Imagina descubrir que tu nombre, fecha de nacimiento son inventados, que te quitaron el derecho a saber quién eres y de dónde vienes... Sentirte como un libro con páginas arrancadas, sin saber qué historia te corresponde... Buscar respuestas sobre tu pasado, pero que cada puerta que abres solo te lleva a más preguntas... Luchar por reconstruir tu identidad. Esta es la historia de Ligia Ceballos.

Hasta 2001 Lily —como ella prefiere ser nombrada— era Ligia Ceballos, una mujer de 33 años, que nació en Mérida, Yucatán, hija de madre y padre mexicanos. Aunque siempre sintió que pertenecía a otro lugar nunca lo cuestionó realmente hasta que se enteró que era adoptada. Cconocer esa verdad fue el primero de muchos pasos para reconstruir su identidad.

Su nombre no era Ligia, sino María Diana Ortíz Ramírez, no nació en México fue a más de 8 mil kilómetros de distancia, en Madrid España el 29 de mayo de 1968. El 11 de julio de 1968, —según consta en un Acuerdo de la Diputación Provincial de Madrid— fue entregada en prohijamiento a un matrimonio mexicano que se la llevó consigo a Mérida, Yucatán.

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Una vez allí, fue registrada ante la Oficialía del Registro del estado con otro nombre, y como nacida en México e inscrita como hija biológica del matrimonio Ceballos Franco, quienes eliminaron todo rastro de este suceso.

En entrevista para La Cadera de Eva, Ligia cuenta que durante 15 años recopiló información con indicios claros de que ella era uno de los 30 mil casos de bebés robados —de acuerdo con organizaciones de Derechos Humanos— durante la dictadura de Francisco Franco en España que duró de 1939 hasta 1975,

"Comencé a investigar mi pasado y mi origen, buscando respuestas sobre mi identidad y mi historia familiar. Es un camino difícil, pero no me voy a rendir, porque sé que tengo derecho a saber la verdad sobre mi vida" (Ligia Ceballos)

Descifrando el pasado

La única pista que tiene Ligia para conocer su origen son los nombres de sus padres, Marta y Rafael, oriundos de Madrid. Según el padre adoptivo de Ligia, ya fallecido, y otros múltiples testimonios recogidos directamente por Amnistía Internacional, este matrimonio recurrió a las autoridades eclesiásticas del estado de Yucatán, pues no podían tener hijos de forma natural. 

Así, se habría iniciado una correspondencia entre el arzobispo de Yucatán y el arzobispo de Madrid, el cual, al parecer, mostró su apoyo para que la familia Ceballos pudiera adoptar una niña.

En junio de 1968, el matrimonio viajó a España con el fin de recibir a la niña en adopción. En esas mismas fechas, el Secretario Particular del Arzobispo de Mérida, Ramón Bueno y Bueno, viajó desde México a Madrid. Según el padre de Ligia, miembros del arzobispado les dijeron que les tenían preparado "algo especial, pero aún no ha nacido”.

"Es importante para mí conocer la verdad, no solo para mí, sino para mi familia y para las generaciones futuras. La búsqueda de la verdad es un derecho humano fundamental, y no voy a dejar de luchar hasta que la encuentre" (Ligia Ceballos)

El 15 de febrero del 2017, Ligia Ceballos presentó una denuncia penal ante la entonces Procuraduría General de la República (PGR) que en pocos días decidió admitir a trámite, por presunta desaparición forzada.

En la investigación del caso de Ligia también participó la Fiscalía Provincial de Madrid, a petición de auxilio judicial del Ministerio Público, esto facilitó detalles de su pasado para avanzar en la reconstrucción de su propia historia.

Sin embargo, la investigación se cerró sin proporcionar certeza sobre el origen biológico de Lily y en diciembre de 2022, el Ministerio Público decidió no ejercer la acción penal en el caso por considerar, entre otros elementos, el fallecimiento de los presuntos perpetradores como argumento clave para justificar el fin de la investigación penal.

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