La Librería de El Sueño Igualitario
UN DOCUMENTAL QUE RECORRE MINUCIOSAMENTE LA VIDA DE UN ANARQUISTA, CON HONDAS RAÍCES PACIFISTAS Y HACIA EL PACIFISMO, QUE VIENE DESDE LA REALIZACIÓN DE ALFONSO DOMINGO CON EL SELLO DE LA PRODUCTORA ARGONAUTA.
Producciones Argonauta de Alfonso Domingo nos acerca a la figura del anarquista Melchor Rodríguez, conocido por “el Ángel Rojo” para dar a conocer su labor al frente de su responsabilidad en prisiones en los días más amargos que vivió Madrid en los primeros meses de vida; en los que se jugó la vida al intentar parar la furia de ciudadanos masacrados por los bombardeos, fuerza de mortero de los alzados.
Él solo paró a ciertos grupos y se la jugó de pleno sin pedir, nunca nada a cambio.
También buscó cobijo a gentes que sabía que corrían riesgo y todo esto sin dejar el ideal y la idea anarquista que muy pronto había sentido en su piel
El hilo conductor de este documental, además, es la hija de Melchor Rodríguez, Amapola que vivió la guerra de una manera que la dejó marcada, siendo, además todo un tesoro para el documentalista y nosotros, los telespectadores.
Enlaces:
El director del presente editorial , ya publicó en su día un libro sobre este anarquista:
Lo que nos explica El Argonauta de este documental:
El sevillano Melchor Rodríguez García, exnovillero, anarquista de la CNT-FAI, salvó a miles de personas de derechas en la guerra civil. Sin embargo, su talla humana -un paradigma en medio de aquel conflicto fratricida- no es conocida por el gran público.
Melchor Rodríguez, que conoció la cárcel en más de treinta ocasiones a lo largo de su vida, fue nombrado Delegado especial de prisiones durante el mandato del anarquista García Oliver en el Ministerio de Justicia. Desde su puesto, a finales de 1936, detuvo las sacas de las cárceles madrileñas y los “paseos”, jugándose en numerosas ocasiones la vida, como cuando se enfrentó a una turba frente a la prisión de Alcalá de Henares.
Posteriormente fue encargado, tras el golpe del coronel Casado, de entregar Madrid a las tropas franquistas como concejal y último alcalde de la república. A pesar de su humanitaria actuación, fue juzgado por los vencedores y condenado a 20 años de cárcel, de los que cumplió cinco. Su entierro, en 1972, congregó a anarquistas y miembros del régimen en un caso único en la historia española. Su vida parece sacada de una película de ficción. Tal y como él decía, “se puede morir por las ideas, nunca matar”.
Melchor Rodríguez, que conoció la cárcel en más de treinta ocasiones a lo largo de su vida, fue nombrado Delegado especial de prisiones durante el mandato del anarquista García Oliver en el Ministerio de Justicia. Desde su puesto, a finales de 1936, detuvo las sacas de las cárceles madrileñas y los “paseos”, jugándose en numerosas ocasiones la vida, como cuando se enfrentó a una turba frente a la prisión de Alcalá de Henares.
Posteriormente fue encargado, tras el golpe del coronel Casado, de entregar Madrid a las tropas franquistas como concejal y último alcalde de la república. A pesar de su humanitaria actuación, fue juzgado por los vencedores y condenado a 20 años de cárcel, de los que cumplió cinco. Su entierro, en 1972, congregó a anarquistas y miembros del régimen en un caso único en la historia española. Su vida parece sacada de una película de ficción. Tal y como él decía, “se puede morir por las ideas, nunca matar”.
El realizador, Alfonso Domingo:
Licenciado en Ciencias Políticas y Comunicación, universidad complutense. Periodista especializado en información internacional en diarios, revistas y TV, reportero de guerra, director de documentales (más de cien trabajos, 20 series, cuatro premios nacionales e internacionales), y escritor.
En 2006 dirigió "La memoria recobrada" (Argonauta y TVE), serie documental de cinco capítulos sobre la guerra civil española. Codirigió “Almas sin Fronteras”, la historia de la Brigada Lincoln, (Diagrama Producciones y TVE, 54´). En 2009 “Sahel, nuestra ribera” (Mali, Senegal y Burkina Faso, 3x60´, Argonauta Producciones). “Bajo Todas las banderas” (118´), Españoles en la II Guerra Mundial, (TVE, Canal de la Historia, Argonauta y TVG). Codirigió Dormíamos, despertamos, (2012). Codirigió “Héroes invisibles, afroamericanos en la guerra de España” (2014)
Entre sus libros: El Canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los Españoles en la II Guerra Mundial (2009), El ángel rojo (2009). La serpiente líquida (2005).
Entre sus novelas: La Madre de la Voz en el Oído, Premio Feria del Libro de Madrid de 1991. La Estrella Solitaria (2003) VII Premio de novela Ciudad de Salamanca. El espejo negro, Premio Ateneo de Sevilla 2011. El enigma de Tina Premio Ateneo Ciudad de Valladolid 2012. En 2014 publicó La balada de Billy el Niño.
En 2006 dirigió "La memoria recobrada" (Argonauta y TVE), serie documental de cinco capítulos sobre la guerra civil española. Codirigió “Almas sin Fronteras”, la historia de la Brigada Lincoln, (Diagrama Producciones y TVE, 54´). En 2009 “Sahel, nuestra ribera” (Mali, Senegal y Burkina Faso, 3x60´, Argonauta Producciones). “Bajo Todas las banderas” (118´), Españoles en la II Guerra Mundial, (TVE, Canal de la Historia, Argonauta y TVG). Codirigió Dormíamos, despertamos, (2012). Codirigió “Héroes invisibles, afroamericanos en la guerra de España” (2014)
Entre sus libros: El Canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los Españoles en la II Guerra Mundial (2009), El ángel rojo (2009). La serpiente líquida (2005).
Entre sus novelas: La Madre de la Voz en el Oído, Premio Feria del Libro de Madrid de 1991. La Estrella Solitaria (2003) VII Premio de novela Ciudad de Salamanca. El espejo negro, Premio Ateneo de Sevilla 2011. El enigma de Tina Premio Ateneo Ciudad de Valladolid 2012. En 2014 publicó La balada de Billy el Niño.
Cazarabet conversa con Alfonso Domingo:
-Alfonso, ¿qué te animó, qué fue lo que te dijo:” hay que dedicarle un documental a este hombre?
-Que esta era una historia que no se conocía. Algo único en la historia. Un anarquista de la FAI salvando a sus enemigos. Y en nuestra guerra. Un claro ejemplo del humanismo libertario o anarquista. Exnovillero. Poeta popular. Cualquiera lo habría visto. Yo lo vi hablando con Eduardo Pons Prades, está al principio del documental.
-Lo que da mucho valor es que siempre encuentras entre la hemeroteca a los testimonios más acertados ¿cómo te lo haces; cómo es esa tarea?
-Soy hormiguita, ratón de Biblioteca. Me gustan los archivos. Y esos otros archivos vivos, los protagonistas de la historia. En el caso de Melchor mucha gente lo conoció y trató. He entrevistado a personas como Ramón Luca de Tena, cuyos hermanos y él mismo le deben la vida. Y al hijo de García Noblejas. O Gregorio Gallego, una leyenda. Y los familiares de Melchor, empezando por Amapola, su hija, a la que conocí gracias a Rubén Buren, su bisnieto, dramaturgo y poeta y quien ha hecho la música del documental.
-¿Te fue muy difícil en el caso de Melchor Rodríguez, la búsqueda de esa documentación?
-Estaba dispersa. Por un lado los archivos de la FAI, por otro los de instituciones penitenciarias, los de CNT, los periódicos libertarios, el Instituto de historia social de Amsterdamdonde están todas las notas de su defensa en los consejos de guerra, los propios consejos de guerra. El archivo general de la administración, el archivo de Martín Artajo, la Cruz roja internacional, El centro de la memoria histórica de Salamanca. Aunque he recopilado todo lo que había sobre él, eso solo nos da una dimensión. Tenemos mucha información, que se complementa con las notas humanas de su familia, de los que le conocieron…
-Como documentalista, ¿os está siendo difícil dar a conocer productos, además sobre cuestiones tan atractivas como la presente?
-Siempre es difícil. Por ejemplo, TVE no entró en este documental, ni en el anterior que hice. En el de Melchor solo ha participado Canal Sur. Pero poco a poco se van viendo en los circuitos, con el DVD. Ya si las televisiones públicas apoyaran de verdad este tipo de productos, se verían en España cosas muy buenas. Hay gente con mucho talento y muchos temas a tratar. Temas que nos afectan, que afectan a la condición humana y ciudadana de lo que somos.
-Habrá pocas ayudas y más si se trata de sacar de entre las piedras a figuras como la presente, ¿no?; ¿por qué estas figuras son tan incómodas, aún después de tantos años?;¿será porque son un ejemplo de integridad, dignidad, coherencia, pacifismo?
-Será por eso. Cada ser humano tiene sus contradicciones, a veces pasa una vida sin tener que enfrentarlas. Melchor lo hizo, apostó por el bien y la verdad, por la vida. Eso es lo importante, en las pruebas difíciles de la vida, saber estar a la altura.
-Contar estos testimonios, estas verdades y realidades, ¿por qué crees que “no vende”?. Porque si se ve resulta que la gente sale contenta, interesada…¿no?.Supongo que lo más difícil es poder ponerlo en cines, carteleras…
-No son cosas comerciales y por lo tanto, el circuito es distinto. Ya me gustaría que se pudiera ver en cines, una buena distribución, pero no se puede soñar. Tendrá el circuito que sea, similar a “Héroes invisibles”. Tendría que haber apoyo institucional para que las cosas fueran de otro modo. En una lógica de libre mercado, esto no interesa a tantos. Siendo de un interés a mi modo de ver, descomunal.
-¿Qué es lo que, desde el punto de vista político, de sus ideas, idearios y vínculos anarquistas te ha llamado más la atención de Melchor Rodríguez?
-Evidentemente, sus ideas de pacifismo humanitario, de un anarquismo que creía en el ser humano y en la evolución, en la superación de los conflictos y en la liberación de la raza trabajadora sin utilizar la violencia. Claro que en la guerra tenía que estar al lado del pueblo, pero por eso era tan importante mantener la legalidad de las cosas, la legalidad de un régimen popular, frente a la barbarie de los que mataban enfrente, de los franquistas.
-Y cómo ser humano ¿Qué es lo que te ha llamado más la atención?
-Tenía el ego suficiente y el valor como para imponerse en situaciones muy difíciles. Siempre chocó un poco en CNT, a pesar de que era anarquista hasta la muerte, porque de alguna manera, sobresalía. Pero lo que hacía lo hacía de corazón, y lo hacía bien. Es muy interesante esa mezcla de sevillano, libertario, novillero, chapista, poeta, organizador, mando.
-Se la jugó estando al cuidado de las prisiones. Había mucha gente que era víctima, directa o indirecta , de los bombardeos de Madrid que estaba indignada y que quería sacar de las prisiones a gente de derechas, simpatizantes con el golpe, falangistas y demás para darles muerte y él les paró en más de dos ocasiones…Háblanos un poco de ello.
-Melchor quiso ocuparse de las prisiones en el lado republicano desde que vio lo que pasaba, las sacas y los paseos. Tuvo a su favor al cuerpo diplomático –que jugaba a favor de los franquistas- a una buena parte de la CNT –y su grupo de la FAI, Los libertos- y del campo republicano. Y aparte de muchos momentos de tensión, Melchor tiene que habérselas con una muchedumbre que quiere linchar a los presos tras un bombardeo con víctimas en Alcalá. Durante horas forcejea hasta que consigue disuadirlos. Varias veces, también, se enfrenta a policías que se quieren llevar a presos.
-Ahí empezó a mirársele mal por parte de otras personas que luchaban por la II República. Me da que fue un incomprendido. ¿Qué nos puedes comentar?
-Desde luego los comunistas y todos los partidarios de las checas, los paseos y las sacas le vieron como un enemigo. Parte de la CNT no entendía esa defensa a ultranza o los contactos con los que consideraban quintacolumnistas o partidarios de los sublevados. Algunos le acusaban de ser un vendido a la quintacolumna.
-Además, en un Palacio de Madrid albergó a gentes que corrían verdadero peligro ¿Se le agradeció todo esto, después, lo suficiente?
-Desde luego, no. Ni algunos de los refugiados, ni, desde luego, por el nuevo régimen, que lo juzgó dos veces tras la guerra en un juicio amañado que hoy nos daría risa.
-Sufrió hasta varios atentados; su coche tiroteado, las imágenes que se pueden ver en el documental, da escalofríos.
-Bueno, Amapolita, su hija, decía que era porque algo, allá arriba, le protegía. Ese atentado en la carretera de Valencia se salvó por poco. Tuvo momentos muy difíciles, como cuando varios policías se presentan en su despacho y le encañonan. O cuando se enfrentó a Cazorla, a Serrano Poncela, a Carrillo. En el golpe de Casado le capturan los comunistas, y está a punto de ser fusilado. Un capitán comunista le salva la vida. Estuvo a punto de morir una docena de veces en la guerra, también por bombas franquistas.
-Termina la guerra, no va al exilio y lo cogen y lo juzgan…bueno si es que aquello se podía llamar ser juzgado. Es Muñoz Grande quien le “tira un cable”, presentando firmas de gente que se vio salvada por este anarquista pacifista. Le conmutan la pena de muerte y pasa a prisión por algo más de 30 años. No los cumple todos, pero ¿cómo fueron?; ¿cómo fue y en qué empleó el tiempo Melchor Rodríguez en la cárcel?
-Afortunadamente, esa intervención de Muñoz Grandes obtiene que le conmuten la pena de muerte y los 30 años que le piden a cambio de ella. Durante ese tiempo del miedo, a Melchor se le cayeron varios dientes, fue el tiempo del desengaño, cuando algunos en la cárcel le increpaban por no haber matado a más fascistas. Y también, por supuesto, del olvido de muchos a los que salvó.
Cumplió 5 de los 20 a los que finalmente le condenaron. Los pasó en el penal del puerto de santa maría, un lugar sobrepoblado y con condiciones de miseria y muerte. Logra sobrevivir, allí ayuda a enseñar a leer y a escribir, en el economato, en fin, sale en 1944. Luego entró más veces en la cárcel, en 1947, 52 y 55.
Cuando sale, aunque algunas personas le ofrecen cargos como el del sindicato del régimen y algún buen empleo y colocación…él elige vender seguros, ir a la suya…y no cejar en su ideal anarquista ni en sus ideas. Lo que le costó entrar y salir de la cárcel. Un luchador incesante.
Genio y figura. Se le podrá acusar de ingenuo en la guerra, de cierta candidez, pero jamás se le podrá reprochar a Melchor que se aprovechara de cualquier situación, que robara. Y, por supuesto, tampoco cambió de ideas ni se acomodó a los buenos tiempos. Siguió luchando por lo que creía, intentando favorecer a los presos debido a sus conocidos en el bando franquista y a los funcionarios de prisiones, que le adoraban. Y ejerciendo labores de responsabilidad en comités regionales de CNT, por lo que volvía a entrar en la cárcel. Siempre se sintió anarquista. Vivió y murió siéndolo. Y de verdad.
-Pero quizás la faceta de Melchor Rodríguez que más se desconozca (la verdad es que quizás no nos importe, pero…) es la personal. Se separó de su mujer, supongo que vivir con una persona, sea mujer o hombre, con las ideas, tan arraigadas, con los ideales tan firmes y que no le importe poner en peligro su vida, no debe ser nada fácil.
-Bueno, como en muchos casos de militantes del pasado (sean socialistas, comunistas o anarquistas) es muy difícil convivir con gente que solo vive para las ideas. La mujer de Melchor no era anarquista, venía del mundo del baile. Es difícil, ya digo, vivir con alguien que no hace más que entrar en las cárceles, donde tiene una segunda casa. Y en los tiempos de la guerra civil las tensiones se hacen más evidentes. Melchor, además, era un poco testarudo y no hizo caso de los avisos de su mujer o de gente que le quería bien, sobre algunas personas que se habían camuflado bajo su techo y paraguas: Batista, su secretario, Rufo, su chofer, los dos trabajaban para la quintacolumna.
MELCHOR RODRÍGUEZ, EL ÁNGEL ROJO
El sevillano Melchor Rodríguez García, exnovillero, anarquista de la CNT-FAI, salvó a miles de personas de derechas en la guerra civil. Sin embargo, su talla humana -un paradigma en medio de aquel conflicto fratricida- no es conocida por el gran público.
Melchor Rodríguez, que conoció la cárcel en más de treinta ocasiones a lo largo de su vida, fue nombrado Delegado especial de prisiones durante el mandato del anarquista García Oliver en el Ministerio de Justicia. Desde su puesto, a finales de 1936, detuvo las sacas de las cárceles madrileñas y los “paseos”, jugándose en numerosas ocasiones la vida, como cuando se enfrentó a una turba frente a la prisión de Alcalá de Henares.
Posteriormente fue encargado, tras el golpe del coronel Casado, de entregar Madrid a las tropas franquistas como concejal y último alcalde de la república. A pesar de su humanitaria actuación, fue juzgado por los vencedores y condenado a 20 años de cárcel, de los que cumplió cinco. Su entierro, en 1972, congregó a anarquistas y miembros del régimen en un caso único en la historia española. Su vida parece sacada de una película de ficción. Tal y como él decía, “se puede morir por las ideas, nunca matar”.
Melchor Rodríguez, que conoció la cárcel en más de treinta ocasiones a lo largo de su vida, fue nombrado Delegado especial de prisiones durante el mandato del anarquista García Oliver en el Ministerio de Justicia. Desde su puesto, a finales de 1936, detuvo las sacas de las cárceles madrileñas y los “paseos”, jugándose en numerosas ocasiones la vida, como cuando se enfrentó a una turba frente a la prisión de Alcalá de Henares.
Posteriormente fue encargado, tras el golpe del coronel Casado, de entregar Madrid a las tropas franquistas como concejal y último alcalde de la república. A pesar de su humanitaria actuación, fue juzgado por los vencedores y condenado a 20 años de cárcel, de los que cumplió cinco. Su entierro, en 1972, congregó a anarquistas y miembros del régimen en un caso único en la historia española. Su vida parece sacada de una película de ficción. Tal y como él decía, “se puede morir por las ideas, nunca matar”.
Para conocer más sobre el documental:
Alfonso Domingo
Licenciado en Ciencias Políticas y Comunicación, universidad complutense. Periodista especializado en información internacional en diarios, revistas y TV, reportero de guerra, director de documentales (más de cien trabajos, 20 series, cuatro premios nacionales e internacionales), y escritor.
En 2006 dirigió "La memoria recobrada" (Argonauta y TVE), serie documental de cinco capítulos sobre la guerra civil española. Codirigió “Almas sin Fronteras”, la historia de la Brigada Lincoln, (Diagrama Producciones y TVE, 54´). En 2009 “Sahel, nuestra ribera” (Mali, Senegal y Burkina Faso, 3x60´, Argonauta Producciones). “Bajo Todas las banderas” (118´), Españoles en la II Guerra Mundial, (TVE, Canal de la Historia, Argonauta y TVG). Codirigió Dormíamos, despertamos, (2012). Codirigió “Héroes invisibles, afroamericanos en la guerra de España” (2014)
Entre sus libros: El Canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los Españoles en la II Guerra Mundial (2009), El ángel rojo (2009). La serpiente líquida (2005).
Entre sus novelas: La Madre de la Voz en el Oído, Premio Feria del Libro de Madrid de 1991. La Estrella Solitaria (2003) VII Premio de novela Ciudad de Salamanca. El espejo negro, Premio Ateneo de Sevilla 2011. El enigma de Tina Premio Ateneo Ciudad de Valladolid 2012. En 2014 publicó La balada de Billy el Niño.
En 2006 dirigió "La memoria recobrada" (Argonauta y TVE), serie documental de cinco capítulos sobre la guerra civil española. Codirigió “Almas sin Fronteras”, la historia de la Brigada Lincoln, (Diagrama Producciones y TVE, 54´). En 2009 “Sahel, nuestra ribera” (Mali, Senegal y Burkina Faso, 3x60´, Argonauta Producciones). “Bajo Todas las banderas” (118´), Españoles en la II Guerra Mundial, (TVE, Canal de la Historia, Argonauta y TVG). Codirigió Dormíamos, despertamos, (2012). Codirigió “Héroes invisibles, afroamericanos en la guerra de España” (2014)
Entre sus libros: El Canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los Españoles en la II Guerra Mundial (2009), El ángel rojo (2009). La serpiente líquida (2005).
Entre sus novelas: La Madre de la Voz en el Oído, Premio Feria del Libro de Madrid de 1991. La Estrella Solitaria (2003) VII Premio de novela Ciudad de Salamanca. El espejo negro, Premio Ateneo de Sevilla 2011. El enigma de Tina Premio Ateneo Ciudad de Valladolid 2012. En 2014 publicó La balada de Billy el Niño.
Director:
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Alfonso Domingo
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Guión:
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Alfonso Domingo
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Fotografía:
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Oscar Villasante, Pepe Navarro, Javier Alarcón
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Montaje:
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Juan Verdeal, Benito Macías
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Sonido:
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Daniel Rodríguez del Pozo
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Música:
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Rubén Buren
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Producción:
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Argonauta Producciones
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Productores:
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Paloma Suárez
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77El ángel rojo. La historia de Melchor Rodríguez, el anarquista que detuvo la represión en el Madrid republicano. Alfonso Domingo Álvaro
400 páginas 16 x 24 cms.
22.00 euros
Almuzara
La historia de Melchor Rodríguez, el anarquista que detuvo la represión en el Madrid republicano y salvó, entre otros muchos, a figuras destacadas del bando nacional
El Ángel Rojo cuenta la historia de Melchor Rodríguez García, delegado especial de prisiones de la Segunda República española. Sevillano de nacimiento, Melchor Rodríguez fue un anarquista que prefería “morir por las ideas, nunca matar por ellas” y que demostró gran humanidad en la guerra civil española salvando la vida de numerosos enemigos –entre ellos, directa o indirectamente, Agustín Muñoz Grandes, Martín Artajo, y Valentín Gallarza, Serrano Súñer, el doctor Mariano Gómez Ulla, los cuatro hermanos Luca de Tena, el futbolista Ricardo Zamora, el locutor Bobby Deglané y los falangistas Rafael Sánchez Mazas o Raimundo Fernández-Cuesta, entre otros-, de los que muchos darían después la cara por él. Mientras en el lado franquista se exacerbaba la represión, Melchor lograba imponer el orden en la retaguardia republicana, parando las sacas de las cárceles, los paseos y fusilamientos como los de Paracuellos. Nombrado después concejal del Ayuntamiento de Madrid por la FAI, le cupo la triste tarea de hacer entrega del consistorio a las tropas vencedoras a finales de marzo de 1939. Fue sometido a dos consejos de guerra que pedían para él la pena de muerte y finalmente condenado a una pena de veinte años de los que cumplió cinco. Este ex novillero y poeta popular, hombre polémico incluso entre sus propias filas, hasta el final de sus días siguió siendo libertario. En total, Melchor estuvo más de una treintena de veces en la cárcel con la monarquía, la Segunda República y el franquismo. Su entierro, en febrero de 1972, consiguió reunir a personalidades de las dos Españas: anarquistas y miembros del régimen. Esta biografía novelada rescata a una figura importante e injustamente olvidada de nuestra guerra civil.
Alfonso Domingo Álvaro (Turégano, Segovia, 1955), periodista, documentalista y escritor, ha trabajado en diarios, semanarios, radios y TV. Especialista en información internacional, reportero de guerra, director de documentales, en su haber figuran más de cien trabajos -algunos doblemente galardonados- dos novelas premiadas y varios libros de ensayo, relatos y viaje. Entre ellos: La madre de la Voz en el Oído (Ed. Fundamentos, 1992), III Premio Feria de Libro de Madrid, El Canto del Búho (Oberon, 2002), La Estrella Solitaria (Algaida, 2003), VII Premio de novela “Ciudad de Salamanca”, El Vuelo del Cuatro Vientos, escrito en colaboración con Jorge Fernández-Coppel (Oberon, 2003), Retaguardia (Oberon, 2004) y La Serpiente Líquida (Alianza, 2005).En la actualidad se dedica a dirigir documentales y a escribir narrativa.
400 páginas 16 x 24 cms.
22.00 euros
Almuzara
La historia de Melchor Rodríguez, el anarquista que detuvo la represión en el Madrid republicano y salvó, entre otros muchos, a figuras destacadas del bando nacional
El Ángel Rojo cuenta la historia de Melchor Rodríguez García, delegado especial de prisiones de la Segunda República española. Sevillano de nacimiento, Melchor Rodríguez fue un anarquista que prefería “morir por las ideas, nunca matar por ellas” y que demostró gran humanidad en la guerra civil española salvando la vida de numerosos enemigos –entre ellos, directa o indirectamente, Agustín Muñoz Grandes, Martín Artajo, y Valentín Gallarza, Serrano Súñer, el doctor Mariano Gómez Ulla, los cuatro hermanos Luca de Tena, el futbolista Ricardo Zamora, el locutor Bobby Deglané y los falangistas Rafael Sánchez Mazas o Raimundo Fernández-Cuesta, entre otros-, de los que muchos darían después la cara por él. Mientras en el lado franquista se exacerbaba la represión, Melchor lograba imponer el orden en la retaguardia republicana, parando las sacas de las cárceles, los paseos y fusilamientos como los de Paracuellos. Nombrado después concejal del Ayuntamiento de Madrid por la FAI, le cupo la triste tarea de hacer entrega del consistorio a las tropas vencedoras a finales de marzo de 1939. Fue sometido a dos consejos de guerra que pedían para él la pena de muerte y finalmente condenado a una pena de veinte años de los que cumplió cinco. Este ex novillero y poeta popular, hombre polémico incluso entre sus propias filas, hasta el final de sus días siguió siendo libertario. En total, Melchor estuvo más de una treintena de veces en la cárcel con la monarquía, la Segunda República y el franquismo. Su entierro, en febrero de 1972, consiguió reunir a personalidades de las dos Españas: anarquistas y miembros del régimen. Esta biografía novelada rescata a una figura importante e injustamente olvidada de nuestra guerra civil.
Alfonso Domingo Álvaro (Turégano, Segovia, 1955), periodista, documentalista y escritor, ha trabajado en diarios, semanarios, radios y TV. Especialista en información internacional, reportero de guerra, director de documentales, en su haber figuran más de cien trabajos -algunos doblemente galardonados- dos novelas premiadas y varios libros de ensayo, relatos y viaje. Entre ellos: La madre de la Voz en el Oído (Ed. Fundamentos, 1992), III Premio Feria de Libro de Madrid, El Canto del Búho (Oberon, 2002), La Estrella Solitaria (Algaida, 2003), VII Premio de novela “Ciudad de Salamanca”, El Vuelo del Cuatro Vientos, escrito en colaboración con Jorge Fernández-Coppel (Oberon, 2003), Retaguardia (Oberon, 2004) y La Serpiente Líquida (Alianza, 2005).En la actualidad se dedica a dirigir documentales y a escribir narrativa.
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