El Gobierno de Navarra ha entregado este martes los restos de Máximo Sainz, preso del fuerte franquista de San Cristóbal, a sus familiares. Su cuerpo fue exhumado a finales de enero de 2016 en la fosa de Olave y ha sido identificado por el Banco de ADN del Ejecutivo foral.
Máximo Sainz Plaza fue el más joven de los 206 presos asesinados en la fuga del Fuerte de San Cristóbal, iniciada el 22 de mayo de 1938. Contaba únicamente con 18 años, cumplidos el 26 de mayo, día de su detención en Olave. Al día siguiente fue asesinado con un grupo de otros quince presos, de los que únicamente ha podido ser identificado hasta la fecha el mendaviés Francisco Lecea. Sainz era natural de Desojo, donde nació el 26 de mayo de 1920, y trabajaba como carbonero en Vitoria. Allí fue detenido en septiembre de 1936, con tan solo 16 años. Fue condenado a treinta años de reclusión por su militancia anarquista, y trasladado al penal del Fuerte de San Cristóbal para cumplir su condena.
En el acto de entrega han participado también el director general de Paz, Convivencia y Derechos Humanos, Martín Zabalza, el equipo del Instituto Navarro de la Memoria, representantes de las asociaciones memorialistas y miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, que llevó a cabo la exhumación en 2016, y de Nasertic, cuyo laboratorio genético certificó la identificación.
La fosa de Olave es la más grande de las exhumadas hasta la fecha en relación con la fuga del Fuerte. El cuerpo de Máximo Sainz se exhumó a finales de enero y principios de febrero de 2016, como primera actuación de los planes de exhumación de la Dirección General de Paz, Convivencia y Derechos Humanos. En la actualidad es Lugar de Memoria Histórica de Navarra y final de la primera etapa del GR225, que rememora el camino recorrido por los presos fugados. En este sentido, la consejera Ana Ollo ha recordado al numeroso grupo de estudiantes, de una edad similar a la de Máximo, que esta misma mañana han recorrido esa etapa en la marcha “Las Botellas de la Libertad”, dentro del programa “Escuelas con Memoria”. Asimismo, ha agradecido el trabajo de las asociaciones de memoria, con una mención especial a Txinparta en la recuperación de la memoria del Fuerte; de los y las investigadoras, en especial a Fermín Ezkieta por su trabajo en la localización de fosas y de los familiares de Máximo Sainz; y el trabajo de los equipos técnicos de Aranzadi, Nasertic y el Instituto Navarro de la Memoria.
Como es sabido, el 22 de mayo de 1938 se fugaron del Fuerte de San Cristóbal 795 presos, con la intención de alcanzar la frontera. Sus perseguidores emprendieron rápidamente una feroz cacería contra ellos. Varios centenares fueron detenidos y devueltos al penal, y únicamente tres llegaron a Francia. Pero 206 fueron asesinados en diferentes lugares en los valles al norte del monte Ezkaba, casi todos inermes y después de haber sido detenidos por sus captores.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada