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Pamplona ha inaugurado este lunes en su cementerio municipal un panteón para las víctimas del franquismo. Se trata de una ampliación del espacio construido en 2013 y que desde ahora albergará los restos de 15 personas asesinadas tras el golpe de Estado contra el Gobierno legítimo de la República en julio de 1936.
Integrantes de las asociaciones memorialistas han depositado 15 cajas, con los restos de otras tantas personas sin identificar asesinadas por el régimen franquista. “Son las primeras de muchas”, han apuntado desde el Ayuntamiento, ya que, según han explicado, el nuevo panteón tiene una capacidad para 280 cajas, casi cinco veces más que el anterior (60 cajas).
El alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, ha destacado que la ampliación de esta infraestructura “era una deuda moral, una necesidad democrática” no solo hacia las víctimas del franquismo, sino también hacia “quienes no se resignaron al silencio y reclamaron justicia para sus familiares”, porque “no se trata solo de enterrar con dignidad, sino de recuperar con dignidad la historia de estas personas.
Por su parte la vicepresidenta del Gobierno de Navarra, Ana Ollo Hualde, ha enmarcado el acto en “un compromiso sostenido por las políticas públicas de memoria, una apuesta que tiene uno de sus ejes en la línea de la búsqueda, recuperación e identificación de las víctimas del franquismo, pero que va más allá, ya que en los tiempos actuales, supone apuntalar simbólicamente la importancia de recuperar la memoria para construir un futuro en paz y en convivencia ante las nuevas amenazas autoritarias”.
La existencia de un espacio de reconocimiento y recuerdo, como el panteón del cementerio de Pamplona, “es una demanda histórica del mundo asociativo memorialista”, han destacado desde el Ayuntamiento de Pamplona, además de una previsión de la Ley Foral 33/2013, de 26 de noviembre, de reconocimiento y reparación moral de las ciudadanas y ciudadanos navarros asesinados y víctimas de la represión a raíz del golpe militar de 1936. El panteón anterior se construyó en el año 2013; el nuevo ocupa 135 metros cuadrados presididos por un monolito rectangular de granito de gran tamaño.
El panteón está abierto a diferentes tipos de víctimas. Por un lado, a restos humanos de víctimas de la Guerra Civil o del franquismo desaparecidas y exhumadas conforme a la normativa foral, así como también a víctimas cuyos restos se hubieran encontrado en una fosa de Navarra, sin que haya sido posible su identificación.
Pero también aquellas cuyos restos se hayan encontrado en una fosa de Navarra y que, habiendo sido identificadas, bien no han podido ser entregadas a sus familiares o bien sus familias no han podido hacerse cargo de ellas. También restos de residentes en Pamplona fusilados e identificados, cuyas familias soliciten ser inhumadas en el panteón. Por último, este espacio también podrá acoger a las víctimas navarras que, habiéndose encontrado sus restos en fosas de otros lugares de España, y que, habiendo sido identificados sus cuerpos, no han podido ser entregados a sus familiares o estos no han podido hacerse cargo de ellos.

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