dimarts, 30 de gener del 2018

LAS PARANOIAS DE FRANCO: ATENTADOS Y COLECCIONAR RELIQUIAS.


https://cronicasapiedefosa.wordpress.com/2018/01/29/las-paranoias-de-franco-atentados-y-coleccionar-reliquias/



¿QUE PROTEGIA A FRANCO DE IR A CRIAR MALVAS?

Aiyoa Arroita Lafuente & Jesús Pablo Domínguez Varona.

Misterios de la Guerra Civil, 2ª parte.

En el reportaje anterior hablábamos del temor de Franco, casi paranoia a ser“eliminado” de alguna forma física por medio de algún atentado, o de forma“parafísica” por alguna maldición o mal de ojo.
La desconfianza en las personas que le rodeaban hicieron de Franco un ser temeroso y desconfiado de todo y de todos.
A lo largo de su vida parece ser que se prepararon para llevarse a cabo un medio centenar de atentados. Algunas fuentes, como el diario digital “Público” del 14 de diciembre de 2015 describen 17 de ellos en el reportaje “Los 17 intentos de matar a Franco”.
Otras fuentes, como el libro del periodista antifranquista y preso de Franco Eliseo Bayo titulado “Los atentados contra Franco”, describe no menos de cuarenta de ellos; “…desde la terminación de la guerra civil hasta 1964, en que transcendieron los rumores sobre el declive físico del general, se sucedieron no menos de cuarenta atentados contra el Caudillo. La mayor parte de los mismos fracasó en el proceso de preparación, cuando los conspiradores se vieron implicados en otros hechos”.
Los dos primeros intentos de asesinato de Franco se llevaron a cabo antes de la sublevación militar y el tercero el mismo día 18 de julio de 1936. El cuarto fue el 9 de junio de 1937 con el intento de la aviación republicana de bombardear la comitiva en el entierro de Mola, pero fracasó por una mala coordinación por parte del ejército republicano que impidió la llegada de los bombarderos a la zona del funeral.
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Libros, revistas y documentales han tratado abundantemente los intentos de matar a Franco. Imagen (collaje) de Crónicas a pie de fosa.
A partir de ese instante cualquier momento era bueno para intentar acabar con el Jefe del Estado y Franco lo sabía, así como su servicio de inteligencia, que una y otra vez detenía conspiradores y desbarataba acciones de grupos de“bandoleros”.
El documental de Pedro Costa y José Ramón da Cruz “Los que quisieron matar a Franco”, donde se repasan la docena de atentados fallidos perpetrados contra el dictador entre 1936 y 1964 , relata que “los anarquistas y los comunistas no fueron los únicos en idear planes para matar a Franco: también lo hicieron los monárquicos que se sintieron traicionados e intentaron volar las Cortes, y los Camisas Azules que fundaron la Junta de la Falange Auténtica, que querían dinamitar el Teatro Español de Madrid cuando asistiera el Caudillo”.
En los archivos del servicio secreto del Ejército y de la Guardia Civil constan cinco intentos de asesinato al general Franco, pero la investigación realizada por el equipo de guionistas del documental, ha encontrado pruebas y testimonios de al menos siete más.
Franco se creía inmune a cualquier atentado, y los diferentes intentos fallidos que se iban produciendo a lo largo de los años, lo iban convenciendo de poseer esa bendición divina que lo hacía “inmortal”. De todos modos y para asegurar su vida, poseía un multitudinario cuerpo de escoltas que velaban por su seguridad. Muchos eran los policías y militares infiltrados en las filas de los grupos anarquistas y contrarios al régimen, que se encargaban de pasar información continua de los movimientos y posibles actos delictivos hacia el Caudillo.
Un capitán de la Guardia Civil que estaba en su cuerpo de seguridad, informa que el dictador contaba con siete anillos de control que le rodeaban, imposibles de sobrepasar.
Además a Franco le gustaba jugar al despiste, en sus viajes y comitivas siempre llevaba dos vehículos y nadie sabia en cual de ellos iba realmente Se conoce incluso un episodio de atentado en la visita a los frentes de guerra, cuando la comitiva y el vehículo del general, iban todos pintados de verde para evitar dar pistas al enemigo sobre donde viajaba Franco.
Con lo expuesto hasta ahora se deduce que Franco tenía miedo real de morir en cualquier momento a manos de sus enemigos, pero a medida que salia inmune o se desbarataban los intentos de asesinato, el se creía más poderoso y que había sido elegido de forma divina para el mandato de España y que Dios y su corte celestial le protegían personalmente. Ya tenía pruebas del poder protector de reliquias religiosas, sobre todo de una muy particular, tanto que la llegó a considerar de su propiedad.
FRANCO Y EL BRAZO INCORRUPTO DE SANTA TERESA.
El llamado “Brazo Incorrupto de Santa Teresa”, es en realidad la mano milagrosa de Santa Teresa que Franco tuvo en su mesita de noche. La Mano Incorrupta de la santa permaneció cuarenta años en el dormitorio del dictador Franco como su talismán de la suerte personal y privado. Regresó a la localidad malagueña tras la muerte de Franco.
La mano incorrupta de Santa Teresa de Jesús es un relicario del siglo XVII que se encuentra en la Iglesia de la Merced de la ciudad de Ronda, en la provincia de Málaga, España. Se trata de una pieza de plata dorada con incrustaciones de piedras preciosas que contiene la mano de Santa Teresa de Jesús. El relicario de la mano conserva en la base otra reliquia de la Santa: un fragmento de un escrito o carta con la firma manuscrita de ‘Teresa de Jesús”.
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Reliquia que contiene en su interior  la mano incorrupta de Santa Teresa”. Imagen de https://curiososincompletos.wordpress.com/2012/04/24/el-amuleto-de-franco-la-mano-de-santa-teresa-malaga-desconocida/
Según la Iglesia Católica, diez meses después de la muerte de la santa en octubre de 1582 se exhumaron sus restos. Su cuerpo apareció incorrupto y flexible, por lo que el padre Gracián le cortó la mano y se la entregó a las monjas Carmelitas Descalzas de Ávila y después a las Carmelitas del convento de San Alberto de Lisboa.
Sin embargo la realidad es más cruda. Todo ocurrió mediante una decisión maquinada por un grupo de personas, entre ellas la duquesa de Alba“Aquí se queda para siempre jamás”, se propusieron. Los restos de una santa famosa son siempre un capital. Pero nueve meses después llega a Alba el superior del Carmelo, Jerónimo Gracián, y pide ver el cuerpo. “Está intacto, aunque huele muy mal. Lo exhuman, lo lavan, lo visten y lo exponen en el coro de la capilla. Antes, lo han descuartizado para hacer reliquias. El propio Gracián corta la mano izquierda y el dedo meñique, la mano para las carmelitas de Lisboa, el meñique para quedárselo él”.
Cuando se extiende por la comunidad el macabro descuartizamiento, se inicia un combate por las reliquias, en especial desde el convento del Carmelo en Ávila. La autoridad carmelita está de acuerdo, tendrán la mayor porción. Como caen en la cuenta de que los duques de Alba se opondrán con furia, actuarán en secreto. Sólo tres monjitas de Alba van a estar al tanto. Se les consolará dejándoles el brazo al que Gracián cortó la mano. Casualmente, uno de los conspiradores lleva bajo el hábito un cuchillo, así que allí mismo se corta el brazo sin mano.
Aún han de discutir cómo llevar lo que queda del cuerpo hasta Ávila. Lo envuelven en una manta de sayal, lo instalan sobre una mula entre dos pacas de paja y emprenden viaje de noche. Para entonces, en Ávila no se habla de otra cosa. Cuando llega la carga y empieza a oler a perfume por la zona del convento, a las afueras de la muralla.
A causa del descuartizamiento hoy en día hay reliquias de Santa Teresa en forma de dedos, jirones de carne, etc. en los más diversos lugares de España y del mundo cristiano.
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Relicarios con el Corazón y el brazo de Santa Teresa, el primero en Zaragoza y el segundo en Salamanca. Imagen de http://webquestsantateresa.blogspot.com.es/
El “desmembramiento” de Santa Teresa de Jesús resulta cuanto menos inquietante: su pie derecho y parte de la mandíbula superior están en Roma, su mano izquierda en Lisboa, el brazo izquierdo y el corazón, en la iglesia de la Anunciación de Alba de Tormes. En el altar mayor de esta misma iglesia, se conserva lo que queda de su cuerpo dentro de un arca de mármol jaspeado, además se custodian trozos de carne y dedos esparcidos por todo el país y algunos puntos del extranjero.
LA RELIQUIA EN LA GUERRA CIVIL.
Tras el estallido de la Guerra Civil Española, el 18 de julio de 1936, Ronda quedó en la zona controlada por el bando republicano. El 29 de agosto el relicario de la mano de Santa Teresa fue reclamado por las autoridades provinciales republicanas y trasladado a Málaga. Cuando las tropas del bando nacional tomaron la capital en febrero de 1937, el relicario con la mano de la Santa fue hallado en una maleta entre las pertenencias personales del coronel republicanoJosé Villalba Rubio, entre otras muchas piezas de valor requisadas de las iglesias y conventos de Málaga. Algunos historiadores del régimen dicen que se le olvidaron por las prisas en la huida, aunque según otros autores no se lo dejó olvidado, estaba perfectamente identificado en una maleta en la que también había oro y joyas procedentes de las incautaciones descontroladas de milicianos. La maleta tenia bien visible una nota para que dicha reliquia fuera entregada a Franco con un texto que decía, “Paco te dejo esta reliquia que estos bestias se la comen.”
La mano de Santa Teresa fue trasladada desde Málaga a Valladolid, para ser expuesta en una gran exposición con otros relicarios y obras de arte del patrimonio religioso requisado durante la guerra y que se logró recuperar.
Se dio la coincidencia de que Madrid cayó en poder del ejército rebelde el 28 de marzo de 1939 y Santa Teresa nació también un 28 de marzo. El significado de esa fecha y el inminente fin de las acciones bélicas hicieron que Franco se hiciese aún más creyente de las virtudes y milagros de la reliquia.
Se decía que el general Franco consiguió autorización eclesiástica para conservar el relicario en la capilla de su residencia, en el Palacio del Pardo, donde se mantuvo como objeto de especial devoción.
La verdad es otra: la mano, en lugar de ser devuelta a sus legítimas propietarias, fue llevada a Burgos, donde Franco no dudó en apropiarse de ella. El capellán del Asilo, padre Rendón, justificó el expolio e intentó consolar a las Carmelitas con la siguiente frase:
La mano no se pierde, se va con el Caudillo para guiarle en la conducción de la Patria”.
Las monjas convencieron al obispo de Málaga, don Balbino Santos, para que en su nombre remitiera una carta al jefe de Estado, solicitando la devolución de la mano, pero Franco se negó, justificando los motivos que le llevaban a tomar tal decisión en una carta firmada por su secretaría particular.
En la misma se puede leer:
…Más a la vez, que ésto, que es un reconocimiento pleno por parte de Su Excelencia el Generalísimo de la propiedad de la reliquia de la Santa madre Teresa de Jesús, he de exponerle que el Caudillo, que tiene una acendrada devoción a la Santa más española y que he visto palpablemente su constate protección en todas las empresas de la guerra (se tomó Madrid el día del natalicio de santa Teresa 26 de marzo), tiene vivísimos deseos de conservar bajo su custodia la Reliquia insigne de la Mano de la santa, para seguir venerándola, al propio tiempo que ruega a la sin par Tesesa de Jesús que vaya poniendo SU MANO en las árduas tareas de la paz como lo hizo en las de la guerra.
La manera providencial como vino a Su Excelencia el Generalísimo la Reliquia, la veneración en que la tiene, la protección que le dispensa, la exquisita piedad que el objeto y presencia constante en lo más recóndito de su hogar para invocar a Santa Teresa de Jesús de un modo perenne, son poderosísimos para que permanezca en su poder, durante el tiempo, que Dios sea servido, que el Generalísimo Franco sea el jefe Supremo del Estado Español”.
A partir de entonces se produce un intercambio de correspondencia entre las monjas de Ronda, que trataron de recuperarla, sin fortuna, durante cuarenta años, el Obispo de Málaga y Franco, que se negaba a desprenderse de ella. El caudillo consideró en todo momento que la mano había llegado a su poder “de una forma milagrosa”, y ordenó que construyeran en su dormitorio del Palacio del Pardo un mueble oratorio de palo santo, sobre el cual estaba la reliquia metida en una urna y con la puertecillas abiertas.
Las constantes reclamaciones de la priora carmelita de Ronda, María de Cristo, dieron como fruto el compromiso de que la reliquia se entregaría al convento de las madres Carmelitas de Ronda una vez que falleciera el caudillo.
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Franco y la reliquia de Santa Teresa, binomio bien avenido. https://saltimbanquiclicclic.blogspot.com.es/2016/09/francisco-franco-y-la-mano-de-santa.html
LA RELIQUIA VIAJERA.
Franco regaló diamantes para el guante y la reliquia era su talismán de la suerte y cuando se desplazaba de vacaciones estivales a La Coruña o San Sebastián, siempre pedía que la mano de la Santa viajara junto a él, para que la depositaran en el Pazo de Meiras en Sada o en el Palacio de Ayete. Afirman incluso que dormía con la reliquia bajo la almohada.
Si durante las vacaciones era un objeto “fundamental” en su maleta de viaje, es lógico pensar que durante los viajes de Estado por toda la geografía española, la reliquia tuviera siempre un lugar preferente en el equipaje, incluso en los vehículos particulares del dictador. Es más, puede que incluso hubiera un militar de la Casa del Pardo encargado de “custodiar” y transportar la reliquia en los viajes, tanto oficiales como de recreo a pescar o cazar. No es difícil imaginar, y así lo cuentan las malas lenguas en tono jocoso, que la mano de la Santa ayudaba a franco a mantener la escopeta y la caña de pescar en sus manos firmes y recias. Como complemento hacía “milagros” con los ejemplares cazados y pescados, difíciles de conseguir para gente normal y mundana sin la debida intervención divina.
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Autoridades militares saludando a Francisco Franco durante una recepción en el palacio de Aiete (San Sebastián). Imagen Kutxateka, autor Marín.https://www.kutxateka.eus/Detail/objects/281918
Se sabe, gracias al primer ministro de Educación del gobierno franquista, Pedro Sainz Rodríguez, que la reliquia estaba muy cerca de Franco en su “vida cotidiana”, ya que la descubre sobre una mesita una tarde que acude a despachar con el dictador. Así lo contó en el diario “El País” en 1982: “Mientras hablan, Franco se entretiene firmando condenas de muerte. Sólo se interrumpe para mojar picatostes en una taza de chocolate y comérselos con mimo”.
Francisco Franco llegó a tener una fijación “enfermiza” con este objeto, de hecho procuró no separarse nunca de ella ya que al parecer le atribuía ciertos “poderes sobrenaturales” que lo protegían.
Para dormir, lo pone en la mesilla de noche y la reza antes de acostarse. Su ultimo viaje estaba a punto de comenzar y allí dificil podría llevarla.
Su fervor y confianza milagrosa por la mano “mágica” es notorio cuando cayó enfermo en 1975 y se negó, mientras estaba consciente a ser trasladado al hospital, y ordenó convertir su habitación de El Pardo en una unidad de cuidados intensivos. Debió de dar órdenes expresas a su personal médico y de confianza, pues ya una vez inconsciente, debido a la gravedad tampoco se le traslada a ningún centro médico. Ingresado moribundo en el hospital La Paz de Madrid, el arzobispo Cantero Cuadrado viaja al Pardo desde Zaragoza, su sede pontificia, para recoger un nuevo “objeto milagroso”, un manto de la Virgen del Pilar y depositario a los pies del dictador, por si se producía un milagro.
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Habitación privada de Franco con el mueble reclinatorio a la izquierda, donde se alojaba el relicario de Santa Teresa. Imagen  de http://www.españaporlarepublica.es/2012/07/la-siniestra-habitacion-de-franco.html

LA MUERTE DE FRANCO

El resultado final ya lo conocemos todos, es historia pasada. El dictador Franco muere oficialmente el 20 de noviembre en el Hospital de la Paz en Madrid, aunque sin embargo se sabe en la actualidad que murió en su cama del Palacio del Pardo en la noche del día anterior y que todo fue un montaje para hacer coincidir su muerte con la efemérides de la ejecución de José Primo de Rivera (20 de noviembre de 1936).
El forense Antonio Piga, embalsamador y único testigo de su fallecimiento el día 19 por la noche, describe así en el diario digital “El Confidencial” del 19 de noviembre de 2017.
Franco tuvo su primer “aviso” el 21 de octubre y el parte oficial médico de ese día decía así:
En el curso de un proceso gripal, Su Excelencia el Jefe del Estado ha sufrido una crisis de insuficiencia coronaria aguda que está evolucionando satisfactoriamente, habiendo comenzado ya su rehabilitación y parte de sus actividades habituales. A las diecinueve horas del día de hoy, Su Excelencia el Jefe del Estado recibió en su despacho al presidente del Gobierno, con quien mantuvo una conversación de cuarenta y cinco minutos”.
Sin embargo todo era una mera tapadera de cara a la opinión publica sobre el estado real del dictador, ya que ese mismo día había arrancado el operativo secreto para su embalsamamiento encargado por Vicente Pozuelo, médico personal de Franco, a los médicos forense Antonio Piga, entonces Director del Centro Nacional de Especialidades Quirúrgicas, y a su padre Bonifacio Piga, catedrático de Medicina Legal.
Comenzaron con los preparativos en secreto y a la espera de la llamada precisa para ello, fueron pasando los días. “Tenía que estar localizable a cualquier hora”afirma el forense, algo difícil en aquellos años sin teléfono móvil, ya que era 1975, ni con coche: “No lo usaba por miedo a que me lo robasen o a tener un accidente: en el maletero llevaba productos potencialmente tóxicos”.
El 2 de noviembre fue la rocambolesca operación a vida o muerte en un quirófano improvisado en un cuartucho del Palacio de El Pardo, que incluyó: a) el traslado del Caudillo, desnudo y con una hemorragia descontrolada, envuelto en una alfombra (la camilla era más ancha que un tramo de las escaleras) y b) un apagón de plomos en plena intervención.
A pesar de todo parece que la “mano milagrosa” hizo todo lo que pudo en su“perímetro de acción” pues Franco continuaba con vida pero moribundo. Allí se decidió el traslado inmediato al centro hospitalario de La Paz de Madrid y ya no se pudo continuar ocultando y dejar de aparentar normalidad en la salud del dictador.
La llamada de teléfono más esperada llegaría el 19 de noviembre a las 10 de la noche. “Vicente Pozuelo nos dijo que nos preparásemos para salir hacia La Paz en cuanto recibiéramos otra llamada”, recuerda Piga. El segundo telefonazo llegó exactamente a las 00.00 horas del 20 de noviembre.
Cuando entraron en la habitación de Franco (00.40 horas), se llevaron la primera sorpresa: nada hacía indicar que allí hubiera muerto alguien hacía pocos minutos, sino más bien hacía unas horas. “La habitación estaba vacía, libre de aparatos, y Franco estaba desnudo sobre la cama cubierto con una sábana. Habían sacado de la habitación todo lo que se podía sacar más allá de lo estructural de cualquier habitación de hospital”, aclara Piga. Ni rastro de los aparatos que habían mantenido con vida a Franco durante su larga agonía.
El proceso de embalsamamiento acabó alrededor de las cuatro de la madrugada del 20 de noviembre. “Cuando lo embalsamé, llevaba varias horas muerto”, asegura tajante Piga. “Tampoco me atrevo a dar una hora exacta del fallecimiento, pero es evidente que Franco murió varias horas antes del 20-N” .
El acta notarial del fallecimiento de Franco aseguró lo siguiente: “Su Excelencia el Jefe del Estado, Don Francisco Franco Bahamonde, ha fallecido en la Residencia Sanitaria de la Paz de la Seguridad Social, de Madrid, a las cinco horas y veinticinco minutos del día veinte de noviembre por parada cardíaca, como episodio final de un shock tóxico por peritonitis. […] Firmado: Doctor Vicente Pozuelo Escudero”
Si hacemos caso al acta oficial de la muerte, Franco fue embalsamado (4.00 horas) hora y media antes de morir (5.25 horas). Algo había que hacer con la certificación del embalsamamiento. “Pues sinceramente no me acuerdo de qué autoridad nos pidió que cambiáramos el acta, quizá fue Pozuelo, pero insisto en que no lo recuerdo; lógicamente tuvimos que cuadrar la hora del acta de embalsamamiento para que la hora de la muerte fuera verosímil” , afirma Piga.
Dicho y hecho: según la documentación oficial, el embalsamamiento de Franco comenzó a las 5.30 y acabó a las 10 de la mañana. Pero esa cronología era absolutamente imposible, pues el equipo de embalsamadores había salido de La Paz a las 6 de la mañana camino de la iglesia de El Pardo para asistir a una misa“de cuerpo presente” con Carmen Polo, viuda de Franco.
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Portada de “LA REVISTA del mundo”  nº 4 de 29 de octubre de 1984.
¿Por qué el alargamiento artificial de la vida del dictador, por lo menos desde el día 2 de noviembre hasta el día 20?. Una de las posibles respuestas, aparte de la más importante de dejar todo “atado y bien atado” con una política dictatorial continuista encubierta tras su fallecimiento, es la que dice que se trató de que la fecha del fallecimiento fuese la misma del día que muriera José Antonio Primo de Rivera otro 20 de noviembre pero de 1936.
DEVOLUCION DE LA MANO “PRESTADA” DE SANTA TERESA .
Así, el 21 de enero de 1976 la viuda Carmen Polo y su hija Carmen Martínez Bordiú devolvían la reliquia del santo con un regalo que Franco siempre quiso que portara la Santa en su mano: la insignia militar laudeada de San Fernando, de oro y brillantes, la misma que el Generalísimo lucía frecuentemente en su solapa. El diario “ABC” se hace eco de ello el día 10 de diciembre de 1976 “Doña Carmen Polo entrega al Primado la reliquia de Santa Teresa de la que era depositario el Caudillo”.
Doña Carmen Polo, viuda de Franco, y su hija, la duquesa de Franco, han sido recibidas a mediodía de hoy en el Palacio Arzobispal por el cardenal primado, monseñor González Martín. A su llegada fueron cumplimentadas por el vicario general del Arzobispado, don Rafael Palmero Ramos, y el secretario particular del primado, don Santiago Calvo. Eran portadoras de la mano izquierda de Santa Teresa, que el Caudillo mantuvo junto a si desde que en el año 1937, a raíz de la liberación de Málaga, pidió su cesión temporal a las religiosas carmelitas de Ronda. La señora entregó la sagrada reliquia al cardenal González Martín con el ruego de la que la hiciese llegar a la comunidad de las Carmelitas a la que pertenece”
Y para terminar existe una curiosa anécdota acerca del otro brazo de la santa, también incorrupto y que seguía en poder de las monjas:
Una peregrinación de beatas se fue a Estados Unidos a visitar a unas colegas y para darles una alegría mística se llevaron el brazo incorrupto de Santa Teresa. Cuando el barco llegó a Nueva York en la aduana les preguntaron qué era aquello.
-El brazo incorrupto de Santa Teresa.
-Necesita un permiso de importación temporal -contestó impertérrito el funcionario de aduanas. Buscó en vano en el arancel una partida de reliquias religiosas y, al no hallarla, concluyó:
-Lo pondremos como salazones y pesca salada”.
RELIQUIAS ANTE EL CUERPO MORIBUNDO DE FRANCO.
En el libro “Aguirre el Magnifico” de Manuel Vicent, se afirma que el cuerpo de Franco en la habitación del hospital estaba “Flanqueado por el brazo incorrupto de santa Teresa, por el manto de la Virgen del Pilar y por toda suerte de reliquias, incluida la sangre de san Pantaleón”.
Del manto de la Virgen del Pilar ya hemos hablado antes y de que fue llevado personalmente por el Arzobispo de Zaragoza con la intención de que obrara el milagro de “salvar” al Caudillo.
Lo sabemos por una noticia aparecida en el diario “ABC” del 23 de noviembre de 1975 El manto de la Virgen del Pilar vuelve a Zaragoza”
Esta mañana la Virgen del Pilar ha aparecido vestida con el manto que le regaló la Reina Doña María Cristina bisabuela del Rey Don Juan Carlos I. Ha podido saber Pyresa que ayer doña Carmen Polo de Franco mantuvo una corta entrevista con el arzobispo de Zaragoza, don Pedro Cantero Cuadrado, a quien agradeció el gesto del pueblo zaragozano de enviarle al Caudillo el manto de «capitán general», que le acompañó hasta los últimos momentos. Doña Carmen Polo de Franco devolvió el manto a monseñor Cantero, quien ha dispuesto que mañana, día que se efectúa el sepelio del Caudillo en el Valle de los Caídos, se vista a la Virgen del Pilar con el citado manto”.
Mantos de la Virgen del Pilar hay cientos. En una catalogación que se hizo en 2003 eran 410, pero hay que tener en cuenta que no se han dejado de regalar, con lo que el número sigue aumentando. Hoy en 2018 la colección supera con creces los 500 mantos. Los hay de todo tipo, desde los más ricos a los más sencillos, de los regalados por miembros de la familia real a los que dejaron donantes anónimos.
En 1908 a la Virgen del Pilar le fueron otorgados los honores de Capitán General de los Ejércitos por el Rey Alfonso XIII.
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Manto de Maria Cristina. “Virgen del Pilar y sus mantos”. Fotografía de Julio Antonio. https://zaragozanews.wordpress.com/
Otra de las reliquias que se situa en la habitación del hospital con el cuerpo moribundo de Franco es la sangre de San Pantaleón. Esta contenida en una pequeña ampolla de cristal, y procedía del Real Monasterio de la Encarnaciónen Madrid. La superstición popular la concede obras y milagros cuando ocurre el fenómeno de licuación y aumento del volumen. 
El proceso es muy lento, la sangre va cambiando de color a finales del mes de mayo, en junio ya se aprecia como una subida de volumen y el día más líquido es el día 27 de julio”. Ese día siempre es el mismo, un año tras otro, y se corresponde con la fecha del martirio de San Pantaleón, nombrado médico de la corte del emperador romano Maximiano. Nació en Nicomedia, antigua capital de la región de Bitinia, en Asia Menor, en el siglo III. Su final fue causa del emperador, que le acusó de hacer magia y le ordenó renunciar a la fe cristiana, a lo que el santo se negó, por lo que después fue ordenada su tortura y muerte.
No sabemos quien y como llegó a la habitación la sangre de San Pantaleón ni cuando se devolvió nuevamente al monasterio.
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Relicario con la ampolla de la Sangre de San Pantaleón. Fotografía EFE.
Del resto de reliquias que rodearon el cuerpo de Franco no conocemos cuales eran, aunque hay una pequeña noticia acerca de la imagen de una virgen negra extremeña.
La única virgen de esas caracteristicas que casa con el sentimiento “patrio y milagroso” para ser de interés para Franco es la Virgen de Guadalupe. Dicha imagen se venera en el santuario de la villa de Guadalupe, en la provincia de Cáceres (Extremadura) de la que es su patrona. Es una de las siete patronas de las comunidades autónomas de España.
Desconocemos si fue la propia imagen o una réplica la que acompañó a Franco en sus últimos momentos. Tan sólo que no debió de ser la original ya que luego no hubo un cortejo de “devolución” oficial por parte de los familiares del caudillo tras su muerte.
FRANCO, COMO HITLER, BUSCABA RELIQUIAS PARA MANTENERSE EN EL PODER.
De la siguiente reliquia no se tiene constancia de donde se encuentra y por lo tanto Franco no la tuvo cerca en el momento de su muerte. Por el afán de mantenerse en el poder por medios “místicos”, el dictador busco con intensidad otro objeto mágico o reliquia, la supesta espada de San Pablo, tambien conocida como “el cuchillo de Nerón”.
El arma en cuestión llegó a Toledo en el siglo XIV de la mano del cardenal Gil de Albornoz, directamente desde Roma como un regalo del Papa Urbano V. Con ella fue supuestamente degollado el apóstol y que la historia atribuye al emperador romano Nerón. En 1936 desaparece tras estallar la Guerra Civil y años después Franco organizó dos búsquedas, en 1950 y 1967 sin resultado.
El 3 de enero de 1950 el diario “El Alcázar” titulaba en portada: Se busca el cuchillo con el que fue degollado San Pablo”. El periodista Luis Moreno Nietofue el encargado de recoger tan inusual acontecimiento.
La orden de iniciar tan peculiar búsqueda partió del propio Franco. Desde que en 1907 entró como cadete en la Academia de Infantería de Toledo quedó fascinado por la historia de la espada y, según relatos de las propias monjas jerónimas, solía acudir a venerar el cuchillo, que hasta 1936 se expuso en la iglesia abierta al culto del propio convento.
Iniciar la búsqueda en 1950 tenía también la intención, según se recoge en la prensa de la época, de recuperar la reliquia para poder regalársela al Papa Pío XII para celebrar el recién instaurado Año Santo y, de paso, limar las asperezas entre España y el Vaticano que por entonces negociaban la firma de un nuevo Concordato.
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“Espada de San Pablo”. Imagen del diario digital La Tribuna de Toledo.
El diario digital “La Tribuna de Toledo” del 24 de abril de 2016 dice en su reportaje “La última espada de San Pablo”:
“Sin exito en la búsqueda pasaron los años, y en 1967 se produjo lo que la prensa de la época catalogó como «un hallazgo providencial». En los archivos del Museo de Santa Cruz se encontró un pergamino, compuesto por dos hojas de vitela cosidas, en el que se dibujaba el cuchillo tanto en su anverso como su reverso.
El historiador Julio Porres consideró que el documento era obra de Francisco Xavier de Santiago Palomares y su hijo Dionisio, eruditos toledanos que en el siglo XVIII se dedicaron a catalogar armas y contrastes de maestros armeros toledanos.
Con este documento se reavivaron las ascuas de la búsqueda. De nuevo el Régimen Franquista inició una campaña en prensa para dar a conocer la historia y tratar de encontrar algún rastro. La televisión naciente también fue una buena herramienta para propagar la imagen del cuchillo por si alguien conocía su paradero. Todo fue en vano.
Finalmente, ante la falta de éxito pero con tan completa descripción, se optó por realizar “dos réplicas”. Los artesanos de la Fábrica de Armas se encargaron de dar forma al objeto con las indicaciones del arma registradas en el pergamino de Santa Cruz. Un artículo de ABC narra cómo el 3 de diciembre de 1967 se hizo entrega a Franco de una de las réplicas en la finca ‘Castillo de Higares’, en Mocejón, de manos del gobernador civil Thomas de Carranza.
El 14 de junio de 1969 el cardenal primado de Toledo, Vicente Enrique y Tarancón, recibió como regalo de la Fábrica de Armas la otra réplica de la espada”.
A día de hoy no se conoce el paradero de ambas réplicas, tan sólo una tercera que no tendría que existir y que la tiene el Museo del Ejército entre sus fondos no expuestos. Llegó a sus manos tras el cierre de la Fábrica de Armas en 1996 y que estuvo en el Santa Cruz hasta 2010. Posiblemente sea la primera pieza original, forjada como prueba y modelo, para realizar después las dos réplicas originales que se regalaron a Franco y Tarancón.

BIBLIOGRAFIA

“La vida secreta de Franco: el rostro oculto del dictador”.- David Zurdo, Angel Gutiérrez. Madrid 2015.
“Los atentados contra Franco”.- Eliseo Bayo. Barcelona 1977.
“Franco, el ascenso al poder de un dictador”.- Andrés Rueda Román. Madrid 2013.
” Matar a Franco”.- Antoni Batista. 2015.