dijous, 22 de novembre del 2018

El bombardeo de Xàtiva.



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En febrero de 1939, la aviación fascista BOMBARDEÓ Xátiva (Valencia), ASESINANDO a cerca de 140 REPUBLICANOS

Bombardeo de Xátiva word pressFinalizada la ofensiva de Cataluña en febrero 1939, continuó la campaña de bombardeos aéreos contra la retaguardia Republicana. Los objetivos principales eran los pueblos y ciudades costeras del levante. El 14 de enero de 1939 los aparatos italianos bombardearon 4 veces Valencia, el día 20 dejaron caer sus bombas en Valencia, Gandia, Sagunt y Dénia. Fueron castigadas también Alicante, Cartagena, Alcoy, Sueca. A partir de febrero la ofensiva fue mucho más intensa. El día 1 se bombardeó Valencia 2 veces y en días posteriores Sagunt y Gandia. La mayoría de instalaciones de las poblaciones costeras: puertos, carreteras, puentes, etc, fueron destruidos casi en su totalidad.
La aviación y las defensas antiaéreas Republicanas estaban anuladas. El ejército y la población Republicana mostraban un ánimo derrotista, faltaba poco para que terminase la guerra, las fuerzas nazionales eran claras vencedoras, los republicanos se encontraban muy tocados después de la batalla del Ebro. Pero ello no era obstáculo para que el mando franquista ordenase sucesivos bombardeos contra las tropas rebeldes ya derrotadas.
El 12 de febrero un grupo de 5 bombarderos Savoia-Marchetti S.M.79 del 27º grupo de la aviación legionaria italiana, aliada de Franco junto con la Alemania de Hitler, procedentes de Palma de Mallorca, despegaron con destino a Xàtiva en la retaguardia Republicana. El día era claro y la visibilidad perfecta. Hacia las 11:30 de la mañana los bombarderos se acercaron a la estación ferroviaria, donde en ese momento había presentes en los andenes personal ferroviario, mujeres y niños, familiares y amigos, que con enorme ilusión y valentía habían caminado desde poblaciones cercanas hasta la estación de ferrocarril de Xàtiva, para recibir a soldados Republicanos que llegaban en tren, y compartir con ellos unos minutos.
El tren acababa de llegar. En ese momento los aviones arrojaron su carga, unas 20 bombas de 250 Kg cayeron en la Estación y alrededores. No había baterías antiaéreas y el ataque cogió totalmente por sorpresa a los habitantes de Xàtiva, dando poco tiempo para que la población pudiera refugiarse. En poco tiempo, las explosiones de las bombas convirtieron todo en destrucción y desesperación, gritos, llantos y sangre, montones de cuerpos de seres humanos mutilados y sin vida, los cadáveres, la mayoría irreconocibles, quedaron en el suelo de la estación.
La escena era dantesca, numerosos miembros humanos colgaban de los árboles, los gritos de los heridos inundaban el ambiente. La estación quedó destrozada y las instalaciones ferroviarias gravemente dañadas. Se formó un gran cráter, en medio de la destrucción. El listado del especialista Ramírez Aledón da un total de fallecidos de 123 hombres, 16 mujeres y 5 niños y niñas; más de 200 resultaron heridos. Muchos de ellos tuvieron que ser trasladados a hospitales militares de otras localidades, pero alrededor de una veintena falleció después en los centros hospitalarios.
Apenas faltaban unos días para el final de la guerra de España, el 1 de abril de 1939, sin defensas republicanas, los soldados cansados ¿para qué la masacre que tuvo lugar en Xàtiva? Era un claro aviso de lo que les esperaba a aquellos que se habían mantenido fieles al Gobierno legítimo y democrático de la República española. Esta ofensiva brutal no tuvo ningún sentido, las fuerzas nazionales quisieron intimidar a la población. Muchos han considerado oportuno denominar a este bombardeo y sus trágicas consecuencias como el Guernica valenciano. En el recuerdo de muchos setabenses todavía está presente aquel trágico día.
Casi 300 años tuvieron que pasar para que el recuerdo de las víctimas del incendio de Xàtiva de 1707 a manos de las tropas de Felipe V, el primer rey Borbón, durante la Guerra de Sucesión, fuese rechazado por todos los sectores sociales de la ciudad. Muchos confían en que no se necesite pasar el mismo tiempo para que las víctimas del más sangrante acto de guerra en 3 siglos también sea rechazado por toda Xàtiva.
En el año 2007 fue erigido un monumento en conmemoración de las víctimas del bombardeo, el Aixopluc, del artista setabense Miquel Mollà. La escultura de más de 3 metros de altura y tallado en hierro simboliza 2 brazos en alto intentando cobijarse de las bombas caídas del cielo. Ha sido financiado por el Consell de la Joventut de Xàtiva y por aportaciones particulares. En la inauguración estuvieron presentes miembros de todos los partidos de Xàtiva a excepción del PP, que declaró que “sólo se busca reabrir viejas heridas”. Raimon, visiblemente emocionado, lamentó que “después de 30 años de democracia los homenajes a las víctimas de la guerra todavía molesten”.

Documentos: Toni Cuquerella (El País , Eldiario.es). WikipediaUnidad cívica por la República (Pablo Rodríguez). Levante-EMV ( Agustí Garzó). Las provincias (Fulgencio Torremocha). Imagen de Levante-EMV


Dos brazos que se alzan en un gesto inútil de protección contra la muerte venida desde el cielo en forma de 20 bombas de 250 kilos. Este es el recuerdo permanente a la barbarie de la Guerra Civil que supuso el bombardeo de Xàtiva del 12 de febrero de 1939 a manos de la aviación fascista italiana que apoyaba a Franco y que causó, según los últimos cálculos, 145 muertos y más de 200 heridos.
Fue una clara mañana de domingo. Catalunya ya había caído en las manos franquistas y la II República española, desmoralizada, vivía sus últimos estertores y estaba en retirada. Pero la aviación fascista de Mussolini, que actuaba desde la base aérea de las Islas Baleares, bombardeó la retaguardia del último territorio republicano hasta días antes del final de la guerra. El de Xàtiva fue el último de los bombardeos con grandes cantidades de muertos.
El objetivo de les 5 bombarderos Savoia-Marchetti SM.79 del 27º Grupo de la Aviación Legionaria era un tren cargado de soldados de la 49ª Brigada Mixta que llegaba a Xàtiva desde el frente de la Mancha, y la masacre comenzó a las 11,45h. Pero las bombas no distinguían personas, y mataron soldados en la estación, así como también mataron a civiles, hombres, mujeres y niños porque algunas cayeron sobre casas de la zona. Testigos del bombardeo recuerdan que se llegaron a encontrar restos humanos sobre los árboles de la zona de la estación del tren.
Las víctimas fueron enterradas el mismo domingo por la tarde en medio de la consternación por la brutalidad del ataque, según una misiva enviada por el alcalde de Xàtiva, Jovino Fernández, al gobernador civil de Valencia. Tras ello, muchos fueron los que huyeron al campo, temiendo nuevos ataques a la ciudad.
Pocos supervivientes quedan de la tragedia, niños que hoy en día son octogenarios y que vivieron en silencio la ignominia hasta que prácticamente cayó en el olvido, también en la democracia. Pero en 2007, a través del Consell de la Joventut de Xàtiva, se rescató la memoria de las víctimas impulsando el monumento que las recuerda ahora, ‘Aixopluc’ (refugio), situado a las mismas puertas de la estación del tren.
No obstante este homenaje no fue fácil y contó con la oposición del propio alcalde de Xàtiva, Alfonso Rus (PP), quien ha visto en todo momento este recuerdo como un intento de “reabrir heridas” que entiende que ya están cicatrizadas; entorpeció el levantamiento del monumento en suelo público hasta que fue permitido en terreno de Adif (durante el gobierno del PSOE).
Nunca ha querido asistir al acto que cada año se celebra en este espacio el domingo más cercano al 12 de febrero y al que asisten los partidos de la oposición, así como también numerosos colectivos cívicos, culturales, sindicatos, y vecinos a título personal. Este año Rus ha dicho para justificarse que él es “el alcalde de todos” y que si fuera a este homenaje y “los otros” hicieran también otro homenaje, también tendría que asistir. Cabe recordar que el gobierno municipal del PP de Xàtiva con Rus a la cabeza también ha sido el que ha evitado retirar los honores de la ciudad a Franco, quien todavía es alcalde perpetuo, hijo honorífico e hijo predilecto de la ciudad.
Casi 300 años tuvieron que pasar para que el recuerdo de las víctimas del incendio de Xàtiva de 1707 a manos de las tropas de Felipe V, el primer rey Borbón, durante la Guerra de Sucesión, fuese rechazado por todos los sectores sociales de la ciudad. Muchos confían en que no se necesite pasar el mismo tiempo para que las víctimas del más sangrante acto de guerra en tres siglos también sea rechazado por toda Xàtiva.