diumenge, 24 de març del 2024

LA ISLA DE SAN SIMÓN (VIGO) ENTRE 1936 y 1943, SE CONVIRTIÓ EN UN CAMPO DE EXTERMINIO FRANQUISTA.-

 Paco Barreira

LA ISLA DE SAN SIMÓN (VIGO) ENTRE 1936 y 1943, SE CONVIRTIÓ EN UN CAMPO DE EXTERMINIO FRANQUISTA.-
La isla de San Simón, se convirtió en un lugar de exterminio de presos republicanos procedentes de todo el territorio español. La isla de San Simón va a significar para el franquismo represión, tortura y muerte. Un lugar para deshacerse de una parte de los miles de presos que no caben en las cárceles.
Desde octubre de1936 a marzo de 1943 convertida en el uno de los mayores mataderos franquistas. San Simón fue un campo de concentración temido, oscuro y siniestro donde la muerte era la salvación para dejar de padecer.
Miles de prisioneros se enfrentaron a las más duras condiciones de vida. Dormían amontonados, en filas prietas que les impedían el movimiento. Comían lo que podían: la mayor parte de las veces un rancho pobre cocinado a base de mondas de patatas. El agua era escasa, la comida inexistente, la ropa se fue rompiendo convirtiéndose en girones, los zapatos, se rompieron o se perdieron de manera que iban descalzos. Los presos de San Simón, deambulaban por la isla como fantasmas. Los que ya no podían arrastrar su cuerpo, se acurrucaban entre los piojos, la lluvia, y la humedad esperando morir para que terminara aquel calvario.
Pero el frío y el hambre y la sarna no eran lo peor de San Simón. Quienes por allí pasaron sufrieron la peor de las torturas: un permanente estado de miedo. Miedo a que su nombre resonase alguna noche, envuelto en la oscuridad del paseo y la muerte. Un miedo alimentado por las falsas esperanzas de libertad comprada al que durante un tiempo fue el director de la prisión, Fernando Lago Búa, “El carnicero de San Simón”, un miedo acrecentado por las voces, los insultos y los malos tratos propinados por un hombre de Dios: el padre Nieto, un jesuita vigués que oficiaba la misa con su pistolón al cinto, era el encargado de dar el tiro de gracia. Según recogen los comentarios de algunos presos que quedaron vivos, este jesuita, llegó a machacar la cabeza con un enorme crucifijo a un preso que estaba a punto de ser fusilado El motivo, no quiso confesarse.
Esta cárcel tuvo tres épocas bien definidas, desde su inicio como centro de represión franquista en agosto de 1936 hasta su cierre, en marzo de 1943. En el primer periodo, hasta abril de 1937, y aprovechando las instalaciones de este antiguo convento y lazareto se instaló en las primeras semanas de la guerra una especie de cárcel provisional para presos gubernativos que aún no habían sido encausados por la jurisdicción militar, con el propósito en muchos casos de sacarlos, bien entrada la noche, y conducirlos a juicios militares o directamente asesinarlos. En esa época, muchos de los detenidos de San Simón fueron víctimas de sacas organizadas por elementos de Falange y por los llamados "cívicos", y ejecutados en las cunetas de las carreteras y ante los muros de los cementerios. Según testimonios, el director de San Simón y de las prisiones de Pontevedra, Lago Búa, y el médico forense Bustelo, fueron responsables, junto con el teniente Rodríguez de la Guardia Civil, de muchos "paseos". El segundo periodo se produjo al derrumbarse los frentes del Norte, por lo que muchos prisioneros fueron conducidos (por ejemplo, desde el barco-prisión "Upo Mendi", o desde el campo de Camposancos) a esta cárcel provisional en funciones de campo de concentración, para ser directamente asesinados ("ejecutados") tras su llegada a la isla. Así y tras la caída del frente de Asturias, se llegó a una pronta masificación al coincidir simultáneamente más de 2.500 presos en la isla, en terribles condiciones de hacinamiento (a la hora de dormir eran colocados en el suelo como sardinas en lata, haciéndose necesario el silbido del guardia para cambiar de lado a la hora de dormir). Hubo muchas muertes por enfermedades por la falta de higiene y el hambre. Por último, desde el fin de la guerra a marzo de 1943, fue una época en la que concentró a los presos mayores de sesenta años de edad, alguno de hasta más de 80 años, trasladando a centenares de ellos desde todas partes de España. La isla no estaba tan masificada, con entre 600 y 700 presos, aunque con un número de muertos muy elevado. Sólo en 1941, conocido como el "ano da fame" (año del hambre), fallecieron 250 personas en San Simón. El 12 de Febrero de 1943, coincidiendo con el principio del fin de la Alemania Nazi, se evacua la isla de "despojos humanos", mediante decreto de Franco en el que se posibilitaba que los reos pudieran escoger destino penitenciario. por decreto de 17 de Diciembre de 1943. Por su edad y por las penosas condiciones físicas a las que habían sido conducidos, 274 septuagenarios pudieron ir libremente a morir a sus casas, como antes lo hicieron en la isla miles de republicanos y antifranquistas allí fueron asesinados.
En 1950, una forma de "justicia poética" quiso que 50 miembros de la Guardia de Franco que pasaban allí sus vacaciones, casi todos falangistas, a su regreso a la costa en la barca "Monchiña", al caer uno de ellos al mar y el resto en su intento de ayudarlo, provocó que la barca volcara y 43 de ellos murieron ahogados.
Ese día lucia el sol y el mar estaba en plena calma.
A raiz de la "tragedia" San Simón fue cerrada a cal y canto, y así estuvo hasta 1955, año en el que sus instalaciones acogieron una especie de escuelas de formación para huérfanos de marineros, actividad que duró hasta 1963.
LISTADO DE PRESOS DEL CAMPO DE CONCENTRACIÓN DE LA ISLA DE SAN SIMÓN (en formato PDF):