dimecres, 6 de març del 2024

La historia cambió cuando empecé a preguntarle a ‘Momá Josefa’

 

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Francisco Artacho narra cómo se gestó 'Guardianas de la memoria', un documental sobre la represión franquista en Benamejí (Córdoba).

El cartel de Guardianas de la memoria en una calle de Benamejí. O. CARBALLAR

¿Qué me llevó, en el año 2009, a grabar testimonios de personas sobre sus vivencias y recuerdos de la Guerra Civil en España y, más concretamente, en mi pueblo, Benamejí, en Córdoba? Para responder a la pregunta os voy a contar una historia.

Cuando era pequeño, una de las cosas que más me fascinaban era que mi tita Gracia, la Morena (hermana de mi abuelo materno), como era apodada en el pueblo, me contara historias. Ella siempre tuvo la capacidad de contarlo todo con un halo de magia que me dejaba con la boca abierta. Un día, sentada ella en las escaleras de la casa, me habló por primera vez de la guerra. Podía tener yo como seis o siete años. Ella en 1936 todavía no había nacido, así que lo que me contaba era lo que le habían contado a ella. Eso sí, ella lo narró como si lo hubiera vivido. Pero aquella historia, fascinante en la narración de mi tía, estaba llena de lagunas, de imprecisiones y de contradicciones. Aquella historia, que me resultó fascinante, con el paso de los años nunca se fue de mi cabeza.

Fui creciendo. Y alguna vez intenté seguir indagando, pero por toda respuesta obtenía que en Benamejí no había pasado “nada”, que en Benamejí no hubo guerra. Eso me dijo un hombre, cliente del bar de mis padres, con el que charlé sobre el tema en la barra. Ahí tendría yo como 12 años. Tengo que reconocer que siempre les preguntaba a hombres, porque pensaba que la guerra era eso, una cosa de hombres. Como si las mujeres no tuvieran memoria, como si ellas no hubieran estado allí. Y precisamente todo cambió el día que le empecé a preguntar a ellas, a las mujeres de mi pueblo. Ahí fue cuando empecé a conocer la verdad.

Fue un día de 2009, hace ya trece años. Visité a mi bisabuela, Momá Josefa, con la que me había criado. Ella estaba en su sillón, tomando el sol. Me senté a su lado, y me dio por preguntarle: “¿Tú te acuerdas de la guerra?”. Entonces me miró, con esa mirada de “¿tú eres tonto, ¿cómo no me voy a acordar?”. Entonces empezó a contarme muchas cosas, muchísimas. Sobre asesinados, sobre mujeres vejadas… Ella tenía 18 años en julio de 1936, se casó ese verano. Entonces se me ocurrió hacer un documental, o un libro, algo. Y comencé a recoger su testimonio y el de otras mujeres que Momá Josefa me iba indicando.

Con un grupo de compis y material de la facultad de Comunicación de Sevilla, nos fuimos hasta Benamejí. La verdad es que las primeras entrevistas que grabamos fueron todo un fracaso. Yo era muy bruto preguntando y la presencia de cámaras asustaba mucho a mi bisabuela. En la primera entrevista no dijo ni mu, porque tenía miedo a que le quitaran la pensión. En definitiva, tenía miedo.

Para esquivar ese miedo recogí otras entrevistas solo en audio, con una grabadora, mucho más discreta que los focos, trípodes y cámaras con los que empezamos este trabajo. Y poco a poco me fui dando cuenta de que había que ser muy cuidadoso con aquellas entrevistas, porque el miedo seguía en mi pueblo muy presente.

Un momento de la grabación del documental, proyectado el pasado noviembre en Benamejí.

Así que, por ir concluyendo, fue la curiosidad el principal motivo para recoger testimonios. También la necesidad de contar la verdad, que estaba oculta y había fuerzas vivas que seguían queriendo que esa historia no saliera a la luz. Incluso a mi padre alguien le llegó a decir “dile a tu hijo que deje de remover la mierda”. Esas amenazas, lejos de amedrentarme, lo que me daban era vidilla para seguir indagando. Porque la verdad siempre, siempre, se abre paso entre la oscuridad. Para eso estamos los y las periodistas, para poner luz sobre la oscuridad.

La primera conclusión de este trabajo fue vista en mi pueblo el 19 de noviembre de 2022. Allí, en el salón de bodas Don Cristóbal, rodeado de amigos y de amigas, y de muchas de las familias de las víctimas que nunca fueron reconocidas, fue proyectado el documental Guardianas de la memoria, finalmente terminado con el apoyo económico de la Diputación de Córdoba y la colaboración del Ayuntamiento de Benamejí. Momá Josefa no llegó para verlo. Pero gracias a mi tita Gracia, la Morena, estuve yo para contarlo. Y en el pueblo han sabido qué pasó.

Guardianas de la memoria’ se proyecta este 7 de marzo en la sede de la Asociación de la Prensa de Sevilla, a las 19 horas.