dilluns, 16 d’octubre del 2017

EL ASESINATO DE ISIDRO FERNÁNDEZ CORDERO y otros vecinos Republicanos de Almonte por falangistas en 1936

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Isidro Fernández Cordero word pressIsidro nació en Pola de Siena (León) en 1895. Sus padres eran campesinos y pastores. Con 7 años, Isidro y su padre se desplazaron al Rocío, Huelva, para prosperar, aprovechando los mejores pastos del coto y las marismas. Con el tiempo, Isidro se casó con María Vargas de la Torre y tuvo 4 hijas y un hijo. Isidro era de izquierdas, hablaba de política con otros amigos pero nunca se metió con nadie. En la Choza del Acebuchal se reunían para organizar algunas movilizaciones en defensa de la República, de la democracia y la libertad.
Isidro fue nombrado Secretario General de las “Izquierdas” de El Rocío, algo que llevó con mucho orgullo. El guardia del Coto de Doñana andaba detrás de Isidro por este asunto, y porque Isidro furtiveaba, ya que la gente de la zona, necesitaba los alimentos que la Marisma y Doñana aportaban a la escasa y pobre dieta local. La familia tenía una bandera republicana en la choza del Acebuchal donde vivían. Desde allí organizaron una pequeña manifestación de apoyo a la República, dando una vuelta por las calles principales de El Rocío. Las hijas María y Luz, vestiditas con un traje rojo que les hizo Isabel la Coraje, presidían la marcha con la bandera republicana. Aquello no sentó bien a los sectores más reaccionarios de la aldea, y esto se sumó a la rabia que el Guarda del Coto y algunos falangistas le tenían.
El 25 de julio las tropas fascistas rebeldes entraron en Almonte, e Isidro se alejó varios días a la marisma a recoger el ganado y alejarse de la angustia del ambiente. Cuando a los pocos días volvió, se enteró de que 2 guardias civiles habían estado preguntando por él; al día siguiente volvieron a la choza con instrucciones de que se presentase en el Ayuntamiento de Almonte. Amigos y familia le aconsejaron huir, pero Isidro, convencido de que no habría acusación ya que nada había hecho, acudió a la cita, aunque las niñas le decían, ¡Papá no te vayas! ¡Papá te queremos! ¡Acuérdate de nosotros!
Isidro fue empujado por 2 falangistas al despacho del alcalde. En una habitación cercana, Frasquita una buena mujer republicana, lloraba con un llanto que desgarraba el alma preguntando por su hermano, estaba rapada y su cara reflejaba un gran dolor. Tras un interrogatorio y 3 días de cárcel le dejaron libre, los falangistas le habían robado un caballo, 2 yeguas y parte del ganado. Pero volvieron a por él, le subieron a un camión con otros vecinos y le llevaron al cuartelillo, donde los maltrataron, y después a la cárcel. En la plaza del pueblo se anunciaba a los que iban a ser fusilados y se pedían voluntarios. A quien se ofrecía le daban un bocadillo y un litro de vino, después en el cuartel de Falange pagaban 1 peseta de jornal. Allí tenían las listas de fusilamientos, acumulaban lo que robaban a los “rojos”, rapaban, daban ricino, maltrataban o violaban a las “rojas” o las que tenían vínculos con algún “revolucionario”.
Mariquita se acercó a preguntar al alcalde y al cuartel de la guardia civil: “Lo llamamos y lo tenemos encerrado para matarlo. ¿Pero él que ha hecho? Nada, lo matamos por sus ideales”. Sin preguntas, causa, juicio, amparo, cargos, inscripción, los trasladaron directos a fusilar en un camión que los llevó hasta las tapias del cementerio de Hinojos. Los bajaron, les quitaron lo que llevaban, a empujones los colocaron en fila detrás de un pino. Sonó una voz, ¡ahora os vamos a dar vuestro merecido rojos de mierda!. Estaba casi amaneciendo, cuando sonaron las descargas. Después trasladaron los cadáveres a una fosa común.
Mariquita enloqueció. Estuvo más de 3 meses llorando de noche y día, intentó rehacer su vida, con la dificultad y la presión de ser mujer de un “rojo asesinado”. Lo peor que se podía ser. Ella y la niñas fueron humilladas y rechazadas. No pudieron ir a la escuela y desde muy pequeñas, tuvieron que ganarse la vida sirviendo a esa clase dominante, a los vencedores. Al poder que había matado a su padre.
Según recoge el historiador Francisco Espinosa Maestre en su libro: Contra la República. Los “sucesos de Almonte” de 1932, en Hinojos fusilaron de Almonte a:
Antonio Rodríguez Soltero, “El niño de la casa del reloj”, 41 años, fusilado el 2 de septiembre de 1936 en Hinojos.
Francisco Acevedo Salguero, concejal en Almonte durante 5 años, fusilado el 3 de septiembre de 1936.
Juan Trigueros Cáceres, 56 años, fusilado el 3 de septiembre de 1936.
Martín Auden Peláez, 55 años, fusilado el 3 de septiembre de 1936.
Francisca Cabrera Rodríguez, “Frasquita la Charamusca”, de 36 años, fusilada el 4 de septiembre de 1936.
Isidro Fernández Cordero, 41 años, fusilado el 4 de septiembre de 1936. Vivió en el Rocío.
Manuel Domínguez Valladolid, fusilado el 4 de septiembre de 1936. Alcalde pedáneo de El Rocío.
José Medina Martínez “José Pamuez”, 26 años, fusilado el 5 de septiembre de 1936.
Alfonso Espina Cabrera, 28 años, fusilado el 5 de septiembre de 1936.
Manuel Ramos Peláez “Espiritista”, 48 años, fusilado el 5 de septiembre de 1936

Si olvidáis lo que fuimos, vuestros Gobiernos serán democráticos, pero legitimados en el Olvido sufrirán nuestro desprecio. La Libertad y la Democracia no se fortalece sobre el Olvido, y la Sangre derramada de miles de personas inocentes. No fuimos inscritos, sino arrojados en una fosa desmantelada por gobiernos democráticos, que no se han interesado en su búsqueda. Gobiernos de “izquierdas” no han esclarecido que más de 12 personas seguimos DESAPARECIDOS, Enterrados, OLVIDADOS, en el frío suelo, inhóspito cubículo de una fosa común


Documentos originales: El nieto de IsidroTodos los nombres. Agradecimiento a D. Francisco Espinosa Maestre, historiador e investigador de los hechos ocurridos en su libro La Guerra Civil en Huelva

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