http://www.sbhac.net/Republica/Introduccion/Introduccion.htm
1) Antecedentes de la Guerra Civil española.
La tragedia española se remonta mucho más atrás de lo que la mayoría cree. La lucha fraticida entre españoles liberales y conservadores o absolutistas viene precisamente del estado deplorable en que las Españas quedaron tras la Guerra de la Independencia y la pérdida del imperio colonial. El reinado de Fernando VII se convirtió en un vaivén de gobiernos liberales y conservadores, con respectivas asonadas militares, duras represiones (procesos de la maldita Inquisición), largos exilios y espadones de turno. Era el inicio de la ardiente conversión de la fuerza armada en árbitro político, ora liberal ora conservador.
Anexos:
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La conspiración antirrepublicana
Desde el mismo momento de la proclamación de la II República, próceres de la Iglesia, terratenientes, y militares monárquicos, comenzaron a conspirar para derribarla. Varias intentonas golpistas fracasaron por lo endeble de sus planes, como es el caso de la Sanjurjada. La llegada del "bienio negro", donde la derecha tradicional española recobró el poder bajo la institución republicana, paralizó todas las conspiraciones, mientras los políticos gobernantes desmontaban todas las reformas, grandes o pequeñas que la República había traído. Pero tras las elecciones del 11 de febrero de 1936, la conspiración se puso, no a caminar, sino a cabalgar.
La conspiración y el golpe.
De Antonio Gálvez Cartagena, licenciado en Geografía e Historia por la UNED
Objetivo: Acabar con la República (Tuñón de Lara)
La conspiración contra la República. Un secreto a voces. (Daniel Sueiro)
Las conspiraciones derechistas contra la República. (Aquilino González Neira)
Milicias fascistas y violencia política en la Segunda República española (Eduardo González Calleja)
Carlismo y violencia en la II República. (Manuel Ferrer Muñoz)
Militares y república: entre la lealtad y la conspiración (Gabriel Cardona)
Derechas e izquierdas en el Ejército (M. Teresa Suero Roca)
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El verano revolucionario. Julio 1936 - Octubre 1936
Tras el fracaso de la rebelión militar, España quedó dividida en dos zonas antagónicas. La población se vio obligada a escoger o a sufrir las terribles consecuencias de la disidencia. Las masas populares de la zona republicana creyeron haber cambiado definitivamente su más próximo entorno por un mundo mejor. Su relativamente fácil victoria sobre los rebeldes, en las grandes ciudades, les llevó a padecer "mal de victoria". La estrechez de miras de los dirigentes locales de los partidos republicanos y sindicatos, la explosión de lo que los historiadores llaman "fuerzas centrífugas", presentes en todas las crisis que de siempre España padeció, la brutal represión contra los derechistas avivada con las terribles noticias que de la otra zona llegaban, compuso un verano trágico pero a la vez esperanzador. Nunca los pobres de España habían alcanzado cotas tan elevadas en sus anhelos revolucionarios. Subieron a las más altas montañas de sus conquistas sociales, pero una vez allí se encontraron solos, no vieron el desastre que se avecinaba en el valle, y la explosión revolucionaria del verano del 36 se consumió en los frentes y en la retaguardia de una guerra cruel que iba a ser muy larga.
El verano revolucionario
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Las batallas de Madrid. Noviembre 1936 - Mayo 1937
El gobierno republicano consigue rehacerse tras el fracaso de Franco frente a Madrid. Se acaban con las veleidades revolucionarias y se inicia el camino para controlar todo el territorio republicano de la zona Centro y Este. La primavera de 1937 es el momento más álgido de la resistencia militar republicana solo desteñida por la pérdida de Málaga. La victoria de Guadalajara hace pensar a los dirigentes republicanos que es llegada la hora de grandes ofensivas, sobrevalorando quizá la fuerza de su nuevo ejército: El Ejército Popular.
La batalla por Madrid.
La batalla de Guadalajara.
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Militarmente, 1937 es un año decisivo pues se pierde el Norte, lo que imposibilita ganar la guerra, quedando como única estrategia válida, conseguir un alto el fuego, el empate bélico.
Tras los sucesos de Mayo, Largo Caballero cede a regañadientes la presidencia del gobierno al Doctor Negrín que imprimirá nuevos impulsos a la resistencia republicana. Se inician las grandes ofensivas republicanas para intentar salvar el Norte y recuperar la iniciativa bélica. Esta política militar fracasa pese a que detiene en seco la generalizada creencia de la inminente victoria franquista. Pero las élites militares del Ejército Popular y los suministros bélicos se diluyen como azúcar en agua. Además, los sectores anarquistas y el ala caballerista del PSOE, inician un irresponsable campaña antigubernamental que inevitablemente añadirá muchas dificultades a la labor del gobierno, que pese a todo realiza ímprobas reformas en la industria, el propio ejército y la fuerza aérea, configurando un verdadero Estado en guerra, cuyo propósito fundamental es resistir para alcanzar el alto el fuego, en una trocha donde muchos prohombres republicanos se dedicaron a poner zancadillas al gobierno, en irresponsables acciones del todo incomprensibles.
A principios de 1938 la República está muy debilitada política y militarmente. La batalla de Teruel ha acabado con todas las reservas materiales y también con gran parte de la moral de la población. Para colmo, en la primavera de 1938, una arrolladora ofensiva rebelde conquista Aragón y parte el territorio republicano en dos. Es un momento crucial.
El gobierno de la Victoria.
Relatos:
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Batalla del Ebro. Abril 1938 - Noviembre 1938
El gobierno de Negrín reacciona y trata de adquirir materiales e inyectar dosis de moral en la población, pues la impresión general es que la guerra se acaba y todo el estado republicano se hunde. Negrín con el apoyo de una parte del PSOE y de los comunistas crea un nuevo gobierno, del que sale Prieto, cartera que toma el propio Negrín. El nuevo gobierno, llamado de Unidad Nacional, es de carácter socialista moderado y decididamente partidario de imponer su autoridad política y militar. Vicente Rojo, pese a no haber conseguido unificar los cinco ejércitos bajo el mando del EMC (Tierra, Aire, Mar, Carabineros y Cuerpo de Seguridad), pese a no haber conseguido la declaración del Estado de Guerra, y pese a tampoco haber conseguido la militarización de todos los servicios, Transporte, Abastos, Fortificaciones, etc..., se pone a la tarea de reorganizar las Fuerzas de Tierra de Cataluña y prepara el contragolpe. Como así fue. La batalla del Ebro es la culminación militar de los esfuerzos políticos y militares del segundo gobierno de Negrín. En ayuda de este esfuerzo vino la mala estrategia franquista de atacar en dirección a Valencia en vez de cruzar el Ebro y conquistar Cataluña. El ejercito del Centro se defendió muy bien en el Maestrazgo y las fuerzas de choque rebeldes se encontraron una defensa que desmentía que las retiradas de Aragón iban a ser la norma de lo que quedara de guerra. La República, una vez más, se había rehecho, había perdido mucho, pero aun faltos de levas, de armas y de suministros, los ejércitos republicanos mantenían la moral, se defendían y atacaban vendiendo muy caro cada metro de territorio leal. Negrín superó la crisis, y hasta Munich, las fuerzas armadas republicanas sostendrían sus posiciones bajo una avalancha de fuego franquista jamás vista en España. El Maestrazgo y el Ebro fueron de nuevo el escenario de la heroicidad española. Y por lo que a nosotros respecta, de la gesta republicana.
La batalla del Ebro.
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Final de la guerra civil. Diciembre 1938 - Marzo 1939
La derrota en el Ebro acabó con las esperanzas republicanas. La desmoralización campa por sus respetos en las debilitadas fuerzas del EPR en Cataluña. Sólo las elites político-militares del Ejército Popular mantienen aún cierto espíritu. La traición también florece en el Estado Mayor del Ejercito del Centro, bajo los auspicios del Coronel Casado y otros oficiales como es el caso del inteligente General Matallana, íntimo amigo, por cierto, de Vicente Rojo. Las instituciones se derrumban al mismo ritmo que la pérdida de territorio catalán, que es en realidad el único que controla verdaderamente el gobierno Negrín. En la zona Centro, en un ambiente plomizo, gris y derrotista, políticos y militares, desmoralizados unos y resentidos otros, preparan el final de la República en la criminal ingenuidad (como poco) de que Franco sería benevolente con quienes "no tuvieran manchadas las manos de sangre", estúpida retórica en una guerra civil. Las fuerzas leales al gobierno todavía hubieron podido desbaratar el golpe Casadista de haber contado con algún mando enérgico, como Líster, Tagüeña, o Modesto, pero el Partido Comunista no quiso sacrificar a sus mejores hombres ni arriesgarse a una derrota en lo que ya consideraba una batalla perdida, aceptando lo inevitable. Pues, muy mal. Se equivocaban de medio a medio. Las fuerzas leales al gobierno no hubieran tenido dificultades para sofocar el plan de Casado en Madrid de haber contado con un mando fuerte con directrices claras. ¿Pero para qué, nos preguntamos, si ya todo estaba perdido? Pues para salvar las vidas de los republicanos de toda condición, organizando un repliegue ordenado hacia los puertos, con o sin flota. Justo lo contrario de lo que provocó el golpe Casadista.
El final de la guerra.
El final de la República: sublevación en Cartagena (Entrevista a Artemio precioso)
Sublevación en Cartagena (Luis Romero)
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DERROTA, REPRESIÓN, EXILIO Y MUERTE.
Jamás un grupo político humano, ha pasado por prueba tan dura, larga e inhumana. Y jamás, también, tanta tragedia ha sido ignorada en todos los sitios y lugares del mundo. La represión franquista fue terrible con los republicanos, pero los franceses, salvando las diferencias, tampoco se anduvieron con chiquitas, como los ingleses, los alemanes, etc... En realidad, sólo las Américas, y Francia, tras la guerra, les hicieron alguna justicia a los republicanos españoles. El dolor físico, las penalidades, las muertes..., todo eso fue terrible, pero lo más terrible fue el dolor moral, el exterminio como grupo político, el exterminio de las ideas progresistas, las causas justas, la rebeldía, y la justa razón de los pueblos oprimidos. La II República española, murió lentamente en España a la par que lo hacían sus defensores. Nunca volverá a este país nada semejante, por ello, es nuestro deber recordar, en cierto modo revivir, aquello que fue, tan denigrado, pero en realidad tan brillante, tan vilipendiado, pero en realidad tan extraordinario, tan asesinado, pero en realidad tan vivo.
Derrota, exilio y muerte.
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CRONOLOGÍA Y ANEXOS.
Anexos y cronología de la Guerra Civil española, con apuntes de los partes de guerra republicanos y de noticias diarias.
Partes de guerra republicanos.
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LOS REPUBLICANOS ESPAÑOLES. ARTE, CULTURA, MOVIMIENTOS Y PARTIDOS POLÍTICOS.
Artículo que trae al recuerdo aquello que fuimos, que jamás volverá, y de lo que España debería sentirse muy orgullosa.
El movimiento republicano.
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Rel. 1.1 Ene 2005. Rev. 4.2 dic 2018 - SBHAC Nº 1.1
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