El periodista Antonio Maestre presenta en Granada su libro 'Franquismo S. A.' donde traza la genealogía de las grandes corporaciones empresariales que se lucraron con la Dictadura
La llegada de la democracia a España, tras la muerte de Franco, aparece en los libros de Historia como la transición de un régimen dictatorial hacia otro de libertades. Un tránsito donde aún quedan puertas que cerrar. De ello habla el libro 'Franquismo S. A.' del periodista Antonio Maestre, que ayer fue presentado en Granada. Concretamente aborda la necesidad de reparar también la memoria económica y empresarial del franquismo y que la sociedad reciba todo aquello que le «expoliaron». No sería algo inédito. En Alemania, por ejemplo, ya se llevó a cabo un proceso de resarcimiento de bienes por parte de la oligarquía que se lucró durante el nazismo. Según Maestre, ahora, tras la exhumación de los restos de Franco y con la previsible formación de un Gobierno sensible en esta materia, se están dando las condiciones propicias para ir dando pasos en esta dirección.
Pasos que aparecen descritos en 'Franquismo S. A.' y de los que este martes se habló de forma profusa en el salón de actos del Complejo Administrativo Triunfo, que se llenó en una charla donde intervinieron, además de Maestre, la médica forense y concejala Elisa Cabrerizo y Miguel Ángel del Arco, director del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada. Pero ¿cuál sería ese primer paso para la reparación? A juicio de Maestre, lo primero que habría que hacer es que se fijara en los currículos académicos una disciplina que abordara la memoria, la conciencia y la consecución de derechos. Y lo segundo empezar por la restitución de toda la riqueza que atesoraron los Franco para continuar con otros patrimonios obtenidos de manera «ilegítima» tanto durante la Guerra Civil como posteriormente en los años de la represión y la Dictadura.
Patrimonio vastísimo
Un patrimonio que, según Maestre, resulta imposible de cuantificar, pero que obviamente es vastísimo. Y refirió el caso de grandes compañías españolas que, siguiendo su trazabilidad, provienen de entes empresariales que crecieron y se hicieron grandes por su colaboracionismo y por estar al servicio del Régimen. Maestre cita a Iberdrola, Acciona, Fenosa (Naturgy) y ACS, entre otras. En el caso de Andalucía, dedica parte de 'Franquismo S. A.' a las fortunas que manaron de los lazos de sangre de los caballistas negros de la burguesía de la región.
Maestre comentó que 'Franquismo S. A.', ilustrado en portada con una fábrica humeante que emerge sobre un nicho de calaveras, «nace de la inquietud propia y de haber leído mucho sobre procesos de reparación en países como Alemania». «He recogido todo lo que se había hecho sobre el tema de forma diseminada y lo planteo a modo de reportaje de investigación periodística, poniendo el foco en las empresas que se lucraron por la corrupción, el crimen, el tráfico de influencias o las relaciones de parentesco», comenta Antonio Maestre, quien agrega que a lo largo de las 288 páginas traza su tesis y defiende que ha llegado el momento de abordar este asunto, «acometiendo los cambios legislativos que sean necesarios» para darle a sus dueños, los ciudadanos, todo lo que les usurparon. 'Franquismo S. A.' (editorial Akal) se comenzó a vender a finales de noviembre, apenas una semana después de que los restos de Franco fueran sacados del Valle de los Caídos, acabando de esta forma con uno de los grandes símbolos del Franquismo.
«En la Guerra Civil –explica Maestre– se produjo un cambio de guardia empresarial, de tal forma que los afines escalaron para hacer negocio». Esto conllevó, al mismo tiempo, un cambio productivo que alimentaba un modelo autárquico centrado en sectores como el de la construcción o el hidroeléctrico. Aunque también se benefició a otras actividades como las navieras o la banca, «que siempre gana», ironizó Maestre.
Antonio Maestre es diplomado en Documentación por la Universidad Complutense de Madrid y máster en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos. Después de varios años realizando trabajos en marketing, prensa, documentación, jardinería, hostelería y logística, se recicló como periodista, profesión que ejerce en diversos medios. Escribe de forma habitual en La Marea, una ocupación que compagina con una columna semanal en 'eldiario.es' y otra en La Sexta.
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