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"Somos nietos de fusilados y queremos que reciban el trato de justicia que merecen", explicó a dpa uno de los denunciantes, Santiago Grande
POR: DPA
viernes, 08 de noviembre del 2013
Madrid, España.- Familiares de víctimas y testigos de los crímenes del franquismo presentaron hoy en el consulado argentino en España cuatro denuncias por delitos cometidos por el régimen del dictador Francisco Franco (1939-1975) que son investigados desde 2010 por la juez argentina María Servini.
"Somos nietos de fusilados y queremos que reciban el trato de justicia que merecen", explicó a dpa uno de los denunciantes, Santiago Grande, nieto de uno de los 79 fusilados tras la guerra civil en la localidad de San Lorenzo del Escorial, en Madrid, y sepultado en una fosa común.
Al salir hoy del consulado, entre aplausos, le acompañaba un grupo de jóvenes militantes del Sindicato de Estudiantes de España, que también presentó una denuncia por los asesinatos de nueve estudiantes españoles en los últimos años del franquismo, entre 1962 y 1975.
"Algunos de ellos fueron fusilados y otros asesinados por la represión en las manifestaciones donde se pedían derechos y libertades", explicó la secretaria general de la organización sindical, Ana García.
"Nosotros nos consideramos herederos de esta gente que peleó y pagó con su vida los derechos que hoy tenemos, por eso pensamos que era importante estar aquí, para poner fin a la injusticia de muchos asesinatos que todavía hoy no están reconocidos", añadió.
Estas cuatro denuncias de Madrid se suman a otras presentadas recientemente en los consulados argentinos de Chile y Reino Unido, y a las 170 querellas interpuestas ya por las víctimas en esta causa.
El gobierno argentino instruyó el pasado 20 de septiembre a todas sus representaciones en el exterior para acercar y universalizar la querella contra los delitos cometidos en España entre 1936 y 1977.
Así, por vía diplomática, las denuncias llegarán al Ministerio de Asuntos Exteriores argentino y pasarán a manos de la juez Servini, que el pasado mes de septiembre decretó en Buenos Aires la imputación y detención de cuatro presuntos torturadores del régimen de Franco.
"Estamos muy agradecidos a Argentina y creemos que el principio universal de Justicia debe cumplirse, pero es realmente frustrante y penoso que tengamos que acudir a la Justicia argentina porque las autoridades españoles nos ningunean y nos desprecian", lamentó Grande.
La Audiencia Nacional española cerró en 2008 la causa contra el franquismo en la que Garzón acusó a Franco y a otros ex altos funcionarios del régimen de crímenes de lesa humanidad por la desaparición de más de 100.000 personas durante la guerra civil y la posterior dictadura que se extendió hasta 1975.
El magistrado español acabó juzgado por haber ignorado la Ley de Amnistía de 1977, aunque finalmente el Tribunal Supremo lo absolvió, dictaminando que cometió un error pero no prevaricación.
Las víctimas presentaron entonces querellas en Argentina, donde la juez las admitió bajo el criterio de justicia universal, el mismo por el que Garzón investigó en los 90 los crímenes de las dictaduras argentina y chilena.
"Viajé a Buenos Aires en abril de 2012 y me recibió personalmente la juez María Servini", narró Gema Carretero, hija de un sindicalista asesinado en Cuenca en 1965 y una de las primeras en interponer una querella en Argentina. Hoy acudió a las puertas del consulado de Madrid para "arropar" a los que deciden seguir sus pasos.
Los familiares de las víctimas del franquismo solicitan la exhumación de las fosas comunes en las que yacen los fusilados, así como una reparación moral y económica.
Antonio Virtud, de 83 años, se autodenomina "un niño de la guerra". Cuando estalló el conflicto en España vivía en Madrid y tenía solo seis años.
"Mi padre se fue al frente a luchar contra Franco. Le mataron y cuando acabó la guerra, los falangistas nos echaron de nuestra casa a mi madre, a mi hermana y a mí. Nos maltrataron y a mi madre le quitaron su pensión", recordó.
Por eso, hoy también interpuso una denuncia en el consulado argentino, con la foto de su progenitor en la mano. "Yo estoy muy orgulloso de mi padre; me dejó con seis años pero estoy muy orgulloso porque defendió la República con su vida", aseguró emocionado.
Por Ana Lázaro Verde/DPA
"Somos nietos de fusilados y queremos que reciban el trato de justicia que merecen", explicó a dpa uno de los denunciantes, Santiago Grande, nieto de uno de los 79 fusilados tras la guerra civil en la localidad de San Lorenzo del Escorial, en Madrid, y sepultado en una fosa común.
Al salir hoy del consulado, entre aplausos, le acompañaba un grupo de jóvenes militantes del Sindicato de Estudiantes de España, que también presentó una denuncia por los asesinatos de nueve estudiantes españoles en los últimos años del franquismo, entre 1962 y 1975.
"Algunos de ellos fueron fusilados y otros asesinados por la represión en las manifestaciones donde se pedían derechos y libertades", explicó la secretaria general de la organización sindical, Ana García.
"Nosotros nos consideramos herederos de esta gente que peleó y pagó con su vida los derechos que hoy tenemos, por eso pensamos que era importante estar aquí, para poner fin a la injusticia de muchos asesinatos que todavía hoy no están reconocidos", añadió.
Estas cuatro denuncias de Madrid se suman a otras presentadas recientemente en los consulados argentinos de Chile y Reino Unido, y a las 170 querellas interpuestas ya por las víctimas en esta causa.
El gobierno argentino instruyó el pasado 20 de septiembre a todas sus representaciones en el exterior para acercar y universalizar la querella contra los delitos cometidos en España entre 1936 y 1977.
Así, por vía diplomática, las denuncias llegarán al Ministerio de Asuntos Exteriores argentino y pasarán a manos de la juez Servini, que el pasado mes de septiembre decretó en Buenos Aires la imputación y detención de cuatro presuntos torturadores del régimen de Franco.
"Estamos muy agradecidos a Argentina y creemos que el principio universal de Justicia debe cumplirse, pero es realmente frustrante y penoso que tengamos que acudir a la Justicia argentina porque las autoridades españoles nos ningunean y nos desprecian", lamentó Grande.
La Audiencia Nacional española cerró en 2008 la causa contra el franquismo en la que Garzón acusó a Franco y a otros ex altos funcionarios del régimen de crímenes de lesa humanidad por la desaparición de más de 100.000 personas durante la guerra civil y la posterior dictadura que se extendió hasta 1975.
El magistrado español acabó juzgado por haber ignorado la Ley de Amnistía de 1977, aunque finalmente el Tribunal Supremo lo absolvió, dictaminando que cometió un error pero no prevaricación.
Las víctimas presentaron entonces querellas en Argentina, donde la juez las admitió bajo el criterio de justicia universal, el mismo por el que Garzón investigó en los 90 los crímenes de las dictaduras argentina y chilena.
"Viajé a Buenos Aires en abril de 2012 y me recibió personalmente la juez María Servini", narró Gema Carretero, hija de un sindicalista asesinado en Cuenca en 1965 y una de las primeras en interponer una querella en Argentina. Hoy acudió a las puertas del consulado de Madrid para "arropar" a los que deciden seguir sus pasos.
Los familiares de las víctimas del franquismo solicitan la exhumación de las fosas comunes en las que yacen los fusilados, así como una reparación moral y económica.
Antonio Virtud, de 83 años, se autodenomina "un niño de la guerra". Cuando estalló el conflicto en España vivía en Madrid y tenía solo seis años.
"Mi padre se fue al frente a luchar contra Franco. Le mataron y cuando acabó la guerra, los falangistas nos echaron de nuestra casa a mi madre, a mi hermana y a mí. Nos maltrataron y a mi madre le quitaron su pensión", recordó.
Por eso, hoy también interpuso una denuncia en el consulado argentino, con la foto de su progenitor en la mano. "Yo estoy muy orgulloso de mi padre; me dejó con seis años pero estoy muy orgulloso porque defendió la República con su vida", aseguró emocionado.
Por Ana Lázaro Verde/DPA
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