_
Táctica de intimidación
RAMÓN COTARELO
La respuesta del Partido Popular al incipiente proceso por presuntas corruptelas en su seno no puede ser más dañina para el sistema democrático y la funcionalidad de las instituciones. Casi política de tierra quemada. Empezó siendo un ataque a la legitimidad de las instituciones al poner en cuestión la imparcialidad de la justicia o el funcionamiento de los órganos legislativos (caso de la Asamblea de Madrid) o la profesionalidad de las fuerzas de seguridad del Estado. A continuación ha pasado a tratar de amedrentar personalmente a los funcionarios y cargos responsables del funcionamiento de las instituciones.
Nadie puede negar que el Partido Popular como partido y su presidente en concreto han desatado una verdadera persecución del juez Garzón en todos los órdenes con una acumulación de recusaciones y denuncias, así como una sarta de descalificaciones de todo tipo que equivale a un acoso personal. La finalidad sólo puede ser intimidar al magistrado y conseguir su desistimiento como única forma de paralizar la acción de la justicia que está esclareciendo presuntos delitos cometidos por los militantes y cargos del partido.
A ello ha de sumarse la insólita y violenta diatriba del señor Cosidó, portavoz del Partido Popular en asuntos de seguridad en contra del ministro Pérez Rubalcaba y de la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado, a las que ha puesto bajo sospecha de partidismo con una irresponsabilidad que sólo cabe calificar de incendiaria. Después de amedrentar a los jueces, nada puede ser más dañino para el Estado de derecho que sembrar sospechas infundadas sobre la imparcialidad de las fuerzas de seguridad del Estado. Que estos procedimientos los usen los terroristas está en la naturaleza de las cosas; que recurra a ellos un partido conservador rompe la lógica misma del sistema.
Cierra el ciclo la agresividad del señor Trillo en contra del presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo por no sancionar al juez Garzón según sus innumerables requisitorias de parte. Que el señor Trillo lo hiciera en un tono impertinente, por decirlo con suavidad, ya es grave, pero que el Partido Popular pretenda que la sociedad española acepte lecciones de ética de ningún tipo de alguien con la ejecutoria del señor Trillo en materia de responsabilidades políticas rebasa los límites de lo aceptable.
Ningún partido democrático puede reaccionar a la apertura de un proceso penal en un Estado de derecho cuestionando las instituciones, especialmente la administración de Justicia, y tratando de amedrentar a quienes las representan y gestionan, porque eso implica una falta de lealtad a las reglas del juego que no puede ir en beneficio sino de quienes, en verdad, no creen en la democracia ni en el imperio de la ley. El Estado democrático, con todo, tiene instrumentos suficientes para contrarrestar estas agresiones y, sobre todo, cuenta con la opinión pública ciudadana mayoritaria, que ayudará a conseguirlo manifestando su apoyo a las personas y cuerpos sometidos a intimidación. El resultado se verá en las próximas elecciones europeas.
Ramón Cotarelo es Catedrático en Ciencias Políticas
_
Mar 21
El precio del ninot indultat
Tag: Espías de Madrid, La semana, PP — Ignacio Escolar @ 9:01 pm
« Rajoy, de alfeñique a líder carismático
Pasó la noche del fuego, la nit de la cremá, y en las cenizas de las Fallas Mariano Rajoy enterró el pasado. El líder del PP hizo la mili en Valencia. Dos veces. A los veinte años, cuando por primera vez sintió en su pecho el tamborileo trepidante de los petardos de una mascletá. Y la segunda el año pasado, cuando del congreso del PP en Valencia salió como el Cid, vencedor después de muerto.
Las Fallas, como casi todas las fiestas, nacieron como una celebración pagana, la del gremio de los carpinteros, que una vez al año limpiaban a fondo sus talleres y quemaban los despojos en grandes hogueras. A uno de ellos, un visionario, se le ocurrió vestir con ropa a una de las piezas y colgarle un cartel irónico. Y así, de la sátira, del deseo de la hoguera, nació la tradición. Más tarde, algún obispo, algún Borja, cuadró el santoral y pasó la noche de las hogueras a la noche del 19, al día de San José, patrón de los carpinteros.
El ninot indultat es un invento moderno: de 1934. Desde esa fecha, cada año hay un muñeco que se salva de la quema, que sobrevive a la nit de la cremá para pasar a la historia. Es uno, sólo uno, y se libra del fuego por votación popular. El ganador oficial de este año se llama “queridas mascotas” y es una niña vestida de fallera que juega con un perro, su mascota. El ganador extraoficial va vestido de Milano, con ceñidor italiano, y es un presidente autonómico imputado por aceptar sobornos. No ha sido la votación popular sino su mascota, Mariano Rajoy, quien le ha salvado de la quema, aunque su indulto dista mucho de durar para toda la historia.
De todos los argumentos que ha usado la derecha política y mediática para defender a Francisco Camps desde que Garzón enseñó algunas de sus cartas, desde que el famoso sastre explicó su historia, el más tramposo es el del precio. Un presidente autonómico no se vendería por algo tan barato, por sólo 12.783 euros en trajes y chalecos de fantasía, repiten sus defensores. Camps no es tan tonto como para dejarse comprar por tres trapos cuando además los trajes le podrían salir gratis igual como gastos de protocolo, dicen ahora los mismos que en su día criminalizaron a Pilar Miró. ¿A quién vas a creer? ¿A un sastre que ni siquiera es sastre o a todo un presidente autonómico, con su camisita y su canesú?, repiten desesperados.
Busquemos guía y luz en el marxismo, en los hermanos Marx. Preguntaba Groucho en uno de sus diálogos más celebrados: “Señorita, ¿se acostaría usted conmigo por un millón de dólares?. “Por supuesto”, respondía ella. “¿Y por un dolar”, repreguntaba Groucho. “Qué se cree usted que soy”, contestaba la dama, ofendida. “Eso ya ha quedado claro con la primera pregunta, ahora estamos negociando el precio”.
“Putos no faltan, lo que faltan son financistas”, decía Ricardo Darín en la genial Nueve Reinas. “No hay santos, lo que hay son tarifas diferentes”, recalcaba en la misma escena Darín haciendo una versión argentina de un dicho universal: todo el mundo tiene un precio. ¿Lo tiene Camps?
De demostrarse las gravísimas acusaciones que se le imputan, que su precio fuese popular, a la medida de todos los corruptos –tarifa Dacia Logan, no Jaguar V8– sería un agravante, no un eximente político: todo el mundo tiene un precio y el de Camps es de sólo 12.783 euros. Todo el mundo tiene un precio y el del presidente de la Generalitat valenciana sería tan barato que a saber qué no haría si la propuesta indecente fuese mayor. Todo el mundo tiene un precio y los había en Valencia que pasaban factura al Ministerio de Trabajo hasta de los chicles Trident. De las facturas de los trajes de Camps, sin embargo, nada se sabe.
El president de la Generalitat, que lleva semanas esquivando las preguntas de los periodistas, no sólo no aclara nada, no explica si pagó o no pagó esos trajes, sino que obliga con ello a la pobre Soraya Sáenz de Santamaría a elucubrar magistrales teorías económicas sobre la vida y la moneda. “Hay cosas que se pagan en metálico, cosas que se pagan con tarjeta, con transferencia… ¡es la vida misma!”, dice la mala Soraya, que no concreta a cuál de los tres subconjuntos de la vida misma pertenecen los 12.783 euros de Camps. Como dice otro presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, “si se probase que esos trajes se los han regalado sería terrible: quién coge poco, coge mucho”.
Mientras la Justicia aclara si Camps tiene una tarifa alta, baja o inexistente, el precio político que ha pagado Rajoy con su indulto resulta evidente. Por parecidas imputaciones, el PP ha suspendido de militancia o ha obligado a dimitir a la mayoría de los acusados por Garzón. A todos menos a dos: a Camps y a su número dos, el hermano de Kennedy, Ricardo Costa. Rajoy cubre así, con lealtad a la medida, las deudas de su segunda mili: el crucial apoyo de Camps cuando la lideresa amagó con asaltar el congreso de Valencia.
El indulto a Camps no le sale barato a Rajoy: no sólo liga su imagen política a la de un maniquí que puede acabar condenado por su buena percha, sino que también le ha obligado a ser igual de magnánimo con otros a los que no deseaba perdonar. De la misma nit de la cremá han salido indultados otros ninots de cara menos amable para el PP de Génova: los muñecos de la corte de Aguirre. Rajoy ha aprovechado el puente madrileño de San José –con festivalidad y alevosía– para dar carpetazo a la investigación interna sobre el espionaje en la villa y corte.
En Génova, más que por los anacletos, se muestran preocupados por las sombras de corrupción que manchan el gobierno de Aguirre: de la mansión de Granados al profesor de pádel de Ignacio González. En Madrid, donde la policía judicial no descansa, inquieta que la Operación Gürtel crezca aún más y el incendio suba a las plantas donde se pisa moqueta. Es lo malo del fuego: una vez encendida, la hoguera es muy difícil de frenar.
_
Traduccion inversa
Por Joan Garí
La larga agonía del ‘President’ Camps
Conforme se incrementan las noticias sobre el caso Camps, nuestra zozobra va en aumento. Teníamos al President de la Generalitat Valenciana por un político insustancial, beato, fachilla, tan estimulante intelectualmente como la merluza hervida. Lo que no nos esperábamos es que fuera un sinvergüenza y, especialmente, que se vendiera presuntamente por medio plato de lentejas. ¡Hombre, Camps, un poquito de por favor!
No le han faltado reflejos, sin embargo, para contraatacar cuando se ha sentido acorralado. Al pobre hombre le acusan de haber aceptado sobornos en especie en forma de trajes, que él se encargó de lucir en todos esos eventos con que ha dilapidado nuestros impuestos: la America’s Cup, la Fórmula 1, la visita del Papa… Una forma sencilla de desmentirlo hubiera sido presentar las correspondientes facturas. En lugar de eso, sin embargo, salió en tromba con todo su gobierno y proclamó, enfundado en un terno que no le tocaba el cuerpo, que quien estaba siendo atacada era “toda la Comunidad Valenciana”. La fórmula debió de gustarle, porque la injertó en uno de sus lacayos, el presidente de la Feria de Valencia, Alberto Catalá. Catalá, que también adjudicó algunos contratillos a Orange Market, repitió el otro día que “quien trata de ofender y dañar a Camps ofende y daña a la Comunidad Valenciana”.
Convendrán conmigo que todo esto, desde el punto de vista zoológico, es muy interesante. En realidad la fórmula original es de Jordi Pujol. Es conocido que, cuando arreciaron sobre el Molt Honorable del norte las acusaciones por el caso Banca Catalana, Pujol se defendió aduciendo que a quien se atacaba en su nombre era a Cataluña. En su lógica, puesto que “Madrid” era la capital de una nación rival a la suya, todo se reducía a un conflicto nacionalista. Pero Camps es más español que el no saber idiomas. No es que no tenga nada que ver con el modelo de derecha tolerante y culta de Convergència i Unió, es que para el hombre de Milano la capital de su única nación es Madrid. Y por eso resulta un poco ridículo clamar ahora que “Madrid” nos ataca.
No, Paquito. Si resultas ser un chorizo, lo serás tú solo, no cinco millones de valencianos. A ver si ahora, además de corrupto, nos vas a salir megalómano.
_
Carlos Fabra edita un libro que niega el golpe militar de 1936 y justifica a Franco
El autor defiende que el dictador ayudó a crear en España"un régimen de justicia, paz, orden y armonía para todos"
Alfons Garcia, Valencia
La Diputación de Castelló ha editado un libro del coronel José Luis Lapeña Carrasco (1929-2005) que cuestiona que el levantamiento de 1936 fuera un golpe militar y justifica las actuaciones de Francisco Franco que dieron lugar a la Guerra Civil. Franco, escribe el oficial, colaboró a partir del 18 de julio de 1936 con las demás fuerzas sublevadas "con el fin de dar a España un régimen de justicia, paz, orden y armonía para todos los españoles".
La obra fue presentada por el vicepresidente y diputado de Cultura, Miguel Ángel Mulet, durante la Feria del Libro de Castelló, en mayo de 2008, pero pasó sin pena ni gloria. El documento contiene, sin embargo, afirmaciones que pueden ser muy polémicas y que chocan con la historiografía establecida.
El libro, que se llama "España, sueño imposible", sostiene que la guerra no fue "un golpe militar al estilo de los del siglo XIX", sino que se trató un conflicto entre dos partes "con ideas distintas e irreconciliables". En la zona "nacional", prevaleció "la visión del mundo de la clase media española, con sus valores y con sus defectos"; en la "republicana" -nótese la diferencia en los juicios-, se intentó "de cara al exterior disimular una mercancía anarquista, sindicalista o comunista, claramente proletaria, con la bandera de un liberalismo burgués, tranquilo y europeo, que conseguirá engañar durante algún tiempo a muchos ingenuos".
Así, mientras "la conciencia religiosa" dio "razón y sentido a toda una generación de jóvenes" que fueron "a la muerte alegremente por su fe" (los franquistas), la "exaltación revolucionaria" produjo en el otro bando "un espíritu de lucha y una tenacidad dignos de mejor causa".
El "golpe" del Frente PopularSi el alzamiento "nacional" no fue un golpe militar, según Lapeña, sí que lo fue, en cambio, lo que se produjo tras la victoria del Frente Popular en las elecciones del 16 de febrero de 1936. Este triunfo "había dado a trabajadores, parados y revolucionarios, una patente de impunidad alejada de todo principio de orden y autoridad". El Gobierno salido de las urnas, insiste, no hizo "otra cosa que ceder constantemente, ante el empuje revolucionario", que quiso "imponerse y dominar toda España". "Era un auténtico golpe de Estado" que tenía como modelo la revolución rusa.
La tesis del coronel es contraponer un intento de rebelión de corte bolchevique manejada desde Moscú -"la URSS actuaba en España como si esta fuese una República Socialista Soviética más", dice- con la resistencia de las clases medias españolas contra el comunismo y a favor del catolicismo. El autor subraya así el apoyo de Pío XI al "Movimiento Nacional" y la declaración del cardenal primado de Toledo, Isidro Gomá: "Debe reconocerse que la guerra de España es una verdadera cruzada en pro de la religión católica". Lapeña asegura que "el Generalísimo aceptaba las sugerencias en materia de religión porque el pueblo español se lo pedía". Y añade que, después de las preocupaciones en la Iglesia por el "totalitarismo nazi", Franco contestó a Gomá que "jamás permitiría la extensión del racismo hitleriano en España".
Lapeña sostiene en el epílogo que los países europeos acabaron reconociendo esta visión sobre la guerra: "Desenmascarada Rusia, las potencias occidentales acabarán reconociendo el esfuerzo de España frente al comunismo, cuya verdadera fisonomía llegarán a descubrir después de la Guerra de Vietnam".
La obra recorre la historia en busca de "los rasgos esenciales del "homo hispanicus"", pero Lapeña, como subraya Fabra en las páginas de presentación, se explaya en los momentos más cercanos dado su "gran conocimiento de causa".
El "Jefe" de un ejército "único"Así, dice de Franco que, pese a no existir una unidad política en la zona "nacional", él "era el Jefe que ganaría la guerra, como mejor militar". Los distintos grupos de este bando, añade, se unieron en "una alianza asombrosa que supo llevar a la victoria a un ejército único y eficaz". Las tesis de Lapeña se inscriben en la línea revisionista abierta por autores como Stanley G. Payne, Pío Moa y César Vidal desde finales de los noventa, momento que coincide con la redacción del libro del militar de Castelló (1998).
_
García informará en las Corts sobre el contrato-programa de RTVV y G.Camps sobre Terra Mítica
El director de Radiotelevisión Valenciana (RTVV), Pedro García, comparecerá la semana que viene para informar sobre el contrato-programa del ente público en Les Corts Valencianes, donde también acudirá el conseller de Economía, Gerardo Camps, para hablar de Terra Mítica.
EFE
La actividad parlamentaria de la próxima semana, en la que no habrá pleno, se centrará en el trabajo de las comisiones, de las que se reunirán seis entre el martes y el miércoles, y donde también están previstas las comparecencias del vicepresidente primero, Vicente Rambla, y la de la consellera de Cultura, Trinidad Miró. El contrato-programa de RTVV está previsto que entre en vigor este año y supondrá un cambio en la forma de financiación que compatibilizará los ingresos de publicidad ligados a la actividad del grupo y las aportaciones públicas.
El responsable de RTVV comparecerá el jueves por la tarde en la comisión de control del ente, a petición del grupo socialista, donde además del contrato-programa hablará de otras cuestiones como el proceso de elección del comité de redacción de la cadena pública y la puesta en marcha del canal 24.9. García también deberá informar a la comisión sobre la manifestación convocada el pasado mes de noviembre por la Plataforma per l'Ensenyament Públic, un tema que asimismo será objeto de debate en la comisión, que también se pronunciará sobre los criterios informativos de Televisión Valenciana.
La comisión de Economía, en la que tiene que comparecer Gerardo Camps, también se reunirá el jueves por la tarde, para que, a petición del grupo socialista, el conseller informe sobre la evolución y las perspectivas de la inversión que la Generalitat mantiene en Terra Mítica.
La situación actual, perspectivas y plazos de ejecución del proyecto Centro de Ocio Mundo Ilusión de Castellón será otro de los puntos objeto de la comparecencia de Camps, quien igualmente responderá a una pregunta sobre subvenciones a personas desempleadas.
La comparecencia de la consellera de Cultura será el martes en la comisión de Educación y Cultura, donde Compromís le pedirá que informe sobre los trabajos arqueológicos realizados en el proyecto del paso del trolebús por el parque Ribalta de Castellón, y donde también se debatirá una proposición no de ley de EU sobre Educación para la Ciudadanía.
Vicente Rambla, por su parte intervendrá el martes por la tarde en la comisión de Gobernación y Administración Local, a petición del grupo socialista, para dar cuenta de las repercusiones de la sentencia que deja sin efecto el nombramiento de José Marí Olano como Abogado General de la Generalitat. El miércoles será el turno de la comisión de Obras Públicas y Transportes y el jueves por la mañana lo hará la comisión de Derechos Humanos y Tercer Mundo.
_
La edición se retrasó durante varios años
EUPV exige la retirada del libro
El PSPV habla de "insulto a los demócratas"
_
Trillo dispara de nuevo al pianista
Dirige la estrategia judicial del PP desde hace 20 años, con ataques a jueces que investigan al partido
FERNANDO GAREA - Madrid - 22/03/2009
Federico Trillo-Figueroa recuerda siempre que, cuando él era vicepresidente del Congreso y le solía hacer la vida imposible a Félix Pons, ambos institucionalizaron la hora del té. Entre sorbo y sorbo, en un ambiente muy británico, el entonces presidente de la Cámara le repetía: "Federico, los argumentos son siempre de ida y vuelta". Por eso, mientras en 1995 Trillo defendía al juez Baltasar Garzón de las acometidas del PSOE por su investigación sobre los GAL, ahora es él quien encabeza la ofensiva del PP contra el magistrado para hacer frente al sumario sobre la trama corrupta formada en torno a Francisco Correa. Y, por eso, él fue el ariete contra la corrupción del PSOE en la última legislatura de Felipe González y ahora actúa como abogado defensor del PP.
Federico Trillo
A FONDO
El 'caso Naseiro' fue al final 'caso Manglano' y ahora busca el 'caso Garzón'
Trillo es la línea de continuidad del PP desde que era Alianza Popular hasta ahora. Desde Manuel Fraga a Mariano Rajoy, pasando por José María Aznar y Antonio Hernández Mancha. Es el único dirigente de aquella época que mantiene poder en el partido, capacidad de influencia y peso para decidir la estrategia. Le sigue de cerca Javier Arenas.
Para demostrarlo basta relatar que Trillo viajó el 26 de agosto de 1989 a Perbes (A Coruña), junto a Francisco Álvarez-Cascos, Juan José Lucas y Rodrigo Rato, a visitar a Manuel Fraga para pedirle que designara a Aznar líder del partido y desistiera de proponer a Isabel Tocino. O que ese año redactó los estatutos del PP refundado de Aznar y que en el último congreso del partido, celebrado en Valencia en junio pasado, también ha hecho los estatutos. Con el paréntesis de los ocho años de gobierno de Aznar en los que fue presidente del Congreso y ministro de Defensa, toda la estrategia judicial y cualquier informe legal del partido lo ha hecho siempre Trillo. No ha dejado de ser nunca el nexo entre el PP y los tribunales.
Todo empezó a mediados de los 80, en un despacho del número 21 de la calle de Zorrilla, junto al Congreso, en la asesoría legal de lo que era Coalición Popular, de la que formaba parte AP. Junto a él trabajaban Manuel Pizarro, Miguel Herrero de Miñón, Cristóbal Montoro, Francisco Álvarez-Cascos y, en ocasiones, Mariano Rajoy. De entonces, algunos recuerdan cómo Trillo le hacía la vida imposible a Hernández Mancha, a la sazón presidente del partido. Circulaba una malvada y apócrifa frase sobre Trillo: "Si le dejas solo en una habitación es capaz de apuñalarse a sí mismo". Se atribuye a Aznar, pero podría ser de Cascos, porque en la sede de la calle de Génova aún resuenan los ecos de los enfrentamientos entre los dos compañeros irreconciliables de partido.
La mano de Trillo está en recursos de AP ante el Constitucional en los años 80, tan sonados como el del aborto -con José María Ruiz Gallardón, padre del actual alcalde de Madrid-, el del decreto de expropiación de Rumasa y el que tumbó parte de la ley Corcuera. También en recursos como el que limitó el abuso de las leyes de acompañamiento de los Presupuestos o el que posibilitó decidir entre declaraciones conjuntas o separadas para el IRPF.
Ya con Aznar al frente del PP, Trillo tuvo una intervención destacada en la estrategia para desactivar el caso Naseiro. En plena semana santa de 1990, el partido, entonces en la oposición y en plena transición de líderes, se enfrentó a la detención de su tesorero, Rosendo Naseiro, por orden de un juez de Valencia llamado Luis Manglano. Había pruebas, cintas grabadas y testimonios de financiación del partido e implicación de dirigentes como Eduardo Zaplana. Pero todo quedó en nada porque las pruebas fueron anuladas. Venció la intensa estrategia del PP para desacreditar al juez y a algunos de los testigos. Por ejemplo, llevaron a uno de los implicados, Salvador Palop, concejal del PP de Valencia, ante el psiquiatra López-Ibor para presentar al juez como un desalmado que presiona a un testigo hasta un extremo intolerable. El equipo en el que estaba Trillo no paró hasta convertir el caso Naseiro en el caso Manglano. Algo así como el vaquero que entra en la cantina y no dispara al forajido, sino al pianista. Si se cambia Naseiro por Correa, Manglano por Garzón y Zaplana por Camps se completa la ecuación de la estrategia de manual que ejecuta estos días Trillo. Lo mismo que hizo hace 18 años. En esa época le tocó hacer la vida imposible a Manglano y ahora a Garzón. Cumpliendo la máxima de que los argumentos son de ida y vuelta, para hacer frente a la trama de corrupción, nada mejor que presentar al juez como un corrupto. El pianista era Manglano y ahora es Garzón.
Y como los argumentos van y vienen, tras enterrar el caso Naseiro, Trillo cogió la bandera de la lucha contra la corrupción en la etapa de Felipe González. Él firmó la querella contra la cúpula de Interior por el uso ilegal de los fondos reservados. Él, con argumentos que entonces iban y ahora vuelven, hizo de ariete contra la corrupción del PSOE por el caso Filesa y en defensa del juez Marino Barbero, atacado por los socialistas. Y él dirigió la actuación de su partido por el caso Juan Guerra, por el caso Roldán y por los papeles falsos de Laos. Entre 1996 y 2004 hizo un paréntesis en su carrera como abogado del PP para ser presidente del Congreso y ministro de Defensa. Con él en Defensa, España participó en la guerra de Irak y se produjeron el accidente del Yakolev y los errores en la identificación de los cadáveres de las víctimas. El lunes empieza el juicio a militares por este caso. Él siempre ha sostenido que no debía asumir responsabilidad política alguna.
Tras la catástrofe electoral del PP en 2004, se convirtió en diputado de a pie pero sin abandonar su capacidad de influencia sobre Rajoy. Tuvo papel estelar en la redacción del recurso contra el Estatuto de Cataluña ante el Constitucional y contra leyes como la de Igualdad, la de matrimonios homosexuales y la de violencia de género. Y en la redacción de estatutos de autonomía como el de Andalucía, con argumentos de ida y vuelta calcados de artículos del catalán que él mismo recurrió.
En esa etapa de judicialización de leyes, Trillo también disparó contra el pianista. Con recusaciones en cadena, disparó contra los magistrados del Constitucional que aporreaban las teclas. "Intento de abuso de derecho o fraude procesal, con fundadas sospechas de que las recusaciones se formularon para alterar la composición del Pleno", sentenció con severidad el Constitucional en diciembre de 2007 para rechazar su intento de apartar a tres magistrados de la deliberación sobre los recursos al Estatuto catalán. Utilizó una información sobre una supuesta conversación en el seno del tribunal cuya publicación forzó el propio PP. Ese disparo no alcanzó al pianista. Tampoco el que hizo contra la presidenta, María Emilia Casas, por un informe que hizo su marido. Sí dio de lleno el misil que lanzó contra el magistrado Pérez Tremps, al que apartó de esa deliberación.
En esta legislatura ha ascendido a responsable de Justicia e Interior del PP y su poder crece como negociador de los dos únicos pactos de Estado formalizados: el de justicia y el de terrorismo. Entre argumentos que van y vienen, exige responsabilidades políticas a Bermejo, denuncia a Garzón y arremete contra el jefe de la Policía Judicial, mientras mantiene contacto fluido con el ministro Rubalcaba sobre lucha contra ETA. Y al sastre de Camps le aplica la misma medicina que a Palop para desacreditar su testimonio. Hoy, como cada domingo, Trillo se subirá a la bicicleta para hacer un puñado de kilómetros.
_
Valmor recibe fondos públicos para financiar la Fórmula 1
El IVF concede un préstamo al gestor del Gran Premio de Europa
MIGUEL OLIVARES - Valencia - 22/03/2009
Valmor Sports, empresa encargada del montaje de los elementos efímeros del circuito urbano de Valencia y de los derechos comerciales y deportivos del Gran Premio de Europa de Fórmula 1, que se celebrará en la ciudad de Valencia hasta 2015, solicitó con éxito un crédito del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el brazo financiero de la Generalitat, según confirmó un portavoz oficial de la Consejería de Hacienda.
Bancaja controla un tercio de la sociedad que gestiona el evento
Valmor "recibe financiación a través de diversos canales"
Valmor Sports es una sociedad participada a partes iguales por Fernando Roig, que ejerce como presidente, por Jorge Martínez Aspar, consejero delegado, y por Bancaja, la primera entidad financiera de la Comunidad Valenciana.
Valmor Sports surgió como gestor de los derechos deportivos y comerciales del gran premio de Valencia cuando Bernie Ecclestone, patrón mundial del circo de la Fórmula 1, irrumpió en la campaña de las elecciones autonómicas y municipales de 2007 para vincular el contrato para organizar un gran premio en Valencia con el triunfo electoral del Francisco Camps y Rita Barberá. "Hace dos años conocí a Camps y me enamoré de él", explicó Ecclestone en una comparecencia pública junto al presidente y la alcaldesa de Valencia el 10 de mayo de 2007.
"Luego conocí a la alcaldesa y me enamoré de ella. Nadie podrá hace mejor este trabajo por la fórmula 1". Ecclestone debía anunciar la firma del contrato para organizar un gran premio en Valencia en agosto de 2008, pero dijo: "Creo en las personas y siento comunicarles que, aunque el contrato está perfecto, no se firmará hasta después de las elecciones".
Camps viajó a Londres el 2 de junio, cinco días después de las elecciones, para asistir a la firma del contrato entre Ecclestone y Roig.
El primer gran premio de Europa se celebró en agosto de 2008. La Generalitat invirtió al menos 64 millones de euros para acondicionar el circuito en torno a la dársena interior del Puerto de Valencia.
Valmor cerró el ejercicio con un beneficio en torno a 9.000 euros, según los datos no oficiales ofrecidos por la sociedad a Bancaja.
Ni el Instituto Valenciano de Finanzas ni Valmor Sports cifraron la cuantía del préstamo alegando que la gestora del evento es una empresa privada.Un portavoz de la Consejería de Hacienda explicó que Valmor Sports, "como cualquier otra empresa", solicitó fondos para determinadas "inversiones". La misma fuente evitó precisar el destino de los fondos o cifrar la cuantía del préstamo concedido por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) alegando que nunca se hacen públicos asuntos relativos a empresas privadas.
Un portavoz de Valmor Sports explicó que la sociedad "recibe financiación a través de diversos canales" y evitó confirmar siquiera que la empresa haya recibido fondos del IVF.
Jorge Martínez Aspar, consejero delegado de Valmor Sports, confirmó hace dos semanas que Ecclestone mantenía el canon anual por la cesión de la gestión de los derechos del gran premio de Fórmula 1 de Valencia en 18 millones de euros. También apuntó que Valmor Sports negociaba alguna mejora con Formula One Management en las condiciones de la cesión de derechos para poder mantener el precio de las entradas entre 200 euros, las más baratas, y 500 euros, las más caras.
Enrique Pérez Boada, director general del IVF, explicó en su última comparecencia pública que "la crisis de liquidez que se está viviendo en el sistema bancario internacional ha provocado una fuerte contracción del crédito en el sistema financiero español y este hecho está afectando negativamente al tejido empresarial valenciano". "Por ello", seguía el propio Boada, "estamos realizando un importante esfuerzo inversor para paliar los efectos negativos que esta situación conlleva entre nuestras empresas, que requieren un impulso financiero importante para mantener altos niveles de productividad y continuar siendo competitivas".
Gerardo Camps, vicepresidente económico del Consell, lamentaba hace poco el exceso de celo de las entidades financieras de la Comunidad Valenciana a la hora de distribuir entre las empresas valencianas una línea de financiación de 200 millones de euros puesta a su disposición por el instrumento financiero de la Generalitat.
El IVF financia hasta el 75% de inversiones desarrolladas por empresas valencianas que puedan repercutir positivamente en la economía regional. En condiciones normales, el préstamo mínimo es de 50.000 euros.
_
De la vieja guardia, mantiene su influencia sobre Rajoy
Trillo, abogado del PP
Edita un libro que defiende a Franco y niega que el levantamiento fuera un golpe militar
Fabra, de presunto corrupto a presunto nostálgico del franquismo
Acusa a Fabra de editarlo con el "dinero público" y de no tener ninguna sensibilidad
Esquerra Unida exige la retirada del libro franquista
La relación de Michavila con implicados en el caso Gürtel provoca que el Congreso busque transparencia
El pluriempleo de los diputados estará más regulado
El magnate leonés esta imputado en la Operación Gürtel
La Generalitat Valenciana admite ahora que una emisora de Ulibarri pirateaba a través del ente público
La Roda (Albacete) y Cartagena adjudican obras a empresas de su entorno
¿A qué dedican los populares el Fondo Estatal de Inversión en los ayuntamientos?
_
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada