https://www.publico.es/politica/navidad-fusilada-caceres-200-fusilados-caceres-navidad-sangrienta-represion-franquista.html
El documental ‘Navidad fusilada’, dirigido por José María Sánchez Torreño, cuenta un episodio negro ocurrido en la ciudad extremeña en la navidad de 1937, cuando el mismo 25 de diciembre se iniciaba una política de exterminio por un supuesto complot comunista que acabó con la vida de 196 personas y que finalizaría el 21 de enero de 1938.
Pocos documentos se conocen de aquella acción represiva perpetrada sin piedad en plenas fiestas navideñas. La iniciaba un piquete de guardias civiles en el campo de tiro, cerca del cuartel de regimiento de Infantería Argel 27, en la ciudad de Cáceres, bajo el mandato del gobernador Ricardo de la Rada. Entre las víctimas se encontraban maestros, sindicalistas, jornaleros, militantes de partidos, ferroviarios... Y madres, esposas e hijos de algunos desaparecidos.
Tampoco faltaban en la lista miembros de la corporación municipal como el alcalde de Cáceres, Antonio Canales, y el presidente de la Diputación, Ramón González Cid. Familias enteras, como los Bru o los Doncel, quedaron truncadas para siempre después de aquellos días de infierno.
“A mi Alfonso y mi Antoñita, qué pequeñitos y sin padre”
La carta de Juan Doncel, tabernero en el municipio de Malpartida de Cáceres, rescata un documento inédito que deja constancia de como el gobernador militar, Ricardo de la Rada, no tuvo piedad en terminar con la estabilidad de familias enteras en aquella sangrienta fecha de 1937. En su carta habla así a sus dos hijos más pequeños: "A mi Alfonso y mi Antoñita, qué pequeñitos y sin padre”. Prosigue "he sido bueno, honrado y trabajador" para que todos sus hijos no dudaran de su conducta. Doncel fue asesinado el 27 de diciembre de 1937 a los 34 años de edad.
En Malpartida de Cáceres fueron asesinadas 54 personas aquel día
Solo en Malpartida, un municipio de 3.000 habitantes, fueron asesinadas 54 personas aquel día de Navidad. Su esposa Josefa recibió su carta días después. Y finalmente fue fusilada el 2 de enero de 1938. Los hijos de Doncel fueron internados en orfanatos del régimen franquista hasta su mayoría de edad.
Sánchez Torreño, director del documental Navidad fusilada narra a Público cómo la ciudad de Cáceres se convirtió en aquellos días en una orgía de sangre. El historiador y vicepresidente de AMECECA, José Hinojosa, destaca que “en septiembre del 36, Falange publicó una investigación de la policía cacereña que destacó la conclusión de que se estaba en vísperas de grandes acontecimientos”.
Un complot que comprometía al dirigente comunista Máximo Calvo y que iniciaba una fuerte represión en la ciudad extremeña. Torreño apunta a Público que “Máximo y el complot se utilizaron para poder conjugar el único verbo que por entonces articulaban: matar”. En Cáceres capital no hubo guerra, tampoco en la provincia, salvo en algunos focos. “Aquí no hubo plaza de toros como en Badajoz y estaban sedientos, querían su cuota de sangre roja".
El maestro Barrado, que conoció en vida a Lorca, víctima
Entre las víctimas de aquellos días se recogen nombres y apellidos que indican que la barbarie había asesinado a varios miembros de una misma familia. Nombres como Ángeles, Antonio y Asunción Bru Casanova, cuyo hermana Rafaela había “desaparecido” a manos de los franquistas en agosto de 1936, fueron víctimas aquella navidad. Torreño apunta que los “Bru fueron de las familias más castigadas en aquellos momentos”, conociendo la historia de Blanca Vila Bru, a quien “no llegó a tratar pero de cuyo rostro sobresalía una profunda pena”.
El informe hablaba de "un maestro de absoluta irreligiosidad que inducía a los niños a ideas extremistas
Ángel Barrado es otro de los asesinados de cuya historia se habla en la cinta, maestro republicano procedente de Malpartida de Plasencia. Es una de las historias que se han logrado rescatar de los vecinos fusilados en aquellos días, ya que participó muy activamente en las Misiones Pedagógicas y pudo conocer en vida al poeta Federico García Lorca.
La llegada del golpe truncó la vida de este maestro por completo. El 22 de julio de 1936, Ángel fue detenido y encarcelado en Cáceres. El informe de la comisión depurativa de enseñanza lo describía como un “maestro de absoluta irreligiosidad que inducía los niños ideas extremistas… ” Fue fusilado en el primer piquete el 25 de diciembre de 1937. Su carnet del periódico El Gladiador nos ha permitido tener una fotografía de Barrado antes de ser asesinado aquella navidad. El régimen negó a su viuda Sabina una pensión y una paga a sus tres hijos de por vida.
El saldo de la masacre: 182 hombres y 14 mujeres
El desenlace de aquella Navidad fusilada se saldó con el asesinato de 182 hombres y 14 mujeres. Sus nombres aparecen en un macabro documento en el que los verdugos hicieron el recuento final. El documento se titulaba “relación nominal de personas fusiladas con motivo del abortado complot del 23 de diciembre en Cáceres dirigido por el cabecilla rojo Máximo Calvo”.
Torreño concluye que en toda esta historia hay un hecho crucial: de que los representantes de la Iglesia, los mismos que representaban a Cristo en tierra extremeña, “no hicieron nada por evitar la masacre de las navidades del 37, después, y la de otras historias que aún están por contar”.
Hasta abril de 1979 no se logró exhumar a algunos de las víctimas de esta masacre. En plena transición democrática se inició la exhumación de los cuerpos de algunos vecinos asesinados en el municipio cacereño de Navas del Madroño. Muchos otros, como el maestro Barrado siguen en la fosa común de Cáceres, mientras la asociación Memorial en el Cementerio de Cáceres (AMECECA) sigue reivindicando desde 2014 la memoria de estos 196 asesinados, la peor masacre cometida durante unas navidades de la etapa franquista.
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