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VÍCTIMAS REPUBLICANAS del terror franquista en Extremadura. Parte 1: La Represión
Los Republicanos asesinados por la violencia indiscriminada franquista, originadas por los bandos de guerra, paseos, sacas y otras muertes al margen de la legalidad durante la guerra de España y la posguerra en Extremadura pueden superar las 13.000 personas. Hombres y mujeres con nombres y apellidos, con familias, futuros y sueños truncados. El proceso represivo contra los acusados o sospechosos de izquierdismo en la región extremeña, mediante una sistemática aplicación del terror en sus múltiples variantes, tuvo como efecto el exterminio forzoso de miles de personas. La dirección de la sublevación no hizo recomendaciones de cómo hacer las cosas, sino de cuál debían ser los resultados: La eliminación física mediante una política de terror.
En la mayoría de los municipios, la táctica del “terror” se utilizó para acabar con los disidentes y minar la moral del resto de la población. Los mandos franquistas que operaron en Extremadura permitieron los crímenes ejecutados por matones derechistas o, lo que es peor, encabezando ellos mismos la cruzada contra la población Republicana, que debía ser por todos lo medios eliminada. Desde que entraban en las poblaciones, los golpistas pusieron en práctica un horroroso plan de exterminio. Una vez que las columnas se marchaban, las fuerzas vivas locales continuaban la purga dirigidos por la guardia civil. En febrero de 1937 la maquinaria judicial militar puso en marcha los consejos de guerra para depurar lo que quedaba.
¿Contra qué fueron los fascistas en Extremadura? Contra toda la experiencia Republicana, alcaldes, concejales, movimiento sindical, partidos políticos del Frente Popular, la clase media progresista. Pero sobre todo contra el proyecto de Reforma Agraria hubo Contrarrevolución Agraria. La venganza sobre los hombres que habían osado poner la propiedad al servicio de la mayoría fue inacabable y terrible. Por ejemplo, al final de la guerra, el alcalde de Ribera del Fresno, Ignacio Caña Exojo, uno de los responsables de la Reforma Agraria provincial, fue asesinado públicamente a garrote vil en una plaza de Mérida. Al espectáculo acudieron incluso derechistas de su pueblo.
Miles de jornaleros fueron asesinados y las tierras devueltas a sus dueños con las mejoras realizadas. A partir de entonces el campo extremeño entró en el período más negro de su historia, que a su vez fue para algunos una época dorada para la acumulación de capital. A esta geografía del sufrimiento que padeció un alto porcentaje de la población extremeña, hay que incluir los exiliados y los que tuvieron que emigrar en los 50 y 60: Fue el mayor proceso represivo sufrido por Extremadura, padecido por mas de un tercio de la población. Se quiso borrar del mapa a Extremadura, en algunos mapas de la época, de Castilla se pasaba a Andalucía.
La represión franquista fue un genocidio por causas políticas. En agosto de 1936, tres potentes columnas fascistas salieron de Sevilla en dirección a Madrid, donde llegarían 3 meses después. Unos eran las fuerzas de choque del ejército franquista, y los otros campesinos mal armados, sin formación militar, milicias de la Federación Nacional Trabajadores de la Tierra, pero para los rebeldes no fue ningún paseo militar. El sistema de avance de los golpistas siempre fue el mismo: bombardeo previo desde aire o tierra, moros y legionarios en vanguardia, ocupación tipo razzia, detenciones, saqueos y ejecuciones de carácter ejemplarizante, sembrando de cadáveres la ruta hacia el pueblo siguiente. Así ocurrió por ejemplo en Fuente del Maestre, en Llerena, o en Villanueva de la Serena. Cuando llegaron a Badajoz los sublevados desataron la gran carnicería.
El ciclo represivo va de 1936 a 1943, si bien sus coletazos alcanzaron los primeros años 50. Casi 20 años, primero el terror del golpe, luego la represión, después los años del hambre, el achuchón represivo de fines de los cuarenta… Solo a causa de los cambios económicos tras el fracaso de la autarquía fascista (acuerdos con EEUU y Plan de Estabilización), se abrió la puerta de la emigración y la gente empezó a pensar en rehacer sus vidas escapando de esas ollas a presión en que el franquismo había convertido los pueblos.
Todo fue ocultado por la dictadura y silenciado durante la transición. Los hijos y nietos de aquellos extremeños que aún yacen en las cunetas, tienen el mérito de haberse liberado del yugo que oprimió a las generaciones anteriores y haber logrado rehacer sus vidas y las de sus hijos.
Continua en: Parte 2: Las atrocidades
Documentos: Eldiario.es (María José Rodríguez). Unidad Cívica por la República (Francisco Espinosa Maestre). Agrupación Extremeña de Alcorcón (Antonio Elviro Arroyo). Bandos de guerra, paseos, sacas y otras muertes al margen de la legalidad durante la guerra civil y posguerra en Extremadura. Reflexiones en torno al estudio de las victimas del terror franquista, por Javier Martín Bastos: En El genocidio franquista en Extremadura.
VÍCTIMAS REPUBLICANAS del terror franquista en Extremadura. Parte 2: Las atrocidades
Viene de: Parte 1: La Represión
Los extremeños fusilados por condenas a pena de muerte en consejos de guerra fueron unos 1.700. Pero el número se dispara, hubo hasta 9.500 extremeños ejecutados al margen de las leyes militares, fusilamientos irregulares, bandos de guerra, paseos o sacas. Hubo unas 200 desapariciones, en cárceles y campos de concentración nacionales e internacionales fallecieron unos 900, y fueron unos 400 los muertos por linchamientos, palizas, envenenamientos.
En Cáceres, mayoritariamente en poder de los rebeldes desde los primeros momentos, murieron de forma “irregular” unas 1.400 personas. En cambio en Badajoz, una provincia que se mantuvo leal a la República tras la sublevación, hubo 8.200 fallecidos, aunque la práctica de los paseos seguramente elevaría esa cifra. Si a estas víctimas se suman los 1.200 ejecutados en penas capitales y las más de 1.000 que fallecieron entre prisión, desapariciones y “otras causas”, suman casi 11.000 Republicanos pacenses asesinados. Badajoz fue, junto con Córdoba y Sevilla, una de las provincias españolas más castigadas por la represión franquista.
Los primeros fusilamientos comenzaron desde el mismo arranque mismo del golpe de estado, y se alargaron en el tiempo hasta inicios de los años 50 al afectar a los reductos guerrilleros. Aproximadamente el 75% de las muertes irregulares se produjeron entre julio y diciembre de 1936. Fueron pasados por las armas cientos de extremeños, algunos de ellos allí dónde fueron hechos prisioneros y otros muchos al regresar a sus localidades de origen. En efecto, a las prácticas irregulares de los paseos le sustituyó otra, organizada según las leyes militares franquistas, pero en la práctica sin ningún tipo de garantía real, como fueron los consejos de guerra que dictaron cientos de sentencias de muerte de extremeños.
En muchas localidades, los primeros paseos se practicaron a dirigentes de partidos de izquierda, cargos municipales Republicanos o simpatizantes de ideas progresistas. En algunos, la maquinaria represiva alcanzó incluso a hijos, padres o hermanos (como fue el caso de Valverde de Burguillos en septiembre del 36, con la ejecución de buena parte del núcleo familiar de muchos políticos y componentes del Comité Revolucionario).
Hubo diferentes ritmos represivos, en algunos municipios se llevaron a cabo fusilamientos a distintas horas y en diversos lugares, debido al desconcierto y la confusión de los primeros instantes, eliminando a personas de condición social, económica o política muy diversa. Posteriormente se organizaron estas ejecuciones con elaboración de listas, fusilamientos de profesionales del mismo ramo o separaciones por familias. Igualmente la elección de lugares concretos para las ejecuciones (las tapias de cementerios, que se convirtieron en lugares frecuentes para llevar a cabo los paseos), fincas, mataderos, puentes, etc. u horas específicas (normalmente de noche o al alba) en las que durante días se repetía el mismo mecanismo.
De los aproximadamente 9.500 fusilamientos irregulares, el 92% fueron hombres y un 8% mujeres, que fueron eliminadas diferencialmente respecto a las ejecuciones de hombres, en horarios, grupos, separación por sexos. La mayor parte de los fusilamientos de mujeres no se anotaron, por lo que el número de mujeres fusiladas en Extremadura podría ser en realidad mucho mayor. Muchas de los cuerpos de las Republicanas extremeñas que fueron fusiladas, al igual que a los hombres, aún permanecen en fosas, cunetas de caminos, cementerios y fincas privadas de la región.
La represión sobre las Republicanas fue comparable a la de los hombres, incluyendo procedimientos específicos de represión debido a sus ideales antifascistas, por defender valores de libertad, por no dejarse someter, por negarse a ser madres, conformar agrupaciones para defender sus derechos, abanderar el feminismo y la igualdad. Fueron asesinadas, vejadas, encarceladas, exiliadas, controladas, humilladas, víctimas de violaciones, abusos sexuales y escarnio público, silenciadas, tratando de deshumanizar su feminidad con el rapado de cabeza, ingestas de ricino para provovar defecaciones en la vía púbica. Fueron doblemente estigmatizadas y repudiadas socialmente durante la dictadura, también por ser hermanas, madres, hijas, mujeres de republicanos, socialistas, anarquistas y militantes de izquierdas. Tras la guerra continuaron sufriendo la violencia cotidiana al permanecer solas en pueblos ocupados por los sublevados.
Documentos: Eldiario.es (María José Rodríguez). Unidad Cívica por la República (Francisco Espinosa Maestre). Agrupación Extremeña de Alcorcón (Antonio Elviro Arroyo). Bandos de guerra, paseos, sacas y otras muertes al margen de la legalidad durante la guerra civil y posguerra en Extremadura. Reflexiones en torno al estudio de las victimas del terror franquista, por Javier Martín Bastos: En El genocidio franquista en Extremadura.
Viva la República Española. Por el reconocimiento de los Soldados Republicanos Españoles, que sufrieron ejecuciones y exterminio tras su heroico combate contra el franquismo. En Europa se les honra por su lucha contra el nazismo, pero en España siguen olvidados, FIRMA Y COMPARTE AQUÍ
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