diumenge, 4 de maig del 2014

VÍCTIMAS ASTURIANAS EN LA QUERELLA ARGENTINA CONTRA EL FRANQUISMO. Félix Población



http://www.diariodelaire.com/2014/05/victimas-asturianas-en-la-querella.html



  
Acabo de leer un librito muy interesante, “Argentina contra Franco: el gran desafío a la impunidad de la dictadura”, del que es autor Mario Amorós. El opúsculo tiene como fondo la reclamación de la justicia argentina de algunos ciudadanos implicados en la represión franquista e incluye diez casos de luchadores contra la dictadura, torturados en los calabozos de la Dirección General de Seguridad, sita entonces en la Puerta del Sol. Me parece oportuno citarlo y recomendarlo en relación con lo que sigue:

Desde septiembre de 2013, el gobierno argentino dispuso sus consulados para que se formularan denuncias por los crímenes del franquismo, a raíz de la querella instruida por la jueza María Servini de Cubría. El  pasado viernes, siete ciudadanos de Asturias lo hicieron ante el cónsul de aquella república en la capital de España. En las denuncias figuran los nombres e historial de las víctimas, según referencia de Comuna de Asturias, grupo que forma parte de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina:

Aida Alvaré Marqués y José Martínez Vázquez fueron fusilados en la playa de Salinas el 22 de octubre de 1937. Sus cuerpos fueron abandonados en esa playa, cerca de la cual hay una fosa común con más de 300 víctimas que nunca se ha excavado. José Abargues Perles, secretario del Partido Comunista de San Esteban de Pravia, condenado a muerte y fusilado el 28 de septiembre de 1939.  Está enterrado en la fosa común de Oviedo. Su mujer, Josefa Dávila Álvarez, embarazada y con seis hijos, estuvo presa en Pravia y Oviedo, en donde tuvo a su última hija, para pasar después a la cárcel de mujeres Saturrarán (Guipúzcoa). Dos nietas de esas víctimas presentaron denuncia por las cuatro.

Clemente Amago López-Villar, alcalde del PSOE en el concejo de San Tirso de Abres en 1936. El 1 de septiembre los falangistas de la localidad lo apresaron y torturaron. Su mujer lo vio al día siguiente, sangrando y medio muerto, en un camión camino de Lugo. Fue la última vez. En la denuncia que presenta su nieto se citan otros cinco casos de asesinatos y desapariciones ocurridas en ese municipio.

Jesús Fernández Pérez, albañil de Mántaras (Tapia de Casariego), encarcelado en el ayuntamiento de Tapia en noviembre de 1936. Un grupo de miembros de la Falange lo sacó por la noche de ese lugar y su mujer, con una niña de seis días, no volvió a saber nada más de él. En la denuncia que presenta su nieto se citan otros casos de asesinatos, encarcelamientos y vejaciones cometidos en el municipio de Tapia en esos meses.

Manuel José García Valle, José’l Gallegu, sufrió a lo largo de su vida despidos, detenciones y prisión por su implicación política en el Partido Comunista y por su labor sindical en la mina. Entre 1957 a 1971 lo detuvieron 14 veces, con las correspondientes torturas y palizas en cada caso.

Faustino Sánchez García, detenido por su actividad sindical y política en el Partido Comunista desde 1961 en el valle del Nalón. Entre sus torturadores estaban el sargento Osorio, el sargento Pérez y el guardia Sevilla. Padeció prisión y perdió su trabajo en la mina. Después de ser despedido por participar en una huelga, pasó a la clandestinidad y huyó al extranjero. En 1969 lo volvieron a detener en Sama y sufrió las torturas del comisario Claudio Ramos y del policía Pascual Honrado de la Fuente.

Vicente Gutiérrez Solís, organizador del Partido Comunista en los pozos mineros desde 1955. Se le detuvo en La Nueva tras la huelga minera de 1957/58 y sufrió palizas de Pascual Honrado de la Fuente y el comisario Ramos. Tuvo que escapar a Francia, de donde volvió en 1966, aunque continuaron las detenciones, las palizas y la cárcel hasta 1977.

Anita Sirgo Suárez fue víctima de torturas por su implicación en la huelga minera de 1962. La detuvieron junto a su marido en Sama, en cuyo cuartel de la Guardia Civil padeció con otros compañeros y compañeras las palizas y las torturas del capitán Fernando Caro Leiva. Después de romperle el tímpano de un oído, Caro Leiva le afeitó a tirones la cabeza con una navaja. Las palizas continuaron a manos del comisario de laBrigada Político Social Claudio Ramos en el cuartel de Buenavista de Oviedo. Hubo de exiliarse.

Me parece propio de la verdad, justicia y reparación que persiguen los denunciantes que estos nombres asomen a la luz pública y no queden excluidos de la noticia de la que son protagonistas, después de haber estado tantos años excluidos o denigrados por la sectaria historia que nos contaron. El 1º de mayo es una jornada muy oportuna para hacerlo.

*Artículo publicado hoy también en Astures.info