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Si hubo un símbolo que los golpistas del 36 quisieron destruir en Mallorca fue el de esta mujer izquierdista, “espíritu emancipado” y líder social
Identifican los restos de Aurora Picornell, la “Pasionaria” de Mallorca, en una fosa común de Manacor
Aurora Picornell era ya el símbolo más destacado de la brutal represión fascista en Mallorca antes de que el Presidente ultraderechista del Parlamento autonómico balear arrancase su foto de las manos de la diputada socialista Mercedes Garrido y la rasgase ante los ojos (aún) incrédulos de buena parte de la sociedad española. Puede resultar sorprendente que quien se jacta de tener una esmerada educación católica no sea capaz de calibrar la fuerza simbólica de los mártires, de esos mártires civiles que son las víctimas del franquismo, asesinadas y arrojadas a fosas sin nombre hace más de 80 años y muy recientemente rescatadas del olvido simbólico, aún sin rescatar en su mayoría de las fosas reales donde intentaron acallar sus voces con balas y sepultar sus ideas con la tierra manchada de sangre por sus verdugos. Tal vez porque el fascismo crece en la ignorancia, creyeron que la fuerza de las ideas, los valores, las palabras, desaparecería con la vileza de la ejecución sumarísima. No fue así, aunque se perdieron muchos recuerdos y trágicas historias familiares, siempre por miedo nunca por vergüenza, hubo destacados casos que superaron la barrera del silencio impuesto y de la larga espera, dando respuesta colectiva a esa súplica de Julia Conesa, una de las Trece Rosas: que mi nombre no se borre de la historia. Así sucedió con Aurora Picornell.
Aurora Picornell (1912-1937) era hija de su tiempo y sin embargo, avanzada a su época. De familia trabajadora, vecina de un barrio de Palma, El Molinar, que destacaba por ser obrero y con fuerte presencia de movimientos izquierdistas; su padre, Gabriel Picornell, participó de reivindicaciones laborales, militó en el socialismo mallorquín y probablemente fue uno de los fundadores de la primera Agrupación Comunista, el ambiente en el que creció Aurora era de un claro compromiso social que ella desarrollaría desde muy joven. En enero de 1931, en el semanario socialista “El Obrero Balear” el diputado en las Cortes Constituyentes, Alexandre Jaume, se refería a la sorpresa que le causó la joven activista en un acto de la Liga Laica: ”Por la valentía que supone en estos tiempos de tanta cobardía y en una sociedad como la nuestra, de perfecto andamiaje medieval, herméticamente cerrada a todas las ideas liberadoras, desafiar el boicot, las desconsideraciones sociales, las injurias y las groserías con que piadosamente suelen ser obsequiados quienes como Aurora Picornell tienen su espíritu emancipado de trabas y supersticiones seculares”. Pronto destacó como activista y como oradora, tanto dentro de la estructura del Partido Comunista en Mallorca, del que era una de sus principales dirigentes, como en el movimiento sindical. Todo ello hizo de Aurora rápidamente una líder destacada, oradora habitual en numerosos actos, incluso cuando vivió en Valencia, según su biógrafo, David Ginard, siguiendo a su pareja, el supuesto agente del Komintern, Heriberto Quiñones.
El 18 de julio de 1936, Aurora Picornell tenía previsto viajar a Barcelona para asistir a la Olimpiada Popular que debía celebrarse en esta ciudad, pero ante las noticias llegadas sobre el levantamiento del ejército de África, Aurora decidió quedarse en Mallorca. El 19 de julio ya estaba detenida, pasaría los siguientes meses entre la prisión provincial y la improvisada cárcel de mujeres de Can Sales, lugares donde las presas se hallaban hacinadas y en condiciones insalubres. Saldría de allí sólo para ser asesinada junto a sus compañeras, conocidas como las “rojas del Molinar”, Maria y Antonia Pascual, la madre de éstas, Catalina Flaquer y Belarmina González; así el 5 de enero de 1937, trágica noche de reyes, con 24 años, era asesinada “la pasionaria mallorquina”. Sucedieron cuatro décadas grises de un silencio fruto de la sistemática, brutal y casi total aniquilación del movimiento obrero de las islas, que sin embargo no hicieron más que acrecentar el mito. Los homenajes se sucedieron desde mediados de los años 70 y durante los años 80, se le dedicaron calles, un colegio, y diferentes entidades llevan su nombre. El Consell de Mallorca la declaró Hija Predilecta de la isla en el año 2017.
Si hubo un símbolo que los golpistas del 36 quisieron destruir en Mallorca fue el de Aurora Picornell, mujer, izquierdista, “espíritu emancipado” y líder social, todo aquello que querían aniquilar quienes pretendían mantener una sociedad inamovible en sus estructuras sociales, controlada en lo moral por la Iglesia, con una clase obrera sumisa y callada. Todo eso lo quisieron borrar con las balas una noche de reyes de hace 87 años, no pudieron, la pluma (de nuevo otro símbolo) que se encontró entre los restos de Aurora, recuperados en el cementerio de Son Coletes (Manacor), fue más fuerte que el fusil. En un acto emocionante los restos fueron devueltos a las familias en un auditorio lleno a rebosar, en enero del 2023, donde vibraron músicas de liberación, sueños de emancipación, presididos por un Gobierno autonómico satisfecho de devolver la dignidad a las víctimas y sus familias, aunque fuera con tantas décadas de retraso. Eso es lo que quieren borrar ahora los que se declaran, aún sin decirlo abiertamente, herederos de la peor etapa de la historia contemporánea de España, quieren borrar esa dignidad, que no son otra cosa que leyes, leyes de memoria, leyes que reconocen derechos, que hacen justicia, porque para eso existen las leyes. Las leyes las podran derogar (de momento) pero los símbolos como Aurora Picornell, que han atravesado etapas mucho peores que esta, vuelven a demostrar que frente a los ataques de la sinrazón, sea con la destrucción de una placa o el romper una foto, únicamente se vuelven más grandes y más poderosos. Querer apartar de la tribuna y finalemente rasgar violentamente la foto de Aurora Picornell fue una demostración de odio, de un odio incomprensible después de 40 años de democracia, un odio incompatible con el mismo significado de la palabra democracia. Hoy Aurora Picornell ya no es sólo el símbolo de la izquierda de las Illes Balears, es el símbolo de la lucha por la dignidad y los derechos de las víctimas de la dictadura franquista en todo el país.
Cosme Bonet es exsenador y Secretario de Organización del PSIB-PSOE.
Quiénes eran las 'Roges del Molinar', fusiladas por el franquismo y cuya foto ha roto el presidente del Parlament balear
Sádicos franquistas asesinaron hace 87 años a cuatro palmesanas militantes del PCE en la “Noche de la ilusión”
Las Rojas del Molinar
Este martes se ha vivido en el Parlament de Baleares una jornada ignominiosa con un hecho que retrata cómo es de inhumana, además de grosera y maleducada, la extrema derecha que representa Vox.
El presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, ha arrancado y destrozado la foto de Aurora Picornell y las Roges del Molinar, mujeres represaliadas por el franquismo, durante la derogación de la Ley de Memoria Democrática de Baleares que se vota hoy en la Cámara Autonómica.
Le Senne ha roto las fotografías que portaban las diputadas socialistas Mercedes Garrido y Pilar Costa mientras criticaban la derogación de la Ley de Memoria Democrática de Baleares por parte de la mayoría del PP y Vox. En ese momento se iba a proceder a votar la derogación en la Cámara Autonómica.
El presidente del Parlament, en un hecho inaudito ha llegado incluso a golpear el ordenador de una de las diputadas y luego, ha roto las fotografías que portaban las diputadas socialistas tras negarse ambas a retirarlas como forma de protesta para defender la memoria de las víctimas del franquismo. Le Senne ha justificado su acción porque la mesa de la Cámara “debe mantenerse neutral” y las mencionadas fotos no podían ocupar ese lugar.
Pero ese hecho tan bochornoso no ha terminado ahí, sino que Le Senne ha ido más lejos y ha expulsado a las dos diputadas socialistas tras destrozar las imágenes de las Roges del Molinar.
¿Quiénes eran “Las Rosas del Molinar”?
Se trataba de cinco activistas de izquierdas fusiladas por sádicos franquistas en la Noche de Reyes del 5 de enero de 1937. Cinco jóvenes mártires de la libertad, entre las que destacaba por su liderazgo y lucha, Aurora Picornell. A las cinco se las recuerda como “Las Rojas del Molinar” por su pertenencia al PCE y por vivir en este humilde barrio de la Palma de Mallorca.
La Noche de Reyes del 5 de enero de 1937 no fue precisamente la noche de la ilusión para Aurora Picornell y cuatro mujeres más. Fue todo lo contrario, una noche trágica en la que los franquistas baleares arrancaron la vida de estas jóvenes. Asesinadas a golpe de pelotón de fusilamiento paradójicamente junto a un símbolo cristiano, la Cruz de Porreres. Luego de ser abatidas, las mujeres militantes del Partido Comunista y feministas, fueron arrojadas a una fosa común del cementerio. También con ellas, doce hombres activistas de izquierdas, fueron unidos en tan trágico fin del fusilamiento y la fosa común por el grupo de falangistas.
La historia de estas cinco jóvenes mártires de la libertad las recuerda como “Las Rojas del Molinar” por su pertenencia al PCE y por vivir en este humilde barrio de la Palma de Mallorca de los años 30. Un barrio eminentemente obrero, de pescadores y trabajadores de las primeras fábricas palmesanas de gas y curtidos y que destacó por su gran número de organizaciones defensoras de los derechos de los trabajadores y que durante la II República fue uno de los principales feudos del Partido Comunista. Su nombre, El Molinar, deriva de la existencia de hasta 28 molinos harineros que daban una especial fisonomía a la zona.
Fue en un bar de este barrio del Molinar donde poco después de ser fusiladas las cinco mujeres comunistas, un falangista mostró a quienes allí estaban un sujetador manchado de sangre afirmando tétricamente alborozado: "Mirad, mirad, son los sostenes de Aurora". De esta repugnante y asquerosa forma se “comunicó” a todo el barrio que Aurora Picornell, había sido fusilada.
Asesinadas madre e hijas
En esa noche de Reyes de hace 87 años, fueron asesinadas Aurora Picornell Femenías, Catalina Flaquer Pascual, sus hijas Antonia y María Pascual Flaquer, y Belarmina González Rodríguez, todas ellas unidas por su militancia comunista y residir en el Molinar. Ese fue el canallesco escenario, de madre a hijas, en la Noche de Reyes, todo un “regalo” para los fascistas.
Las cinco mujeres fueron encarceladas en la prisión de Can Salas como presas preventivas. Un 5 de enero de 1937 se las llevaron a Porreres y luego las fusilaron en el cementerio. Nunca volvieron, pero siempre se las recordará y estarán en la mente de todos los demócratas de Mallorca como “Las Rojas del Molinar”.
De este grupo quien más destacaba fue Aurora Picornell y ello a pesar de contar con solo 25 años cuando le robaron su vida. La ideología le venía a Aurora de sangre, pues sus padres eran unos destacados miembros del Partido Comunista. Con tanto solo 17 años ya escribió un libro reivindicativo de los derechos de las mujeres junto a dos autoras más, todo ello fruto de su contacto con una famosa feminista, Margarita Leclerc, que residía en S'Arenal. Con 18 años ya era activista en la Lliga Laica de Mallorca. Poco más tarde su compromiso le lleva a crear el Sindicat de Sastresses (Sindicato de mujeres costureras). Se implicó en Socorro Rojo Internacional y fue máxima dirigente del PCE de las Islas Baleares. Esta costurera valiente recorría los pueblos de la zona denunciando, con nombres y apellidos, a quienes abusaban de los trabajadores. Con todo ese bagaje de importante compromiso y acción política no extraña que se la conociera popularmente como La Pasionaria de Mallorca.
Identificadas 80 años después y enterradas con dignidad
A finales de 2022, tras el trabajo de colectivos memorialistas e impulso del Gobierno balear (entonces presidido por Francina Armengoll), se logró identificar los restos de Aurora Picornell, la Pasionaria de Mallorca, Junto a ella estaban los restos de las otra cuatro asesinadas. Posteriormente, fueron también identificadas.
Los restos de Las roges del Molinar ya descansan en Capdepera, ochenta y seis años después de haber sido asesinadas. El Govern y la familia rindieron homenaje a las víctimas de la represión franquista y le dieron un justo y digno entierro.
Quién fue Aurora Picornell, ‘la Pasionaria mallorquina’ cuya foto rompió el presidente del Parlamento balear
El Gobierno estudia denunciar al presidente de la Cámara regional, de Vox, por arrancar una foto de la víctima de la Guerra Civil durante un pleno celebrado este martes
El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha anunciado este miércoles que se plantea acciones judiciales contra el presidente del Parlamento balear, Gabriel Le Senne (Vox), que el martes, durante una sesión plenaria, arrancó una foto con imágenes de víctimas de la Guerra Civil del atril de la vicepresidenta segunda de la Mesa. El Parlamento de Baleares aprobó en esa sesión, con los votos a favor del PP y Vox, la toma en consideración de una proposición de ley presentada por la extrema derecha para derogar la ley autonómica de Memoria y Reconocimiento Democráticos. La fotografía que desprendió Le Senne corresponde a Aurora Picornell. ¿Quién fue Picornell y por qué su imagen fue expuesta por la diputada socialista?
Conocida como La Pasionaria mallorquina, fue asesinada por el franquismo la noche de Reyes de 1937. Modista de profesión, era la responsable de la organización de mujeres del Partido Comunista en las Islas Baleares. En los primeros días del golpe de Estado que dio origen a la Guerra Civil fue detenida, encarcelada y hecha desaparecer con otras compañeras. Fue la noche del 5 de enero de 1937. Tenía 25 años, estaba casada y era madre de una niña pequeña. Tal y como recuerda El Diario de Mallorca este miércoles, la capturaron en julio de 1936, mientras se refugiaba en una casa de Palma. De allí fue trasladada a una prisión franquista de mujeres y, seis meses después, la encargada de la misma gritó su nombre junto a otras tres compañeras:
―Salgan, que las piden.
La familia Picornell es un paradigma de la brutalidad represión franquista. El padre, Gabriel Picornell, carpintero, fue asesinado también en Porreres en enero de 1937. Militó en el Partido Socialista y en los años veinte fue uno de los impulsores de la Agrupación Comunista de Palma. Se casó con Joana Femenías y tuvieron siete hijos, tres de los cuales ―Aurora, Gabriel e Ignasi― fueron asesinados. El más pequeño, Joan, logró huir a Francia durante la Guerra Civil, pero acabó en un campo de concentración nazi de Dachau (Alemania) y falleció también poco después de su liberación por las durísimas condiciones de vida en el campo. Su hermana Llibertat dejó Mallorca con 15 años y se exilió primero en México y luego en Francia, donde pasó el resto de su vida.
Los restos de Picornell fueron hallados por el Gobierno balear en 2022 tras una exhumación en una fosa común en el cementerio Son Coletes. “Hoy es un día histórico”, declaró el entonces vicepresidente balear, Juan Pedro Yllanes. “Estamos muy orgullosos de haberla encontrado porque sus verdugos querían borrarla de la historia, pero no se han salido con la suya. Aurora vuelve a casa”.
Los restos, como explicaba aquella mañana la arqueóloga forense Almudena García-Rubio, de la sociedad de ciencias Aranzadi, presentaban tres disparos en el cráneo, además de en una costilla, y en el cúbito y radio del brazo izquierdo. Entre los huesos, a la altura del tórax, apareció una pluma estilográfica. Sindicalista y feminista, Picornell fue la impulsora del Día de la Mujer Trabajadora en Mallorca.
El 28 de enero de 2023 sus restos fueron entregados a su familia en un acto muy emotivo. “La historia no puede construirse desde el olvido”, dijo el sobrino de Picornell, Jorge Molinero Picornell, tras subir al estrado, en una crónica recogida por elDiario.es.
La escena en el Parlament balear
La imagen de Picornell fue colocada este martes delante de un ordenador por una diputada socialista, que forma parte de la Mesa, durante un pleno en el Parlamento balear. El presidente del Parlamento, de Vox y visiblemente molesto, le dijo: “Para preservar la neutralidad de la Mesa, les ordeno que retire esos retratos de sus ordenadores”. La diputada socialista pregunta: “¿En base a qué artículos?”.
―La llamo al orden por primera vez—, insiste el presidente —Le ruego que retire esos retratos. Ya los ha tenido un buen rato, por favor, retírenlos.
―Estos retratos están aquí como acto de justicia.
Después de llamar al orden por segunda y tercera vez, el presidente de la Cámara ordena a las diputadas socialistas que abandonen la sala y arranca con fiereza las fotografías. Garrido protesta: “¡No puede tocar mi ordenador, presidente!”. Pero él insiste: “Abandonen la sala”.
Las dos parlamentarias salen del hemiciclo entre las quejas del grupo parlamentario socialista. Le Senne insiste: “Guarden silencio o expulsaré a más gente. La Mesa debe ser neutral”.
La actitud del dirigente de Vox ha llegado este miércoles hasta el Congreso de los Diputados, donde se celebraba la sesión de control al Gobierno. Pedro Sánchez ha dicho, durante su turno de réplica al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que el comportamiento de Le Senne fue “execrable”, y ha añadido que “merecería la reprobación y la [petición de] dimisión” de la mayoría parlamentaria que en Baleares tienen el PP y Vox.
Aurora Picornell, la 'Pasionaria de Mallorca' fusilada por el franquismo, regresa junto a sus familiares
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“Mirad, mirad los sostenes de Aurora”. Así cuenta la historiografía que un hombre, “un personaje tristísimo del fascismo ciudadano”, entró en un bar de Es Molinar (Palma) y, visiblemente feliz, sacaba un sujetador del bolsillo y anunciaba la muerte de Aurora Picornell, popularmente conocida como la Pasionaria de Mallorca. La noche anterior, víspera de Reyes de 1937, los golpistas habían acribillado a tiros a la responsable de la organización de mujeres del Partido Comunista en Balears, hoy convertida en icono de la memoria histórica y del republicanismo. El relato acerca de cómo se difundió la noticia de su fusilamiento la recogió el historiador mallorquín Llorenç Capellà en su libro Diccionari Vermell, en el que da cuenta de los pormenores que rodearon al asesinato de la militante comunista.
Este sábado, los restos de Aurora, de su padre, Gabriel Picornell, y de las otras cuatro 'rojas del Molinar' fusiladas junto a Picornell han sido entregados a sus descendientes en un emotivo acto en el que han estado presentes la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, la ministra de Igualdad, Irene Montero, y otras numerosas autoridades, además de familiares de víctimas represaliadas por el franquismo y una amplia representación del ámbito civil. Entre 'vivas' a la República, gritos de “a por la Tercera” y “frente al fascismo, ni un paso atrás” y con el Himno de Riego de fondo, los féretros han presidido una ceremonia que ha llenado al completo el Conservatorio de Música de Palma: 540 personas han podido seguir el acto y más de cien se han quedado fuera.
En un día histórico, el conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática del Govern balear, Juan Pedro Yllanes, anunciaba el pasado 20 de octubre la identificación por ADN de los restos de Picornell tras casi noventa años enterrados en la fosa número tres del cementerio de Son Coletes, en la localidad mallorquina de Manacor, donde fueron hallados en noviembre de 2021 en el marco de la segunda fase de excavaciones y exhumaciones llevada a cabo en el camposanto. Presentaba tres disparos en el cráneo: uno había entrado por el occipital, otro por la sien derecha y otro por la zona facial izquierda. Este sábado, en otro día histórico, Picornell ha regresado a casa.
Nacida en 1912, casada y con una hija pequeña, Picornell era modista de profesión. Fue miembro de la directiva de la Liga Laica de Mallorca, sindicalista y feminista, además la primera impulsora del Día de la Mujer Trabajadora en Mallorca. La militante fue detenida en los primeros días tras el golpe de estado militar. Y es que, después de que el 19 de julio de 1936 el recién proclamado comandante militar de Balears Manuel Goded declarase el estado de guerra en las islas y asumiera el control absoluto de Mallorca y Eivissa, se desataba en las islas una dura represión que, como sostiene el historiador Bartomeu Garí Salleras, ya había sido planificada meses antes del conflicto y sería perfectamente ejecutada por falangistas, militares, autoridades civiles, redes clientelares de derechas, capellanes e, incluso, por familiares de las propias víctimas.
Picornell fue encerrada primero en la Prisión Provincial de Palma y en la Prisión de mujeres de la calle Sales después. Desapareció junto con otras compañeras la noche del 5 de enero de 1937. Junto a sus restos también aparecieron los de otras cuatro mujeres. Esta misma semana, el Govern anunciaba que se trata de las otras cuatro 'Rojas del Molinar': Belarmina González, Catalina Flaquer y sus hijas Maria y Antònia Pascual Flaquer, conocidas luchadoras antifascistas.
El sobrino de Picornell: “La historia no puede construirse desde el olvido”
El acto celebrado este sábado ha dado comienzo con la colocación de los seis féretros -los de las cinco 'Rojas' y el de Gabriel Picornell- sobre un atril que coronaba la ceremonia. Detrás, la Banda de Música de Palma y varios xeremiers que a lo largo del homenaje han interpretado, entre aplausos y emoción no contenida, el Himno de Riego, la Internacional, Bella Ciao y el Intermezzo de Cavalleria Rusticana, de Pietro Mascagni.
“La historia no puede construirse desde el olvido”, ha proclamado el sobrino de Picornell, Jorge Molinero Picornell, tras subir al estrado. Visiblemente emocionado, el familiar de la Pasionaria de Mallorca ha manifestado que el hallazgo de sus restos “culmina esta vuelta a casa de la hija predilecta de Palma y consolida el triunfo de la verdad y la justicia”. Y, además de recordar tanto a Aurora como a su madre, ha apelado a tener “bien presentes los peligros que nos acechan: por desgracia, continúa la bestia inmunda de la intolerancia”, para finalizar que “lo que más me duele es que no haya sido mi madre quien haya podido hablar en este acto”.
Previamente, Carlos Fernández, en nombre de 'las Rojas del Molinar' y nieto de una de las represaliadas, ha recordado a las víctimas y ha llamado la atención sobre el hecho de que no se haya encontrado a ningún descendiente de Belarmina González, “una persona que merece mi máximo respeto y admiración”. “Ha sido un duelo muy largo y muy doloroso”, ha remarcado.
Tras él han tomado la palabra Irene Montero y Yolanda Díaz. En su intervención, la ministra de Igualdad, quien se ha referido a las 'Rojas del Molinar' como “luchadoras de la democracia”, ha subrayado que “la memoria es saber quiénes somos, de dónde venimos y por qué estamos aquí”. “Empecé a militar en una organización que se sentía heredera de la organización a la que pertenecían ellas. Es un honor saber estar donde estamos, combatiendo la impunidad y honrando nuestra democracia. La memoria no es nostalgia, si hoy podemos seguir conquistando derechos es porque otras han venido antes para defender los derechos humanos y la libertad”. Asimismo, ha recalcado la “importancia de parar los pies a los reaccionarios. Las feministas sabemos que cuidar la memoria es una condición necesaria para seguir conquistando esos derechos”, ha sentenciado.
Yolanda Díaz: “Hoy celebramos la reparación de la injusticia”
Por su parte, Díaz, quien ha sido ovacionada y recibida entre gritos de “presidenta”, ha comenzado su discurso manifestando que el de la Internacional “es uno de los himnos más hermosos”, para aseverar acto seguido que “sin memoria no hay futuro. Nada se construye sobre el olvido”. “Hoy rendimos homenaje a mujeres valientes que lucharon contra el fascismo. La memoria democrática es un acto de amor y una lección para que todo el país no sea indiferente. El partido del odio tiene muchos nombres; frente a esos partidos, se llamen como se llamen, ganará siempre la democracia”, ha enfatizado.
Y ha continuado: “Hoy celebramos la reparación de la injusticia. Olvidadas durante el genocidio y la dictadura cruel fascista, a todas las víctimas se consagra la Ley de Memoria Histórica. Y esta es una tarea que nos convocará de por vida, la de proclamar la altura moral de los valores democráticos. Hemos tardado, pero lo hemos hecho”.
Por su parte, la presidenta del Govern, Francina Armengol, ha subrayado, en esta misma línea, que “no han conseguido que olvidemos” a las 'Rojas del Molinar'. “Son un símbolo y un icono de nuestro pueblo, lucharon sin miedo y compromiso por la democracia, por el feminismo, por los derechos trabajadores y esto es lo que nos hace fuertes como sociedad”. La dirigente socialista ha recordado que, tras la aprobación de la Ley de Fosas, han sido hallados hasta el momento los restos de 240 víctimas de la represión franquista, de los que cuarenta cuerpos ya han sido devueltos a sus familiares. “Fueron asesinados vilmente. La represión fue muy dura en Balears y no descansaremos hasta que no los encontremos a todos. Hoy somos un pueblo mejor, continuemos así”, ha remachado.
Mientras tanto, Yllanes ha aseverado que el acto de este sábado permite “cerrar una herida abierta durante demasiado tiempo”. “Hoy es un día de reparación de la dignidad de las víctimas, de sus familiares y del conjunto de la sociedad. Más de 86 años de aquella noche, las 'Rojas del Molinar' se han convertido en un símbolo más vivo que nunca de democracia, antifascismo y feminismo”, ha recalcado, asegurando que “no perderemos tiempo en encontrar a todas las personas desaparecidas. El franquismo las mató, pero no sus ideas”.
“Haber identificado a Aurora Picornell y a las 'Rojas del Molinar' supone cambiar la historia democrática de Balears”, ha proseguido para, finalmente, pedir “perdón” por “llegar tarde” y dar “gracias” a todos los que han hecho posible este acto. “Este Govern siempre transitará el camino de la memoria, la justicia y la reparación”, ha concluido.
Balears, pionera y referente en políticas de memoria histórica
También ha intervenido durante el acto la presidenta de Memòria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, quien ha celebrado el retorno a casa de los restos mortales de las seis víctimas. “Hoy sí puedo decir lo orgullosa que estoy de mi Govern, que ha impulsado las políticas públicas de memoria, que han permitido que este sábado estemos homenajeando a Aurora Picornell y las 'Rojas del Molinar' y retornando a sus familias sus restos mortales. Sin duda, somos el orgullo y el espejo de muchas comunidades autónomas, somos pioneros y referentes y eso para una víctima es lo más importante”, ha enfatizado.
Oliver, acompañada de la investigadora y activista Margalida Capellà Fornés, ha destacado que la recuperación y el retorno de los restos son “una victoria de las víctimas, de sus familiares, que nunca han desfallecido, y de todos los que luchamos por la memoria. En definitiva, es una victoria de la democracia”.
Tras las intervenciones, numerosos representantes de la sociedad civil mallorquina han llevado a cabo una ofrenda floral a las seis víctimas del franquismo. El auditorio ha vuelto a estallar en un extenso aplauso. Acto seguido, la Banda de Música interpretaba el himno oficial de Mallorca, 'La Balanguera'. Tras ello, los familiares de Aurora Picornell, su padre y 'las Rojas del Molinar' subían al escenario para recoger los féretros y conducirlos hasta los coches fúnebres que aguardaban fuera del Conservatorio.
Por la tarde, os restos de Catalina Flaquer, Antonia Pascual Flaquer y Maria Pascual Flaquer ya descansaban en Capdepera, de donde eran originarias, 86 años después de haber sido asesinadas.
Picornell, encontrada junto a su pluma estilográfica
Cabe recordar que, junto a los restos de Picornell, aparecieron diversos objetos, en su mayoría elementos de vestimenta, y también una pluma estilográfica jaspeada. El cuerpo se encontraba en buen estado de conservación e inicialmente se estimó de sexo femenino, una edad de entre 23 y 35 años y una estatura aproximada de 151 cm. Además de los disparos en el cráneo, en el poscráneo fueron identificadas lesiones perimortales por el paso de un proyectil de arma de fuego en la cuarta costilla derecha y en el cúbito y radio izquierdos, a la altura de la muñeca. También presentaba una fractura de posible origen contuso en el peroné derecho.
El hallazgo de sus restos en el cementerio de Son Coletes descartaba la hipótesis hasta entonces extendida por la historiografía de que había sido enterrada en la fosa de Porreres, donde sí fue identificado su padre. Los restos de Gabriel Picornell fueron localizados en la fosa número 10 del cementerio, exhumada en febrero de 2021.
La exhumación del cementerio de Son Coletes
Cabe recordar que, entre noviembre y diciembre de 2021, la Sociedad de Ciencias Aranzadi, en colaboración con Àtics, llevó a cabo los trabajos de la segunda fase de excavaciones y exhumaciones de Son Coletes, donde se localizaron siete fosas comunes con víctimas de la represión franquista en las que fueron recuperados un total de 38 esqueletos en posición primaria, además de fragmentos óseos con trauma perimortem correspondientes a otras 22 personas. En la fosa número tres fueron identificados tres grupos que corresponderían a momentos diferentes de enterramiento.
El grupo 3 de la fosa tres estaba formado por cinco esqueletos, tres de ellos recuperados completos y dos representados sólo por sus extremidades inferiores, ya que la fosa se vio afectada por la construcción de las criptas en los años cincuenta. Uno de los esqueletos completos correspondía a Aurora Picornell, como explicó, durante el anuncio de su identificación, Almudena García-Rubio, arqueóloga forense de la Sociedad de Ciencias Aranzadi y coordinadora de los trabajos de exhumación.
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