El Ayuntamiento obtiene una subvención para redactar el proyecto que busca devolver los restos de 52 represaliados del franquismo a sus familias

En el móvil, Antonio Ortega en una foto tomada en el cuadro 19 del cementerio de Alicante donde se encuentra una de las fosas comunes en la que permanecen sus restos. / Rafa Arjones
La subvención ha sido otorgada por la Conselleria de Justicia, según ha avanzado el alcalde de Aspe, Antonio Puerto, y ha confirmado posteriormente la propia conselleria a . La ayuda llega en un contexto de : el actual gobierno del PP ha limitado las ayudas para exhumaciones a 200.000 euros, frente a los 300.000 euros anuales que destinaba el anterior ejecutivo del . En total, las partidas para memoria democrática han pasado de cifras de entre 600.000 y 1,1 millones de euros a menos de la mitad.
Ley de Concordia
El nuevo marco normativo ha complicado además la petición de las ayudas. La asociación de familiares de represaliados del franquismo en el cementerio de Alicante se ha visto obligada a recurrir a los ayuntamientos para tramitar las ayudas, ya que la Ley de Concordia reserva estas convocatorias únicamente a entidades locales, mancomunidades y diputaciones, excluyendo a las asociaciones memorialistas. Esta modificación fue una propuesta impulsada por Vox y respaldada por el PP.
Localizar familiares para el ADN es un trabajo laborioso, muchos eran jóvenes y no dejaron descendencia directa
El proyecto de redacción ha sido adjudicado a la empresa Drakkar Consultores. De hecho, el arqueólogo Jorge García ya trabaja en la localización de familiares de las víctimas para recabar su consentimiento y obtener muestras de ADN: "Es un trabajo laborioso, porque muchos eran jóvenes y no dejaron descendencia directa. Buscamos hermanos o sobrinos-nietos, y en algunos casos sus familiares también tuvieron que exiliarse por temor a las represalias", explica García. En el equipo colabora también el profesor de Historia Contemporánea de la José Ramón García Gandía.

Flores a ninguna parte: familias alicantinas reclaman dignidad para sus seres queridos en fosas comunes / Rafa Arjones / Ramón Pérez
La fosa número 9 contiene a víctimas ejecutadas entre mayo y agosto de 1939, tras la caída de la República, en el marco de la represión franquista. Si los trámites avanzan correctamente, las labores de exhumación podrían comenzar a finales de 2026, siempre que se obtenga una segunda subvención, valorada por García en unos 70.000 euros, para financiar los trabajos arqueológicos y de identificación genética. Una cifra considerable si se vuelve a tener en cuenta que el actual Consell ha dado este año , lo que da idea de la magnitud del proyecto y de la inversión necesaria para intervenir esta fosa.
"Seguiremos trabajando junto con las familias y la asociación de víctimas para dignificar la memoria de estas personas y devolverles la identidad y el destino que nunca debieron perder", ha concluido el que confía en que el proyecto sirva para cerrar una herida que no debería de estar abierta todavía.
Carlos Rodríguez Medina, de 38 años, militar natural de Madrid, falleció el 17 de mayo de 1939. Eduardo Rubio Funes, de 48 años, militar nacido en Alicante, murió ese mismo día. Tomás Andreu García, agricultor de 26 años y natural de San Fulgencio, fue ejecutado el 22 de mayo de 1939, al igual que José Ballester Navarro, jornalero de 24 años de Daya Nueva; José Fenoll Bailén, panadero de 24 años de Alicante; José Martí Alberola, obrero de 56 años de Novelda; y Juan Montalvo Gordillo, dependiente de 28 años natural de Cáceres.
Luis Carranque Álvarez, de 34 años y vecino de Benidorm, falleció el 27 de mayo de 1939 sin oficio conocido. Ese mismo día murieron José María Jover Escolano, comerciante de 30 años de Novelda, y Cayetano Sánchez Alarcón, hilador de 24 años natural de Crevillent.
El 31 de mayo de 1939 fueron fusilados Francisco Alonso Vera, zapatero de 33 años de Novelda; Ernesto Conte Vaño, militar de 24 años de Alicante; Antonio Guillo Sierra, tejedor de 35 años de Elche; Constantino Navarro García, jornalero de 61 años de Novelda; Tomás Navarro Soriano, zapatero de 47 años también de Novelda; Antonio Rocha Calderón, agricultor de 50 años de Elda; Luis Santos Olcina, zapatero de 43 años de la misma localidad; Carlos Torres Soler, obrero de 43 años de Elche; y Antonio Vieco Albert, zapatero de 43 años de Elda.
Matías Ferrer Iborra, jornalero de 30 años de l’Alfàs del Pi, falleció el 10 de junio de 1939. El 15 de junio fueron ejecutados Santiago Bernabeu Aguado, zapatero de 36 años de Elda; Eleuterio Durá Romero, contable y obrero de 54 años de Pinoso; José Llorens Carbonell, jornalero de 31 años de Relleu; Jaime Ortín Cerdán, zapatero de 34 años de Elda; José Pujalte Benavente, empleado de 46 años de Aspe; y Ginés Rodríguez López, barbero de 24 años de Alicante.
El 11 de julio de 1939 murieron Manuel Bellod Orgilés, exalcalde republicano de Elda de 36 años; Antonio Beltrán Jiménez, zapatero de 59 años y también de Elda; Juan Beltrán Richarte, tallador de 33 años de la misma localidad; Antonio Candela Llorens, cantero de 34 años de Novelda; José Castelló Crespo, chófer de 41 años de Novelda; Matías Cayuelas Rizo, chófer de 47 años de Elche; Luis Coves Moya, chófer y mecánico de 44 años de Altea; Jaime Martínez Durá, cantero de 24 años de Altea; Antonio Martínez Pérez, alpargatero de 39 años de Novelda; Vicente Pérez Llorens, jornalero de 33 años de Relleu; y Vicente Ripoll Devesa, jornalero de 31 años de Altea.
José García Gil, natural de Mendigorría, falleció el 13 de julio de 1939 sin que consten su edad ni oficio. El 15 de julio fueron ejecutados Daniel Amorós Amorós, jornalero de 28 años de Algueña; Fidel Bernabeu Cortés, agricultor de 54 años de Tibi; Antonio Marhuenda Pastor, labrador de 26 años de Monóvar; Antonio Ortega Gutiérrez, militar de 51 años de Burgos; Nicolás Sepulcre Pastor, agricultor de 41 años de Monóvar; y Germán Verdú Pastor, agricultor de 34 años de Tibi.
El 16 de julio de 1939 murieron José Castelló Sandoval, Francisco Pérez Giménez y Eliseo Romero Pérez, todos naturales de Mendigorría, sin datos sobre su edad ni ocupación. El 17 de julio fueron fusilados José Abad García, agricultor de 51 años de Novelda; Ángel Bailén Ibáñez, recaudador de 43 años de Almería; y Juan Pérez Alfonso, jornalero de 34 años de Monóvar.
Ramón Aracil Verdú, jornalero de 31 años de Monforte del Cid, fue ejecutado el 3 de agosto de 1939. Finalmente, José Cantó Escolano, obrero de 35 años de Novelda, falleció el 8 de agosto de 1939.

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