CeAQUA
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- “Proceso al
franquismo” en la TV Pública Argentina
- Concentración
en Sevilla el sábado 28 a las 12hs
- Tres
lecciones argentinas
- CeAQUA
recuerda al fiscal Javier Zaragoza que la fiscalía, la justicia y el
gobierno español deben cumplir con las obligaciones internacionales que
les vienen impuestas
Posted: 27 Dec 2013 01:21 PM
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Posted: 27 Dec 2013 12:15 PM
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Posted: 27 Dec 2013 05:07 AM
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Gara, Julen Arzuaga, 27.12.2013
Recién regresados de la capital
porteña tras la delegación de acompañamiento a la «Querella por los crímenes
franquistas» y tras digerir el cúmulo de acontecimientos e información
acumulada, tres son las lecciones que quisiéramos reseñar.
La primera es, sin duda, la lección dada por la Coordinadora
estatal de apoyo a la Querella Argentina contra crímenes del
franquismo-CEAQUA. Un mosaico de hombres y mujeres que han
tomado la determinación de que no quieren ni pueden olvidar el sufrimiento
sin respuesta generado por décadas de franquismo. Una coordinación de
diferentes plataformas territoriales (la catalana, la andaluza, la asturiana,
la madrileña, la vasca…) y de otros grupos que trabajan ámbitos concretos de
la represión franquista (desapariciones, tortura, masacres policiales,
trabajo esclavo, robo de niños, exilio…). Una lección de constancia en la reivindicación de la
verdad, aún oculta; de la justicia, aún inoperante; de la memoria, aún
inacabada, que impera para las decenas de miles de víctimas de la dictadura golpista
española. Un crisol de sentimientos que se verbalizan en reclamaciones con
una claridad y una contundencia sorprendente: «ya no somos invisibles, ya no
nos pararán». Claridad y contundencia ante la que las
instituciones políticas no hemos conseguido todavía estar a la altura.
En la delegación de
querellantes ha brillado con luz propia la Plataforma vasca. Personas de la
altura de Andoni
Txasko, Jon Arrizabalaga, Felipe Izagirre, Josu Ibargutxi o Mari Jose Zorroza
y sus vivencias. El recién fallecido Sabin
Arana, impulsor de esta iniciativa en Euskal Herria,
acrecienta la intensidad de esa luz. Luz que no prescribe bajo leyes de
amnistía, ni se corrompe por reconocimientos de segunda y menos aún se olvida
en el sueño de los injustos. Esos injustos impunes al refugio del Estado. En
las palabras de los querellantes no hay complejos, no hay dobleces, ni
paliativos que puedan muñir la tragedia. Lo que sucedió fue pero no es,
porque no hay una verdad oficial que muestre su extensión y su intensidad.
Porque no ha tenido reconocimiento en justicia. Y ahora, lejos, pero
encuentran quien les escucha.
La segunda lección nos la
ha aportado la sociedad argentina. Charlar con
ellos nos muestra un proceso no perfecto, pero perfectible, que tiene todos
los ingredientes para cumplir su objetivo: establecer verdad, justicia,
memoria. Conocer el centro de detención clandestino de la Ex-Escuela de
Mecánica de la Armada, La Salve o el Intxaurrondo porteño, hoy convertido en
museo de los horrores recientes, es una sonora bofetada comparativa. Al lado,
el edificio principal de la ESMA ha sido recuperado como «un espacio
para la memoria del terrorismo de estado». Sin medias tintas,
sin paños calientes. El resto de las dependencias del predio antes ocupado
por militares son empleados ahora por organismos de la sociedad civil para
desarrollar acciones que ponen en valor la memoria y los derechos humanos. Su
actividad pivota sobre el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti,
vértice neurálgico de actividades multidisciplinares con las que se quiere
expresar de mil maneras que la sociedad argentina no olvidará recordar. Y que
por eso no repetirá su pasado. Una adhesión diaria al compromiso de que nada
de lo que ocurrió vuelva a suceder. Una lección de la que extraer profundas
enseñanzas ante debates aquí pendientes sobre cómo queremos preservar la
memoria y catapultarla hacia un presente de paz integral y un futuro de
convivencia democrática. Lecciones que, de vuelta a casa, chocan con diseños
de corto alcance de Institutos de la memoria extraídos de anteriores
legislaturas y renovadas complicidades, del «tápame aquí, que yo te cubro
allí» en Memoriales de víctimas teledirigidos desde Madrid. Una política
popular de memoria (allí) frente a un caos memorialístico de élites (aquí).
Con esas herramientas, la
sociedad argentina aparece cohesionada en torno a su pasado. Las decisiones
adoptadas para hacer una transición de la dictadura a una democracia, sin
duda mejorables, son una verdadera inspiración para quienes han visto o hemos
conocido que el franquismo se autoamnistiaba. Para quienes hemos experimentado cómo la transición española,
aún defendida como modélica, no era sino un cierre en falso de un régimen
fascista que perduraría en su esencia. Para quienes visualizamos que sus
principales poderes (ejército, policía) se trasponían al nuevo régimen sin
depuración y que otras figuras cosméticamente reformadas (Monarquía, Cortes,
Tribunal de Orden Público…) solo servían para asegurar atado lo bien atado.
Nos avisaban los organismos internacionales: sin reconocimiento, sin
reparación, sin rehabilitación no se garantizaría que lo que ocurrió volviese
a suceder. Como después hemos podido vivir y sufrir en este país.
Allí se revocaron las
leyes de punto final y de obediencia debida, espejo de la aquí vigente Ley de
Amnistía de 1977. Y las autoridades políticas y
judiciales operaron en consecuencia. Hostigando a los
perpetradores de delitos de lesa humanidad en los tribunales y no
permitiéndoles medrar en lo político. Exactamente lo opuesto a lo que ha
sucedido aquí. Eso ha determinado una visión de la sociedad argentina, un
relato, si se prefiere, común, compartido, vertebrador. Sana envidia.
Y esa es la tercera
lección. La ofrecida por responsables judiciales que en vez de abrir caminos
de impunidad para los perpetradores se vuelcan con las víctimas. Que escucha
atentamente y con respeto sus tragedias y les asegura que «si bien son muchos
los palos que se ponen en las ruedas, estas siguen avanzando». Que acogerá sus denuncias y les dará forma jurídica, apuntando
responsabilidades entre ejecutores y también entre Ministros y responsables
políticos que les daban las órdenes de proceder. Quienes nos reunimos con la
jueza Servini de Cubría salimos sorprendidos lo que debería ser lo ordinario:
un juzgado que promete investigar delitos que aún no han prescrito.
Tercera lección que tiene otra
derivada. En las reuniones en las Comisiones de Derechos Humanos del Senado y
del Congreso pusimos sobre la mesa dos cuestiones: el apoyo del Parlamento
vasco y de instituciones locales a la querella argentina, pero la necesidad
de que sean los querellantes quienes pongan palabras a su sufrimiento. Ellos
y ellas fueron las verdaderas protagonistas. Nuevamente la respuesta de los
legisladores argentinos sobrepasa las expectativas. Dirigiéndose a la
Coordinadora de la Querella adoptaron el compromiso de «gestionar cualquier
propuesta que ustedes nos trasladen, que la asumiremos como propia de este
Congreso por medio del conducto legislativo adecuado». Un cheque en blanco
dado por quienes atesoran incuantificables fondos de dignidad y de integridad
por haber hecho razonablemente bien el cierre de un pasado horroroso. Porque
si bien los muertos y desaparecidos por la dictadora Argentina, nominados en
una lista aún creciente en el Parque de la Memoria no volverán, su recuerdo y
sus ideas de libertad y democracia perduran.
Tres lecciones que con humildad
interiorizamos y nos comprometemos a trasladar en nuestra acción política.
(*) También firman este
artículo Santi Uribe (alcalde de Otxandio), Karlos Arranz (alcalde de Urduña)
y Sabino Cuadra (diputado en el Congreso de Madrid).
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CeAQUA recuerda al
fiscal Javier Zaragoza que la fiscalía, la justicia y el gobierno español
deben cumplir con las obligaciones internacionales que les vienen impuestas
Posted: 27 Dec 2013 03:58 AM
PST
El Fiscal Jefe de la Audiencia
Nacional ha sugerido en recientes declaraciones a Efe que pretende que las
solicitudes de extradición de los torturadores Juan Antonio González Pacheco
” Billy el Niño” y Jesus Muñecas Aguilar acaben en punto muerto.
Madrid, a 27 de diciembre,
2013.- Javier Zaragoza, el Fiscal Jefe de la
Audiencia Nacional, ha efectuado en estos días declaraciones sobre las que la
CEAQUA quiere comentar:
Concretamente, Javier
Zaragoza manifestó recientemente a Efe que contempla la posibilidad de
informar – en la vista que se celebrará ante la Sala de lo Penal de la
Audiencia Nacional para tratar las extradiciones solicitadas por la
justicia argentina – que corresponde juzgar a los torturadores en
España, dado que se trata de españoles acusados de cometer delitos contra
otros españoles . Parece una magnífica noticia: de acordarse así, España
cumpliría con la obligación de extraditar o juzgar que le impone el derecho
internacional. Precisamente este es el objetivo último que se propone
la querella argentina: la adopción de medidas que pongan en evidencia,
nacional e internacionalmente, la impunidad del franquismo y animen a
jueces y fiscales valientes a investigar sus crímenes, ignorando y superando
la insostenible doctrina del Tribunal Supremo en su sentencia de 27 de
febrero de 2012 en la causa contra Garzón.
Sin embargo, en lugar de
argumentar que se los puede juzgar aquí porque los responsables de crímenes
contra la humanidad no pueden ampararse en ninguna ley de amnistía y sus
delitos son imprescriptibles,sostiene que plantearía que la Ley de Amnistía y
la prescripción impedirían que se los juzgue en España.
Es decir, propondría abrir un
procedimiento en España para que, después, se archivase el mismo por no ser
judicialmente perseguibles los delitos: ¡se trataría de abrir una causa
penal, para que no haya causa penal! Parece de toda evidencia que se trata de
una excusa para no informar favorablemente a las extradiciones y no a un
deseo sobrevenido de que se haga justicia.
Para la CEAQUA haber llegado
hasta aquí, y que el Fiscal deba defender esta posición débil, oscura y
previsible, constituye un éxito de las solicitudes de extradición y de la
presión social para que se haga justicia, y así lo vivimos.
Contábamos desde el principio
con la posibilidad de que las extradiciones no se produzcan, pero también
confiábamos en que sus solicitudes, y las distintas medidas que se están
adoptando, crearían una situación en la que cada vez sería más insostenible
mantener la impunidad de los crímenes del franquismo. Es lo que está
sucediendo. Nuevas imputaciones y órdenes internacionales de detención,
nuevos pedidos de extradición a España, las videoconferencias que están
previstas para fechas próximas, entre otras iniciativas, seguirán horadando
el muro de impunidad que comienza a resquebrajarse.
Recordamos en cualquier caso
que deciden los jueces, no el fiscal. Por tanto, seguiremos esperando el
desarrollo de los acontecimientos y adoptando todo tipo de acciones para que,
de una vez y para siempre, existan memoria, verdad, justicia y reparación
para las víctimas de uno de los mayores genocidios cometidos en el siglo XX
cuyos responsables, inconcebiblemente, permanecen impunes.
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