divendres, 29 d’agost del 2025

La Cárcel Provincial de Palencia

https://mirincondelabahia.wordpress.com/2012/12/03/la-carcel-provincial-de-palencia/ 

Hace tiempo que no escribo un artículo en el blog y «sólo» me dedico a responder a posts escritos por otros compañeros de blog. En algunas conversaciones telefónicas que he mantenido con el señor Bogomilo, este me animaba a escribir de cualquier tema.

Debido a no saber bien qué escribir en el blog, me decidí a realizar una investigación propia sobre la Cárcel Provincial de Palencia, ubicada en dicha localidad y que en la actualidad está siendo transformada en un centro cívico.

Para ello,  escribo a continuación sobre el período en que dicha cárcel fue utilizada de forma masiva y como fin de uso «correccional» político-ideológico, y no atendiendo a su función principal: encerrar a personas que habían cometido delitos.

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No me gustaría quedarme ahí solamente, y espero realizar próximas entregas en las que pueda escribir sobre el sistema penitenciario llevado a cabo en nuestro país en la etapa del Franquismo.

La Cárcel Celular Provincial de Palencia y las del resto del Estado español formaban parte del sistema carcelario como lugares de detención preventiva o como centros de cumplimiento de condena de los delitos comunes.

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No obstante, su función social se va a ver profundamente alterada con la sublevación militar del 18 de julio de 1936 y la Guerra Civil consiguiente, al ser convertidos en centros de represión y reclusión de los enemigos políticos.

Por otra parte, el salto cualitativo se va a ver acompañado por la explosión de la represión, con miles de detenidos en todas las provincias, hacinándose los reclusos en las celdas que antes estaban establecidas para pocos presos y que ahora se apretaban por decenas en ese mismo espacio.

Así pues, la ciudad y provincia de Palencia se iban a ver desbordadas por la avalancha de detenciones que se amontonaban en los calabozos locales, en las prisiones comarcales y en la Prisión Provincial de Palencia, la cárcel celular de la ciudad.

Pero, además, se tenían que habilitar otros centros de detención, como los locales de las Escuelas de Berruguete, al lado de la estación de ferrocarril, y en el viejo manicomio de la ciudad, además de las propias dependencias del Cuartel de Caballería Villarrobledo, que se había sublevado contra el orden constitucional de la II República.

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La habilitación de tantos espacios no fue suficiente y centenares fueron trasladados en los días siguientes a la Cárcel Provincial de Burgos, a la vez que se habilitaban como cárcel central dependencias del monasterio de la Trapa en el municipio de la vecina Dueñas.

Así pues, el volumen de detenciones iba a sobrepasar la cifra de dos millares de detenidos, lo que se vio acrecentado con la caída del frente Norte y la consiguiente detención de centenares de jóvenes vecinos de las localidades mineras que en los primeros días habían huido a la zona de Santander y luego a Asturias, y que se mantuvieron fieles al gobierno legítimo.

Las cárceles habilitadas y de clasificación de presos fueron la antesala previa a la fase de juicio sumarísimo y tras la condena, si esta no era de muerte, pasaron a cumplir la pena en la cárcel celular o provincial de Palencia.

De ahí su enorme importancia social, porque más de 2.000 presos de la provincia de Palencia pasaron por sus celdas y otros tantos forasteros estuvieron, en algún momento de su vida penitenciaria, en sus apestadas y hacinadas dependencias.

La sublevación militar y la provocación de la Guerra Civil son, pues, los orígenes de la crisis social más grave en la historia de España, cuyas consecuencias se prolongan a lo largo de toda la segunda mitad del siglo XX con la larga dictadura franquista.

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Las prisiones provinciales cumplieron, pues, una función esencial en el amplio entramado penitenciario y represivo de los sublevados del 18 de julio de 1936, constituyéndose en el centro del mismo, ya que las prisiones habilitadas eran las etapas previas antes del juicio de los detenidos, y la prisión provincial se convertía en el centro del sistema al que llegaban los reclusos ya condenados con sentencia firme, aunque también hubo presos preventivos durante mucho tiempo, sobre todo en los primeros meses en que la desorganización y el elevado número de detenciones hacían necesario ocupar todos los huecos de las prisiones.

La prisión celular o provincial se convertía así en el la cárcel principal o de referencia de todo el sistema penitenciario de cada provincia, y así era sentida y temida por los presos y sus familias durante todo el periodo de la Guerra Civil y la larga posguerra.

Todos los presos políticos de la provincia de Palencia pasaron por sus frías celdas durante largas etapas de su vida penitenciaria, antes de ser “sacados” para ser asesinados extrajudicialmente, judicialmente, o, simplemente, antes de ser trasladados a otros de los cientos de lugares de reclusión de todo el territorio nacional, pues, como bien sabemos, España se convirtió en una “inmensa prisión”.