Las características y la ubicación de la exhumación realizada en el cementerio de Selva coinciden con las señaladas en el Mapa de Fosses de Mallorca y la documentación de la época, que aportaba información precisa sobre el lugar donde fueron enterrados los cuerpos de los dos jóvenes. Pedro Morro Payeras tenía 20 años cuando fue asesinado, el 30 de agosto de 1936. Se cree que era natural de sa Pobla, aunque vivía en Campanet. Por su parte, José Luis Santo Toribio del Castillo era natural de Sevilla y residía en Inca. Estaba casado y era feriante de profesión. Tenía 26 años cuando fue asesinado, el 27 de agosto de 1936. Ambos fueron represaliados en el auge de la represión franquista en Mallorca y se desconoce si existen familiares vivos, cuya búsqueda iniciará ahora el Govern.
220 víctimas identificadas
El vicepresidente del Govern y conseller de Transició Energètica, Sectors Productius i Memòria Democràtica, Juan Pedro Yllanes, ha acudido este martes al cementerio de Selva junto con el secretario autonómico de Memòria Democràtica, Jesús Jurado; el alcalde de Selva, Joan Rotger y la presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver. Yllanes ha destacado la importancia de «continuar abriendo fosas, identificando víctimas y devolviendo sus restos a sus familiares; con las de Selva, ya suman 220 las personas asesinadas en las Illes Balears durante la Guerra Civil y el franquismo cuyos restos hemos podido localizar».
La intervención en el cementerio de Selva se enmarca dentro de III Pla de Fosses de la Guerra Civil i el franquisme (2021-2022) emprendido por el Govern de les Illes Balears, cuya última intervención se realizará en el Pou de Son Danús, en Santanyí. Los trabajos han sido realizados por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, con un equipo formado por Pablo Galera, director del proyecto; los arqueólogos Nico Escanilla y Jaume Servera; y las antropólogas Paqui Cardona y Almudena García-Rubio. En los próximos días, se realizarán los análisis antropológicos y tratarán de localizar a familiares de ambas víctimas para completar su identificación y entregarles sus restos mortales.
Pese a la sensación agridulce que dejaban los hallazgos, ante la evidencia de que sus muertes fueron violentas y sus entierros nada ordinarios, la presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, se ha mostrado muy satisfecha. «Es un acto de reparación que hoy estemos aquí y nos acompañen las instituciones, no es una búsqueda que hagamos unos pocos a escondidas, sino un trabajo institucional; también queremos tener un recuerdo para las víctimas de Selva, que hemos podido hallar en otras exhumaciones, y para Joan Lacomba, fallecido recientemente, quien fue un miembro muy activo con el que colaboramos para recabar la información de todas estas víctimas y poder buscarlas, él hoy estaría muy contento por ello».
El alcalde de Selva, Joan Rotger (PP), destacó la colaboración institucional entre el Ajuntament de Selva, la secretaría de Memòria Democràtica y la asociación Memòria de Mallorca para dar con estas personas; y también hizo constar que «gracias a este trabajo recientemente también dos hijos del pueblo, Llorenç Coll y Jordi Colom, que también fueron asesinados y enterrados en la fosa de Porreres, han podido recibir un entierro digno».
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