Hace diez años que a Dirección General de Patrimonio Cultural del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón puso en funcionamiento del Programa Amarga Memoria con este programa que aunaba el agrupar todas las iniciativas tanto institucionales como promovidas por colectivos sociales o otras entidades que tuviesen la finalidad de recopilar el conocimiento de lo que pasó y que constituye una de las partes de nuestra historia contemporánea y a, a la vez, más trágica y convulsa: la etapa temporal que viaja desde la proclamación de la II República hasta la “muerte” de la dictadura y la recuperación de la democracia…esto incluye, por eso incluíamos lo de trágico, la funesta Guerra Civil y la férrea Dictadura Franquista.
El programa Amarga Memoria abarca una serie de actividades que van de las exposiciones a las publicaciones, pasando por jornadas, congresos, investigaciones, homenajes, ubicación de “Lugares de la Memoria”, el conseguir un servicio de documentación cada vez más nutrido, dotación de becas y subvenciones, incentivar la investigación…Como bien se declaraba en su momento: “…se ha pretendido contribuir a la revalorización, (que no recuperación, pues nunca la perdieron) de la dignidad de quienes defendieron y lucharon por la libertad y la democracia; fomentando así la apreciación de los valores democráticos en la actualidad. Para ello, Amarga Memoria ha agrupado toda una serie de iniciativas, tanto del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón, como de otras instituciones o asociaciones tendentes a recopilar el conocimiento de dicha etapa de nuestra historia contemporánea. El programa ha desarrollado su trabajo basándose en varias líneas de actuación centradas en cuatro aspectos que han sido considerados como fundamentales para recuperar del olvido la etapa histórica referida: la recuperación de nuestro patrimonio material e inmaterial…”.
Herminio Lafoz, la persona que bautizó este programa con el nombre de Amarga Memoria, nos realiza un comentario y una reflexión sobre Amarga memoria:
“La idea del programa "Amarga Memoria" surge en el año 2004, cuando yo era jefe de servicio en el Departamento de Cultura de la DGA. Que recuerde, hay dos impulsos: el primero, el trabajo de Víctor Pardo para la comarca de Monegros, un riguroso trabajo oral y documental, que más tarde derivaría en la idea del Centro de Interpretación de Robres; por otro, la petición del alcalde de Sarriónque quería hacer un centro de interpretación en los antiguos depósitos del agua de las trincheras situadas en el monte del término municipal. Visité las trincheras un par de veces. Por otra parte estaba Belchite, siempre con un proyecto inacabado. Y las fosas, los primeros trabajos de exhumación. Con todos estos elementos se diseñó un modesto programa de recuperación memorialística por un lado y de elementos materiales [la idea de una línea de fortificaciones y elementos que, siguiendo el antiguo frente de la guerra recorría Aragón de norte a sur, y que podía hacerse visitable, ponerse en valor]. Así, se apoyó la edición de un libro sobre fortificaciones del Pirineo. Todos estos impulsos acabaron conformando un programa que se llamó "Amarga Memoria" y que presenté al director general de entonces, Jaime Vicente Redón para que fuese analizado en la reunión que mantuvieron los altos cargos del Departamento en los primeros días de 2005.
¿Por qué el nombre de "Amarga Memoria"? No sé. Es evidente que se trataba de la memoria de los vencidos (ese era el punto de vista que yo quería adoptar), y como tales, el recuerdo, siempre comportaba un elemento desagradable, amargo. Nos oy muy bueno poniendo nombres, y recuerdo incluso que éste al principio no me gustaba demasiado, pero de alguna manera se tenía que llamar y así se quedó.
Respecto a cómo se puso en marcha, no sé. A mí me despidieron a principios de 2005, recién aprobada la idea [como estábamos a mitad de curso, para no tener que desembarcar abruptamente en el Instituto, la Consejera me nombró director del Museo de la Escuela que se estaba negociando en Huesca y al que creo que contribuí también con entusiasmo. Pero era ya un nombramiento aúlico. Cuando acabó el curso dimití definitivamente y me volví a mi empleo habitual]. A partir de entonces yo vi el programa desde fuera. Sé que se tomaron los elementos principales de mi diseño, incluido el equipo de documentalistas que trabajaron en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, dirigidos por Pilar Gay, pero desconozco los detalles.
Yo tenía una idea, la he tenido mientras he estado en la administración regional, de que las cosas hay que institucionalizarlas para que no se pierdan. En "Amarga Memoria" debían hacerse confluir todos los elementos sueltos que pudieran servir al objetivo de recuperar la memoria, y la historia, del Aragón vencido. Por eso el empeño de montar los centros de interpretación (el de Robres, el de Sarrión, etc.), de recabar el trabajo documental en archivos públicos y privados, de impulsar institucionalmente la exhumación de fosas que tantas dificultades tenía para las familias o las asociaciones. Pero todo esto ya lo "viví" desde la Fundación Bernardo Aladrén, de la quera patrono desde sus comienzos, a principios de los 2.000.
Por lo demás, creo que se trabajó bien en lo que se fue haciendo posteriormente, sobre todo en las publicaciones que, evidentemente, conllevaban investigaciones.
Lo que siento que no se haya llevado a cabo, obviamente, es la misma continuación del programa. Pero antes, de alguna manera aquella idea de conjunto, que debía implicar a mucha gente que he tratado de describir más arriba.
Asistí a la presentación de lo que el último proyecto de "Amarga Memoria", que presentó brillantemente Julián Casanova, y que finalmente ha dado lugar al libro Pagar las culpas, que se ha editado fuera ya del programa. Mi impresión es que el gobierno socialista apagó el programa antes de que lo hicieran los siguientes inquilinos del Pignatelli que, desde luego, no han querido saber nada de todo esto. Siempre me he preguntado (y tengo la respuesta), aparte del equipo de trabajo, ¿alguien del gobierno socialista se creía lo de "Amarga Memoria? Es significativo que el programa se llevase desde la Dirección General de Patrimonio, junto con las excavaciones, los archivos, etc., lo que limitaba el alcance presupuestario y de objetivos más generales. Nunca fue considerado como un programa de justicia y reparación, como se presentaba en otras regiones como Andalucía donde era un programa conjunto universidad y Junta (Todos los Nombres, que todavía funciona, se llevaba desde la Consejería de Justicia)”.
José Ramón Villanueva fue el coordinador en los primeros pasos de este Programa que tiene mucho que ver con la Memoria Histórica. Conversamos con él.
- José Ramón, ¿cómo fueron los primeros pasos de Amarga Memoria?
JRV: En primer lugar, hay que señalar que el Programa Amarga Memoria surgió en respuesta a un acuerdo de las Cortes de Aragón del año 2004 promovido por Chunta Aragonesista mediante el cual se instaba al Gobierno de Aragón a promover iniciativas, tanto institucionales como promovidas por otras entidades y colectivos sociales, tendentes a recopilar el conocimiento de una de las etapas más importantes de nuestra historia contemporánea cual es la comprendida entre la II República y la recuperación de las libertades democráticas, incluyendo, por tanto, el trágico período de la Guerra Civil y la posterior dictadura franquista.
En consecuencia, a partir de este mandato parlamentario, el Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón y en concreto la Dirección General de Patrimonio Cultural, a cuyo frente estaba Jaime Vicente Redón, dio los primeros pasos en este sentido con voluntad política y presupuestaria y fue Herminio Lafoz, como Jefe de Servicio de investigación y Difusión del Patrimonio Cultural quien le puso a este proyecto el acertado nombre de “Amarga Memoria”.
Fue a partir del año 2006, declarado por el Congreso y el Senado de España como “Año de la Memoria Histórica” cuando el Proyecto Amarga Memoria recibió un importante impulso, alcanzando con ello mayor entidad y solidez: se contó con cada vez más recursos presupuestarios y la labor iniciada por Herminio Lafoz fue continuada por Carmen Aguarod Otal, la cual le reemplazó en la citada Jefatura de Servicio.
Más adelante, cuando yo me incorporé a otro puesto de trabajo en octubre de 2008, fueron contratada Ana Oliva para trabajar como coordinadora del Programa Amarga Memoria y, más tarde, también se incorporó Elisa Plana: ambas realizaron una excelente e intensa labor hasta que el cambio del Gobierno producido por la llegada al Gobierno de Aragón del Partido Popular bajo la presidencia de Luisa Fernanda Rudi suprimió el Programa Amarga Memoria en el año 2011.
Por lo que se refiere a mi participación, fue modesta y discreta: como funcionario, se me incorporó a trabajar en un proyecto memorialista con el cual me identificaba plenamente y en el que colaboré con ilusión aunque debo de decir que, durante aquel período, fui uno más en un equipo en el cual todos los que participamos nos involucramos plenamente teniendo muy presente que estábamos desarrollando un trabajo de justicia reparadora, especialmente para con los olvidados, con los vencidos del enfrentamiento cainita de 1936-1939 y sus dramáticas consecuencias. Debo decir igualmente que, como tal, no existió el cargo de coordinador y, por lo tanto, como tengo dicho, era uno más trabajando en un proyecto ilusionante tanto desde el punto de vista profesional como desde una perspectiva personal.
- ¿Qué caminos empezasteis a abrir?
JRV: Como decía antes, fue sobre todo a partir de 2006 cuando se fueron articulando unas líneas específicas de trabajo centradas en cuatro aspectos considerados como fundamentales:
1.- el fomento de la investigación multidisciplinar de dicho período histórico (1931-1978).
2.- la recuperación del patrimonio material (restos de arquitectura militar) e inmaterial (testimonios orales de protagonistas y de testigos), especialmente en lo referente a los años de la Guerra Civil y la inmediata posguerra relacionada con la actividad guerrillera antifranquista.
3.- difusión de los temas relacionados con la memoria histórica aragonesa.
4.- inclusión de la temática relacionada con la II República, Guerra civil y dictadura franquista en el diseño curricular aragonés, dando mayor presencia y contenido a los mismos en los libros de texto, materiales didácticos y actividades docentes en el ámbito educativo de la Comunidad Autónoma de Aragón.
-¿Crees más que necesario dado cómo se trató aquí la historia contemporánea y todo lo que ha rodeado la II República, la Guerra Civil, la posguerra, la dictadura y sus largos años, la Transición y demás que un Programa de estas características era más que necesario?
JRV: No sólo era necesario, sino imprescindible, era una forma de compromiso institucional con la digna recuperación de nuestro pasado histórico, eran un deber de trabajar por la verdad, la justicia y la reparación de tantos olvidos y tantas injusticias. Tengamos presente que, en el año 2007, el Proyecto Amarga Memoria contó con una considerable dotación presupuestaria, ejemplo evidente de este compromiso institucional a que nos instaba el mandato de las Cortes de Aragón y que se desglosaría de este modo:
Créditos del Gobierno de Aragón para la adecuación de enclaves militares de la Guerra Civil: 440.000 euros.
Promoción y difusión del Programa Amarga Memoria: 300.000 euros.
Apoyo a iniciativas de entidades locales (municipios y comarcas): 100.000 euros.
Apoyo a iniciativas de asociaciones y particulares: 100.000 euros.
Becas de investigación: 60.000 euros repartidos en 5 becas de 12.000 euros cada una.
Quedaba así patente que la voluntad política era avalada por una adecuada dotación presupuestaria. Ello permitió que, durante aquel período se trabajase en diversas líneas de actuación:
1.- Lugares de la Memoria, tanto escenarios de la guerra (Belchite y posición Orwell, entre otros) y la posguerra como en la localización de diversas fosas comunes.
2.- Investigación en Archivos, especialmente destacable fue el convenio firmado para la identificación e investigación de la documentación aragonesa conservada en el Archivo General de la Guerra Civil de Salamanca o la digitalización del archivo sonoro conservado en el I.E.S. “Martínez Vargas de Barbastro de testimonios de la guerra civil en Aragón.
3.- Trabajos de difusión mediante la edición de diversas publicaciones impresas, audiovisuales y digitales.
4.- Realización de exposiciones temáticas, entre ellas, las tituladas “La reconstrucción de Teruel: 1939-1957” , “La Guerra Civil en Aragón. 70 años después” o “La Brigada Lincoln en Aragón”.
5.- Celebración de congresos temáticos, como el celebrado en Leciñena en octubre de 2006 sobre La Guerra Civil en Aragón.
6.- Amarga Memoria en el ámbito educativo aragonés, tarea realizada bajo la coordinación del profesor Juan Carlos Ferré y en la que se trabajó en incrementar los contenidos temáticos sobre el ámbito histórico que comprendía el Programa, además de la formación específica del profesorado, la elaboración de diversos materiales didácticos, el diseño de actividades museográficas interactivas.
7.- Subvenciones a entidades y asociaciones, entre ellas, el Museo de “La Bolsa de Bielsa”, la Asociación “Pozos de Caudé o el proyecto museológico “Memoria de la Batalla del Ebro en Fayón”.
Como vemos, considero honestamente que, en los inicios del Programa Amarga Memoria, se trató con voluntad política, ilusión y con los recursos necesarios el compromiso institucional asumido a partir del año 2004.
Y no sólo desde las instituciones, en este caso concreto desde el Gobierno de Aragón, también fue un compromiso ético que asumimos plenamente todas las personas que participantes en el Programa Amarga Memoria, no sólo en nuestra condición funcionarios, sino también como ciudadanos que pretendemos vivir u trabajar en una democracia avanzada y, consecuentemente, la recuperación de la memoria democrática resulta esencial.
- En perspectiva, ¿cómo ves tú paso y tu estancia en el Programa Amarga Memoria?
JRV: Como ya comenté antes, fue un período, desde el punto de vista personal y profesional muy gratificante. También he señalada que mi participación fue modesta en estos inicios puesto que cuando el Programa alcanzó su mayor desarrollo fue a partir de 2008 bajo la coordinación de Ana Oliva y el trabajo de Elisa Plana, contratadas ambas para trabajar en todas las líneas de actuación señaladas anteriormente. Si de algo me siento particularmente orgulloso es de la puesta en marcha de una idea que propuse Jaime Vicente Redón, el entonces Director General de Patrimonio Cultural y máximo responsable del Programa Amarga Memoria. Se trataba de “La Rutas de la Memoria”, un proyecto educativo transfronterizo en el que se implicaron desde el primer momento Institutos de Educación Secundaria de Aragón y diversos Liceos franceses de la región hermana y fronteriza del Béarn. De este modo, Las Rutas de la Memoria pretendían dar a conocer, mediante visitas in situ, a los estudiantes aragoneses las consecuencias de la Guerra Civil tras el fin de la misma en territorio francés, esto es, el exilio y la deportación republicana así como el papel destacado que tuvieron los guerrilleros republicanos en la lucha antifascista en territorio galo. Por otra parte, y en justa correspondencia, a los estudiantes franceses que venían a Aragón con sus respectivos colegios y liceos, se les llevaba a visitar lugares emblemáticos de la Guerra Civil como era el caso del pueblo viejo de Belchite o las fortificaciones de Los Monegros, como era el caso de la “Posición Orwell”. Además de lo dicho, Las Rutas de la Memoria propiciaron encuentros y coloquios entre estudiantes y profesores de ambos países. Me cabe la satisfacción de que este proyecto educativo de Las Rutas de la Memoria, sigue desarrollándose en la actualidad gracias al impulso de diversos centros educativos y profesores de ambos lados de la frontera a pesar de que, en el caso aragonés, dejó de ser financiado desde la llegada de la derecha conservadora al Gobierno de Aragón.
- ¿Cómo has visto y sentido su enmudecimiento?
JRV: La desaparición del Programa Amarga Memoria la sentí, tanto desde el punto de vista de funcionario como desde el de simple ciudadano, con tristeza e indignación a un tiempo, como un auténtico retroceso en materia de recuperación de la memoria histórica democrática, una memoria tan incómoda para muchos sectores de la derecha que, ahora, en el poder, suprimió por motivos políticos y no sólo presupuestarios. Lamentables fueron las declaraciones de Luisa Fernanda Rudi cuando, ya como nueva Presidenta del Gobierno de Aragón, declaró que “a partir de ahora, las únicas zanjas que se abrirán en Aragón serán las de obras públicas”, igual de lamentables que las de Dolores Serrat, la nueva consejera de Educación, Universidad, Cultura y Deporte, la cual llegó a calificar al Programa “Amarga Memoria” de “superfluo”. Ante semejante desprecio a nuestra historia, y en especial a la memoria de las víctimas de esa nuestra trágica historia, escribí un artículo titulado “Un oprobio a la memoria”, que se publicó el día 29 de diciembre de 2011en El Periódico de Aragón y el 9 de enero de 2012 en el Diario de Teruel.
- ¿Cómo fue la colaboración con los investigadores y demás?
JRV: Como ya he comentado anteriormente, en esos primeros inicios, hubo un excelente ambiente de trabajo, entre todos los que aportamos nuestro trabajo e ilusión a este proyecto, desde investigadores militares del prestigio de Fernando Martínez de Baños, arqueólogos, asociaciones memorialistas y todos los funcionarios adscritos al mismo entre los cuales tuve el honor de colaborar.
Les adjuntamos un artículo que publicó José Ramón Villanueva a raíz de la “desaparición” del programa Amarga Memoria y que creemos que puede ser de su interés:
UN OPROBIO A LA MEMORIA
José Ramón Villanueva Herrero
(Publicado en El Periódico de Aragón, 29 diciembre 2011 y Diario de Teruel, 9 enero 2012)
No por esperado, ha causado menos malestar la decisión del Gobierno de Aragón, anunciada el pasado 15 de diciembre por la consejera Dolores Serrat, de suprimir el Programa Amarga Memoria calificándolo de “superfluo”. La coartada perfecta para tomar esta medida ha sido la necesidad de realizar ajustes presupuestarios, pero la realidad es que el PP, ahora en el Gobierno, nunca ha tenido la voluntad política de acometer el deber moral y cívico que nuestra democracia adeuda, todavía, para con las víctimas del franquismo, una cuestión de salud democrática que debería medirse por otros parámetros distintos a los meramente economicistas.
La derecha española, también en Aragón, siempre se ha mostrado reacia a romper, de verdad y de forma definitiva, las amarras emocionales e ideológicas con la herencia del franquismo, a diferencia de lo hecho por otras derechas europeas, como las de Alemania, Italia o Francia, que apoyaron las políticas públicas de la memoria histórica antifascista y del impulso de la educación cívica en los valores democráticos.
Debemos recordar la Proposición no de ley 127/06 relativa al impulso de medidas para la recuperación de la memoria histórica del Programa Amarga Memoria, presentada en las Cortes de Aragón por Chunta Aragonesista. En los debates de la misma, el año 2006, el PP ya dejó clara su posición. Una lectura atenta del Boletín Oficial de las Cortes de Aragón recoge determinadas afirmaciones de Antonio Suárez, entonces diputado portavoz del PP, sobre la referida Proposición no de ley a la que calificaba de “sectaria” y “fundamentalista”, “un camino equivocado”, que sólo pretendía “la confrontación social”.
A nivel nacional, en pleno debate parlamentario sobre la futura Ley 52/2007 de la Memoria Histórica (LMH) impulsada por el Gobierno de Zapatero, ya advirtió Rajoy de que la derogaría en caso de ganar las elecciones del 2008 y es previsible que, a nivel nacional, como ocurre en Aragón, las políticas del PP pongan fin a la legislación memorialista que, pese a todas sus deficiencias y limitaciones, había abierto, por vez primera, el camino para la plena reparación moral, y tal vez jurídica, de las víctimas de la dictadura franquista. En este sentido es de justicia destacar que el Programa Amarga Memoria del Gobierno de Aragón, bajo el impulso de Jaime Vicente Redón, ha realizado durante estos últimos años una labor encomiable gracias al trabajo realizado por Ana Oliva o Elisa Plana, junto con el apoyo entusiasta de Juan Carlos Gil y demás funcionarios de la Dirección General de Patrimonio Cultural. De este modo, se editaron numerosas publicaciones, se realizaron diversas actividades culturales, jornadas y exposiciones, también en el ámbito educativo (visitas al Campo de Mauthausen o el proyecto de cooperación transfronteriza “Las Rutas de la Memoria”), se elaboró un mapa de fosas en Aragón (519 localizadas, uno de los más completos y sistemáticos de España), además de efectuar diversas exhumaciones con las oportunos criterios arqueológicos y antropológicos.
A fecha de hoy, y mientras siga en vigor la Ley 52/2007, corresponde a los poderes públicos, esto es, al Gobierno de Rajoy en Madrid o al de Rudi en Aragón, amparar y realizar actuaciones concretas en el ámbito de las políticas públicas de la memoria histórica. De hecho, la referida ley insta a la colaboración de las Administraciones públicas con los particulares para la localización e identificación de las victimas“como última prueba de respeto hacia ellos”, tal y como se indica en su artículo 11, así como a la adopción de medidas concretas para lograrlo (arts. 12, 13 y 14). De igual modo, la LMH indica expresamente que “es deber del legislador, y cometido de la ley, reparar a las víctimas, consagrar y proteger, con el máximo rigor normativo, el derecho a la memoria personal y familiar como expresión de plena ciudadanía democrática, fomentar los valores constitucionales y promover el conocimiento y la reflexión sobre nuestro pasado, para evitar que se repitan situaciones de intolerancia y violación de derechos humanos”. Y todo ello, no ha sido, no es, y nunca será algo “superfluo”.
Una de las razones esgrimidas por el PP para enterrar, y nunca mejor dicho, el Programa Amarga Memoria es la de que había que recuperar “el espíritu de la Transición”. Pero quienes esto dicen, olvidan los “peajes” que entonces hubo que pagar para consolidar la democracia española, entre ellos, el aprobar la Ley 46/1977 de Amnistía, una ley de “punto final” para con los crímenes del franquismo, el renunciar al restablecimiento de la legalidad republicana o el posponer las justas demandas de las víctimas de la guerra civil y de la dictadura franquista. Hoy, después de tres décadas de democracia constitucional, estas demandas de justicia, verdad y reparación que empezaron a abrirse paso, con problemas y dificultades en estos últimos años, no pueden quedar sepultadas por la previsible involución auspiciada por las políticas conservadoras del PP. Calificar estas cuestiones como “superfluas” es, cuando menos, una frivolidad carente de la más mínima sensibilidad cívica puesto que, como señala la LMH, “se trata de peticiones legítimas y justas, que nuestra democracia, apelando de nuevo a su espíritu fundacional de concordia, y el marco de la Constitución, no puede dejar de atender”.
Los familiares de víctimas del franquismo, han llorado durante largos años por sus familiares asesinados, muchos de ellos arrojados a cunetas donde yacen, todavía, para escarnio de nuestra democracia. Hoy vuelven a llorar por el desinterés de la derecha gobernante en España y también en Aragón por las cuestiones relacionadas con la memoria histórica y, mientras tanto, la herida, esa herida, esa historia sangrante, seguirá sin cerrarse. Nuevas lágrimas recorrerán sus rostros, azotados por tanta incomprensión, sintiendo en su interior el sufrimiento porque la democracia española y las instituciones que la representan, quieren volver a negarles la ayuda para encontrar los restos de sus seres queridos y enterrarlos dignamente. Y mientras tanto, algunos familiares de las víctimas, acabarán sus días sin haber cumplido este anhelo, porque determinados gobernantes consideran que se trata de algo “superfluo”.
A José Ramón Villanueva le siguió en el cargo de coordinadora del Programa Amarga Memoria, Ana Oliva... Con ella, también conversamos…
-Ana, ¿cómo fue, cómo recuerdas, tu paso como coordinadora por el Programa Amarga Memoria?
-Mi paso por Amarga Memoria lo recuerdo muy intenso. Unos años de muchísimo trabajo, de ilusión, de aprendizaje constante, pero también de mucha frustración por lo que se pudo hacer y no se hizo. Los compañeros de Amarga Memoria sentíamos el paso del tiempo como la espada de Damocles sobre nuestras cabezas. Era obvio que el programa tenía fecha de caducidad.
-¿Qué aprendiste y que te enseñó esta experiencia?
-La experiencia me enseñó que con trabajo y voluntad todo es posible. Si se cojea… difícil. Me confirmó que hay algunas personas en las que se puede creer, y hay otras de las que mejor no creerse ni la hora, si te la dan, por si acaso. Me confirmó también que es mejor creer en ilusiones que tragarse algunas “verdades”; que Sí existen causas justas, y que la utopía, como dice Galeano, sirve para caminar; y que no todo lo que nos hacen creer que son utopías lo son. Algunas utopías pueden ser realidades. Me enseñó también que el negocio en este mercado ya está hecho. Y que la jerarquía aleja mucho la realidad de las cosas en ciertas necesidades sociales, como por ejemplo en el caso de la Memoria Histórica, donde además de sentido de justicia es fundamental adquirir cierto grado de sensibilidad que exclusivamente te da la cercanía. La jerarquía aleja, sí, y por supuesto la ideología. Estoy segura de que si aquel diputado del PP al que le escuché decir que “hablar de huesos por la mañana era de mal gusto”, hubiera participado en algún proceso de exhumación, jamás habría pronunciado esas asquerosas palabras con un tono, además, jocoso e hiriente. Porque habría entendido que ese mal gusto al que se refería seguía en el paladar de los familiares de los desaparecidos y las víctimas de la represión franquista, haciendo amarga su vida, heredando el acto de represión y conviviendo con él en plena democracia. Y si aún después de esta experiencia hubiera pronunciado estas palabras, se le podría definir de desalmado, independientemente de su ideología.
-Cuando llegaste el programa ya estaba en marcha porque el primer coordinador fue José Ramón Villanueva. ¿Cómo fue u “puesta al día” y qué líneas de trabajo fuisteis abriendo o en continuidad?
-Efectivamente fue José Ramón Villanueva quien me pasó el testigo de lo que empezaba a ser un programa con un espectro de actuación más amplio. Estaba abierta una línea de difusión y apoyo a la publicación de temas relacionados con la memoria histórica, actividades en centros educativos… pero estaba claro que era necesario implementar unas líneas de actuación que abordaran o cubrieran las necesidades que demandaban, y siguen demandando hoy, asociaciones, colectivos, particulares… El apoyo a la investigación y a actuaciones que fomentaran la difusión del conocimiento del periodo histórico comprendido entre la II República y la Transición mediante una línea de subvenciones y becas; la puesta en marcha de un protocolo de Actuación de Exhumación de víctimas de la guerra civil y el franquismo ( que tanta controversia generó en su momento, pero cuyo objetivo único era garantizar la correcta identificación de los restos para entregárselos a sus familiares); la creación de un mapa de fosas exhaustivo; la localización de vestigios de la guerra civil y la posguerra y la recuperación y consolidación de algunas posiciones para ser visitadas e interpretadas sobre el terreno; una línea editorial concreta; organización de jornadas; atención y asesoramiento a familiares de víctimas que acudían al Amarga Memoria con diferentes necesidades… como ves mucho trabajo en muy poco tiempo. Contábamos con recursos limitados pero aún así se hizo mucho trabajo, desde un programa de memoria histórica que estaba integrado en la Dirección de Patrimonio Cultural del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Aragón. ¿Que este programa debería haber tenido otros hermanos en otras direcciones de otros departamentos del Gobierno de Aragón, como el de Justicia, por ejemplo, que desarrollaran otras líneas de actuación? En mi opinión, evidentemente SI. El Gobierno de Aragón, y el Gobierno de España siempre han podido hacer mucho más. Las carencias en esta materia nos sacan los colores. Sin embargo creo que la labor que se hizo desde la Dirección en la que estaba ubicado el programa excedía muchos casos a sus competencias. En este caso voluntad no faltaba.
-¿Crees más que necesario dado como se trató aquí la historia contemporánea y todo lo que ha rodeado la II República, la Guerra Civil, la posguerra, la dictadura y sus largos años, la transición y demás que un programa de estas características era más que necesario?
-Necesario un programa como Amarga Memoria? Por supuesto, pero no sólo quedarse ahí. Mucho más, se trata de proteger los derechos de las víctimas del franquismo, como exige la ONU a los poderes estatales, se trata de la responsabilidad de la Administración en esta materia, y no sólo de dejar hacer o apoyar las iniciativas sociales o particulares, se trata de políticas públicas que regulen esos derechos, no sólo de memorias públicas. Ni siquiera se trata ya del perdón. Como dice Ricard Vinyes el daño causado por la dictadura es irreparable. Sólo puede ser explicado, reconocido y asumido, y garantizar a los ciudadanos la posibilidad de reconocer el patrimonio democrático en el que han participado. Se trata de responsabilidad, de sentido común y de justicia en un país democrático. Y de mucha más participación política, es su responsabilidad.
-En perspectiva: ¿cómo ves tú paso y tu estancia en el Programa Amarga Memoria? -¿Cómo has visto y sentido su enmudecimiento?
-Su enmudecimiento era como te decía antes, crónica de una muerte anunciada. Vamos, a nadie le ha sorprendido. Lo sorprendente sería que se pusiera en marcha de nuevo. Eso sí sería una sorpresa, lamentablemente.
-Ana, se mete demasiado la política y los políticos en estos temas…?
- ¿Que si los políticos o política se meten demasiado en estos temas? Demasiado poco, diría yo. Estoy harta de ver que muchísimas responsabilidades políticas las asumen los propios ciudadanos a través de movimientos solidarios ante la falta de iniciativa de estos políticos, elegidos con nuestro voto en base a un programa que nos han vendido. Que sí, que la solidaridad está muy bien, pero creo que sería mejor gastar energías exigiendo más trabajo a los políticos, que gastarlas haciendo el trabajo nosotros. En temas de memoria me parece que excepto para la foto o para el insulto, se han implicado más bien poco. Siempre hay excepciones, por supuesto! El que está fuera lo sabe.
-Como coordinadora del Programa Amarga Memoria has conocido a mucha gente y habrás hablado con otros muchos…por ejemplo: los investigadores, escritores, divulgadores….¿cómo fue la experiencia?
-Desde el punto de vista personal sin duda la oportunidad que me ha dado el programa de conocer a tanta gente es lo mejor que me he llevado. Si especificara no acabaría. He aprendido tanto de todos que en ese sentido todo sacrificio ha merecido la pena. He encontrado calidad humana, y mucha. He encontrado a grandes profesionales, responsables, lo mejor de lo mejor. Desde los mismos compañeros de oficina, el director de patrimonio del momento, Jaime Vicente, investigadores, escritores, profesores, periodistas, arqueólogos, forenses, profesores, artistas, fotógrafos, miembros de asociaciones, particulares con los que hemos podido compartir muchísimas emociones, víctimas de los campos de concentración alemanes, víctimas de la represión franquista, miembros de agrupaciones guerrilleras contra el franquismo…. Por no dejarme a nadie no quiero mencionar a uno por uno, pero de cada uno de ellos, bien por su reconocimiento profesional a nivel internacional, por su trayectoria vital, por su sensibilidad, por su sacrificio, por su conocimiento, por su apoyo, por su capacidad de trabajo… de todos he aprendido mucho. Con todos he compartido momentos muy importantes para mí, trabajando juntos, hablando, escuchando, observando. Te podría hablar de personas, o de momentos. Visitar uno de los campamentos de la AGLA con José Manuel Montorio “Chaval”, acompañar a José Alcubierre al campo de concentración de Mauthausen y observar como toca emocionado con su mano la piedra de los muros del campo donde vivió un infierno, y cómo coloca la placa en Gusen, donde fue asesinado su padre; compartir un café con Esperanza Martínez y Manolo y sentir en su casa su hospitalidad y generosidad; observar a Ramin Jahanbeglootomarse un cortado en el bar de Villarquemado rodeado de paisanos jugando al dominó; disfrutar del discurso relajado de Reyes Mate, de la vehemencia de las exposiciones de Francisco Etxeberría o de la lógica aplastante de Jiménez Villarejo; son sólo algunos de los ejemplos que me vienen ahora mismo a la cabeza. Pero son tantos momentos y tantas personas que sólo puedo sentirme afortunada por lo aprendido. De los indeseables también se aprende, pero esos no merecen mayor mención.
-Un programa como este tiene su peso, y muy importante, en lo referente a cómo os tratan los medios, la prensa y demás… ¿cómo lo recuerdas?
-En lo referente a la prensa… que te puedo decir. Supongo que no era algo que me preocupara mucho, porque no recuerdo gran cosa. Apariciones puntuales de las actividades que desarrollábamos, agenda con presentación de las publicaciones, más o menos bombo dependiendo de las personalidades políticas que acudían (no dependiendo de la calidad de los intervinientes en algunos casos). En fin, nada destacable que nombrar, más de lo mismo. Como para cubrir expediente. Nada más. A nivel nacional si te puedo decir que muchas veces omitieron el trabajo del Gobierno de Aragón, o lo supeditaron a otras comunidades cuando en algunos casos el trabajo no era sólo igual, sino mejor. Pero vamos, lo esperable, sin sorpresas.
Otra persona importante en todo el entramado de Amarga memoria fue Jaime VicenteRedón, director general de Patrimonio de la DGA. Con él, también, mantuvimos una conversación.
-Jaime, ¿cómo recuerdas, ahora en perspectiva, el Programa Amarga Memoria?; ¿Cómo fueron sus primeras andanzas?
-El programa surge como respuesta a una demanda de la sociedad española, y también aragonesa. Yo creo que era creciente el sentimiento de la necesidad de recuperar la memoria, de tratar con objetividad los acontecimientos que se produjeron en España durante la Segunda República, la Guerra Civil y la Dictadura franquista, objetividad que debía ir acompañada también del reconocimiento a las personas, los partidos políticos, los sindicatos y las asociaciones que a lo largo de un periodo tan duro, mantuvieron su lucha y su apuesta por la implantación de un sistema democrático en España.
Desde el primer momento de desarrollo del programa, tuvimos claro que lo fundamental era apoyar las iniciativas que ya se estaban llevando a cabo en Aragón, sin cercenar en ningún momento la vitalidad de las asociaciones y los colectivos que llevaban ya tiempo reflexionando sobre nuestra historia reciente y reivindicando el reconocimiento del sacrificio de muchas personas en su apuesta por la libertad democrática. Nuestro papel tenía que ser, desde mi punto de vista, simplemente de apoyo a esas iniciativas, asumiendo la diversidad de planteamientos y la multiplicidad de acciones, desde jornadas de estudio, congresos, exposiciones, edición de libros, etc., hasta la celebración de actos de reconocimiento, homenaje a los republicanos, a los exiliados, a los deportados en los campos de concentración, o la recuperación de lugares de memoria vinculados a estos hechos.
No se desarrollaron todas estas líneas a la vez, sino que se fueron incorporando a lo largo de los 8 años que duró el programa.
- ¿Cómo fue tu relación, me refiero a la más directa, con las diferentes líneas de trabajo del Programa Amarga Memoria?
-Mi relación, y la de los responsables del Departamento (Consejeras, viceconsejero y otros directores generales), fue muy directa. Participamos en gran número de actos, mantuvimos una intensa relación con los colectivos de exiliados, con las asociaciones de recuperación de la memoria, y sobre todo, asumimos el compromiso y la responsabilidad política de reivindicar una parte de nuestra historia que, a pesar de la amargura generada por tantos años de represión y de sufrimiento, consideramos que fue un momento en que nuestro país intentó superar un retraso de siglos y avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.
No obstante, lo más importante no fue el compromiso de los responsables políticos, sino la eficacia de las personas que directamente se encargaron de la ejecución de los programas, especialmente de Ana Oliva y de Elisa Plana y de un grupo no muy numeroso pero si muy motivado de funcionarios del departamento, y lógicamente de las personas vinculadas a los colectivos y asociaciones de recuperación de la memoria democrática.
-¿Se quedó en el tintero alguna línea de investigación que te hubiese gustado tratar..?
-El establecer líneas de investigación desde la administración es complicado. Nuestra política fue más bien apoyar a los grupos que estaban las estaban desarrollando en la universidad o a través de otras entidades y asociaciones. Es cierto que detectamos algunos vacíos de investigación que intentamos solucionar fomentando líneas concretas de trabajo. En los últimos años del programa, por ejemplo, fomentamos el análisis de los movimientos migratorios de carácter económico, producto del subdesarrollo del país y por lo tanto también vinculados a las consecuencias de la dictadura. Nuestra intención, si el programa hubiera continuado, y sin abandonar el resto de iniciativas, era insistir en estos aspectos, la emigración, la integración de los migrantes, o el análisis de los colectivos excluidos en la sociedad actual.
Hay una parcela en la que creo que debimos actuar con más intensidad: la exhumación de los restos de los ejecutados que todavía hoy están en cunetas y lugares sin dignificar. Es cierto que hicimos un esfuerzo especial en la localización de esas fosas (mas que 500 en todo Aragón), y se comenzaba a ejecutar la señalización y dignificación de los lugares mediante la instalación de monumentos, pero la exhumación sistemática de los restos no se contemplaba en el programa, en parte porque entonces lo estaba asumiendo el gobierno de España financiando a asociaciones y familiares. Ahora creo que fue una carencia importante, que deberíamos haber dedicado un mayor esfuerzo a la exhumación sistemática y el traslado de los restos a los lugares que determinaran los familiares. También es cierto que en los últimos años encontramos serias resistencias por algunos órganos administrativos para la implantación de los monumentos memoriales en los lugares donde se encuentran las fosas, una forma de dignificarlas y protegerlas que no implicaba la excavación y exhumación de los restos. El proyecto quedó paralizado a la espera de una mayor sensibilidad política.
-La gente de Aragón, desde tu punto de vista: ¿estaba preparada para afrontar los diferentes escenarios y perspectivas que dejó la Guerra Civil?; ¿Amarga Memoria les preparó, bueno nos preparó a todos, un poco más para conocer nuestra propia historia?
-La sociedad aragonesa es muy diversa y compleja, y es imposible generalizar actitudes, sensibilidades e intereses. Una parte muy importante de la sociedad exigía reparación y reconocimiento, otra demandaba información objetiva, y otra, en principio reducida, que con diversas excusas como no remover el pasado, olvidar, etc., pretendía que la sociedad no conociera lo que ocurrió en nuestros pueblos y ciudades, que ignorara los sentimientos de los represaliados durante la larga dictadura. En los debates que se produjeron en las cortes esta actitud era muy clara y denotaba una falta de sensibilidad absoluta hacia los sentimientos de una parte muy importante de los aragoneses, y un desconocimiento intencionado sobre nuestra historia más reciente. En cuanto a si la población estaba preparada para afrontar la herencia de la guerra civil, por supuesto que sí, no sólo estaba preparada sino que demandaba incorporar definitivamente esta parte de nuestra historia, con sus aciertos y sus errores, pues una sociedad que no conoce y asume su pasado, incluyendo el odio, la violencia y el miedo, es incapaz de afrontar el futuro con el bagaje necesario para evitar que vuelvan a ocurrir hechos semejantes.
Creo que Amarga Memoria pudo contribuir un poco a este proceso, pero me temo que no fue suficiente y que resurgen actitudes de intolerancia y de rechazo a los diferentes en cierta medida similares a las que provocaron situaciones sociales y políticas no deseables.
-Jaime, en torno a qué se estructuraron los trabajos de investigación, las “facilidades” para valorar las publicaciones y demás….
-Como he comentado antes, a la hora de apoyar unas líneas de trabajo frente a otras propuestas se tenían en cuenta muchos factores: el interés del proyecto, la calidad y rigurosidad de los equipos, la existencia o no de vacíos de investigación en ese campo concreto y, lógicamente, la disponibilidad económica.
Si repasamos las publicaciones editadas, podemos concluir que se atendieron muchos aspectos: el análisis político de la república, la evolución de los derechos de las mujeres, los frentes de batalla y los bombardeos de la población civil, el exilio, los campos de concentración, la actuación de la guerrilla y la contraguerrilla en la posguerra, la reconstrucción tras la guerra civil, los pueblos de colonización, el análisis de los colectivos marginados durante la dictadura, el surgir de la oposición política al franquismo y su represión.. La misma amplitud de temas se manifestaba en los congresos, jornadas y conferencias apoyadas desde el departamento, aunque es seguro que se quedaron sin desarrollar otros también muy interesantes.
-¿Qué pasó para que desapareciera Amarga Memoria y cómo te sentiste como una de las personas vinculadas al Programa de manera más directa….?
--Bueno, hubo un cambio de gobierno en Aragón y el nuevo ejecutivo consideró que estos temas no eran ni prioritarios ni urgentes. Esa fue la explicación oficial, la real yo creo que es que los nuevos responsables nunca fueron sensibles a estas demandas de parte de la sociedad, consideran que el tema está cerrado y enterrado y que es mejor no analizar nuestra historia reciente. Desde el punto de vista personal tengo una visión contradictoria: es evidente que un gobierno puede marcar sus prioridades y el actual fue votado por la mayoría de los aragoneses sin ocultar su preferencia por una política de desmemoria.
Por otra parte, creo que los familiares de los represaliados, los exiliados, las asociaciones de recuperación de la memoria y la sociedad en general no se merece el olvido y el desprecio a sus sentimientos que se manifiesta en esta actitud. Un sistema democrático debe acoger todas las sensibilidades y especialmente valorar el sacrificio de los que lucharon por conseguir la implantación de un sistema democrático en España. Es realmente escandaloso el abandono que sufren, especialmente, los familiares de las victimas cuyos restos continúan en las cunetas, o el escarnio que deben de soportar cuando algunos responsables políticos reiteran los vergonzosos tópicos franquistas respecto a que algo habrían hecho para ser asesinados. Esta es una situación que sería intolerable en cualquier sociedad con un mínimo de calidad democrática y que aquí se manifiesta sin pudor.
-Se dice, Jaime, que se aprende mucho de los proyectos y de los resultados de las investigaciones, pero ¿qué nos puedes decir de las personas que han ido pasando por el proyecto Amarga Memoria porque a mi entender es de los que más, a la larga, se aprende…?
-Bueno, yo creo que hay una coincidencia entre el nombre del programa y las sensaciones y sentimientos que se manifestaron a lo largo de todas las actividades. Una sensación amarga, de oportunidad perdida, de generaciones muy valiosas absolutamente sacrificadas. La relación con los republicanos exiliados, con los supervivientes de los campos de concentración, con los antifranquistas que sufrieron una brutal represión, con los familiares de los que permanecen enterrados en las fosas anónimas, fue absolutamente enriquecedora, aunque muy triste.
Quizás lo que más me llamó la atención fue la integridad de estas personas, su compromiso con la lucha por la libertad incluso en las condiciones más difíciles, su coherencia a lo largo de los años, su ilusión por recuperar los valores republicanos: su dignidad.
Desde el rincón de las exposiciones destacamos dos que todavía están, presentes de manera permanente porque en su día el Programa Amarga Memoria organizó o ayudó en la organización de exposiciones itinerantes. Viajamos, pues al Bajo Aragón para visitar estas dos exposiciones.
ESPACIO EXPOSITIVO. REFUGIO ANTIAÉREO DE ALCAÑIZ
Alcañiz sufrió en el 3 de marzo de 1938 un episodio muy trágico en plena guerra civil, se trata del bombardeo de su ciudad por parte de la aviación italiana aliada de Franco y de los militares alzados en contra de la II República y en este espacio expositivo se detalla todo ello. Al espacio, que no es otro que el Refugio de la ciudad, se accede por la Calle Santo Domingo a la altura del nº 63. Este Refugio, como otros tantos refugios antiaéreos, fue mandado a construir por el Comité Antifranquista de Alcañiz en 1937.
La Exposición, de forma permanente, está formada por una serie de paneles interpretativos, un audiovisual con los testimonios de los que vivieron, más o menos, directamente la trágica experiencia….los vecinos y vecinas alcañizanas y los que estaban refugiados allí. También se recrea con efectos luminosos y sonoros lo que “fueron los bombardeos” para que, de esta manera, se hagan una idea los visitantes.
He aquí el pdf que te puede dar a conocer mucho mejor lo que es esa exposición:
Para concertar visitas e informarse lo mejor es acudir a la Oficina de Turismo e Información que se encuentra en la Calle Mayor,1 o llamando al 978831213.
ESPACIO EXPOSITIVO. LA GUERRILLA EN LA CEROLLERA
En la parte baja del Antiguo Horno de la pequeña localidad de La Cerollera se encuentra un espacio expositivo que nos pretende acercar al mundo de las actividades guerrilleras alrededor de esta localidad del Bajo Aragón, como en el propio territorio de La Cerollera. La exposición está dotada de una complejo y completo paquete multimedia que acerca a los visitantes a la realidad de las actividades y la historia de la AGLA (Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón)…destaca el audiovisual con el testimonio de siete vecinos de La Cerollera que nos acercan al mundo de la guerrilla. ¿Por qué se eligió La Cerollera para ubicar este espacio expositivo?, pues porque en el término de esta pequeña localidad del Bajo Aragón estuvo ubicado uno de los más importantes campamentos de la provincia de Teruel….y más, teniendo en cuenta que los campamentos constituían todo un pilar en la lucha de la guerrilla contra el régimen franquista. Como bien se explica desde Amarga Memoria ( mejor dicho, se explicaba porque el programa ,actividades y demás se encuentran, en la actualidad, del todo desactivadas) sobre el porqué de la presencia de la guerrilla en La Cerollera: “La presencia de la guerrilla en La Cerollera ha podido ser documentada desde enero de 1945, pero fue en 1947 cuando Ángel Fuertes, “Antonio”, jefe del 17 sector de la AGLA, estableció en dicho municipio su cuartel general y un campamento escuela en las cercanías del municipio”.
Os aconsejamos que se dé un vistazo por este enlace y así podáis mirar el resto de exposiciones, itinerantes, que se fueron llevando a cabo por el Programa Amarga Memoria: http://www.patrimonioculturaldearagon.es/c/document_library/get_file?uuid=e0ea50cb-ae1b-481b-9f11-d1f624c83347&groupId=10157
Y si quieres ir a cada una de las exposiciones:
Tierra y libertad. Cien años de anarquismo en España:
http://www.cnt.es/noticias/tierra-y-libertad-cien-anos-de-anarquismo-en-espana-o-la-historia-de-un-entierro-interesado
Sobre Francone y “la mirada de Mussolini en la Guerra de España”: http://www.fqll.es/noticias_detalle.php?id=82&cat=noticia
Sobre la exposición “Huellas y voces. Testimonio material de la Guerra Civil en Zaragoza” :http://win.limacoedizions.com/public/wordpress/?p=157
Sobre Centelles. Las vidas de un fotógrafo:http://www.20minutos.es/noticia/322119/0/agusti-centelles/centelles-las-vidas-de-un-fotografo/exposicion/
Sobre Guerra Civil. Materiales para una exposición.http://lapuebladehijar.blogspot.com.es/2008_04_01_archive.html
El programa Amarga Memoria se prodigó, también, en lo concerniente a Congresos y jornadas.http://www.patrimonioculturaldearagon.es/c/document_library/get_file?uuid=3097e4ab-ad5b-4f72-88c4-52df068a55ae&groupId=10157
Una de las que más éxito tuvo fue la dedicada a Exilios y Migraciones. Aragón en el camino. Las jornadas estas llevadas a cabo a mediados de abril del 2011 en Zaragoza quisieron aportar: “una propuesta de análisis y divulgación de los grandes movimientos de población habidos en Europa durante el convulso siglo XX. Pero también se pretende ofrecer una visión global en torno a las consecuencias de la guerra civil, a fenómenos particulares como la emigración económica española de mediados del pasado siglo, así como aportar una mirada crítica y objetiva a la realidad de un Aragón multiétnico, que acoge y trata de integrar a una población que busca sus oportunidades vitales en este territorio”.
El programa de estas jornadas sobre el exilio puedes verlo: http://www.patrimonioculturaldearagon.es/c/document_library/get_file?uuid=05de7a7d-11ac-41c0-a523-013b7f531224&groupId=10157
En todo programa, centro de estudios, asociación y demás, la investigación debería ser la piedra angular y el Programa Amarga Memoria le hizo un hueco muy importante. Así, destacamos estas tres líneas de investigación: “La actuación del Tribunal de Responsabilidades Políticas en Aragón” (2008-2011); “Vestigios de la guerra civil en Aragón” (2006-2010) y “Censo de obras de mano forzosa” (2008)
“La actuación del Tribunal de Responsabilidades Políticas en Aragón” (2008-2011)
Director: Julián Casanova.
Coordinadora: Ángela Cenarro.
Investigadores: Estefanía Langarita, Ignacio Moreno e Irene Murillo.
Esta investigación pretende valorar de forma cuantitativa los expedientes incoados y resueltos por el Tribunal de Responsabilidades Políticas en las tres provincias aragonesas, examinar el tipo de sanciones que emitía, analizar la implicación social de los poderes locales en la represión y estudiar de forma detallada a las víctimas más conocidas de esa represión. Se trata, en suma, de una investigación que permitirá rastrear algunas de las principales manifestaciones de la represión en Aragón durante la posguerra.
Director: Julián Casanova.
Coordinadora: Ángela Cenarro.
Investigadores: Estefanía Langarita, Ignacio Moreno e Irene Murillo.
Esta investigación pretende valorar de forma cuantitativa los expedientes incoados y resueltos por el Tribunal de Responsabilidades Políticas en las tres provincias aragonesas, examinar el tipo de sanciones que emitía, analizar la implicación social de los poderes locales en la represión y estudiar de forma detallada a las víctimas más conocidas de esa represión. Se trata, en suma, de una investigación que permitirá rastrear algunas de las principales manifestaciones de la represión en Aragón durante la posguerra.
Conversamos, un poco, con Julián Casanova, director de esta investigación: La actuación del Tribunal de Responsabilidades Políticas en Aragón:
-Julián ¿cómo fue y desde dónde surge la idea de abrir una línea de investigación sobre la actuación del Tribunal de Responsabilidades Políticas en Aragón?
-Un tema relevante, para conocer el castigo a los vencidos en la guerra civil, que causó un daño irreparable en forma de depuración, extorsiones económicas, incautaciones de bienes… Tras “El pasado oculto”, que sacó a la luz la represión y fusilamientos en Aragón, decidimos abordar esta investigación, para comprobar el grado de implicación de la sociedad en ese castigo y la represión legal
-¿Qué destacarías del resultado final de esta investigación?
-Hemos logrado conocer las formas de castigo, venganza y jurisdicciones especiales que puso en marcha la dictadura de Franco ya antes de la victoria en la guerra. Hubo 13.422 personas en Aragón que sufrieron expedientes tanto por las comisiones provinciales de incautación como por el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas. Personas de carne y hueso, políticos republicanos y personajes ilustres, campesinos, obreros, viudas de asesinados…
-Sólo un poco, pero creo que lo merece: ¿nos puedes acercar un poco a cómo actuaba y cómo eran los resultados finales del Tribunal de Responsabilidades Políticas en Aragón?
-Antes de acabar la guerra, pero cuando Franco sabía que la tenía ganada, el 9 de febrero de 1936, su gobierno creó ese Tribunal, integrado por militares, magistrados y consejeros de Falange. Como las tropas de Franco habían ocupado Aragón casi un año antes de promulgar esa Ley, la mayoría de las “responsabilidades civiles” quedaron saldadas antes del final del conflicto. En Aragón actuó el Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Zaragoza, uno de los 18 tribunales regionales creados por la Ley, con jurisdicción sobre las tres provincias. Tenía como facultades ordenar la formación de expedientes, dictar sentencias, ejecutar los fallos y adoptar medidas para que se cumplieran las sanciones. Con una importante complicidad de una parte de la sociedad civil y con participación destacada de militares, falangistas y el clero.
-¿Cómo es la relación de trabajo entre la coordinadora y el resto de investigadores?
-Dirigir o coordinar una investigación requiere un plan, una agenda de investigación y, por supuesto, un conocimiento previo de lo que se va a investigar, con hipótesis de trabajo que después se confirman o se refutan con la investigación. Todo ha sido muy similar al plan que tracé con “El pasado oculto”, a finales de los años noventa. Entonces Ángela Cenarro era una recién licenciada en historia. En este libro ha ejercido de coordinadora. Y los investigadores principales, como entonces, han llevado el peso del trabajo.
-¿Cómo definirías tu paso, como director de investigación, por el Programa Amarga Memoria?.
-Necesario para dar a conocer las partes más ocultas de ese pasado, que conlleva a la vez un compromiso con la sociedad en que vivimos, una exigencia de memoria frente al olvido.
-¿Crees que programas que recuperan la Memoria Histórica, como el de Amarga Memoria, deberían estar vigentes todavía hoy y ahora y que son una herramienta que no para de dignificarnos?
-No había razones científicas, ni económicas, para clausurarlo. El PP tomó esa decisión porque le molesta la investigación sobre ese pasado de violencia franquista. Pero éste es un tema para discutir en profundidad.
“Vestigios de la guerra civil en Aragón” (2006-2010)
Investigadores: Fernando Martínez de Baños y Pedro Rodríguez Simón.
El objetivo de esta investigación es la localización, identificación, documentación y el levantamiento topográfico de los enclaves y puestos militares (fortificaciones, trincheras, búnkeres, etc.), que conformaron el escenario de la guerra civil en Aragón. De esta forma se ha generado un inventario de los mismos en el que, a través de fichas y material fotográfico, se indica su localización, acceso, estado de conservación, así como el hecho bélico allí sucedido. Asimismo, cabe señalar que el resultado de las dos primeras fases de este trabajo ha derivado en la publicación de Vestigios de la guerra civil en Aragón. Zaragoza y Vestigios de la guerra civil en Aragón. Huesca.
Investigadores: Fernando Martínez de Baños y Pedro Rodríguez Simón.
El objetivo de esta investigación es la localización, identificación, documentación y el levantamiento topográfico de los enclaves y puestos militares (fortificaciones, trincheras, búnkeres, etc.), que conformaron el escenario de la guerra civil en Aragón. De esta forma se ha generado un inventario de los mismos en el que, a través de fichas y material fotográfico, se indica su localización, acceso, estado de conservación, así como el hecho bélico allí sucedido. Asimismo, cabe señalar que el resultado de las dos primeras fases de este trabajo ha derivado en la publicación de Vestigios de la guerra civil en Aragón. Zaragoza y Vestigios de la guerra civil en Aragón. Huesca.
Conversamos con Fernando Martínez de Baños, investigador.
-Sr. Martínez de Baños, durante cuatro años fue usted el investigador, junto con Pedro Rodríguez Simón, de la línea de investigación (permíteme la redundancia) Vestigios de la guerra civil en Aragón. ¿Cómo fue la experiencia?
-Antes de nada una corrección. Yo fui desde un primer momento el nombrado para realizar un completo estudio de los vestigios que quedaban en Aragón procedentes de la Guerra Civil, ciñendo el espacio en un primer momento a la principal línea estática de frente. Posteriormente se amplió la zona de estudio a todos los frentes de Aragón.
La presencia del Sr. Rodríguez Simón para la confección de libro deVestigios de Teruel fue una imposición de Amarga Memoria. Ésta rechazó mi proyecto sobre el tema aludido a pesar de ser más barato que el del sr. Rodríguez, a pesar de disponer de más de 200 vestigios reseñados y fotografiados de la provincia de Teruel, a pesar de tener más que conocido el terreno y a pesar de la experiencia acumulada durante los trabajos de los años anteriores.
El proyecto se lo dio Amarga Memoria al sr. Rodríguez, que utilizó toda la información que sobre Teruel yo había depositado en Amarga Memoria.
Una vez aclarado este aspecto, tengo que decir que la experiencia fue fantástica. El solo hecho de recorrer la mayoría de los lugares donde se produjeron combates, visitando las posiciones defensivas y las líneas de ataque y defensa, fue todo un estilo.
Distinta y muy desagradable fue al final la relación con Amarga Memoria, por culpa de acciones relacionadas con el fotógrafo Pérez Esteban y la realización de una muestra fotográfica, sin contar conmigo, de los lugares que yo le había indicado, explicado, llevado y enseñado. Me sentí humillado, utilizado y ninguneado por Amarga Memoria. Naturalmente mi respuesta fue contundente.
La contestación de Amarga Memoria a mi “insolencia” de enfrentarme al sr. Jaime Vicente, Director de Patrimonio, repudiando al fotógrafo Pérez y eligiendo al también fotógrafo Pedro Salaverría, y la realización por nuestros propios medios de una exposición de fotos en la CAI de Huesca al negarse Amarga Memoria a hacerla, fue lo ya reflejado de no dejarme completar mi compromiso con la DGA confeccionando el libro de Teruel.
-Este trabajo es un trabajo a parte de lo que podíamos denominar de biblioteca y documentación, un trabajo de campo, de investigación y de acercarte mucho a los sitios. ¿Qué nos puedes decir?
-El procedimiento para realizar el trabajo solicitado por Patrimonio lo estructuré en varios apartados. En primer lugar dividí el territorio en las tres provincias aragonesas. Después hubo una fase de estudio de gabinete de las batallas que se libraron, los lugares donde ocurrieron, así como un estudio muy profundo de la cartografía, usando fundamentalmente las hojas de escala 1/50.000 del Servicio Geográfico del Ejército. También utilicé mapas y planos de la época donde se reflejaban las operaciones. Realicé también estudios de las diferentes Órdenes y Diarios de Operaciones, así como de la historia oral de muchos de los que combatieron.
Con la ayuda de herramientas como el Google, realicé posteriormente un amplio estudio de los lugares donde hubo acciones, para ver si desde el espacio se apreciaban estructuras defensivas, como así ocurrió. Sobre todo se veían muy bien las posiciones defensivas tipo pelotón, trincheras, ramales y otras obras. Todas las referencias que observé eran extraídas por sus coordenadas UTM.
Después del trabajo de gabinete venía el trabajo de campo. El desplazamiento a los lugares de batalla ya planificados, su visita después de andar en la mayoría de los casos para llegar a ellos, confirmar las coordenadas, examinar y documentar los vestigios, reconocimiento de las cuevas encontradas, hablar con las gentes del lugar, etc., etc., era la rutina de muchos días.
Después del trabajo de campo tocaba realizar nuevamente un trabajo de gabinete para confeccionar las fichas documentándolas adecuadamente, y ordenar las fotografías y testimonios encontrados.
Una vez realizado este trabajo entregaba puntualmente al final de año un dossier con todas las fichas realizadas. En un soporte informático entregué así mismo todas las fotografías que hice.
-Como militar en la reserva parece que este es un trabajo de investigación que le venía ni que anillo al dedo. No sé, supongo que debe resultar como apasionante el ir descubriendo y redescubriendo los lugares, sitios y puntos que formaron parte del escenario de la Guerra Civil en Aragón. El resultado es un inventario minucioso con la presentación, descripción y explicación de cada enclave, junto con las fotos y demás. ¿Qué nos puedes decir?
-Esta pregunta complementa de alguna manera a la primera. El hecho de ser militar y estudiar en profundidad la guerra civil en sus localizaciones reales, hace que sientas en tu piel el frío y el calor, el miedo y la incertidumbre, la “locura” de estar días y días en una posición defensiva, en las trincheras, el avance, la ofensiva, la lluvia, el barro en los pies y la niebla, el “impacto” de un proyectil, la noche, los “partidos de futbol” con el enemigo en tierra de nadie, la suciedad, los chinches y las ratas, etc., etc.
Además de los vestigios, busqué y encontré multitud de restos de proyectiles, cartuchos, balas enteras y rotas, cristales de multitud de botellas de diferentes formas, anunciándome el calor y la sed que pasó el combatiente, restos de latas de conservas y comidas, etc., etc.
El libro de Orwell Homenaje a Cataluña es un fiel reflejo de lo que escribo.
-Salen dos libros sobre los Vestigios de la Guerra Civil en Aragón: el de Huesca y el de Zaragoza. Usted, ya había escrito varios libros y demás sobre diferentes escenarios relacionados con la Guerra Civil en Aragón, sobre el maquis. Una cosa es ser investigador y la otra, después, es ponerse a volcar esa información, fruto de la investigación, en un libro: ¿cómo es esa experiencia?
-Prácticamente la experiencia es la misma. Es volcar sobre un papel lo estudiado y documentado. Si acaso, en esta faceta se diseñó un formato de libro dirigido más al posible estudioso o curioso que quisiera visitar los lugares. De esta forma además de ayudar a comprender la historia del porqué los vestigios están donde están, el mayor esfuerzo fue el confeccionar los diferentes mapas que aclarasen la situación relativa de los mismos. Las fichas con las coordenadas de los vestigios, el modo de llegar a ellos y algunas anécdotas de los lugares, completaban la maquetación de los libros.
-¿Qué le parece a usted o que le pareció el trabajo, en conjunto, del Programa Amarga Memoria?
-Cuando me encargaron el trabajo de recuperación y documentación de los vestigios de la guerra civil que todavía se mantienen en Aragón, lo abordé desde una perspectiva histórica-militar, sin importarme nada de qué bando era cada uno de los restos encontrados. Mi estudio fue totalmente objetivo, a pesar de lo tendencioso del Programa en su tónica general.
Por otro lado la distribución de los libros publicados tuvo una nula distribución por parte de la editorial contratada por la DGA. Nunca hubo ejemplares en las tiendas ni en las librerías. Hoy día ignoro dónde están los miles de ejemplares que se editaron.
En resumen. La idea del programa de Amarga Memoria pudo haber sido buena si no hubiera estado contaminada por la política sectaria del presidente Zapatero.
En Aragón se gastó dinero de una forma inútil recuperando lugares de guerra en sitios donde casi nunca pasa nadie, solo por el hecho de que había que recuperar vestigios de “uno y otro bando”, sin tener en cuenta el estado de conservación y la localización de los mismos. Una auténtica boutade.
Por otro lado el haber destruido multitud de simbología de los vencedores ha hecho un daño irreparable a la contemplación de la historia por parte de generaciones futuras. No se puede por capricho el ningunear la historia. Hoy sería impensable el destruir los restos romanos en España porque el dirigente de turno pensase que “fueron unos esclavistas”, por ejemplo.
Hay que saber qué pasó y cómo pasó para llegar a una Guerra Civil en el año 1936, en la inteligencia de que ninguno de los contendientes tuvo razón. La Guerra Civil fue el fracaso más absoluto de la sociedad española del primer tercio del siglo XX.
Si no lo tomamos así, estamos falseando la historia a favor de intereses e ideologías partidistas.
Nos acercamos a otro proyecto…
“Censo de obras de mano forzosa” (2008)
Director: Javier Rodrigo.
Investigadores: Laura Benedí y Miguel Ibáñez.
El objetivo de este proyecto de investigación es crear un censo de obras públicas y privadas realizadas en el Aragón franquista, desde 1936, por mano de obra forzosa en sus diferentes variedades: desde el trabajo en los Talleres Penitenciarios hasta el encuadrado en los Servicios de Regiones Devastadas o de Colonias Penitenciarias Militarizadas, pasando por los realizados por Batallones de Trabajadores o Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores.
Director: Javier Rodrigo.
Investigadores: Laura Benedí y Miguel Ibáñez.
El objetivo de este proyecto de investigación es crear un censo de obras públicas y privadas realizadas en el Aragón franquista, desde 1936, por mano de obra forzosa en sus diferentes variedades: desde el trabajo en los Talleres Penitenciarios hasta el encuadrado en los Servicios de Regiones Devastadas o de Colonias Penitenciarias Militarizadas, pasando por los realizados por Batallones de Trabajadores o Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores.
Conversamos con Javier Rodrigo, director de esta investigación.
.-Javier, aunque ya ha pasado un tiempo: cuéntanos, ¿qué recuerdas de la experiencia de haber llevado a cabo esta investigación?
-En primer lugar, Susanna, creo necesaria una aclaración. La investigación que financió el programa Amarga Memoria bajo mi dirección no llegó a publicarse. Uno de los investigadores contratados decidió abandonar su dedicación al proyecto cuando aún no estaba terminado. La gestora del proyecto no consideró mi propuesta de que, en tanto que director del proyecto, yo lo finalizase con la redacción de un libro a partir de los hallazgos del grupo de investigación. Puesto que el objetivo no solo era elaborar un censo de obras forzosas sino darlo a conocer (es decir, publicar ese libro y ese censo), considero mi paso por Amarga memoria como un fracaso, del que no me considero por supuesto exento de responsabilidad. El dinero invertido en dos contratos de investigación, dinero público, no dio como resultado una publicación concreta. Y entre medias, la experiencia me generó severas dudas sobre la gestión del proyecto. No solo del mío, sino también de Amarga Memoria. La experiencia del trabajo fue buena, pero el modo en que finalizó nuestro proyecto, sin publicación ni resultados concretos, hace que mi valoración general sea negativa.
Amarga memoria, que nació como una iniciativa importante para dar amparo -y financiar- proyectos de investigación relevantes en y para Aragón, acabó por convertirse en una línea editorial dentro del área de Patrimonio del Gobierno de la Comunidad. Me parece, además, que aunque la antecedió, como proyecto se posicionó -creo, claramente- al lado de la llamada Ley de Memoria Histórica, y de manera coherente: sustituyendo la reivindicación política por la placa, el homenaje y el certificado, las exhumaciones por los libros, la complejidad del conflicto por la explotación turística. Visto con perspectiva, sería hipócrita decir ahora que esas cosas no fuesen visibles antes de 2010, cuando finalizó abruptamente mi relación con el proyecto. Participé en él, pese a ese afáninstitucionalizador, estereotipizador y descomplejizador del pasado (que después he visto en casi todas las ocasiones que se ha elaborado discurso histórico desde el poder: mira ahora la Generalitat de Catalunya), porque creía en la oportunidad que se me brindó -en convocatoria abierta y pública, eso hay que subrayarlo- de profundizar en el conocimiento y análisis de la realidad en Aragón de un fenómeno que yo ya había estudiado a escala nacional. Sin embargo, y como decía, el resultado no fue el esperado.
Amarga Memoria también rindió homenaje/s a todas aquellas personas que “sacrificaron sus vidas por defender los valores democráticos…” Y el Programa lo llevó a cabo realizando una serie de actos. Aquí enumeramos algunos que, desde Amarga Memoria, nos recuerdan: “….el celebrado en la localidad de Oloron Saint-Marie, donde se reconoció el sufrimiento de los republicanos españoles destinados al campo de concentración de Gurs, próximo a la localidad. El Gobierno de Aragón ha participado también en unas jornadas que sirvieron como emotivo homenaje a Mariano Constante, realizadas en el IES Pirámide de Huesca. De la misma manera, participa desde el año 2007 en el homenaje internacional que se celebra anualmente en el campo de concentración y exterminio de Mauthausen (Austria), lugar al que fueron destinados 1011 aragoneses. Asimismo, con motivo de la conmemoración del sexagésimo quinto aniversario de la liberación de este campo, los días 27 y 28 de mayo de 2010 el Gobierno de Aragón organizó unos actos de homenaje destinados a los deportados aragoneses, y el 27 de enero de 2010 y 2011 ha organizado, junto a Rolde de Estudios Aragoneses y la Amical de Mauthausen, la conmemoración del Día Internacional en memoria de las víctimas del Holocausto.
Por otra parte, se está desarrollando un proyecto de dignificación de fosas comunes a través de la instalación de un memorial realizado por Ricardo Calero, que recupera el lugar de memoria de aquellas personas asesinadas con motivo de la guerra civil y la dictadura….”
Por otra parte, se está desarrollando un proyecto de dignificación de fosas comunes a través de la instalación de un memorial realizado por Ricardo Calero, que recupera el lugar de memoria de aquellas personas asesinadas con motivo de la guerra civil y la dictadura….”
Amarga Memoria “ha trabajado”, también, los Lugares de la Memoria y lo ha hecho para:”…estudiar y difundir aquellos fragmentos de nuestra historia contemporánea que han sido olvidados o abandonados, tanto los inmateriales (testimonios orales de protagonistas y testigos) como los materiales (restos de arquitectura militar). Así pues, para la recuperación de este último tipo de patrimonio se ha creado Lugares de Memoria, cuyo objetivo primordial consiste en la identificación, localización, recuperación y revalorización del Patrimonio Histórico militar relacionado con la guerra civil española en las tres provincias aragonesas….”
Las Fosas Comunes tenían su importancia, en su localización y demás desde este programa, así se desprende: “….está actuando en la localización de fosas comunes relacionadas con asesinatos producidos durante la guerra civil y los años posteriores. Así como en la supervisión de los trabajos de exhumación impulsados por particulares o asociaciones….”
¿Qué se hace para localizar los Lugares de la Memoria?, pues parece que el Programa Amarga Memoria lo tiene muy claro: “…Lugares de Memoria cuenta con arqueólogos, historiadores y asesores expertos en cuestiones técnico-militares que elaboran los trabajos de prospección, localización e inventariado de los escenarios de guerra. Cabe destacar, que para todo el proceso se emplea una metodología rigurosa en la aplicación de la Ley 3/1999, de 10 de marzo, de Patrimonio Cultural Aragonés y que los datos se incorporan a la Carta Arqueológica de Aragón, activándose de esta manera los procedimientos de control que se aplican sobre todos los yacimientos arqueológicos, con el fin de evitar posibles afecciones sobre estos restos…”
En otros reportajes venideros queremos sumergirnos más en los vestigios militares y en la localización de las fosas comunes, pero de momento, os dejamos con:
Si quieres acercarte más a los Vestigios Militares:http://www.patrimonioculturaldearagon.es/temas-monograficos-amarga-memoria-vestigios-militares
Sobre las Fosas Comunes:http://www.patrimonioculturaldearagon.es/temas-monograficos-amarga-memoria-fosas-comunes
El proceso de documentación desde el programa Amarga Memoria puede visionarse y conocerse desde:http://www.patrimonioculturaldearagon.es/temas-monograficos-amarga-memoria-documentacion
Capítulo aparte que trataremos, también, más adelante merecen las becas y los becados…de momentos os podéis hacer una idea:
El Programa Amarga Memoria ha tenido una particular visión sobre las subvenciones, así:
Las publicaciones del programa Amarga Memoria, eso sí, será una cuestión a tratar a parte porque como líberos y amantes de los libros de historia y de Memoria Histórica, nos agradará darle una visión muchísimo más detenida y demás…De momento, como ya hemos hecho hablando de otros temas, aquí tienen el enlace para acercarse un poco a todas ellas:http://www.patrimonioculturaldearagon.es/publicaciones-amarga-memoria.
1 comentari:
Tal vez te pueda resultar interesante. Un saludo, Carlos Gil
http://fotoscarlosky.blogspot.com.es/2012/03/mapas-de-vestigios-de-la-guerra-civil.html
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