dimarts, 19 de febrer del 2019

La REPRESIÓN franquista del magisterio REPUBLICANO NAVARRO.

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La REPRESIÓN franquista del magisterio REPUBLICANO NAVARRO. Parte 1, Las listas negras

Maestros Navarros 1 word pressEn un territorio en el que no hubo guerra y que fue retaguardia del franquismo, civil y militar, maestras y maestros Republicanos de Navarra fueron clasificados en listas negras, elaboradas por la iglesia católica, ayuntamientos y guardia civil, y que fueron utilizadas por estos y por grupos paramilitares para represaliarles y en muchos casos acabar con sus vidas.
El vaticano ya se había opuesto durante la República a la laicidad en la enseñanza, según doctrina del papa León XIII: «No es lícito de ninguna manera pedir, defender, ni conceder la libertad de pensar, de enseñar y de escribir». La Diputación navarra acordaba 9 días después del golpe de estado medidas destinadas al magisterio navarro: se revisarían los nombramientos de los maestros, se prohibía la coeducación, y «no se consentirá enseñanza alguna opuesta a la católica, a la unidad de la Patria, ni al principio de autoridad». El gobernador militar de la vecina Gipuzkoa, Ramón Sierra Bustamante declaró: «Borraremos vuestros nombres, que serán malditos por generaciones de generaciones. Desterraremos al maestro que, en los mapas, marcaba con una raya verde ese artificio de Euzkadi».
El punto de partida para las listas negras de maestros Republicanos que los fascistas confeccionaron, fue la creación en 1936 de una “junta de educación”, institución rescatada según un antiguo modelo reaccionario de 1829. “Diario de Navarra” transmitió el acuerdo y le puso una coletilla: «Vamos también hacia la salvación espiritual. Muy bien por nuestros diputados; que no cesen en la obra emprendida, que no escatimen nada, que pidan cuanta ayuda necesiten. ¡Es la hora de España y, en España, la hora de Navarra! ¡Nuestra enhorabuena efusiva, incondicional y grande!».
Eladio Esparza, uno de los instigadores del golpe de Estado, periodista, subdirector de “Diario de Navarra”, fue secretario de aquella Junta. Tras la primera depuración del magisterio navarro, Esparza fue gobernador civil de Araba. En centenares de informes recogidos por la Junta se especificaban las tendencias de las maestras y maestros navarros en moralidad, religiosidad, tendencia política y lectura de prensa del investigado. El peso en la elaboración de la norma de Eladio Esparza fue notorio.
El presidente de aquella primera Junta de Educación fue el diputado foral José Gómez Itoiz, antiguo médico en Lumbier (Irunberri), natural de Aia (Gipuzkoa) y también presidente de la Junta Carlista de Agoitz, donde por cierto ejecutaron los franquistas a 18 vecinos, entre ellos al maestro Martín Gil Isturiz. Itoiz solicitó informes a alcaldes y guardia civil, para descubrir “a los maestros perturbadores de las conciencias infantiles, tanto en el aspecto patriótico como en el moral”.
La Junta de Educación elaboraría una primera lista negra, a las pocas semanas de su constitución. Contenía 53 nombres de maestros y maestras destituidos fulminantemente, de los que 14 fueron ejecutados extrajudicialmente. Unos días más tarde otros 63 maestros y maestras perdieron su empleo. Un total de 229 maestros fueron depurados o sancionados y 81 fueron condenados a pagar fuertes multas, la mayoría por «ultrajar a la patria (española) con pertinencia».
La depuración trajo al magisterio navarro una nueva generación, adicta al régimen. Los malos tratos fueron habituales en las escuelas, que se convirtieron en válvulas de escape para la frustración de centenares de maestros. Los abusos sexuales, callados por una generación de niños que no tuvieron derecho a la denuncia, resultaron comunes en las escuelas de órdenes religiosas, favorecidos en su expansión por el propio sistema.
Al menos 26 maestros y una maestra navarra fueron ejecutados extrajudicialmente entre 1936 y 1944, y otro tras sufrir Consejo de Guerra. En Navarra, los fascistas fusilaron a maestros de Zirauki, Valtierra, Fitero, Tafalla, Santacara, Ujué, Peralta, Cintruénigo, Etxauri, Peralta, Yesa, Cáseda, Pamplona, Allin, Lodosa, Ituren, Tudela y Aibar. Entre los 28 maestros navarros ejecutados, 16 ejercían en Nafarroa y una era mujer, Camino Oscoz. Tres maestros alaveses -los de Zalduondo, Galarreta y Gordoa- fueron arrojados a la sima de Otsoportillo, en Urbasa. Los dos maestros de Aibar, los esposos Gabriel Valentín y Josefina Troncal, fueron detenidos y el marido ejecutado.
Continua en Parte 2: Los crímenes

Naiz (Iñaki Egaña). Imagen: Navarra.es. La depuración detallada del magisterio navarro fue recogida en la obra “Navarra 1936. De la esperanza al terror”, coordinada y redactada por Mari Jose Ruiz Vilas, José Mari Esparza Zabalegui, Juan Carlos Berrio Zaratiegui y editada por el colectivo Altaffaylla