Posted: 05 Feb 2015 04:30 AM
PST
La plataforma Fíltrala publica
los documentos por los que el Ayuntamiento y el Juzgado de Instrucción Número
1 de Guadalajara esquivan la orden de la jueza Servini de exhumar la fosa en
la que Timoteo Mendieta fue enterrado en 1939 tras ser ejecutado.
Asunción Mendieta Ibarra tiene
89 años. El pasado año 2014 se trasladó junto a su hija, Ascensión Vargas
Mendieta, hasta Argentina para testificar delante de la jueza María Servini.
¿La razón? Denunciar la muerte de su padre, Timoteo Mendieta Alcalá, acaecida
el 16 de noviembre de 1939 en el Cementerio Municipal de Guadalajara. Timoteo fue fusilado ese día tras un
proceso que se llevó contra él en Guadalajara el 11 de septiembre de 1939.
¿Su delito? Haber sido leal a la República y haber sido integrante de
organizaciones sindicales.
La jueza María Servini no lo
dudó. Amparándose en un exhorto (petición de diligencias entre juzgados)
pidió la exhumación de los restos de Timoteo Mendieta Alcalá, que reposan en
la Fosa número 2 del Cementerio de Guadalajara. Así lo cursó a las
autoridades competentes de la zona. Y lo que parece que tendría que ser
una razón de justicia universal, una
petición tan simple como la devolución de un cadáver, no ha sido posible.
Una vez que la jueza Servini
emite la orden de exhumación, la misma se hizo llegar al Juzgado Núm. 1 de
Guadalajara. El juzgado la remitió a su vez al Ayuntamiento de la ciudad para
que facilitara un informe sobre el lugar donde está enterrado Timoteo
Mendieta.
El Ayuntamiento, en un informe
de cuatro hojas, explica la ubicación de las fosas, el número de personas
enterradas en la misma fosa que Timoteo, el precio de la inhumación, etc.
Diagonal ha tenido acceso a este informe a través de Fíltrala,
plataforma en la que participa junto a eldiario.es,
La Marea y Mongolia. El informe
hace referencia a un documento
conservado en el Archivo Municipal con fecha del 17 de noviembre de 1939
en el que se detalla que Timoteo fue enterrado en el patio 4º y fosa número 2
del cementerio civil de la localidad, también publicado por Fíltrala..
El informe, fechado el 27 de
junio de 2014 y remitido al Juzgado de Instrucción Número 1 de Guadalajara,
explica que la fosa en la que fue enterrado Timoteo es una fosa común cuyo
primer enterramiento data del 16 de noviembre de 1939 y el último el 9 de
septiembre del mismo año. En la fosa se
enterraron, según consta en el informe, 22 o 23 personas ejecutadas por el
Juzgado Especial de Ejecuciones, según los distintos
registros.
Fíltrala también ha publicado
la resolución del juzgado en respuesta al informe del Ayuntamiento. En la
providencia, fechada el 30 de octubre de 2014, el juzgado afirma que hizo una
“inspección ocular” en el cementerio por la que concluye que
la información remitida por el Ayuntamiento es incorrecta y que “no se sabe
con exactitud donde puede estar la fosa”. Por ello decide “dejar sin efecto la
ejecución de la exhumación del cadáver de D. Timoteo Mendieta
Alcalá, debido a que la inspección ocular realizada, y de las manifestaciones
efectuadas no queda acreditado fehacientemente que en la fosa nº 2 del patio
4 del Cementerio de Guadalajara, se encuentre el cuerpo sin vida de D.
Timoteo Mendieta Alcalá, ya que no se puede determinar con exactitud en
qué lugar puede estar situada la fosa y cuanto terreno abarca esta”.
La resolución ase puso en
conocimiento de la Coordinadora
Estatal de Apoyo a la Querella Argentina y de la propia jueza
María Servini.
Las razones esgrimidas tanto
por el Ayuntamiento como por el Juzgado de Guadalajara reducen una petición
de defensa de los derechos humanos y de crímenes contra lesa humanidad a un
asunto puramente administrativo. Según asegura a Diagonal Xulio García
Bilbao, del Foro por la
Memoria de Guadalajara,
“la ubicación de la fosa es perfectamente correcta. Las razones
que esgrimen Ayuntamiento y Juzgado son sólo una excusa para dejar sin efecto
la petición”. “El mismo Ayuntamiento que dice ahora no saber la ubicación de
Timoteo, autorizó en su día la colocación de una placa en su tumba. Es una
contradicción”.
“El mismo Ayuntamiento que dice
ahora no saber la ubicación de Timoteo, autorizó en su día la colocación de
una placa en su tumba. Es una contradicción”
Un Ayuntamiento
reincidente
Las organizaciones
memorialistas, políticas y sindicales afirman que no es la primera vez que el
Ayuntamiento de Guadalajara ha incurrido en polémicas relacionadas con la
memoria histórica. Las organizaciones memorialistas,
políticas y sindicales de la ciudad de Guadalajara llevan años trabajando
para resarcir a las víctimas del franquismo y se han topado siempre con el
“ninguneo de las autoridades municipales”, señalan.
Hace años que la Confederación
Nacional del Trabajo (CNT) de Guadalajara pidió un cambio en el callejero de
la ciudad y de la provincia, pero el Ayuntamiento, lejos de hacerlo, ha
seguido manteniendo un
callejero repleto de militares golpistas. Tan solo la llamada
Plaza de los Caídos por Dios y por España varió su nombre por la de Plaza de
los Caídos, aduciendo el Ayuntamiento que así aglutinaba a todos los caídos
de ambos bandos. Una decisión que generó la protesta tanto de la CNT local
como de Izquierda Unida, que se sumó a la petición de variación de callejero.
Prueba del registro de la
inhumación de Mendieta. | Filtrala
En el cementerio municipal
existen dos espacios donde se ubican los restos de los fusilados. Una de esas
partes fue rehabilitada por los familiares de las víctimas en los años 80 con
sus propios fondos. Pero otra parte, una enorme fosa donde se ubican gran
cantidad de estos cadáveres, ha sido uno de los caballos de batalla del
Foro por la Memoria y de la Asociación de Familiares de la Fosa de
Guadalajara . El
Ayuntamiento ha desoído repetida veces las peticiones del Foro para adecuar
la zona y darle reconocimiento a los fusilados. Por el
contrario el Ayuntamiento emprendió medidas propias y colocó una placa que no
dejó satisfecha a ninguna de la fuerzas sindicales, políticas y memorialista
que reclaman el reconocimiento de las personas ejecutadas por la dictadura.
Guadalajara, una
provincia azotada por la represión franquista
En el año 2010 Carlos Paramio
Roca, Pedro Alberto García Bilbao y Xulio García Bilbao publicaron La represión franquista en
Guadalajara. Desde ese momento esta obra se ha convertido en
la referencia para valorar de una forma cuantitativa, pero también
cualitativa, la dimensión de la represión en esta provincia. Este trabajo,
pendiente de actualización, cifra la represión en 6.377 personas de las cuales 1.262
fueron ejecutadas (202 por causas de padecimiento en
prisión). Los alcarreños represaliados por el nazismo también tienen cabida
como represión franquista, pues fue la dictadura quien sentenció en realidad
a aquellos militantes.
En las páginas de este libro
encontramos la historia de Timoteo Mendieta Alcalá. De profesión carnicero y
yesero, natural del alcarreño pueblo de Sacedón, Timoteo Mendieta fue presidente de
la UGT en su localidad. En Sacedón sufrió los ataques de los
sectores de derecha durante la República. Al finalizar la Guerra Civil,
Timoteo fue detenido y trasladado a Guadalajara. Juzgado el 11 de septiembre
de 1939, fue sentenciado a muerte. Fue fusilado el 16 de noviembre de 1939 en
el Cementerio de Guadalajara.
Timoteo no es el único que
está en la fosa que Servini pedía exhumar. Junto a él hay 21 personas más, de los cuales cinco son
también de Sacedón. Son Eusebio Viñas Ibarra, teniente del Ejército Popular
de la República, de profesión jornalero y afiliado también a la UGT; Tomás y
Manuel Escamilla Rebollo, campesinos y afiliados a la JSU; Castor Mercado
Molada, de profesión jornalero; Valentín Alcantarilla Mercado, también
jornalero; Ciriaco Écija Buendía, de profesión labrador y militante del PCE y
de la UGT; y Ángel Ardiz Gil.
Junto a estos sacedonenses
también están en esa fosa el jornalero Sabas López Tomico, Antonio Sierra
Olivo, Juan Martínez Vivar, Pedro Parra Toledo, Fidel Serrano Mayor, Isidoro
Lozano Moreda, Isidro Expósito Delgado, Feliciado Fernández Manzanares, Tomás
Vicente Lorente, Ricardo Martínez López, José Rodríguez García, Jesús
Barriopedro Santamaría, Julio Verges Garcia y Martina García Alcalde. Todos ellos jornaleros, integrantes
de las organizaciones del Frente Popular y fusilados entre el
16 de noviembre de 1939 y el 9 de marzo de 1940. La fosa común número 2 del
cementerio dejó de utilizarse el 9 de septiembre de 1940.
La lectura que se extrae de
este caso y de los acompañantes de Timoteo en la fosa es que en su mayoría
eran trabajadores del campo. En el caso de Martina la profesión que se marca
es “sus labores”, un
genérico para los represores franquistas con el que se
ocultaba su verdadero trabajo y su vinculación al movimiento obrero. Todos
ellos fueron fusilados por pertenencia a organizaciones del Frente Popular en
ese genérico eufemístico de “auxilio o exaltación a la rebelión”. Los rebeldes juzgando por “rebeldía”
a los defensores de la legalidad.
Asunción Mendieta ha pedido
verdad, justicia y reparación para Timoteo Mendieta Alcalá. Una reivindicación
que se tiene que hacer extensible a todos los represalidados. El Ayuntamiento
y el Juzgado de Guadalajara niega ese derecho universal contemplado en la
Declaración Universal de Derecho Humanos. Las víctimas del franquismo siguen olvidadas en la fosas
y las cunetas.
|
Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
divendres, 6 de febrer del 2015
El bloqueo institucional de la memoria histórica: el caso de Timoteo Mendieta
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