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La conocida fortificación llamada “Cinturón de Hierro” que construyó el Gobierno Vasco de 1936 bajo el mandato del lendakari Aguirre, para la defensa de Bilbao durante la guerra civil, ha cambiado inesperadamente de propietario.
A pesar del estatus proteccionista como bien de interés histórico y arquitectónico que recientemente le ha otorgado el Gobierno vasco, la fortificación militar hasta ahora propiedad de cada uno de los ayuntamientos por los que discurría, ha pasado a ser una propiedad privada de la noche a la mañana. Decenas de bunkeres y kilómetros de trincheras dejaran en poco tiempo de ser libres para su visita y tendrán que realizarse mediante un salvocunducto.
La sorpresa ha llegado de forma inesperada, en forma de notificación judicial a cada uno de los ayuntamientos, para que en el menor tiempo posible, inscriban el terreno por donde transcurre la fortificación a nombre de la empresa “GOICOECHEA FAMILY GRUP”, con sede fiscal en Bilbao.
Las quejas no han tardado en producirse inmediatamente y los alcaldes de las localidades afectadas se han reunido de forma urgente con el consejero de Guerra del Gobierno Vasco, Armando Cristos, quien a recogido las quejas para trasladarlas al propio Lendakari.
Según ha podido saber la redacción de Crónicas a pie de fosa, todo este lio se debe a la inmatriculación o registro por parte de los descendientes vivos del Sr. Alejandro Goicoechea, uno de los artífices y constructores del Cinturón de Hierro entre 1936 y 1937.
Nos hemos puesto en contacto con el representante de la empresa y nos ha informado que el procedimiento de incautación ha sido simple, aunque ahora se llama de forma más discreta inmatriculación, no es más que el registro de unos bienes y propiedades que en origen no tienen un propietario claro. En este caso sus antepasados poseen los planos originales, con los que se pasó al bando franquista, las facturas del hierro y las toneladas de cemento utilizado, así como las nominas de los trabajadores reconociendo la propiedad del Sr. Goicoechea y herederos.
Todos esos documentos se han presentado en un juzgado de Madagascar y un juez de allí, llamado Peru Goicoechea, sin ningúna relación familiar con los demandantes, ha aceptado a tramite la denuncia y la confiscación de los bienes inmuebles del Cinturón de Hierro.
La empresa nada más conocer el auto judicial y el envio de los requerimientos a los ayuntamientos implicados, va a proceder el mismo día 2 de enero de 2018 a vallar el perímetro de los restos del Cinturon de Hierro en los cerca de 80 km que lo componen y poner un vigilante de seguridad en una garita cada 200 m. de forma provisional.
Hemos sabido a traves de la citada empresa, que algunos de los fortines y bunkeres mejor conservador pueden ser reconvertidos en restaurantes, txokos o miradores para aves.
Por ejemplo el fortin emplazado en el sector del “Cinturón de Hierro” en Larrabetzu, es uno en los que la empresa “Goicoechea Family Grup” tiene intención de convertir en restaurante. Imagen Crónicas a pie de fosa.
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