Barcelona. Domingo, 30 de septiembre de 2018
Neus Roig es antropóloga y se doctoró con una tesis sobre los niños robados del franquismo. Ahora, publica este texto en forma de libro con el título No llores que vas a ser feliz. El trafico de bebés en España: de la represión al negocio (1938-1996) (editorial Ático de los Libros). Actualmente preside el Observatorio de las Desapariciones Forzadas de Menores.
¿De dónde viene este título?
Este título surge de una carta que se entregaba a los niños que habían sido dados en adopción si aparecían pidiendo información sobre su madre en la maternidad de Peñagrande, en Madrid. Les decían que era una carta que había dejado su madre por si su hijo preguntaba por ella. Era un texto muy cruel en que la madre decía que abandonaba al niño porque no lo amaba y que lo dejaba en manos de alguien que lo amaría más. El problema es que estas cartas eran falsas. A mí me han enseñado cuatro, todas iguales... Todas estaban firmadas con un garabato. Estas cartas tenían el objetivo de desanimar a los adoptados que querían investigar su pasado...
Es muy difícil enfrentarte a una madre que ha perdido a un hijo, o a un hijo que no puede encontrar a su madre
Se necesita mucho valor para trabajar en una investigación que está tan impregnada de dolor...
A mí me costaba horrores centrarme en los hechos, porque es muy difícil enfrentarte a una madre que ha perdido a un hijo, o a un hijo que no puede encontrar a su madre... Pero cuando haces investigación tienes que intentar destacar los hechos, y no las emociones... Ahora bien, escuchar y compartir tanto dolor te marca. En casa dicen que esta tesis me cambió mucho la personalidad.
¿Cómo se producían los robos de estos niños?
Yo divido este proceso en tres fases. Se inicia como un mecanismo estrictamente político, represivo, de persecución de los rojos, y tiene lugar básicamente en las prisiones... Este tipo de procedimientos estarán en vigor de 1938 a 1952. Más tarde el robo de bebés se usa como una herramienta de castigo y de control hacia las mujeres que no cumplen con los cánones establecidos por la iglesia católica. Se cogen los bebés, sobre todo, a las mujeres solteras. Esta fase dura de 1952 a 1977. La cosa más tarde cambia, migra hacia el puro negocio. Los robos de niños durarán hasta 1996, cuando se reforma la ley de adopción y se hace casi imposible el robo.
En la posguerra se robaban niños en las prisiones, llevándoselos sin el consentimiento de las madres
¿Cómo funcionó la primera fase?
Todo empezó cuando llegó a España el psiquiatra Vallejo-Najera que venía desde la Alemania nazi para hacer investigaciones psiquiátricas. Este doctor hizo un estudio sobre las mujeres "rojas" y concluyó que eran próximas al animalismo y que no estaban preparadas para criar hijos. Él aplicó en España las técnicas nazis, modificadas. Los nazis se deshacían de los niños considerados no válidos; en cambio, Vallejo consideraba que los niños menores de 3 años hijos de "rojos", si eran criados por familias "afectos al régimen", podían salvarse. Así pues, se robaba a niños en las prisiones, llevándoselos sin el consentimiento de las madres. En 1941 se aprobó una ley que permitía que se destruyera la documentación que tenía el niño y que se le diera una nueva identidad. Era una forma represiva de mutilar a las familias, destinada a destruir al enemigo, al no considerarlo ni persona. Había también violaciones de presas, y los hijos de las violaciones eran entregados en adopción. El juez Garzón, en su causa contra el franquismo, cifró en 30.000 los niños que podrían haber sido sustraídos en este periodo.
¿Qué pasa cuando acaba la gran oleada represiva de la posguerra?
A partir de 1952 había menos mujeres en las prisiones. Y se crearon el Patronato de la Merced y el Patronato de la Mujer, presidido este último por Camen Polo de Franco. Estas instituciones tenían que "velar por la buena moral" de la mujer. Establecieron el cuerpo de "visitadoras familiares", integrado por mujeres próximas a Falange o a los movimientos católicos, que visitaban a las familias y controlaban que vivieran cristianamente. En 1953 se firmó el Concordato con la Santa Sede que daba a la Iglesia poder sobre la educación y sobre el control social. Y creció la estigmatización de las madres solteras... Si una familia tenía una hija embarazada, a menudo la enviaba a instituciones destinadas a la "protección" de la mujer soltera. Eran ingresadas en un piso o residencia, donde trabajaban, y al mismo tiempo los padres pagaban la manutención. Y la criatura se acababa dando en adopción, porque si no había un familiar masculino que se hiciera cargo de la madre y del bebé, no se permitía que la madre se llevara a la criatura. En algunos sitios, como la Maternidad de Barcelona, se permitía a las mujeres quedarse tres años ingresadas después del parto, como plazo para buscar marido.
¿Y qué sucedió durante la última fase?
En los años 1960, cuando España empezó a salir de la pobreza absoluta, se creó el gobierno de los tecnócratas, que empezó a hacer los planes de desarrollo y que premió la natalidad y las familias numerosas... En aquella época las familias que no podían tener hijos, buscaban bebés. Y las instituciones de acogida de madres solteras vieron la posibilidad de vender a estas criaturas. Entonces apareció la figura de la mediadora, que ponía en contacto a las madres que querían criaturas con las instituciones que tenían chicas acogidas. La supuesta madre fingía estar embarazada. Y en el momento del parto podían pasar dos cosas. Una posibilidad era que se dijera que la madre había renunciado al bebé en el momento del parto y que se registrara como lo que se llamaba "parto anónimo". En teoría la madre tenía un plazo legal de seis meses para repensárselo, pero a menudo no se respetaba este plazo y los niños eran ofrecidos directamente en adopción. La otra posibilidad era que el niño directamente figurara como hijo biológico de la madre receptora, la opción más cara. Una de las víctimas afirma que sus padres adoptivos le explicaron que "había salido más cara que un piso en Pedralbes".
Que se haya registrado el entierro de un recién nacido en el cementerio no quiere decir que hubiera un bebé muerto en la tumba
¿El negocio era básico?
Lo que se inventó como técnica represiva en las prisiones, acabó en puro negocio. A partir de 1969, que se legalizó la píldora anticonceptiva (aunque sólo con finalidades terapéuticas), y decrecieron los nacimientos de madres solteras. Y a partir de 1977 las madres solteras que podían quedarse con el bebé se lo quedaban. Desde este momento se volvieron a comprar niños. A partir de entonces lo que se imponía era el robo directo, porque había más demanda de niños que oferta. Para robarlos a menudo se comunicaba a los padres que su bebé había nacido muerto, que más valía que no lo vieran y que lo habían enterrado en el mismo hospital. Y las leyes facilitaban las irregularidades. Si un bebé moría antes de cumplirse las 24 horas del parto, era considerado feto, y ni siquiera había que registrar el entierro. Algunos tienen entrada en el registro del cementerio, sólo con su nombre, y los otros nada. Pero que haya entrada en el cementerio no quiere decir que hubiera el bebé muerto en la tumba. Muchas veces los féretros estaban vacíos. En Cádiz están desmantelando un cementerio, y la asociación de bebés robados local pidió la exhumación de las cajitas de los bebés muertos. De las que se han abierto hasta ahora, se ha descubierto que hay tres vacías, y faltan tres que estaban registradas en una tumba, pero que no estaban allí realmente. Eso representa un 10% de irregularidades. Esto es mucho.
Se documentan muchas irregularidades burocráticas en el caso de los bebés robados... ¿Eso hubiera sido imposible sin complicidades, no?
Eso era una gran trama organizada en torno al dinero. Sin complicidades no se hubiera podido hacer. Los niños los trasladaban de un lugar de España al otro, para que no los pudieran encontrar a sus padres nunca. Y las leyes favorecían a los que traficaban con bebés: bastaba con que una monja llevara una partida de nacimiento al registro y dijera que la madre se había acogido al parto anónimo, y aquello se registraba. Con estas leyes, las monjas le podían decir a la madre que el bebé se había muerto y basta. Eso hoy sería impensable.
Era muy frecuente que se recomendara a las embarazadas: "No lo pierdas de vista en la Maternidad"
¿Quiénes eran las víctimas del robo de bebés en los hospitales?
Yo creo que cualquier mujer embarazada que iba a parir en el momento equivocado podía ser víctima de un robo. Si había una madre embarazada con la panza llena de billetes, la que iba a parir perdía al bebé. Aprovechaban que la familia que ha perdido a un bebé se encuentra en un momento de duelo y de desconcierto... Además, en aquellos años no se sabía esta situación. Pero había gente que lo sospechaba. Era muy frecuente que se recomendara a las embarazadas: "Vigila que no te lo cambien", "No lo pierdas de vista a la Maternidad"...
¿Qué pasa con la justicia que era tanta ciega y no veía nada, y que hoy sigue sin ver y sin condenar a nadie?
La justicia continúa igual... Hasta nuestros días no cambia. La justicia lleva los ojos tapados... Yo creo que hay gente implicada en este asunto con mucho poder. En los años 1960 se pagaban 2.000.000 de pesetas para comprar a una criatura. Las monjas, que dirigían muchos hospitales, decidían quién era la mujer que podía ser madre y la que no... Y argumentaban que con algunas madres los niños quedarían desvalidos. Hay médicos implicados en estos casos que ahora argumentan que hacían un favor a los bebés, ya que los derivaban hacia familias acomodadas...
¿Y eso cuando acabó?
Yo creo que acaba en la segunda mitad de los noventa. El último caso que yo documento es de 1996. En aquel año se cambió la ley de adopción; la nueva reglamentación reconocía el derecho del adoptado a conocer a la madre biológica y después de eso los robos de niños se complicaron mucho. El Supremo en 1999 convirtió en inconstitucional el parto anónimo. A partir de entonces todas las criaturas tenían que ser identificadas con la madre... Y el robo se hizo muy difícil.
No puede ser esta impunidad absoluta para todo lo que pasó antes de 1977.
¿Se puede considerar cerrada la transición cuando hay madres que no saben qué pasó con sus hijos?
La ley de amnistía está mal aplicada. Se hizo para sacar de la prisión a las personas que estaban encarceladas por motivos políticos, pero se usó para amnistiar a gente que ni siquiera fue juzgada. Estamos hablando de una ley de punto final: por detrás no se mira nada... Es una ley que se tendría que aplicar bien o derogar. Lo que no puede ser es esta impunidad absoluta para todo lo que pasó antes de 1977.
Afirma que el Concordato con la Santa Sede dificulta aclarar algunos casos. ¿Cómo es eso?
Los archivos religiosos, aunque estén en la iglesia del lado de tu casa, oficialmente no son españoles, porque su sede central está en el Vaticano. Eso impide que se investiguen normalmente...
¿Quién tuvo responsabilidades en el robo de niños?
En su momento, la Iglesia y el Estado. Y en este momento, el gobierno y la justicia... No están haciendo nada para resolverlo... No se verifican las declaraciones de los médicos. Aunque no se encuentren fetos en una caja no se investiga nada... Hay sentencias escandalosas.
En otros países los religiosos son capaces de pedir perdón, pero aquí siempre dicen que no ha pasado nada
¿Quién ha asumido responsabilidades en el tema?
Aquí, nadie... Todavía se está diciendo que esto no ha pasado. Cuando el redactor de derechos humanos de la ONU reclama que España investigue este caso, el gobierno dice que eso no ha sucedido nunca, que lo que hay es que las familias adoptivas han hecho un favor a madres solteras. Y la Iglesia, peor. En otros países los religiosos son capaces de pedir perdón, por la pederastia y por otras cosas, pero aquí siempre dicen que no ha pasado nada....
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