"Carolyn Porter, una diseñadora gráfica, descubrió por casualidad un lote de viejas cartas en francés en una tienda de antigüedades de Stillwater (Minnesota). Aunque apenas sabía francés, aquellas cartas le intrigaron y decidió comprarlas"
Le service du travail obligatoire (Servicio de Trabajo Obligatorio) fue el reclutamiento forzoso y la deportación de trabajadores franceses – entre 600.000 y 650.000 entre junio 1942 y julio 1944 – a la Alemania nazi con el fin de trabajar como mano de obra forzada durante la Segunda Guerra Mundial. Alemania obligó a la Francia de Vichy a crear este servicio para compensar la pérdida de mano de obra en sus fábricas debido al masivo reclutamiento de soldados alemanes. Además, por cada tres trabajadores franceses enviados, se devolvía a Francia un prisionero de guerra.
Uno de estos trabajadores fue el tornero Marcel Heuzé. Entre 1942 y 1944, Marcel estuvo trabajando en la fábrica de Daimler-Benz donde se producían tanques, motores aeronáuticos y vehículos blindados. Durante todo este tiempo, envió decenas de cartas a su esposa René y sus tres hijas desde el campo de trabajo de Marienfelde, al suroeste de Berlín. Lamentablemente, sólo unas pocas llegaron a su destino, del resto se ocupó la censura alemana… pero no fueron destruidas.
Carolyn Porter, una diseñadora gráfica, descubrió por casualidad un lote de viejas cartas en francés en una tienda de antigüedades de Stillwater (Minnesota). Aunque apenas sabía francés, aquellas cartas le intrigaron y decidió comprarlas. Buscó alguien que le ayudase a traducirlas y descubrió el día a día de Marcel, el amor por su esposa y sus hijas, su miedo de no volver a verlas, su frustración al darse cuenta de que las cartas no llegarían… En palabras de Carolyn “Era hermoso y desgarrador. Cuando terminé, sólo quería saber si había vivido, si este hombre había regresado a casa con su esposa y sus hijas”.
Después de un año de labor detectivesca, y ayudada por un genealogista, descubrió que Marcel había logrado sobrevivir y regresar a casa con su familia. Aunque Marcel había fallecido en 1992 y René en 2005, consiguió contactar con su descendientes (hijos, nietos y biznietos) y hacerles llegar las cartas… 70 años después llegaron a su destino. A finales del mes pasado, Carolyn y la familia de Marcel se reunieron en París.
Uno de estos trabajadores fue el tornero Marcel Heuzé. Entre 1942 y 1944, Marcel estuvo trabajando en la fábrica de Daimler-Benz donde se producían tanques, motores aeronáuticos y vehículos blindados. Durante todo este tiempo, envió decenas de cartas a su esposa René y sus tres hijas desde el campo de trabajo de Marienfelde, al suroeste de Berlín. Lamentablemente, sólo unas pocas llegaron a su destino, del resto se ocupó la censura alemana… pero no fueron destruidas.
Carolyn Porter, una diseñadora gráfica, descubrió por casualidad un lote de viejas cartas en francés en una tienda de antigüedades de Stillwater (Minnesota). Aunque apenas sabía francés, aquellas cartas le intrigaron y decidió comprarlas. Buscó alguien que le ayudase a traducirlas y descubrió el día a día de Marcel, el amor por su esposa y sus hijas, su miedo de no volver a verlas, su frustración al darse cuenta de que las cartas no llegarían… En palabras de Carolyn “Era hermoso y desgarrador. Cuando terminé, sólo quería saber si había vivido, si este hombre había regresado a casa con su esposa y sus hijas”.
Después de un año de labor detectivesca, y ayudada por un genealogista, descubrió que Marcel había logrado sobrevivir y regresar a casa con su familia. Aunque Marcel había fallecido en 1992 y René en 2005, consiguió contactar con su descendientes (hijos, nietos y biznietos) y hacerles llegar las cartas… 70 años después llegaron a su destino. A finales del mes pasado, Carolyn y la familia de Marcel se reunieron en París.
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