dissabte, 28 de juliol del 2018

LA REPRESIÓN: EL ADN del franquismo ESPAÑOL.


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EL ADN DEL FRANQUISMO ESPAÑOL 1 (b) word press“Ni un minuto más pueden seguir impunes masones, políticos, periodistas, maestros, catedráticos, publicistas, la escuela, la cátedra, la prensa, la revista, el libro y la tribuna, que fueron la premisa y la causa de las conclusiones y efectos que lamentamos”. El final de la guerra civil no trajo la paz, los franquistas continuaron la guerra contra la República por otros medios, la sujeción y la revancha contra los vencidos. La “Justicia de Franco” invertía en terror. Las Capitanías Generales, Gobiernos Civiles, Tribunales de Responsabilidades Políticas gestionaron la represión. Se asaltaron, confiscaron y expropiaron los bienes de los republicanos, los locales de partidos y sindicatos, sociedades republicanas, cooperativas de trabajo y de consumo, en benefició individual o colectivo del nuevo Estado y de sus seguidores.
La red represiva franquista alcanzó a los soldados republicanos prisioneros, unos 500.000, convertidos en presos políticos, a los cientos de miles de exiliados que cayeron en la trampa de volver según el mensaje “sin represalia si no había mancha de sangre”, y a los detenidos por su actividad republicana o por ser denunciados por otros. La mayoría de los muertos de la fase inicial de la guerra se deben a asesinatos “incontrolados” al margen de la ley por falangistas y el ejército franquista. Unas 2.500 fosas contienen decenas de miles de víctimas irregulares del franquismo. Mientras que hay unos 50.000 ejecutados víctimas de la represión republicana, hay 150.000 ejecutados por el franquismo durante la guerra. En Andalucía los franquistas ejecutaron 47.399 personas, en Castilla y León 17.195, en Extremadura 10.594, en Catalunya 4.200….Además, los 10.000 republicanos españoles detenidos por los nazis en Francia fueron despreciados cono “apátridas” por Serrano Suñer, encerrados en los campos de exterminio nazis murieron unos 7.000. Se cuentan decenas de miles de muertes de republicanos después de la guerra, debido a fusilamientos, enfermedad, hambre, trabajos forzados, malos tratos, en las prisiones y campos carcelarios franquistas. 
Los colectivos que padecieron la represión franquista fueron los partidos republicanos, nacionalistas, organizaciones campesinas, anarcosindicalistas, CNT, FAI, Juventudes Libertarias, republicanos, socialistas, comunistas, UGT. Muchos represaliados habían ocupado cargos en ayuntamientos, sindicatos, cooperativas y otras organizaciones políticas, sociales y culturales. Eran militantes, activistas políticos, culturales, sociales y sindicales, fue una represión cualitativa y eficaz en el desmantelamiento de la red democrática y social. La represión fue dura, la 2ª República española había calado profundamente en el pueblo español porque había significado una oportunidad única para modernizar el país, consolidar la democracia y mejorar la situación de las clases populares, tradicionalmente marginadas de la vida política, cultural y económica. Las reformas no fueron aceptadas por propietarios y empresarios, jerarquía eclesiástica, militares, sectores conservadores. Confiaron en la eficacia rápida de un golpe de Estado, pero esta se encontraron con la resistencia de las clases populares y las organizaciones republicanas, lo que provocó una larga guerra civil.

LA REPRESIÓN: EL ADN del franquismo ESPAÑOL (2)

EL ADN DEL FRANQUISMO ESPAÑOL 2 (b) word pressEl régimen franquista ha pretendido justificar su represión como una respuesta a la de sus enemigos, pero está claro que había sido planificada para destruir los avances republicanos que cuestionaban los privilegios de la oligarquía española. Donde los franquistas controlaron la situación desde el primer momento, sin ningún tipo de violencia republicana hubo intensa represión: En Burgos 2.500 víctimas de la represión franquista, en Segovia 358 muertes, 200 ejecuciones ilegales. En Zafra o Cantalpino no se había producido ningún asesinato, pero los fascistas mataron a cientos de personas y violaron a muchas jóvenes. Igualmente en Huelva, Cádiz, Huesca, Jerez, Valladolid, Galicia, Zaragoza, Burgos, Salamanca, Granada, Navarra, La Rioja…como estos, miles de ejemplos.
En el territorio republicano, las autoridades intentaron poner fin a los asesinatos en la retaguardia republicana, y nunca justificaron estos, al contrario. En cambio, la violencia franquista fue impulsada, dirigida y protegida por sus autoridades. Según Francisco Partaloa, fiscal del Tribunal Supremo en zona fascista, “tuve la oportunidad de ser testigo de la represión en ambas zonas. En la nacionalista era planificada, metódica, fría. Las autoridades cometieron atrocidades para imponer su voluntad por medio del terror. Las atrocidades de la zona republicana los perpetró gente apasionada, no autoridades, que trataron siempre de impedirlos”. La represión franquista recuerda la del absolutista Fernando VII desde principios del siglo XIX, una política de exclusión que vienen practicando los sectores reaccionarios del país. Hay que sumar los ominosos secuestros de mas de 30.000 niños, separados de sus madres y entregados a personas afines al régimen franquista, operación alentada por el psiquiatra militar Antonio Vallejo Nájera, que afirmaba que los “rojos” eran inferiores intelectualmente, degenerados, y las “rojas feas y bajas”.
La Iglesia y los sectores reaccionarios colaboraron mediante la delación, la revancha, millares de ciudadanos cayeron en los tribunales franquistas. El informe anónimo Sis mois chez Franco señala: “Uno de los espectáculos más repugnantes eran las colas impúdicas de delatores que esperaban turno en pleno Paseo de Gracia para destilar veneno en la oficina de denuncias que mantiene Falange de acuerdo con los militares”. Muchos colaboradores de la represión eran también ejecutores de palizas, castigos y otros daños a las familias republicanas, denuncias de sus vecinos a policía, guardia civil, ayuntamientos o juzgados. Era obligado callar para siempre, ser objeto de burlas, estafas, malos tratos de palabra y de hecho por parte de los ganadores, clérigos, franquistas, falangistas… Señala Sánchez-Albornoz: “En materia de libertad, la cárcel y la calle se diferenciaban solo en grado. España entera era una inmensa prisión en la que toda persona tenía sus movimientos restringidos y de la que se salía excepcionalmente”.
Las mujeres recibieron del franquismo nacionalcatolicista un castigo ejemplar para que volviesen a ser esposas y madres obedientes, especialmente para las mujeres de encarcelados y exiliados. Padecieron la vejación de los vencedores, que las humillaron y degradaron. Las prisiones se llenaron de madres o mujeres de presos o de exiliados, o por su afiliación política republicana. Fuera de prisión les esperaba el control, los castigos, la degradación pública, detenciones arbitrarias, abusos sexuales, rapados al cero, aceite de ricino, trabajos forzados, trabajar de balde en casas de franquistas, etc. La violencia fue consustancial a la dictadura franquista en posguerra, 150.000 desaparecidos, mas de 30.000 fusilados, medio millón en campos de concentración, decenas de miles en exilio, 300.000 en prisiones, batallones disciplinarios, miles de maestros y funcionarios depurados, la miserable represión contra las mujeres. Los vencedores de la Guerra Civil fueron implacables con los derrotados.

Documento original AQUÍ. (Ramón Arnabat Mata)