http://aedidh.org/sites/default/files/Comunicado%20Seminario%20Tortura%20Espa%C3%B1a.pdf
Expertos nacionales e internacionales coinciden en reclamar medidas para prevenir e identificar
los casos de tortura en España.
Seis organizaciones denuncian la actual situación de impunidad generalizada en este tipo de
delitos.
Madrid, 30 de enero de 2015. En España no se practica la tortura de forma sistemática, pero sí de
forma frecuente, y en la inmensa mayoría de los casos este tipo de delitos resultan impunes. Es el
resumen de la situación que plantearon ayer en Madrid los participantes en una jornada sobre este
delito con el título "Contra la Tortura. Retos y desafíos en España", celebrado en el Consejo General
de la Abogacía Española.
En el encuentro se abordaron cuestiones como la necesidad de contar con un marco sólido contra la
tortura y los malos tratos, mecanismos de prevención y la existencia de una adecuada investigación
para asegurar que no haya espacios de impunidad.
Juristas, investigadores y miembros de organizaciones de derechos humanos coincidieron en señalar
la importacia de los mecanismos de prevención para evitar que la tortura y los malos tratos sigan
siendo delitos que en España se producen "no de forma sistemática, pero sí generalizada".
En este sentido, se citaron los Mecanismos Nacionales de Prevención de la Tortura, concebidos
como un medio de aplicar, de manera efectiva en el plano nacional, las normas internacionales
relativas al trato debido a las personas privadas de su libertad y a las condiciones de la reclusión.
Para ello, se apuntó la necesidad de garantizar la calidad de las visitas realizadas por estos
mecanismos de prevención.
“Hay estados a los que hay que reiterarles las recomendaciones para prevenir la tortura y ese es el
caso de España”, apuntó Celso Manata, representante del Comité Europeo para la prevención de la
tortura (CPTE).
“¿Por qué España no cumple los estándares internacionales de investigación de la tortura y malos
tratos?”, se preguntó el fiscal del Tribunal Constitucional, Manuel Miranda, en el acto organizado
por seis organizaciones, con motivo del 30 aniversario de la firma de la Convención contra la tortura
por parte de las Naciones Unidas.
A pesar de que España ratificó este tratado internacional en 1987, varias de las intervenciones
señalaron que España "incumple claramente la normativa internacional" en esta materia. Como
ejemplo, las entidades organizadoras destacaron que en la actual reforma del Código Penal sigue sin
abordarse la correcta tipificación del delito de tortura de forma acorde con el derecho internacional y
las penas están muy lejos de corresponderse con la gravedad de este tipo de acciones, a pesar de las
reiteradas recomendaciones de diversos organismos internacionales de derechos humanos como el
Comité contra la Tortura.
Durante la jornada se recordó que la violación o los abusos sexuales cometidos bajo custodia se
consideran un acto de tortura y se destacó la importancia de estudiar las formas particulares de
tortura que sufren las mujeres. "La falta de enfoque de género provoca la invisiblización de una
parte de la violencia", lamentó Paloma Soria, visitante de la Corte Penal Internacional.
Torturas impunes
Casos recientes demuestran hasta qué punto los delitos de tortura y malos tratos no se investigan de
forma adecuada en España. "El mecanismo que investiga la tortura debe ser diferente al de los
presuntos perpretadores", reclamó Daniel Joloy, investigador de Amnistía Internacional.
Los casos de tortura se producen mayoritariamente cuando las víctimas se encuentran bajo custodia
del Estado: en centros de detención, en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) y también
durante el régimen de incomunicación. Un régimen que sigue sin eliminarse en el anteproyecto de
ley de reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal aprobado en Consejo de Ministros, tal y como
han recomendado diferentes organismos internacionales de derechos humanos.
Además, dicha reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal no introduce medidas para evitar el
riesgo de tortura. Según estas organizaciones, es la falta de voluntad política para aclarar estos
casos lo que permite que se sigan produciendo de forma frecuente y no se tomen medidas básicas
para prevenirlo. Ni siquiera existe un registro que permita saber el número de denuncias que se
realizan en España por este delito.
"A veces las recomendaciones sobre tortura se quedan en burocracia vacía. Debe existir un registro
de alegaciones de torturas y malos tratos para tener una visión global, y para hacer seguimiento a
casos individuales", afirmó Hans Draminsky, miembro del subcomité para la prevención de la
tortura de Naciones Unidas.
Las entidades organizadoras y los expertos participantes en la jornada reclamaron a las autoridades
políticas, cuerpos de seguridad, jueces y médicos forenses que afronten de manera directa los casos
de tortura y malos tratos en España y se comprometan en trabajar para erradicarla de forma
definitiva.
Además, se citó el protocolo de Estambul como instrumento básico del derecho internacional para
la correcta documentación de las denuncias de torturas y malos tratos. Sin embargo, el experto
forense, Pau Pérez, denunció la falta de conocimiento de este protocolo tanto por la mayoría de los
médicos como por parte de jueces y fiscales.
Por último, Victor Madrigal, secretario general del Consejo Internacional de Rehabilitación de
Víctimas de la Tortura, lamentó el "olvido que sufren las víctimas de tortura" cuando no obtienen
ninguna reparación.
Entidades organizadoras de la jornada:
Amnistía Internacional
Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos
Asociación Española de Neuropsiquiatría
Asociación Pro Derechos Humanos en España
Coordinadora Para la Prevención y Denuncia de la Tortura
Rights International Spain
Entidad colaboradora:
Fundación Abogacía Española
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