El programa oficial de ’50 años de libertad’ incluye la designación de una treintena de lugares de memoria, entre los que se cuenta la Residencia de Estudiantes.
No es la primera vez que ocurre. En noviembre de 2017, la Residencia también fue reconocida como lugar de memoria por el Ayuntamiento de Madrid. Sin embargo, su materialización no se llevó a cabo debido a que el gobierno que impulsó esta iniciativa perdió el control del Ayuntamiento de Madrid. En esa ocasión, se proponía reconocer al Hospital de Carabineros, ubicado en la Residencia durante la Guerra Civil, y a su director, el doctor Calandre, por su labor en el control de una epidemia de malaria.
Por ello, no quiero hacerme demasiadas ilusiones con esta nueva oportunidad. Recordemos que la figura de protección de "lugar de memoria" está recogida en la Ley de Memoria Democrática de octubre de 2022, concretamente en su artículo 51.
Según la web del programa oficial de España: "50 años de libertad", se prevé el reconocimiento de 30 lugares de memoria, los cuales serán otorgados tras un proceso de estudio a lo largo del año 2025. A la Residencia de Estudiantes le corresponde su reconocimiento en diciembre, justo al final del proceso. Espero que esta vez se destaque la verdadera función educativa que tuvo la Residencia, especialmente la labor de sus laboratorios dirigidos por grandes científicos como los doctores Calandre, Pío del Río Hortega y Negrín, entre otros. En estos laboratorios se formaron cientos de médicos y se llevó a cabo una importante labor de investigación. Todos ellos pertenecían a la generación del 14 y tenían una estrecha relación con la escuela de Ramón y Cajal.
La Residencia de Estudiantes es reconocida como lugar de memoria por su histórica labor educativa.
Durante la Guerra Civil, la Residencia se transformó en el Hospital de Carabineros, desempeñando un papel crucial en el control de una grave epidemia de malaria que afectó los frentes de Madrid. Además, bajo el mandato de la II República, se construyó un refugio antiaéreo en sus instalaciones debido a los constantes bombardeos.
No debemos permitir que se vuelva a tergiversar su historia, destacando únicamente a los poetas de la generación del 27, como Federico García Lorca, quienes simplemente fueron residentes y participaron en actividades de extensión universitaria. Su valía como poetas es indiscutible, pero no fueron los grandes protagonistas de la Residencia.
La carta del Ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que recibí en abril de 2024 en respuesta a mi solicitud, aclara que, en virtud de la Ley de Memoria Democrática, se debe proteger el patrimonio vinculado a la Guerra Civil en dicho lugar. Sin embargo, resulta difícil entender por qué el rey Felipe VI, quien es presidente del Patronato de la Fundación Residencia de Estudiantes, decidió no asistir al acto inaugural del proyecto "España: 50 años de libertad", que incluye el reconocimiento de la Residencia como lugar de memoria.
Tampoco tengo claro si esta protección incluye lo que era el antiguo Auditorio de la Residencia, que albergaba una biblioteca, un claustro y una sala de conferencias. Desde 1944, esta última se transformó en la Iglesia del Espíritu Santo del Opus Dei.
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