Aquel enfrentamiento no sirvió para alterar el curso de la guerra, aunque Cartagena sería el único teatro de operaciones en el que el movimiento casadista, que traicionó al gobierno republicano legal, fracasó rotundamente.
Floren Dimas

Sembrada de edificios derruidos por los bombardeos casi diarios, la moral de resistencia de Cartagena estaba hundida, algo a lo que no era ajena la acción derrotista de la Quinta Columna pro franquista, infiltrada en todos los escalones de mando y en todos los buques y dependencias militares, llegándose a media mañana de tal día como hoy, a izar la bandera bicolor en el edificio de Intendencia Militar en la Muralla del Mar, mientras escasos núcleos de resistencia salpicaban de disparos varias zonas de Cartagena.
Los falangistas salen de sus escondites proveyéndose de armas de los militares sediciosos, mientras escasos núcleos de la Infantería de Marina y del 7º Batallón de Retaguardia (milicianos), hacen frente a los sublevados. A las 18 horas llegan al Albujón, en las proximidades de Cartagena, el primero de los cuatro batallones de la 206 Brigada Mixta, enviado por el gobierno de Negrín para restablecer el orden republicano en la ciudad, una unidad de composición mayoritariamente comunista bragada en los combate y bien armada, que durante la noche y los dos días siguientes combate la intentona, reduciendo posiciones y cuarteles, con escasas bajas entre las facciones, y algunas ejecuciones de facciosos, realizadas por fuerzas de la 206 BM, llegando a reunir en un campo de concentración improvisado en una finca utilizada como campo de instrucción denominada “El Disloque”, a más de 5000 (sic) militares y algunos civiles sospechosos, la inmensa mayoría de los cuales son liberados en las horas y días siguientes.
Los falangistas salen de sus escondites proveyéndose de armas de los militares sediciosos, mientras escasos núcleos de la Infantería de Marina hacen frente a los sublevados
En la noche del día 6, los mandos rebeldes están detenidos, y todos los puestos estratégicos bajo el control gubernamental, en particular las estratégicas baterías de costa, que ya pueden impedir la llegada de refuerzos franquistas para los sublevados.
Y así llegamos a la mañana del día 7, en que tendrá lugar un intento frustrado de desembarco fascista, con el hundimiento del buque “Castillo Olite”, cargado con dos regimientos de infantería dispuestos a tomar la ciudad.
Pero esa es otra historia cuyo recordatorio reservamos para dentro de unos días.
Aquel enfrentamiento no sirvió para alterar el curso de la guerra, aunque Cartagena sería el único teatro de operaciones en el que el movimiento casadista, que traicionó al gobierno republicano legal, fracasó rotundamente.
De entre todas las obras y artículos publicados sobre el tema, recomiendo la obra “Arturo Espa (1905 -1976) Trayectoria de la Quinta Columna de Cartagena” publicado por el profesor de la Universidad de Murcia Pedro María Egea Bruno, que describe con todo detalle aquellos acontecimientos, catalogado y accesible en librerías.
Floren Dimas Balsalobre es oficial del Ejército del Aire
Miembro de la Asociación por la Memoria Militar Democrática (AMMD)
Delegado de la Asociación para la Memoria Histórica en la Región de Murcia AGE
Presidente de la Asociación Milicia y República (ACMYR)
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