con el general Vicente Navarro en inglés. En su declaración ante el tribunal, Navarro aseguró que firmó sin saber el contenido del acta porque estaba escrita en turco. Pero Bülent Sam ha vuelto hoy a confirmar su versión ante el juez. "Nos comunicábamos en inglés y había traductor; se leyó el acta y no pusieron objeción; querían firmar cuanto antes y salir porque el avión estaba esperándoles". Preguntado por si el general se encontraba en condiciones cuando dirigía los trabajos, después de que el forense haya sugerido en otras ocasiones que estaba borracho, hoy se ha vuelto a ratificar: "El general Navarro olía a alcohol, eso lo vio todo el equipo".
El forense ha asegurado además que el acta fue elaborada conjuntamente con el propio Navarro y con el teniente general José Antonio Beltrán, comisionado por el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, como jefe de la delegación española. Tras la ronda de preguntas de la acusación ha llegado el turno de la defensa del general Navarro y un familiar ha sido expulsado de la sala por increpar al letrado, al que ha llamado "impresentable", cuando intentaba cuestionar las tareas de los médicos turcos. El juez Gómez Bermúdez ha interrumpido constantemente algunas de las preguntas de la defensa por considerarlas capciosas. "¿Por qué no se dio un certificado de defunción a los españoles?", ha interrogado el abogado. "Es responsabilidad de los fiscales de Turquía, habría que preguntar a un fiscal", ha respondido Bülent Sam.
"El objetivo de nuestra visita es solidarizarnos con los militares fallecidos en el accidente del Yak-42 en Turquía y prestar declaración si el juez nos invita a hacerlo", explicaron los forenses a su llegada a Madrid. "A ellos les debemos que se recuperaran los cadáveres; sólo estos señores son capaces de poner la verdad y la luz", ha asegurado esta mañana en la Cadena Ser el presidente de la asociación de familiares de víctimas, Miguel Ángel Sencianes.
Intento de anulación del acta
El presidente del tribunal había negado también la petición realizada por los familiares de las víctimas de que declararan el ex ministro Trillo y el ex presidente José María Aznar. Trillo movilizó al Estado para intentar anular la principal prueba del proceso, el acta que Turquía entregó a las autoridades españolas en el que se indicaba que había 30 cadáveres sin identificar. Defensa trató de declarar ilegal este documento y ante la imposibilidad de hacerlo, posteriormente trasladó la culpa de los errores a los forenses turcos.
Estaba previsto que hoy declararan además por videoconferencia dos de los forenses de Trabzon, Mustafa Günduz y Bület Savran, quienes según sus colegas turcos tuvieron un papel menos relevante. Pero el juez no ha aceptado la declaración, pese a que uno de ellos estaba dispuesto a hacerlo, al no contar con la autorización de Turquía.
Tras reanudarse hoy el juicio, la prueba documental se practicará los días 20, 21 y 22 de abril, y después se dictará el visto para sentencia. El fiscal Fernando Burgos pide cinco años de prisión para el general Navarro y cuatro años y medio para el comandante médico José Ramírez y el capitán médico Miguel Sáez, al acusarles de un delito continuado de falsedad en documento oficial.
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"Prometieron que terminarían las identificaciones en España"
El juez admite el testimonio de dos forenses turcos que realizaron las autopsias en la morgue a la que fueron traslados los fallecidos
Uno de los forenses ha señalado que el general les "prometió" hacer pruebas de ADN en España y que no podían esperar a los resultados
CADENA SER/ AGENCIAS 15-04-2009
El tribunal de la Audiencia Nacional que juzga las identificaciones erróneas de 30 de las 62 víctimas del accidente del Yak-42, que se produjo el 26 de mayo de 2003, ha aceptado los testimonios de los forenses turcos Bülent Sam y Ömer Müslümanoglu, que realizaron las autopsias en la morgue de Trabzon, Turquía, a la que fueron trasladados los cuerpos de los fallecidos tras el accidente y que se encuentran desde ayer en Madrid.
El juez Bermúdez admite que se escuche a los forenses turcos
VNEWS - 15-04-2009
La Audiencia Nacional ha aceptado que declaren los dos forenses turcos traídos por las familias de los militares fallecidos en el Yak-42, y cuyas comparecencias habían sido rechazadas en dos ocasiones anteriores. El tribunal que juzga las identificaciones erróneas de 30 de las 62 víctimas del accidente del Yak-42, aceptó en la sesión de hoy, la séptima de la vista oral, los testimonios de los forenses turcos Bülent Sam y Ömer Müslümanoglu, que realizaron las autopsias en la morgue de Trabzon (Turquía) y que se encuentran desde ayer en Madrid.
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Según el forense turco del Yak- 42: "Los militares españoles han mentido en el juicio"
Las familias piden al juez Bermúdez que reconsidere citar a declarar a los forenses turcos
Dos forenses turcos vienen a España con la intención de declarar en el juicio del Yak 42
El forense turco Bülent Sam, que participó en las autopsias que se realizaron a los 62 militares españoles fallecidos en el accidente del Yak-42, ha asegurado en la Audiencia Nacional que el general Vicente Navarro y su equipo "insistió en llevarse" los 30 cadáveres que se encontraban sin identificar porque "habían dicho que tenían que llegar al funeral que se iba a celebrar en España".
Sam, que está declarando como testigo en la séptima sesión del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por la identificación errónea de 30 de los 62 fallecidos, ha señalado que, al adoptar esta decisión, el general español "prometió" a las autoridades turcas que los trabajos de identificación que faltaban por hacer se llevarían a cabo "en España".
Tras este compromiso, según el relato del forense, las autoridades de la Fiscalía turca firmaron con el teniente general Beltrán y el general Navarro el acta de entrega de los cadáveres, en el que constaba explícitamente que 30 de los cuerpos no habían sido identificados.
Según explicó, los trabajos de reconocimiento se realizaron a partir de signos externos como los elementos de graduación que los militares tenían en el uniforme o los anillos y las cadenas que portaban. A su finalización, en la medianoche de 27 al 28 de mayo, "había 30 cadáveres que no pudieron ser identificados", por lo que los forenses turcos propusieron y llevaron a cabo la toma de muestras para hacer pruebas de ADN.
Sin embargo, Sam explicó que las autoridades españolas les dijeron que "no podían esperar los resultados" de estos trabajos, que se habrían dilatado en el tiempo porque precisaban del cotejo de muestras de los fallecidos con los de sus familiares. "Les dijimos que sólo de este modo se podía llevar a cabo la identificación de todos los cadáveres", señaló.
Contradice al general Navarro
El compareciente, miembro de Instituto Forense de Estambul, detalló con la ayuda de un traductor de español y turco cómo se produjeron las autopsias de los cadáveres en la morgue de Turquía a la que se trasladaron los cadáveres, en la que, según dijo, estuvieron presentes en todo momento "los militares españoles y gente del Ministerio de Defensa".
Este testimonio contrasta con el que aportó el primer día del juicio el general Navarro, que atribuyó la responsabilidad de los posibles errores a las autoridades turcas, a las que culpó de haber podido cometer "errores" en la entrega de los cuerpos porque "hubo mucho trasvase de bolsas".
El grupo que llevó a cabo las autopsias estaba formado por cuatro médicos y patólogos y actuaba bajo la dirección del propio Sam, que detalló que todas las labores se realizaron "en presencia de militares españoles". "Hemos tomado las decisiones conjuntamente", dijo. "Tenian prisa. Había que llegar al funeral de Estado que estaba programado. Insistían en llevarlo aún sin identificar. Prometieron que terminarían el trabajo de identificación en España", ha señalado
El juez Bermúdez cambia de opinión
La resolución del tribunal, que había rechazado estas declaraciones en otras dos ocasiones anteriores, se produce después de que la Embajada de Turquía en España remitiera un fax a la Audiencia Nacional en el que le advertía de la imposibilidad legal de que dos de los tres forenses cuyo testimonio sí había sido aceptado comparecieran por videoconferencia desde las oficinas comerciales de la Embajada española.
La decisión fue recibida con aplausos por parte de las familias de las víctimas, lo que les valió el reproche del presidente de la Sala, Javier Gómez Bermúdez, que les pidió que se mantuvieran en silencio. "Entiendo los sentimientos pero hay otras personas están sufriendo otra parte del proceso", les dijo.
El testimonio de los forenses también fue solicitado por la Fiscalía de la Audiencia Nacional y las acusaciones particulares que representan a las víctimas del accidente del Yak-42, aprovechando su presencia en la sede de la Audiencia Nacional.
"Mejora la prueba"
El fiscal, Fernando Burgos, justificó estos testimonios indicando que permitiría "sustituir las declaraciones de los que no se desplazan" y "cumplen la función testifical que ya había admitido el tribunal e incluso la mejora porque no son superiores o directores del equipo, sino los sujetos forenses que realizaron materialmente las operaciones".
En los mismos términos se manifestó el abogado de la Asociación de Familias Afectadas por la Catástrofe del Yak-42, Leopoldo Gay, que consideró los testimonios necesarios "para poder tener un juicio donde se pueda establecer la contradicción".
La defensa del principal acusado, el general Vicente Navarro, pidió que se rechacen las comparecencias porque el tribunal ya las desestimó en otras dos ocasiones y porque uno de los forenses señaló que su cliente "estaba en coma etílico", lo que, a su juicio, pone en cuestión su objetividad.
En relación con los tres testigos cuyo testimonio estaba previsto para hoy -los miembros de la Institución Forense de Trabzon (Turquía) Mustafá Gündüz y Bülent Sabrán, que intervinieron en las autopsias a que fueron sometidos los cadáveres de los militares españoles; y la responsable del Instituto de Toxicología de Estambul, Fátima Mukaddes, propuso que se hagan mediante una comisión rogatoria.
"Los militares españoles han mentido en el juicio"
En declaraciones en exclusiva al programa Hora 25 de la Cadena Ser,el pasado día dos de abril, el médico forense que se encargó de las labores de identificación del Yak-42, Bulent Sam, acusó a los militares españoles juzgados por este caso de mentir durante el juicio. Sam señaló que la responsabilidad de la mala identificación de los cadáveres es del ejército español porque ellos sabían que de los 62 militares muertos, 30 estaban sin identificar.
"Había un traductor y yo hablaba en inglés con el General Vicente Navarro que habla un inglés perfecto", asegura el forense turco. Ellos sabían que estaban firmando un documento en el que se detallaba que faltaban por identificar 30 cadáveres.
Según las declaraciones del forense turco, el ejército español solo realizó pruebas externas porque según el general Vicente Navarro "no había tiempo para realizar todas las autopsias porque había prisa por repatriar los cadáveres para celebrar una ceremonia militar en Madrid". Según Sam, el general Navarro les aseguró que los "no identificados serian identificados en España".
Bulent Sam confirmó a la Cadena Ser que conservan muestras de ADN "porque son las pruebas de su inocencia". El forense ha añadido que "normalmente conservamos las muestras durante cinco años y en casos especiales como este las conservamos al menos durante 10 años".
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El PP insiste en respaldar a Trillo
Audio: Entrevista en la SER a uno de los forenses
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"Insistían en llevarse los cuerpos sin identificar"
Navarro insisitió en que tenían que llevarse los cadáveres sin identificar para llegar al funeral.
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Forenses turcos culpan a España
Denuncian que el equipo de Trillo les pidió que asumieran los fallos en las identificaciones.
MIGUEL Á. MARFULL / AGENCIAS - MADRID - 15/04/2009 00:10
"Traen la verdad en sus maletas", según los familiares de las víctimas del Yak 42. Los forenses Bülent Sam y Omer Müslümanoglu, llegaron anoche a Madrid desde Estambul para apoyar a los familiares de los 62 militares fallecidos en el accidente de Turquía. "Queremos solidarizarnos con ellos y, si se nos invita a declarar, aportar nuestro testimonio", aseguraron nada más descender del avión.
Su verdad, sin embargo, no cruzará hoy las puertas de la Audiencia Nacional cuando se reanuden las declaraciones en el juicio por los errores en la identificación en el accidente del Yak 42, ocurrido el 26 de mayo de 2003. El tribunal de la Audiencia Nacional que juzga las identificaciones erróneas de 30 de las 62 víctimas del accidente del Yak-42, que se produjo el 26 de mayo de 2003, aceptó hoy los testimonios de los forenses turcos Bülent Sam y Ömer Müslümanoglu, que realizaron las autopsias en la morgue de Trabzon (Turquía) a la que fueron trasladados los cuerpos de los fallecidos tras el accidente y que se encuentran desde ayer en Madrid.
Tanto el fiscal como las acusaciones habían solicitado su declaración, pero el juez había desestimado esta posibilidad. Los familiares que recibieron anoche a los dos forenses eran pesimistas. La posibilidad real de que puedan declarar "apenas es de cero entre mil", admitía uno de ellos. La decisión fue recibida con aplausos por parte de las familias de las víctimas, lo que les valió el reproche del presidente de la Sala, Javier Gómez Bermúdez, que les pidió que se mantuvieran en silencio. "Entiendo los sentimientos pero hay otras personas están sufriendo otra parte del proceso", les dijo.
"La última esperanza"
Su testimonio, sin embargo, resulta clave para los familiares. "Son nuestra última esperanza", reconocía Granada Ripollés, hermana de un comandante fallecido en el siniestro. Estos dos funcionarios turcos trabajaron sobre el terreno en la identificación de los restos de las víctimas del Yak 42 y defienden el rigor con el que realizaron sus análisis. "No cometimos ningún error, hicimos bien nuestro trabajo", asegura Müslümanoglu.
"Entregamos 30 cadáveres sin identificar porque se los quisieron llevar así"
Este forense denunció ayer que las autoridades españolas sabían que había 30 víctimas pendientes de que se confirmara su identidad cuando fueron repatriadas. La responsabilidad, a su juicio, es únicamente de las autoridades españolas que operaban sobre el terreno del accidente. "Entregamos 30 cadáveres sin identificar porque se los quisieron llevar así. Nos dijeron que ellos asumían la responsabilidad de identificar esos cuerpos", recuerda este funcionario.
Quienes les trasladaron esa exigencia fueron las autoridades españolas, el Ministerio de Defensa dirigido por Federico Trillo y representado en el lugar del accidente por el general Navarro, que asegura que firmó el acta de recepción de los restos sin conocer su contenido porque estaba en turco, según aseguró en el juicio. Un año después, los forenses turcos conocieron la cadena de errores que ha sentado ahora a tres militares en el banquillo.
Presiones desde España
Los dos técnicos se exculpan de los errores en la identificación de las víctimas. "No fuimos nosotros, todo ocurrió después de que hiciéramos nuestro trabajo", defiende Sam. Ambos admiten, además, que recibieron presiones por parte de las autoridades españolas para cargar con la responsabilidad de los errores. "No nos dijeron que teníamos que asumir los errores a nosotros, pero sí a nuestros jefes", afirma sin aclarar quién ejerció esa presión.
"Quien hizo algo por nuestros muertos y por nosotros fueron ellos. Si alguien puede decir la verdad, son ellos", asegura Miguel Angel Sencianes, hermano de un sargento fallecido en el accidente de Turquía y presidente de la asociación que agrupa a las familias de los militares del Yak 42. "Queremos que nuestros 62 vean esa verdad y esa declaración durante el juicio", explica Sencianes.
"Quien hizo algo por nuestros muertos y por nosotros fueron ellos"
Esta palabra, verdad, fue la más empleada anoche por los familiares de las víctimas. "Han venido por sus propia iniciativa. Saben que el general Navarro está diciendo mentiras y quieren pedir al juez que les escuche. Si no accede, el juicio no va a estar completo", denunciaba anoche Ripollés.
La vista por las identificaciones erróneas del Yak-42 se reanuda hoy con los testimonios de los forenses de Trabzon Mustafá Gündüz y Bülent Sabrán, que participaron en las labores de recogida y reconocimiento de los cadáveres.
Fuentes jurídicas señalaron que previsiblemente sólo declarará Gündüz a través de una conexión por videoconferencia. La vista oral se aplazó el pasado 31 de marzo porque problemas técnicos impidieron declarar a estos testigos.
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El forense turco del Yak-42 refuta ante el juez la declaración del principal inculpado
“Prometieron que terminarían el trabajo de identificación de los cadáveres en España”
“Nos dijeron que acarreaban con la responsabilidad de los 30 cadáveres que estaban sin identificar”
Bermúdez acepta que declaren los forenses turcos que acusan a los militares inculpados de mentir
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