https://www.newtral.es/alumbramiento-factfiction/20240623/
La película Alumbramiento se aproxima a dos agujeros negros de la historia reciente de España: los internamientos de adolescentes embarazadas y los bebés robados en un contexto de aparente cambio político y social.
- El argumento. Es 1982 y Felipe González acaba de ganar las elecciones con mayoría absoluta, el primer gobierno socialista tras la dictadura franquista. Entre las celebraciones por los resultados electorales se cuela un taxi que conduce a una madre y a su hija adolescente a la Maternidad de Peñagrande, en Madrid. Un centro franquista que sobrevivió a la muerte del dictador, garante de la moral católica, que recluía en régimen carcelario a adolescentes embarazadas de familias sin recursos de todo el país.
Las madres olvidadas de Peñagrande
Como recoge el Ayuntamiento de Madrid y explica a Newtral.es Pau Teixidor, el director de Alumbramiento, la institución de Nuestra Señora de la Almudena, conocida como Maternidad de Peñagrande, era uno de los numerosos centros dirigidos por el Patronato de Protección de la Mujer, perteneciente al Ministerio de Justicia. Estaba situado en el barrio del Pilar y gestionado por las Cruzadas Evangélicas.
Peñagrande comenzó a estar operativo en 1955 para acoger a jóvenes solteras embarazadas, algunas de las cuales permanecieron retenidas a la fuerza hasta los 25 años. Se calcula que por sus instalaciones pasaban cada año 120 mujeres, muchas de las cuales sufrieron constantes presiones para renunciar a sus bebés y que fuesen dados en adopción, incluso de manera ilegal.
Estuvo activo hasta 1983, con Franco ya muerto, como internado para madres solteras y menores de edad, procedentes de familias sin recursos. Hoy en día la mitad del edificio está abandonado y en la otra mitad se ha construido un instituto (IES Isaac Newton).
El Patronato de Protección de la Mujer, la institución que sobrevivió a Franco
Numerosos artículos de investigación, mesas redondas, centros de cultura, ensayos y tesis doctorales recogen cómo funcionaba el Patronato de Protección a la Mujer, la institución que gestionaba el centro Peñagrande, donde transcurre la mayor parte de la película Alumbramiento. Como indica la investigación de las periodistas valencianas Marta García Carbonell y María Palau Galdón, el Patronato fue “una de las instituciones misóginas más peligrosas y longevas de nuestro país”.
Pero fue la investigadora y escritora Consuelo García del Cid la que comenzó a indagar sobre esta institución cuando solo había “un desierto documental y una laguna informativa”, cuenta a Newtral.es. Ella estuvo internada dos años en un centro del Patronato sin haber cometido crimen alguno. Salió de allí con una promesa a sus compañeras: “Conseguir que se supiera todo lo que les habían hecho allí dentro”.
Treinta años después, comenzó a buscar a otras reclusas, a entrevistarlas, a buscar documentación. Actualmente, sus libros Las desterradas hijas de Eva (2012), Ruega por nosotras (2015) y Las insurrectas del Patronato de protección a la mujer (2021) son referencia para las investigaciones posteriores.
El Patronato. La institución fue creada en 1941 para “redimir a la mujer caída y ayudar a la que estaba en peligro de caer”, indica la investigación de la historiadora Carmen Guillén, y estuvo activa hasta 1985, diez años después de la muerte de Franco. Como explica Teixidor, “su objetivo era apartar de la vida pública y social a todas las mujeres y menores díscolas y disidentes, para adoctrinarlas y convertirlas en ‘mujeres de bien’”.
- Según afirma Guillén en su tesis, la función general de esta institución estuvo ligada a la “difusión de una normativa de conducta donde prevalecían la decencia, el recato o la castidad”, mientras que su “función más específica” se centró en “la redención de las prostitutas”.
Para implementar esa labor, el Patronato desarrolló un estudiado sistema de vigilancia que aplicaba terapia de reclusión con la finalidad de liberar a la mujer de todas aquellas prácticas sociales que entraban en conflicto con las austeras reglas del régimen. “Por tanto, era esencial en la sociedad franquista como elemento clave en la construcción del comportamiento moral femenino”, escribe Guillén.
En la práctica, tal y como demuestran los numerosos trabajos que han investigado el Patronato y como explica García del Cid, el régimen se proveyó de un “patriarcal entramado carcelario”, un sistema penitenciario oculto y paralelo a través del cual se dotó a los miembros de la Iglesia católica de funciones policiales y judiciales.
- Contra el olvido. Para documentarse para rodar Alumbramiento, Teixidor entrevistó a decenas de mujeres que pasaron por Peñagrande y, aunque los relatos son muy distintos, todas tenían la sensación de “haber sido borradas de la memoria colectiva”. En los últimos años, están surgiendo numerosas propuestas para recuperarla. El pódcast de Isabel Cadenas Calderón (De eso no se habla) recoge los testimonios de mujeres que pasaron por las instituciones del Patronato en plena democracia, incluida la de la propia García del Cid.
Los bebés robados, un crimen que continuó en democracia
En Alumbramiento, la protagonista da a luz en un hospital —como cuenta una de las mujeres en el pódcast de Calderón, en 1982 los partos ya no ocurren en Peñagrande—. Cuando se despierta, las monjas le dan la noticia: su bebé ha muerto.
Según calcula el auto del Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional del 18 de noviembre de 2008, al que ha tenido acceso Newtral.es, un total de 30.960 niños y niñas fueron apartados de sus madres entre los años 1944 y 1954. “Más allá de estos datos, no hay ninguna estadística realizada”, asegura Soledad Luque, víctima y presidenta de la asociación ‘Todos los niños robados son también mis niños’, a Newtral.es.
No obstante, las asociaciones de bebés robados, las investigaciones del Patronato y García del Cid tienen constancia de que estos crímenes continuaron perpetrándose en democracia. Amnistía Internacional (2021) fecha el último caso en 1993.
“La naturaleza de la Transición hizo posible que este crimen continuara en la democracia y se caracterizó por desapariciones que replican la tipología y metodología de los casos de las décadas anteriores, pero en un contexto político que, a pesar de llamarse “democrático”, no puso fin a los crímenes ni acometió la tarea de hacer justicia por los ‘robos de bebés’ que se perpetraron”, explica Luque.
Fuentes
Pau Teixidor, el director de Alumbramiento
Soledad Luque, víctima y presidenta de la asociación ‘Todos los niños robados son también mis niños’
Consuelo García del Cid, investigadora y escritora
Ayuntamiento de Madrid
Indignas hijas de su patria, investigación de Marta García Carbonell y María Palau Galdón
El patronato de protección a la mujer prostitución, moralidad e intervención estatal durante el franquismo, investigación de Carmen Guillén Lorente
Pódcast de Isabel Cadenas Calderón, De eso no se habla
Amnistía Internacional
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